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En un contexto clínico es imposible aprender nada sobre la perversidad. Ya he dicho que la gente no va al psiquiatra a contarle como disfruta de la vida, sino como la sufre. Los psiquiatras sabemos muy poco acerca de los placeres individuales y lo poco que sabemos es tangencial, generalmente a partir de los fracasos del goce, o de su encubrimiento neurótico. A pesar de ello "las perversiones" siguen estando en los manuales de Psiquiatría, pero el conocimiento que adquirimos -a veces tras una larga vida profesional- es insuficiente y fragmentario.