Los animales de compañía forman parte de la historia del ser humano. Desde una perspectiva funcionalista, las mascotas cumplen un papel importante en la vida de las personas y de las familias. En las sociedades complejas los animales de compañía han pasado de tener una función instrumental(protección de bienes, cuidado del ganado, alerta de intrusos…), a un desempeño de funciones más de carácter emocional y relacional.
Las mascotas se han incorporado progresivamente al entramado de relaciones familiares, constituyendo un importante soporte en los procesos y dinámicas familiares. Asimismo, también proporcionan un gran apoyo, acompañamiento y contención en el plano individual. La presente comunicación pretende mostrar como los animales de compañía forman parte del genograma y mapa de relaciones familiares, desarrollando importantes funciones en el plano afectivo, emocional y relacional. En el trabajo se analiza las funciones que desempeñan las mascotas en 4 sistemas familiares, partiendo de una metodología cualitativa, usando el grupo focal como instrumento y el análisis de la narrativa de los informantes de la muestra.
Los resultados arrojan que el animal contribuye de manera destacada como garante de estabilidad familiar, como proporcionador de afecto y como facilitador social.
UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE
ANIMALES DE COMPAÑÍA EN LAS RELACIONES FAMILIARES
Francisco Javier Domínguez Díaz1, Valentín González Calvo2
1. Graduado en Trabajo Social. Univ. Pablo de Olavide. Sevilla.
2. Prof. Universidad Pablo de Olavide. Sevilla.
vgoncal@upo. es
Animales domésticos. Relaciones familiares. Antropomorfización.
Pets. Family relationships. Antropomorfization.
RESUMEN
Los animales de compañía forman parte de la historia del ser humano. Desde una perspectiva
funcionalista, las mascotas cumplen un papel importante en la vida de las personas y de las familias.
En las sociedades complejas los animales de compañía han pasado de tener una función instrumental
(protección de bienes, cuidado del ganado, alerta de intrusos. . . ), a un desempeño de funciones más
de carácter emocional y relacional.
Las mascotas se han incorporado progresivamente al entramado de relaciones familiares,
constituyendo un importante soporte en los procesos y dinámicas familiares. Asimismo, también
proporcionan un gran apoyo, acompañamiento y contención en el plano individual.
La presente comunicación pretende mostrar como los animales de compañía forman parte del
genograma y mapa de relaciones familiares, desarrollando importantes funciones en el plano afectivo,
emocional y relacional. En el trabajo se analiza las funciones que desempeñan las mascotas en 4
sistemas familiares, partiendo de una metodología cualitativa, usando el grupo focal como instrumento
y el análisis de la narrativa de los informantes de la muestra. Los resultados arrojan que el animal
contribuye de manera destacada como garante de estabilidad familiar, como proporcionador de afecto
y como facilitador social.
ABSTRACT
Pets are part of the history of the human being. From a functionalist perspective, pets play
an important role in people and families lifes. In complex societies, pets evolved from an instrumental
function (goods and livestock protection, alerting for intruders. . . ), to a performance of functions of
emotional and relational nature. Pets have gradually joined the network of relationships, constituting
an important support in family dynamics and processes. In addition, they also provide support,
accompanying and emotionally containing at the individual level.
This communication aims to show how pets are part of the genogram and the map of family
relationships, developing important functions in the affective, emotional and relational level. It
examines the roles played by pets in 4 different family systems, on the basis of a qualitative
methodology, using the focus group as an instrument and the analysis of the narrative of the sample
respondents. The results show that the animals contributes prominently as guarantors of family
stability, proportioning affection and as a social facilitators.
1. HISTORIA Y TEORÍAS SOBRE UNA RELACIÓN ANIMAL-HUMANO
Los inicios de la relación entre animales y humanos se remontan a más de 14 mil años de
antigüedad, partiendo de la base de la existencia de restos de canes hallados en Europa, Asia y
Norteamérica que datan de estas fechas. Del mismo modo encontramos evidencias que demuestran
que posiblemente este fuera el primer animal domesticado por el ser humano. (Gutiérrez et al,
2007:165). Hay numerosos ejemplos de vestigios arqueológicos que demuestran la presencia icónica
de perros y gatos en el mundo espiritual y mitológico de algunas culturas por ejemplo en el Antiguo
Egipto, la Grecia clásica, etc. (Walsh, 2009:463; Gómez et al, 2007:378; Grezovich, 1998:1). También
se han constatado ejemplos de cómo personajes históricos de estatus aristocrático cubrían a sus
mascotas de riqueza y ropajes elaborados como una extensión y proyección de su poder (Walsh,
2009:464).
La relación entre seres humanos y animales ha sido estudiada a lo largo de la historia desde
numerosas perspectivas teóricas y disciplinas distintas. Algunas de las más empleadas en la literatura
científica de los últimos años son: la teoría de la biofilia, la teoría del apoyo social, la teoría del apego
y en enfoque sistémico. Dos variables han sido constantes en estas investigaciones: los que ponen su
atención en aspectos más funcionales o utilitaristas de la relación humano-animal y aquellos que se
centran en cuestiones relativas al significado del vínculo. Por otra parte, como explican Haraway et al
(2007:47), debemos ser conscientes de que algunas teorías parten de la consideración del animal
como mero objeto sin capacidad de acción dentro de la relación, frente a otras que tienen en cuenta
al animal como un participante más dentro de las relaciones con humanos y su entorno.
La teoría de la Biofilia explica el efecto calmante de los animales para el ser humano tanto
por su presencia como por su contacto (Kruger y Serpell, 2006:26), siendo una de las ramas más
estudiadas, que sustenta en gran medida la propuesta de la terapia asistida por animales (TAA). Desde
este enfoque se explicaría por qué en presencia de animales las personas reaccionan con más calma
y los beneficios a nivel psicológico que esto supone (González y Landero, 2011:77). Por ello la mayoría
de estudios que asumen la hipótesis de la biofilia, centran su interés en medidas como la reducción
de la presión sanguínea y otros indicadores de la ansiedad y el estrés de tipo comportamental o
psicológico (O'Haire, 2010:228).
El enfoque sobre el apoyo social o mediación considera a los animales como agentes de
socialización, ya sea ofreciendo apoyo a través de su relación con el humano, o facilitando el contacto
social de éste con otras personas. (González y Landero, 2011:77). Esta teoría entiende al animal como
miembro activo, constituyendo junto con el humano una relación de mutua obligación en la que ambos
miembros se preocupan, quieren, estiman y atienden al otro (Berget e Ihlebaek, 2011:125), algo
similar cualquier relación interpersonal. El animal contribuiría activamente a la reducción de la soledad
de su dueño y a una mejora en el estado general de su salud (O'Haire, 2010:228), gracias
fundamentalmente a aspectos como su disponibilidad, incondicionalidad y apoyo desinteresado
(Kruger et al, 2004:10).
Además, cuando hablamos del papel de mediador, este enfoque entiende a la mascota como
"lubricante social" que facilita el acercamiento de otras personas y estimula la conversación (O'Haire,
2010:229). Algunos autores la utilidad de la presencia de sus mascotas en las terapias facilitado la
toma de contacto con sus pacientes, haciéndoles sentir más relajados, facilitando temas de
conversación o bien ejerciendo de intermediario directo entre paciente y terapeuta (Kruger y Serpell,
2006:29, Walsh, 2009a:494).
Respecto a la teoría del apego tomando como referencia Bowlby, aunque se trata de una teoría
inicialmente concebida sobre las relaciones persona-persona de larga duración (madre-hijo/a,
cuidador-protegido. . . ), es extensible a la relación entre dueño y mascota. (Archer, 1997:240)
La literatura científica hace referencia al término de vinculación (bonding), entendido como el
lazo afectivo que une a humanos y animales, y que se relaciona directamente con esta teoría del
apego. (Kruger y Serpell, 2006:31)
Existen además numerosos estudios sobre el apego que abordan la pérdida de la mascota que
evidencian la fuerza de este vínculo, aludiendo a que el sentimiento que se produce y el estrés
emocional por la pérdida son bastante similares a los que se producen por el fallecimiento de un
humano allegado (Archer, 1997: 239; Walsh, 2009a:487). Podemos decir por tanto que se trata de
un modelo de explicación que valora la capacidad activa del animal dentro de la relación y que
aproxima a la idea de una verdadera dependencia emocional entre el individuo y su mascota.
Finalmente, el enfoque sistémico, siguiendo a Walsh (2009a) destaca algunas de las
potencialidades de esta relación, por ejemplo:
-Poner el énfasis en la "relación" entre animal y humano y no tanto cada uno por separado.
-Incluir a los animales de compañía dentro del mapa de las dinámicas intrafamiliares pasando
de una función utilitarista a una verdadera "significación"(incluir a una mascota en el
genograma familiar).
-Visibilizar al animal como un "miembro inserto" en un engranaje de relaciones, en el que sus
roles varían junto con el del resto de la estructura familiar, - En la intervención terapéutica
incluir las mascotas de los cliente por entender que forman parte de la situación-problema.
BIOFILIA
Se basa en la idea de predisposición genética al trato con animales.
El origen de la relación está en su utilidad para el ser humano, ya que los animales
ayudan a prevenir cambios en el entorno perjudiciales.
Tiene una fuerte influencia de modelos de corte biologicista o médico.
Centra su estudio en cuestiones como disminución de presión sanguínea y reducción de ansiedad y estrés.
APEGO
Para este modelo los animales sirven como agente de socialización.
La relación con las mascotas resulta útil en tanto que facilita el contacto con otros humanos (lubricante social).
También contempla al animal como fuente de apoyo para su dueño, por lo que prácticamente puede equipararse a otro
tipo de relaciones interpersonales.
Es una teoría concebida en sus inicios para relaciones interpersonales, pero se ha extendido a otros tipos de relación.
En ella están presentes las figuras del cuidador (dueño) y del protegido (mascota).
Pone el énfasis en el significado que tiene para el dueño el lazo emocional entre él y su mascota.
Ha servido de base para numerosos estudios sobre el proceso de duelo por la pérdida de mascotas.
SISTÉMICA
Pone el énfasis en lo puramente relacional, atendiendo al verdadero significado del vínculo entre humano y animal.
Contempla al animal de compañía como un miembro más inserto en el medio familiar.
Entiende que el animal puede ser tanto fuente de beneficios como de dificultades a través de su relación con su dueño.
Fuente: Elaboración Fco. Javier Domínguez.
2. ROLES Y FUNCIONES
Siguiendo a Walsh (2009a:482-85); Greenebaum (2004:119); Archer (1997:241); Gutiérrez et
al, (2007:168); Baumgartner (2010:60); Zurbanu (2010) los roles y significados que se le han dado
a relación mascota-humano1 ha variado y se han amplificado en los últimos tiempos.
Junto con las funciones clásicas asociadas a las mascotas de Compañía, afecto, Protección o
sentido de Seguridad (Walsh, 2009:482) y Sustitutos de figuras familiares (hijos, hermanos, padres. . . )
(Greenebaum, 2004:119), se apunta otras:
Cohesionador familiar: con esto, resalta el papel de la mascota como miembro
contribuyente a la homeostasis, actuando de nexo entre los diferentes miembros y
promoviendo la interacción entre los mismos, por ejemplo colaborando a mantener un
ambiente de juego distendido o relajando un ambiente emocionalmente tenso.
Confidente: en este sentido, partimos de la base de que la mayoría de usuarios que tratan
a los animales como miembros de la familia hablan con ellos (Baumgartner, 2010:65). En
1Realmente habría que incluir el plural mascota/s-Humano/s dado que en muchas familias hay más de una mascota(varios
perros, gatos. . . ) lo cual sería otra variable a estudiar que no se incluye en este trabajo.
este caso, contándole aquellas cosas que en muchas ocasiones no pueden contarles a otros,
descargando por ejemplo sus preocupaciones en su mascota.
reflejo o altavoz: En estos casos, la mascota muestra a través de su forma de actuar o en
su estado de ánimo los problemas internos de la familia, del mismo modo que un niño con
problemas de comportamiento o emocionales puede hacer de altavoz en un hogar con
problemas.
Parte de un triángulo familiar: según la autora un animal también puede formar parte de
un triángulo en el que contribuya a la creación de tensiones relacionales. Un ejemplo sería
en problemas matrimoniales, en los que un miembro desplaza su enfado respecto al otro y
grita a su perro.
Roles clásicos
Enfoque de antropomorfización
Enfoque sistémico
Compañero
Protector
Sustitutos
Configuradores de estatus
Cohesionador familiar
Confidente
reflejo o Altavoz
Parte de un triángulo
Fuente: Elaboración Fco. Javier Domínguez
Mencion especial merece el fenómeno de la Antropomorfización: ya sean en la figura de hijos o
padres o hermanos, varios autores consideran que algunas personas humanizan a las mascotas para
cubrir la necesidad del humano de suplir una serie de carencias emocionales (Archer, 1997:241). Esto
explicaría entre otras cosas el hecho de que gastemos una gran cantidad de tiempo y dinero en
nuestras mascotas, comprándole artículos de lujo o consumiendo caros servicios para ellos (Gutiérrez
et al, 2007:168). Un buen ejemplo de este tipo de negocios lo encontramos en la observación
participante que hace Greenebaum en la "Fido's Bakery" una pastelería canina en Connecticut
(Greenebaum, 2004). En su estudio, habla además a la hora de explicar este fenómeno sobre la
importancia de las mascotas como configuradoras del estatus de sus dueños, como función añadida.
Zurbanu (2010) discuten la idea de que antropomorficemos los comportamientos de nuestras
mascotas, señalando la necesidad de analizar si la personalidad es verdaderamente un rasgo de
exclusividad humana o por el contrario es extensible a otras especies, siendo este el motivo por el
que podamos entablar relaciones de tipo humano-animal.
Sea como fuere, en ambos sentidos parece haber un consenso en que las mascotas son
consideradas en muchos casos por las personas como un miembro de la familia. De hecho, en
ocasiones incluso aun conviviendo en exclusiva con una mascota, algunas personas describen su
situación bajo la etiqueta de familia (Baumgartner, 2010:60).
3. BENEFICIOS DE LA RELACIÓN HUMANO-ANIMAL
Son tres los ámbitos fundamentales en los que se han percibido beneficios para las personas
derivados de su relación sus mascotas:
1. Salud física: - Virues-Ortega y Buela-Casals (2006) destacan el efecto psicofisiológico
positivo moderando las respuestas fisiológicas a través del contacto con mascotas; Fomentan el ejercicio físico (Gerzovich, 1998:83); - Mejoras en el sistema inmune (Walsh,
2009:466); - Ayudan a la reducción de los niveles de presión arterial y activación fisiológica
propia de la ansiedad, previendo problemas cardiovasculares; - Reduce, hasta en un 15%,
las visitas a los servicios de salud (Headey y Grabka, 2007; Haraway et al. 2007:46).
2. Relaciones sociales se han destacado la facilitación de relaciones con el medio, tanto con
personas conocidas como extrañas, siguiendo el llamado efecto de "lubricante social"
(Gutiérrez et al, 2007:177).
3. Bienestar psicológico, se señalan la reducción de estrés y la ansiedad; - La facilitación por
las mascotas del proceso de aceptación de enfermedades crónicas(ej. en enfermos de VIH
en la que muchos pacientes muestran un mejor estado de ánimo, disminuye su percepción
de aislamiento. Gutiérrez et al, 2007:176); -En pacientes con enfermedades mentales como
la esquizofrenia, que muestran una menor apatía, una mejor calidad de vida percibida y
mayor motivación, facilitando además que centren su atención en otro elemento que no sea
en sí mismos (Walsh, 2009:466).
4. PÉRDIDA Y duelo POR LA MASCOTA
Para ello, partiremos de la base de que la pérdida de una mascota suele generar un proceso de
duelo similar a cualquier otra pérdida significativa (Planchon et al, 2009:94). Field et al (2009:352),
en su estudio del apego hacia los animales de compañía, concluyen que esta similitud es comparable
en cuanto al impacto psicológico que produce en las personas, entendido en términos de sufrimiento,
ansiedad y estrés por la pérdida. No solo se da la pérdida del vínculo por el fallecimiento de la mascota,
hay otro tipo de pérdidas susceptible de generar duelo3 como señala (Morley y Fook, 2005:130).
El aumento de la esperanza de vida de las mascotas ayuda a que no sólo se fortalezca el vínculo
sino que su pérdida se haga aún más significativa. Morales (1997:247).
Además, en este tipo de colectivos, en los últimos años se han desarrollado varios estudios relacionados con el
campo de la TAA, que apuntan a una posible mejoría en la reducción de sintomatología tanto positiva (ideas
delirantes, pensamiento desorganizado, conducta extravagante, etc. ) como negativa (abulia, anhedonia o
afectividad plana) al establecer relaciones con animales (Mayol-Pou et al, 2000; Villalta y Ochoa, 2007).
La separación por pérdida de custodia en un divorcio, el abandono o puesta en adopción por la imposibilidad de
afrontar el coste del mantenimiento del animal y el cambio de residencia a un lugar que prohíbe la tenencia de
mascotas como las residencias de tercera edad y otros dispositivos sanitarios.
En cualquier caso, la pérdida en estas circunstancias supone un proceso de duelo en el que
pueden atravesarse diferentes etapas. Para explicarlas nos basaremos en el recorrido que hacen
Podrazick et al (2000) por algunas de las teorías más significativas relacionadas con el duelo
aplicándolo a los animales de compañía.
Fundamentalmente hablan del modelo Fásico, uno de los más seguidos en este tema, en los que
autores como Kubler-Ross, especifican la existencia de varias etapas por las que cada individuo
necesita pasar a lo largo del proceso de duelo. Esta autora menciona cinco: la negación y aislamiento,
la ira, la negociación, la depresión y la aceptación. En este proceso Quackenbush y Rosenberg además
añaden a estas fases el sentimiento de culpa producido por cuestiones como el uso de la eutanasia o
la imposibilidad de haber podido mantener económicamente la situación. Sin embargo, siguiendo la
propuesta de Podrazick et al (2000:370), podemos tomar el modelo de Cowles y Rodgers como
referencia más adecuada. Estos autores exponen que el fenómeno del duelo no es algo lineal sino más
bien fruto de la interacción de todas las fases, con mayor o menor peso según cada individuo y el
grado de significación de la relación con su mascota.
Otra cuestión significativa respecto a este proceso, mencionada por todos los autores ya citados,
es la necesidad de apoyo social hacia las personas que pasan por esta situación. Varios autores
sostienen que todavía hay una amplia tendencia social a trivializar el dolor resultante de la pérdida de
un animal de compañía". (Morley y Fook (2005:132). Morales (1997:246) apunta que aquellos que
no han sentido apego por un animal desaprueben la expresión sentimientos relativos a la pérdida,
incluso ridiculizándolas públicamente, lo que puede generar en el doliente
un sentimiento de aislamiento, provocando que personas en muchas ocasiones que no pueden hablar con nadie cercano
sobre el tema. Dunn et al (2005) y Woods (2000) apunta que cada vez surgen más mecanismos como
grupos de autoayuda, servicios de información en clínicas veterinarias, webs y teléfonos de apoyo,
etc. Dunn señala experiencias llevadas desde el Trabajo Social de apoyo en estos procesos desde
clínicas veterinarias. Por su parte, Kowalski (2008) hace referencia a los rituales necesarios que
ayudan en el proceso de duelo.
Es en el manejo de este tipo de recursos donde la presencia del Trabajo Social se hace más
significativa. Un buen ejemplo de ello lo ponen Dunn et al (2005), quienes explican desde la propia
experiencia el desarrollo de varios grupos de autoayuda en el contexto de un hospital veterinario,
fomentando así el encuentro de usuarios con necesidades similares tras la pérdida de su mascota.
Debido a que este tipo de estrategias son relativamente novedosas, existe aún poca información
publicada en la literatura científica del Trabajo Social (Dunn et al, 2005:60)4.
4
Turner (2003:76-77) sobre las tres funciones que debe cumplir un trabajador social que trabaje con la pérdida de
mascotas: 1. Asistir al usuario en la pérdida ofreciendo el apoyo emocional del que carecen, ayudándolos a
normalizar la experiencia, ya que ayudándolo a darse cuenta de que su reacción no es exagerada o patológica
puede aliviar su ansiedad inicial. 2. Generar un espacio donde el usuario pueda expresarse libremente, creando un
ambiente acogedor y abierto en el que el usuario no sienta que va a ser juzgado, y utilizando la escucha activa en
las sesiones. 3. Acompañar al usuario en el proceso, ayudándolo en la resolución de problemas y toma de
decisiones.
INVESTIGACIÓN SOBRE FUNCIONES, VÍNCULOS Y RELACIONES FAMILIARES PERCIBIDAS POR PERSONAS A PARTIR DEL duelo POR LA MASCOTA
El problema a estudiar de esta investigación se concreta, en el análisis de las funciones que
desempeñan los animales de compañía dentro de diferentes sistemas familiares. Para ello,
utilizaremos la pérdida y el consecuente proceso de duelo como factor que evidencie si existían dichas
funciones en los casos estudiados y que nos permitan realizar generalizaciones sobre el tema.
Se trataría por tanto de utilizar el duelo como eje transversal del estudio y con una doble
intencionalidad: como vehículo que nos sirva de imagen en negativo y a la vez como justificante. Con
esto nos referimos a que, por una parte, el duelo es una respuesta a una pérdida que genera un vacío
en muchos sentidos (físico, emocional, relacional, etc. ) y dicho vacío nos servirá en este trabajo de
fotografía en negativo que nos refleje aquello que lo ocupaba. Por otra parte, a la vez el propio proceso
de duelo es una reacción a una pérdida que se siente como significativa, por lo que al estudiarlo en sí
mismo nos permitiría dimensionar la importancia de la relación entre las personas y sus mascotas.
Nuestra hipótesis de partida es que verdaderamente puede existir un vínculo entre una persona
y su perro/gato (mascota) similar al que tienen cualquiera del resto de miembros de una familia.
Además creemos que efectivamente el animal juega dentro de ésta uno o varios papeles importantes
y por ello consideramos que al fallecer esta mascota, la familia tiene que hacer un reajuste que haga
evidente esos roles.
El objetivo sería "Conocer y analizar la importancia que otorgan las personas al vínculo humanoanimal, concretamente en relación a los perros y gatos, así como sus manifestaciones más frecuentes".
La metodología de análisis empleada es de tipo cualitativo. Con ella, lo que se busca
principalmente es aproximarnos a la realidad a través del estudio de las dinámicas interpersonales
representadas en acciones y comunicaciones, y la interpretación de las subjetividades que configuran
la realidad social del tema que nos ocupa (Roldán 1998: 134).
Se parte de que los animales de compañía pueden pasar a formar parte de la familia como un
miembro más, por ello tomamos el modelo Sistémico aplicado a los sistemas familiares5 (desarrollado
por Minuchin, Selvini, Prata, Cecchin, etc). Se sitúa el foco de atención precisamente en el conjunto
de relaciones que se desarrollan entre los miembros de un grupo, incluyendo en este caso al animal.
Este estudio trata por tanto de poner en común los sistemas familiares de los componentes de
la muestra y de observar desde la narración personal de cada uno y en diálogo con el resto, las
repercusiones que la pérdida de su mascota tuvo para su familia, evidenciando el papel que ocupaba
dentro de la misma.
La familia es un sistema social abierto, dinámico, dirigido a metas y autorregulado. [. . . ] Cada sistema individual
familiar está configurado por sus propias facetas estructurales particulares (tamaño, complejidad, composición,
estado vital), las características psicobiológicas de sus miembros individuales (edad, género, fertilidad, salud,
temperamento, etc. ), y su posición sociocultural e histórica en su entorno más amplio. (Gracia y Musitu, 2000:140)
La población está compuesta de 4 personas (n=4) de entre 22 y 30 años de edad, 3 mujeres
y 1 hombre, todas/o estudiantes universitarios, residentes en la ciudad de Sevilla. Todas han
manifestado haber vivido el proceso de duelo, como mínimo desde hace 1 año, por la pérdida de una
mascota (perros y/o gatos) por causas naturales diversas. La investigación se desarrolla en el ámbito
de la línea de investigación del profesor González Calvo, V. de la universidad Pablo de Olavide
"Relaciones familiares y Espacio Doméstico" en el marco del grupo Oficial de Investigación
GISAP(Investigación y Acción Participativa) G-628.
El método seguido para la obtención de la muestra selección aleatoria de los miembros de entre
17 personas que cumplían con el perfil y se ofrecieron para formar parte del grupo. Para la selección
se los ordenó alfabéticamente y se les asignó números correlativos, de los cuales se extrajeron al azar
los cuatro que formarían parte del grupo y otros cuatro de reserva, de los cuales el primero acabó
sustituyendo a uno de los miembros iniciales. Siguiendo a Krueger (1991:97) y a la metodología
elegida, el número limitado de participantes reclutados para la muestra responde a la idea de favorecer
la amplia expresión narrativa de experiencias vitales intensas, como la que compone nuestro objeto
de investigación.
PERFIL DE LOS PARTICIPANTES
INFORMANTE 1
Mujer.
21 años.
Estudiante universitaria.
Con pareja estable.
Conviviente con padre y madre.
Familia acogedora (de menores en
riesgo).
tipo de mascota: perro.
Tiempo de convivencia: 3 años aprox.
Pérdida: dado en adopción.
Actualmente tiene otro perro, desde
hace 8 meses.
INFORMANTE 2
INFORMANTE 3
Mujer.
30 años.
Administrativa.
Estudiante universitaria.
Soltera.
Convive con su madre.
tipo de mascota: perro.
Tiempo de convivencia: 13 años aprox.
Pérdida: fallecimiento natural.
Actualmente tiene un perro nuevo,
desde hace 3 años.
Mujer.
22 años.
Estudiante universitaria.
Soltera.
Convive con padre, madre y dos
hermanas menores que ella.
Familia criadora de perros.
tipo de mascota: perra.
Tiempo de convivencia: 8 meses aprox.
Pérdida: fallecimiento natural.
Actualmente tiene en su hogar a una
pareja de perros (los padres de la
mascota de la que habla).
INFORMANTE 4
Hombre.
26 años.
Estudiante universitario.
Con pareja estable.
Vive de forma independiente, en piso
compartido con estudiantes.
tipo de mascota: Gata.
Tiempo de convivencia:
Pérdida: fallecimiento por accidente.
Actualmente no contempla volver a
tener animales en casa.
ANIMALES DE COMPAÑÍA EN LAS RELACIONES FAMILIARES
El instrumento utilizado para la obtención de información ha sido el grupo de discusión o grupo
focal. Con él se trató de buscar un espacio donde se pudiesen intercambiar ideas y confrontar puntos
de vista sobre el tema.
6. RESULTADOS
A continuación, se detallan los diferentes resultados obtenidos. Para operativizar el tratamiento
de la información obtenida, distinguimos 2 categorías: A. Significación y
B. Utilidad. Asimismo,
distinguiremos dentro de cada una algunas subcategorías que se pueden resumir en el siguiente
cuadro.
Esquema resumen de categorías y subcategorías
CATEGORÍAS
SUBCATEGORÍAS
A. SIGNIFICACIÓN
Significado del vínculo con las mascotas
Posición dentro de la familia
Motivos de inclusión
B. UTILIDAD
Beneficios en la salud percibidos
Beneficios sociales percibidos
Del mismo modo, para la interpretación de los resultados se debe tener en cuenta que los
extractos literales utilizados son únicamente a modo de ejemplos, con los que normalmente el resto
de participantes han mostrado un acuerdo general en su discurso, o bien como ilustración de posturas
opuestas sobre un mismo tema. El motivo por el que no se han incluido extractos literales de los
cuatro participantes en cada punto es, en esencia, para facilitar la lectura y comprensión de los
diferentes apartados, si bien se ha tratado de no introducir sesgos significativos por ello.
A. Significación
Significado del vínculo con las mascotas
Los informantes al definir la relación con su mascota emplearon las palabras: "compañía, amor,
fidelidad y tranquilidad"
como términos compartidos por los informantes. Además se destaca la
repetición de la palabra "responsabilidad", ej. -"Yo me sentía muy bien, porque como lo quería mucho
y como él era una responsabilidad que recaía sobre todo en mí, [. . . ] era como bueno, debo hacer este
trabajo y lo debo hacer bien y claro, como el me respondía también con mucho cariño pues lo hacía
de manera satisfactoria"[. . . ]. (Informante 1). Del mismo modo que también se atribuyó como
característica de "estabilidad" a la relación con su mascota. Destacar también que en algunos casos
la mascota "cubría un vacío": -". . . tengo el instinto maternal muy despierto y no estoy preparada para
tener un hijo. Pero tenía un vacío que necesitaba llenar, y sentir que le estoy dando a alguien, o en
este caso a un perrito, y que sepa responderme a su manera. Y creo que se ha llenado ese vacío
totalmente y estoy encantada con ello". (Informante 1)
Dado que se hizo referencia a dicho vacío en varias ocasiones por más participantes, se les pidió
que tratasen de verbalizar lo que significaba para ellos ese hueco. El resultado fueron dos ideas
contrapuestas. Mientras que una informante aludía a su nueva mascota como forma de retomar el
vínculo que tuvo con la primera, la otra defendía el carácter insustituible de su relación:
-"En mi caso, por ejemplo tenía por un lado el vacío que me había dejado Buddy, porque era
una sensación de querer y no poder. [. . . ] Entonces por un lado tenía ese vacío, de pensar me
gustaría ahora poder dar todo lo que no pude dar en aquel momento, ahora que me siento
más capaz. Y aparte también, como ya he dicho antes, el hecho de ser familia acogedora,
niños que vienen, se van. . . se despierta ese instinto pero no puedes llegar a cubrirlo, porque
obviamente el niño ni es mi hijo ni voy a poder ser su madre en ningún momento. Entonces
tenía esa necesidad, para mí era una necesidad". (Informante 1).
-"A mí lo que me pasa es que me cuesta explicar ese vacío que yo siento. No lo puedo explicar.
No sé, mi perra estaba y ya no está. Es que ella fue un cambio que me dió la vida, y ahora
tienes que adaptarte a otro nuevo cambio. . . y sin ella. Y aunque tuviera otro perro, nadie
sería como mi perra [. . . ] Mi perra no puede ser sustituida por otro perro porque es que no es
"un perro" es "el perro". Es ella, lo es todo en su conjunto, su carácter, su personalidad.
Todo. Cada perro es diferente igual que cada persona es diferente". (Informante 2).
Posición dentro de la familia
Todas/os incluirían en el genograma familiar a su mascota como parte reconocida y activa de la
familia. Se atribuyeron el papel de "hijo" o de "hermano" de manera explícita por tres de los cuatro
participantes:
-"Yo por supuesto sí que lo incluiría en mi árbol genealógico. No sé realmente, porque no
recuerdo muy bien en aquel momento cómo era mi trato con él pero creo que tendría un
lugar muy importante. No sé si quizás estaría de los primeros, pero creo que sí. Es como ha
dicho A. antes, se convierte como en un hermano, como en un miembro más de la familia".
(Informante 1).
-"A mí lo que me pasa con mis perros es que yo soy como su madre, ellos son mis niños. Los
mimo, los cuido, los saco y de todo, como mis hijos". (Informante 2).
-"Lo metería totalmente, porque para mí a los únicos que tenía eran al perro a mi madre y a
mi hermana. O sea que del árbol fíjate si me sobran ramas. [. . . ] Mi perro, como mi hermano".
(Informante 3).
-"Yo siempre he tenido el perro como humanizado. O sea, que mi Jacky no era un perro para
mí, sino que era un hermano, aunque esté feo decirlo, pero yo lo humanicé". (Informante
3).
-"Aunque bueno no serían tanto como mis hijos porque no es lo mismo, pero para mí son
importantes". (Informante 2).
-Yo lo pasé muy mal, hombre no como cuando se muere una persona, porque a mi
desgraciadamente se me ha muerto mi padre, y sé lo que es el dolor de la muerte cuando
se te muere un familiar, ¿no? Pero la verdad es que como un miembro más de mi familia,
que yo consideraba así a mi perro, yo lo pasé mal. (Informante 3).
El resto de la familia estaría de acuerdo con el papel asignado a sus mascotas. La respuesta fue
que mientras que sus madres y hermanas sí lo harían, los padres ni siquiera considerarían
introducirlos, atribuyendo esta postura a una falta de apego por su progenitor, o una diferencia de
género respecto a la posición del hombre: ej.
-". . . para nada, mi padre nunca ha querido perros en casa, y cuando han entrado ha sido con
su negativa" ". . . yo y mi madre las únicas que incluiríamos al perro en el árbol genealógico".
(Informante 1).
-". . . mi padre es el que es más distante con los animales". (Informante 2).
"Yo por mi parte si estaría de acuerdo con mi padre [. . . ]. Porque mi padre siempre lo ha
dicho, que él si le ha tenido que dar de comer a un perro antes que comer él, se lo ha dado,
pero el perro en su sitio y él en el suyo". (Informante 4, varón).
Motivos de inclusión
A la cuestión sobre los motivos que producen lazos entre dueños/as y mascotas y si estos son
generalizables, respondieron afirmando que no todo el mundo entiende las relaciones con los animales
del mismo modo que ellos, señalando algunas diferencias:
-"hay tantos pensamientos respecto a los animales como personas hay o familias".
(Informante 4).
-". . . depende también de la forma de ser de las personas, si hay personas que son más
distantes, es normal que la relación con el perro sea mucho más fría pero hay otras personas
que necesitan esa conexión con ese animal, de demostrar cariño [. . . ]". (Informante 1).
-"[. . . ] Yo creo que es que, si eres una persona que eres capaz de tenerle cariño a algo, a
alguien, en este caso a un animal, te da igual que sea un animal y no te pueda hablar o no
te pueda responder [. . . ]". (Informante 2).
Del mismo modo, en las manifestaciones en las que se hace mención a características del perro
o del gato como causa, se utilizan desde un punto de vista autorreferencial o se basan en atributos
pasivos como la compañía: ej. - "Por lo que te pueden trasmitir, ¿no? Lo que te puede transmitir a ti,
que es lo que hace que tengas perro. Por ejemplo yo sé que cuando yo tenga mi casa voy a querer
tener un perro, porque a mí me da mucha compañía y me hace sentir bien llegar a mi casa y ver al
perro saludándome. Nada más que ese simple hecho". (Informante 2).
B. Utilidad
En esta categoría se engloban dos aspectos que veremos de manera separada: los beneficios
sociales que se perciben relacionados con la tenencia de mascotas y los beneficios que aportan las
relaciones con los animales de compañía para la salud física y psicológica de sus dueños.
Para su análisis, primero se hizo un sondeo previo sobre las actividades que recordasen como
más representativas o que les fueran más satisfactorias, de modo que pudiéramos identificar si
realizaban actividades con sus mascotas que estuvieran relacionadas con ambas subcategorías.
Efectivamente, entre las más recordadas se encontraban los tiempos de juego con su mascota y las
salidas a la calle, y en menor medida los tiempos de baño o las salidas vacacionales.
Una vez nos aseguramos de que ellos eran los encargados de realizar estas actividades con sus
mascotas, se les ofrecieron a los entrevistados dos afirmaciones sobre las que se les pidió su opinión,
relacionadas con los dos tipos de beneficios mencionados.
Beneficios sociales percibidos
Respecto al efecto facilitador de las relaciones sociales, los entrevistados afirmaron ampliamente
y de manera consensuada que las mascotas contribuían a que pudieras tener contacto con
desconocidos, a través por ejemplo de las salidas a pasear. Para explicar su punto de vista utilizaron
algunos ejemplos de su vida cotidiana, como por ejemplo que:
-"Yo estoy de acuerdo porque en el momento en que salía con Buddy por ejemplo, pues te
ayuda a que otras personas se acerquen a preguntar, sobre todo si tienen perros, pues te
preguntan sobre qué raza es, o qué tiempo tiene y bueno, eso te ayuda a relacionarte con
gente que no conoces". (Informante 1).
-"Antes cuando sacaba a los tres, iba al parque y me relacionaba más con la gente porque mi
perra era tan bonita y tan chiquitita que la gente se impresionaba. [. . . ] Entonces la gente me
preguntaba, "uy, ¿que son, los padres?" y gente que no conocías de nada te sacaban temas
de conversación perfectamente. Y claro, al sacarlo diariamente te acababas haciendo hasta
amigo, porque coincidías con las mismas personas casi todos los días". (Informante 2).
Bienestar físico y psicológico percibido
Del mismo modo, respecto al efecto relajante por el contacto con animales, hubo un acuerdo
inicial por parte de los participantes que, utilizando el mismo ejemplo de sacar a pasear a su mascota,
explicaron que estar con ellos les ayudaba a calmarse o a eliminar estrés. Por ejemplo, para referirse
a la sensación de relajación que le reportaba salir con sus mascotas, una entrevistada explicó que: "Es un momento en que me encuentro a mí misma, que me pongo a pensar en cosas, como en otro
mundo, como que me evado de todo. Mi alrededor no está, estoy yo y mis perros". (Informante 2)
Sin embargo, en oposición a esta idea inicial, otros de los informantes reflexionaron sobre que
este efecto calmante en ciertas circunstancias no era por causa de la compañía del animal en sí misma,
aun estando este presente, sino que era debido a que los paseos le ofrecían la posibilidad de encontrar
un momento diálogo interno. Así, expresó que:
-"Yo creo que normalmente a lo mejor no solemos salir todos los días o dedicarnos a dar un
paseo para poder pensar en nuestras cosas. Y como tienes la responsabilidad esa de darle el
paseo, lo das tú también y es un momento en el que te obligas a eso, a conectar con el aire
libre, con lo que es estar fuera de casa. Y bueno, también es un momento en el que dejas el
móvil de lado, porque como vas con el perrito dejas el móvil y te centras en ti mismo".
(Informante 1);
-"Yo pienso que me relajaría igual. Hombre, es igual que si salgo a pasear solo, cuando
muchas veces pienso "voy a pasear solo" y hago eso. A lo mejor me siento en un parque y
me quedo allí "pillao", pero que si fuera con un perro me pasaría lo mismo, sólo que iría con
el perro". (Informante 4);
-"Yo creo que sería algo muy, muy efectivo, porque te ayuda incluso a aumentar tu
autoestima, porque estás viendo que le estás aportando algo a un animal y que él te está
aportando al mismo tiempo algo a ti. Hace que te sientas, como ha dicho M. antes, útil, que
le estás dando y al mismo tiempo te está dando algo de lo que careces". (Informante 1)
Por otra parte, a lo largo de la sesión vimos otro posible acercamiento profesional, desde el
propio duelo, y que parte de la necesidad de apoyo social. Este enfoque partió del análisis de los
factores que influyeron en el duelo por la pérdida de sus mascotas, que fueron:
El tiempo de duración de la relación entre humano y animal.
Las circunstancias por las que se produce la pérdida.
El contacto diario con la mascota.
La capacidad personal de afrontamiento.
La posibilidad de expresar el sentimiento de pérdida a otros.
Al profundizar en esta última idea, destacó el consenso de los miembros del grupo en cuanto a
que la pérdida no puede expresarse a todas las personas. En este sentido manifestaron más adecuado
contárselo a otras personas que tengan animales, a quienes identifican como iguales: -"Yo para eso
también tuve a mi amiga, que ella también es igual que yo, que le tiene mucho cariño a los animales
y sí siente que un animal es alguien más, no sólo un animal o algo inferior, sino alguien más en la
familia". (Informante 2).
Además, identificaron claramente sentirse rechazados por quienes no comparten una relación
con una mascota. Así, algunos ejemplos de ello los encontramos en los siguientes fragmentos:
-"A lo mejor intentas consolarte con alguna persona que no te entiende y te dice "es que yo
no entiendo cómo te pones así". Eso a ti te hace sentir un poco incómodo. Es como si no
todo el mundo entendiese que le puedas tener ese cariño a un animal". (Informante 2).
-"Cuando yo hablo del perro siempre intento hablar con gente que me entienda porque sé
que, cuando yo le digo a la gente que el perro dormía en mi cama o que se echaba en el sofá
o que a lo mejor yo he ido a un bar y le he dado un vaso de agua, [. . . ] la gente me mira
como diciendo "mira la loca". Y sé que aunque no me lo digan, me miran así, pero yo tengo
esa tendencia". (Informante 3).
-"Yo me enfadé con mi mejor amiga, no por lo que hizo sino porque me dijo una frase que no
me gustó. Porque como ella no tiene animales, no lo entiende. Y eso que era mi mejor amiga
y sabía cómo estaba yo con el perro. Me dijo: "Que pesada con el perro!" o "Estar así por un
perro!", pero para mí no era solo un perro, y por eso me enfadé. En definitiva, que no se
puede hablar con todo el mundo". (Informante 3).
Así, también cabe mencionar que recalcaron la importancia de tener a alguien con quien hablar
de la pérdida, profesional o igual, como factor positivo para superar el duelo. Así expresó esta
necesidad una de nuestras entrevistadas:
-"Yo creo que si llevé bastante tiempo mal fue precisamente por eso, porque no tenía alguien
a quien contarle realmente como me sentía. Aunque a lo mejor mi madre viera que estaba
mal y todos veíamos en casa que no estaba Buddy, pero nadie entendía realmente cómo me
sentía. Fue algo que cargué yo sola". (Informante 1).
7. CONCLUSIONES
-La significación de las relaciones entre dueños y mascotas, se aprecia que hay coincidencias entre
los roles de "afecto y compañía" coincide con las aportanciones de F. Walsh (2009a:482), y se
complementa con otros atributos "estabilidad y tranquilidad" necesidad expresada por los
informantes, todos/as estudiantes universitarios. Podría asimilarse ese otro rol que explicaba esta
autora, de "seguridad o protección".
-Se han encontrado atribuciones de rol de "sustituto" que mencionaban Greenebaum (2004:119)
y Archer (1997:241), en relación a la humanización de las relaciones. En estos casos los
componentes han hablado en varias ocasiones de rellenar un vacío emocional, bien como sustituto
de otro animal o bien de alguna figura familiar.
-A pesar de reconocer en varias ocasiones que su mascota nunca podría ser sustituida por otra por
su personalidad, sus características o sus comportamientos, parece claro que en algunos casos
han recurrido a la tenencia de otra mascota nueva como elemento de alivio por la pérdida, ya se
exprese de forma explícita o implícita. De hecho, como sustituto de un familiar hemos visto el
caso de una de las participantes (la Informante 1), cuando por una parte nos reconocía que tenía
"el instinto maternal muy despierto" y luego nos habla de su mascota como elemento que cubre
esas necesidades de cariño y estabilidad que "necesita dar" a un hijo que por otras circunstancias
no puede tener.
-Respecto a la utilidad, de las relaciones con sus mascotas aparece clara la opinión sobre que los
animales de compañía pueden contribuir al bienestar tanto psicológico como social, en tanto que
facilitan el diálogo interno y el contacto con otras personas, tal y como exponían Gutiérrez et al
(2007:176-177).
-Sobre el proceso de duelo, algunos elementos difieren de la teoría analizada. Si bien, como
exponía Morales (1997:247) uno de los factores más importantes por los que aumentaba el
impacto de la pérdida era por el aumento de esperanza de vida de los animales, en nuestro caso
no ha parecido resultar verdaderamente relevante. De hecho, hemos visto como en dos casos
distintos, en el que menos duración tuvo la relación (sólo unos meses) y en uno de los más largos
(12 años aproximadamente), la intensidad de la pérdida manifestada fue totalmente opuesta,
siendo mucho más intensa en el caso de menor duración. Por tanto, podemos decir que a pesar
de que el tiempo de duración de la relación sea el primer motivo que mencionan los participantes,
parece más importante la combinación de otros factores como el contacto diario con la mascota,
la capacidad de afrontamiento personal (resiliencia) o el apoyo social.
-Sobre el apoyo social tal y como explican Morley y Fook (2005:132) nuestros participantes
identifican en su discurso el rechazo por parte de otras personas a entender el duelo por la pérdida
de un animal. Así, coincidiendo con estos autores, nuestros participantes explican que ese rechazo
les ha llegado por norma general por personas que no han tenido una mascota y por tanto no han
sabido valorar su importancia. Por ello es posible que, quizás por miedo a verse juzgados, en el
propio desarrollo de la sesión hayan sentido la necesidad de que cada vez que exponían una idea
que ensalzase su relación con su mascota, luego tuviesen que justificar que en ningún caso tiene
la importancia de un humano.
Por otra parte, el otro aspecto a destacar de este tema es que, como explica Morales (1997:246),
nuestros participantes han reconocido a lo largo de la sesión la importancia de verse apoyados en el
periodo de duelo por la pérdida de sus mascotas, ya sea por familiares o amigos cercanos que les
ayuden a superar las diferentes etapas y los escuchen. Por ello, no dejaría de ser interesante la
intervención desde el Trabajo Social en este campo facilitando la expresión y superación de estos
sentimientos ya sea, como explica Turner (2006:76), apoyando de forma directa, acompañando en el
proceso, ofreciendo recursos o creando los espacios de expresión adecuados para estos usuarios.
En resumen, de los resultados obtenidos y su contrastación con los diferentes enfoques teóricos
podemos concluir que:
1. Efectivamente, los roles de protector y de proporcionador de afecto o compañía dentro de
la familia siguen estando presentes de manera significativa, si bien parecen haber sufrido
una serie de modificaciones, probablemente propiciadas por los cambios en nuestros modos
de vida.
2. También podemos hablar del papel de los animales como sustitutos o suplentes de carencias
emocionales dentro de las relaciones familiares, si bien no es una función generalizable a
todos los casos. Además, parece estar relacionado con el componente "humanizador" de las
relaciones con las mascotas.
3. Respecto a la utilidad de la tenencia de mascotas, efectivamente parece relevante el papel
de los perros en función de los beneficios que aportan a nivel social. Sin embargo, a nivel
psicológico no queda claro que el animal sea generador de bienestar por sí mismo.
4. Asimismo, encontramos la necesidad de tener un espacio en el que hablar libremente de la
pérdida de su mascota sin ser juzgados por los demás. Por ello, se hace relevante el trabajo
desde nuestro campo profesional con personas que estén pasando por una situación de este
tipo y necesiten de mecanismos ya sean de información y asesoramiento, o de apoyo directo
y acompañamiento, como la formación de grupos de autoayuda entre otros recursos.
Sobre las limitaciones y aproximaciones futuras del tema de investigación señalar. De una parte
el ajustado tamaño de la muestra, donde se ha primado la generación de un espacio (grupo focal) de
expresión confortable y de confianza, que permitirá rememorar experiencias pasadas dolorosas(duelo). De otra parte, muchas de los mensajes de los informantes han sido no verbales,
esto no se han analizado, si bien entendemos que son de gran riqueza para completar la narrativa
expresada verbalmente. Por último se propone realizar en el futuro un análisis de las representaciones
de género en relación a la pérdida de las mascotas ya su forma de expresión varía de forma
considerable entre hombres y mujeres.
BIBLIOGRAFÍA
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