La creencia popular de que el delito está unido a los trastornos psiquiátricos, es una creencia errónea a la vez que antigua, que ha creado un prejuicio negativo sobre los enfermos mentales, basado en estereotipos asumidos y compartidos.
Los objetivos planteados son: conocer la realidad sobre la relación entre la enfermedad mental y violencia, y conocer los factores de riesgo para dicha conducta.
Para la realización de nuestra comunicación hemos llevado a cabo una revisión bibliográfica de artículos y trabajos científicos . Hemos realizado la búsqueda a través de diferentes bases de datos: Pubmed, Medline, Cuidsalud y Cuiden. También hemos consultado bibliografía en formato papel.
Hemos obtenido resultados variables y controvertidos, a los cuales se les asocia factores de riesgo que acentúan una conducta violenta, aunque ésta se produce esporádicamente y de manera muy puntual sobre todo en el entorno familiar . Según los diferentes autores algunos de ellos son: incumplimiento de tratamiento, mezcla de alcohol y drogas; estatus socioeconómico y antecedentes de conducta violenta.
Tras la revisión bibliográfica podemos concluir que existe una asociación entre enfermedad mental y conducta violenta, pero según fuentes científicas ,personas con enfermedades mentales graves contribuyen a dicha conducta menos que el resto de los ciudadanos. Para afrontar esta situación tenemos que eliminar la estigmatización y la discriminación principalmente, además de ofrecer intervenciones de calidad acordes con la evidencia científica.