El 60 al 80% de la población sana sufrirá uno o más síntomas somáticos funcionales en una semana y en un 20 al 30% de las veces, el médico no encuentra una causa orgánica . Estos cuadros han existido desde siempre. El mismo Galeno, hace 2000 años afirmaba que el 60% de los pacientes que iban al médico sufrían síntomas que debían explicarse más por motivos emocionales que físicos . Todas las épocas han tenido síndromes con síntomas médicos inexplicados. En los últimos años del siglo XIX surgió la primera enfermedad de moda: la neurastenia, que en la actualidad ha dejado paso a otras: la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica, socialmente más tolerables por su menor estigma psiquiátrico. Sin embargo a pesar de todos los estudios e intervenciones encontramos escasez de resultados concluyentes, pobre eficacia terapéutica, pacientes cronificados y descontentos, mala calidad de vida, alto índice de frecuentación de servicios y altos costes sanitarios. ¿No sería el momento de dejar de actuar y pararse a reflexionar qué estamos haciendo? ¿Estamos ayudando a nuestros pacientes con los planteamientos actuales? La sociedad en la que nos movemos nos empuja a actuar casi sin pensar pero es aquí donde la ética médica y el principio Hipocrático <> tiene plena actualidad.