Existe una gran confusión en torno a los trastornos mentales en las DI, ya que es difícil asegurar si un trastorno es causa, síntoma o efecto en el curso de una DI. De hecho, cuando se emplean clasificaciones multiaxiales, p.e. la DSM-IV-TR o la de Rutter (MIA-CIE-10), los trastornos se presentan en el eje I, mientras que la DI aparece en otro eje diferente, sea el eje III caso de la clasificación de Rutter o el eje II en la DSM-IV-TR. Este hecho
demuestra una separación clara entre: trastorno mental y DI, dicho de otra manera: un trastorno mental puede o no puede presentarse con DI y la DI puede o no puede presentar trastornos mentales de uno u otro tipo. Esta formulación y evaluación multiaxial real es más precisa, conceptual y metodológicamente, que la utilización
desproporcionada del término co-morbilidad, un anglicismo cuya generalización induce a errores y simplificaciones escasamente clarificadoras y sí contribuye a crear confusión. Un caso típico de lo comentado recientemente es el caso de establecer como procesos comórbidos la DI con el trastorno por déficit de atención con o sin
hiperactividad (TDAH), cuando el proceso sería que en la DI el nivel de comprensión es menor, por lo que la atención se pierde más fácilmente al no comprender el contenido e integrar de forma defectuosa los componentes cognitivos y, como consecuencia, se expresa de la forma más primaria: intranquilidad psicomotriz.