Así como se concibe el proceso de enfermar así se concibe el diagnóstico y así se realiza el tratamiento, por eso que diferenciar entre la enfermedad de fachada, la enfermedad de estructura y la normalidad, sabiendo que estas tres cuestiones están presentes en cada padecimiento de cada sujeto, es necesario y hace a la precisión del tratamiento, tanto al tratamiento médico como al tratamiento psicoanalítico, puesto que en casi todas las enfermedades denominadas psicosomáticas se precisan ambos tratamientos. Muchas veces la enfermedad de fachada se presenta como una enfermedad psicosomática, donde hay lesión de una función o de un órgano, siendo la enfermedad de estructura una depresión que sostiene la enfermedad psicosomática, haciendo que a pesar de su curación vuelva a repetir incansablemente su ciclo de enfermar y curar. La importancia del psicoanálisis reside en marcar la diferencia entre la estructura y los efectos de estructura.