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Relaciones interpersonales y ocupación.

Fecha Publicación: 01/03/2007
Autor/autores: Laura Rueda Castro

RESUMEN

El propósito de realizar un análisis de las relaciones interpersonales desde una perspectiva ocupacional, tiene como norte esquematizar la dinámica Psicosocial que se genera entre los seres humanos para alcanzar logros comunes. ello sucede, a la hora de establecer vínculos para ejecutar una tarea, para abordar un problema o para establecer una alianza. El tema se abordará desde tres aspectos: en primer lugar se revisa el fenómeno de vinculación intercomunicacional del ser humano y cómo a partir de ello, se valida el reconocimiento de la otredad.

Se destaca en este punto, los modos tanto favorables como desfavorables de su desarrollo. El segundo aspecto, aborda la ocupación y su dimensión social. La ocupación, en la medida que se asume como un estar haciendo con otros o junto a otros, constituye el núcleo del cooperativismo y la solidaridad. El último aspecto, sintetiza de los dos anteriores y ejemplifica lo expuesto en el desarrollo de las intervenciones de base narrativa que se aplican en el quehacer del terapeuta ocupacional.


Palabras clave: Enfoque comunicacional, Ocupación, Relación interpersonal
Tipo de trabajo: Conferencia
Área temática: Psiquiatría general .

Relaciones interpersonales y ocupación.

Laura Rueda Castro.

Terapeuta Ocupacional. Licenciada en Filosofía. Licenciada en Ciencia de la Ocupación. Magíster en Bioética. Profesora Asistente escuela de terapia Ocupacional. Investigadora Centro Interdisciplinario de Estudios en Bioética. Universidad de Chile.

PALABRAS CLAVE: Ocupación, Relación Interpersonal, Enfoque comunicacional.

Resumen

El propósito de realizar un análisis de las relaciones interpersonales desde una perspectiva ocupacional, tiene como norte esquematizar la dinámica Psicosocial que se genera entre los seres humanos para alcanzar logros comunes. ello sucede, a la hora de establecer vínculos para ejecutar una tarea, para abordar un problema o para establecer una alianza. El tema se abordará desde tres aspectos: en primer lugar se revisa el fenómeno de vinculación intercomunicacional del ser humano y cómo a partir de ello, se valida el reconocimiento de la otredad. Se destaca en este punto, los modos tanto favorables como desfavorables de su desarrollo. El segundo aspecto, aborda la ocupación y su dimensión social. La ocupación, en la medida que se asume como un estar haciendo con otros o junto a otros, constituye el núcleo del cooperativismo y la solidaridad. El último aspecto, sintetiza de los dos anteriores y ejemplifica lo expuesto en el desarrollo de las intervenciones de base narrativa que se aplican en el quehacer del terapeuta ocupacional.



Introducción

El propósito de realizar un análisis de las relaciones interpersonales desde una perspectiva ocupacional, tiene como norte esquematizar la dinámica psicosocial que se genera entre los seres humanos para alcanzar logros comunes. ello sucede, a la hora de establecer vínculos para ejecutar una tarea, para abordar un problema o para establecer una alianza.


El encuentro interpersonal

El encuentro entre dos personas, además de realidad antropológica , es una exigencia vital. Se puede hablar de una comunicación intersubjetiva que tiene una dimensión cultural.

La relación interpersonal se da en el cumplimiento de tres exigencias:

1. Descubrir y tratar al otro como un “tú”, es decir como otro ser humano semejante a uno mismo y que merece nuestro respeto.

2. Manifestarnos en la comunicación interpersonal como un “yo” real, auténtico, modulando nuestras inclinaciones de acuerdo al contexto y al sentido común.

3. Crear un “nosotros” como eje de la convivencia interpersonal.

1. - Descubrimiento y aceptación del otro como un “tú”

Para que pueda darse una convivencia perfecta es necesario que las personas descubran en el otro un alguien portador de deberes y derechos igual a los míos. Para alcanzar éste descubrimiento y establecer este tipo de relación se deberían satisfacer las siguientes exigencias:

a) El otro no debe ser tratado como un objeto Las personas valen cuanto tales, sin embargo, las personas pueden adoptar diferentes modalidades, en cuanto son vistas y aceptadas de diversa forma por los demás. En este sentido, podemos convertir a los demás en “objetos” o en “personas”. La convivencia será de distinta índole según sean objetos o personas los que la componen.

Existen diversas maneras de hacer al otro un objeto. He aquí las principales:

· Un “Don Nadie”: como si no existiese para mí. Existe materialmente, pero no como persona. Para muchos, la sociedad humana, fácticamente convertida en objeto, en un inmenso y multiforme “nadie”. Es imposible tener amistad con todos los hombres. Sin embargo, es necesario - y es posible- estar dispuestos a abrirse a todos los hombres de una manera potencial.  

· Un instrumento. Damos un paso. se considera al otro, pero se lo considera - como algo - que sirve. Es un objeto, de cuyas propiedades yo me sirvo para la realización de mis fines. la instrumentalización del hombre por el hombre ha sido puesta de relieve por diferentes pensadores: Marx (alienación); Heidegger (zeug); Sartre (Utensilité); Marcel (ser y tener) relación siervo-señor en la visión de Hegel.

· Un rival. En cuanto objeto, el otro puede serme ante todo un obstáculo, algo que se interpone enojosa y perturbadoramente en el camino de mi vida. De un modo directo, inmediato, casi físico; de un modo mediato, espiritual. Al otro se le puede considerar como un rival. y se le puede tratar como un rival; se pasa a la acción.  

· Un objeto de contemplación. es la reducción del “tu” a un “ello”. En Cuanto objeto de contemplación, el otro es para mí un “espectáculo”. Me sitúo ante él y lo contemplo. Para contemplar se necesita cierta retracción: retirarse un poco (distanciamiento existencial), la retracción lleva consigo la abstención y la expectación.

La amistad constituye el núcleo verdaderamente interpersonal de cualquier relación dialéctica. Lo que en tal relación constituye vinculación entre personas es amistad. pero la amistad no es; ni mera contemplación (no se ama un “que”, sino un “quién”), ni mero gobierno (esto supone una objetivación), ni mera suplencia ( se le convierte en un algo y no en un alguien).


2. Manifestación del yo en la comunicación interpersonal.

Hemos visto que es necesario descubrir en el otro un “tú” y relacionarse con él de ese modo para que pueda existir una convivencia interpersonal. pero no basta con eso. Es necesario, además, que el yo se manifieste en cuanto “yo”. Únicamente habrá un tú” si existe un “yo”

La manifestación del yo en la relación con el tú, tiene formas deficientes y formas no deficientes de manifestarse:

a) Formas deficientes de manifestación

· Papel Social A veces el yo se manifiesta en la convivencia como un papel social que tiene que desempeñar, generalmente por presión social. Existe en el mundo un complejo “espectacular”, y todos nos sentimos un poco papel a desempeñar, desde el punto de vista profesional. Sastre ha hecho estudios fenomenológicos muy interesantes sobre los diferentes papeles sociales en la comunidad humana actual. Es necesario tener en cuenta que en la vida social todos nosotros tenemos un “status” y a ese “status” corresponde un rol social (= un papel a desempeñar). Esto es necesario y es bueno. Lo malo es cuando el yo nunca se manifiesta en la línea personal; sino que siempre lo hace en la línea del papel social; o, lo que es peor, cuando en las formas personales, que deberían estar privadas de todo rol social, asume un papel social. · Un objeto de transformación. el otro queda reducido aquí a un objeto de operación transformadora. Esta transformación puede hacerse con una finalidad conflictiva; pero también puede realizarse con una intención perfectiva y amorosa. Pensemos en la educación o en la relación entre médico y paciente.

b) El otro debe ser tratado como persona

El hombre es persona cuando hay un “yo” que le trata como un “tú”. cuando aparece una relación interpersonal. Pero ¿cómo es esa relación interpersonal?

· La relación interpersonal. me relaciono con el otro en cuanto persona cuando participo de algún modo en aquello que como persona lo constituye. El otro tiene que ser para mí y no sólo en sí y por sí mismo, un “yo” íntimo personal; o, lo es igual, un “tú”. Para que eso se verifique, es necesario que yo co-ejecute las acciones que su yo más íntimo ejecuta en el momento de nuestro encuentro. esta co-ejecución se desdobla en varias instancias o momentos: 1) Instancia cooperativa; 2) instancia compasiva o afectiva; 3) instancia cognitiva.

· La amistad como forma típica de la relación interpersonal. La relación entre las personas puede adoptar formas conflictivas. Son muchas las especies de tal relación conflictiva; el odio propiamente dicho, la envidia, el resentimiento, la simple rivalidad, etcétera. la relación interpersonal sigue también y con más frecuencia caminos dialécticos. A pesar de todas las guerras y miserias del mundo, tenemos que admitir la mayor abundancia de amor que de odio. Y esto se explica por razones existenciales; el hombre es un “animal social”; el hombre es un animal de verdad (la mentira y el odio le adviene, no le son constitutivos).  

· La relación interpersonal dilectiva puede asumir muchos matices. A la manifestación del yo como un auténtico “yo”. Para que exista una comunidad es necesaria la aparición del “nosotros”. No hay convivencia sin el eje o núcleo del “nosotros”.


3. - “Nosotros, palabra viva” ( Laín Entralgo)

El siglo XX ha visto aparecer el espíritu comunitario en la humanidad naturalmente, el siglo XX es deudor de los siglos anteriores: del cosmopolitismo del siglo XVI; del afán humanista del siglo XVII; de los movimientos e ideologías sociales del siglo XIX.

Pero ¿qué es el “nosotros”?. Es una realidad difícil de precisar. No tenemos categorías para expresarla. Podemos, sin embargo, hacer algunas aproximaciones:

· La nostridad no es un ser de razón. No es algo que los hombres inventamos para hablar de la comunidad; esto sería la vieja tesis de que la sociedad es una relación de razón sin realidad objetiva.

· La nostridad es algo realmente distinto del “tú” y del “yo”. Es algo nuevo. Pero, al mismo tiempo, es una realidad sustentada en las personas. No puede existir un nosotros si no existe un tú y un yo.

· La nostridad es una realidad distinta y al mismo tiempo sustentada en el tú y en el yo; pero únicamente se da cuando las personas se relacionan. Es una realidad dinámica, una realidad relacional. Aunque se pueda hablar de un nosotros estructural, sin embargo esa estructura es referencial y relacional.

· La nostridad se constituye con una apertura a un “tercero”. podemos decir que el “nosotros” es la matriz o el ámbito constitutivo de las personas: a)el yo es “yo” en el nosotros; b) el tú es “tú” en nosotros; c) él es “él” en nosotros; d) el vosotros es “vosotros” en el nosotros. La realidad básica es el nosotros

· La nostridad se forma con la reciprocidad de las personas. La relación de reciprocidad entre los seres humanos los conforma y los configura. Surge así una “sobrepersonalidad”. Aparece la relación de grupo o relación colectiva, a la que solemos dar el nombre de “comunidad”. La comunidad llega a ser la categoría fundamental para la aprehensión y la realización de las personas.

La realidad humana y la diversidad de relaciones que de ella se desprenden dan actualmente relieve, en todas sus manifestaciones, al proceso comunicativo en cuanto principio de mediación simbólico y material. La ocupación se genera en medio de este proceso comunicativo, en cuyo contenido se descubren las estructuras más profundas del sentido cultural del quehacer humano2.

El enfoque comunicacional, busca desarrollar la competencia comunicativa que une el conocimiento del sistema lingüístico y sistema de signos no verbales, las condiciones en que se usan estos sistemas en atención de apoyar procesos de bienestar social.

Las actividades que cada ser humano comparte con otros, generan un espacio intercomunicacional que permite desarrollar habilidades reparadoras de situaciones críticas, cuando son guiadas con un propósito constructivo. ello facilita, el bienestar de los grupos y la reconciliación con uno mismo. Esto último, puede constituirse como un medio terapéutico.

La ocupación y en general el quehacer humano es el aspecto de la vida donde se dedican muchas horas del tiempo, las energías y la expresión vocacional. Es la instancia donde se es actor y espectador del sentido que se le da a la vida, donde la persona trasciende y donde se estructura la vocación.

En el quehacer práctico se adquiere seguridad, estabilidad y dignidad. Es el medio para perfeccionarnos, evolucionar, buscar nuestro bien y el de los semejantes. Es una instancia donde se pueden practicar los valores y hace posible que cada persona contribuya eficazmente en todas las áreas que le rodean: personal, familiar, social y hasta planetaria.

La ocupación es el campo donde germinan nuestros talentos, creatividad, originalidad. Será la extensión de la esencia de cada yo, como auténticamente se es, así la persona se proyecta en el universo, le da sentido y el fin a su vida, más allá de lo alcanzable a corto plazo, más allá de las competencias inútiles o del logro de los fines materiales en exclusividad; éstos si bien aumentan la capacidad de tener no incrementan la posibilidad de ser.

Redescubrir el valor del quehacer junto a otros, nos hace co – creadores de una actividad que nos lleva más allá de uno mismo, transforma el cansancio, la fatiga o la rutina en un placer de compartir y hacernos más personas3.


Relaciones interpersonales como centro en la evaluación narrativa

Las historias de vida son relatos que exponen diversos aspectos sobre la vida de una persona, destacando datos biográficos relevantes, como: desarrollo y rendimiento escolar de las etapas básicas de la enseñanza, competencia laboral, familiaridad con hechos de ciertas exigencias intelectual y/o social, hábitos alimentarios, ritmo vigiliasueño, formas y estilo de ejecución de rutinas y actividades, ajustes familiares, quehacer religioso e ideológico, intereses especiales, rasgos de carácter predominantes, nivel de funcionamiento global y muchos otros aspectos.

En estos relatos también aflora espontáneamente, la identidad cultural y social de las personas, los límites estrechos de la existencia de estos aspectos, posibilita una fuerte pertenencia a grupos de iguales, los valores, las creencias, los “modos de ser”. Se incorpora, en el análisis de estos aspectos, antecedentes de las historias familiares como contexto de variados aprendizajes y bagajes culturales recibidos.

El asesor que apoya la reorientación de estas personas, puede tomar lo que le motiva a la persona asistida para diseñar o readecuar su historia, en un esfuerzo de dar sentido a la experiencia traumática y comprometerlo a reiniciar un proceso de aceptación y modificación para un nuevo estilo de vida.  

Con respecto, al aporte que entregan las historias de vida en los programas individuales de asesoría, los trabajos de Sarbin4 exponen que nuestros clientes estarán más absortos y motivados en aquellas actividades que preserven o mejoren su identidad moral. La alimentación del espíritu humano para actuar involucra, el desarrollo de narrativas de las personas participantes en las sesiones de apoyo ético terapéuticas, desde donde se extraen la información de cómo ellos entienden su compromiso histórico y futuro en el marco de sus vidas, pues, se exploran las estructuras morales que ellas creen que representa lo “bueno”, obteniendo una impresión de sus roles sociales, y ganando un sentido de su lugar y posición en el medio cultural al que ellas pertenecen. La evaluación narrativa, surge a partir de un análisis del relato de las historias de vidas que se han expresado en forma extensa en series de conversaciones con las personas tratadas y en la síntesis de los diálogos que se establecen para buscar soluciones, tomar decisiones y readecuar proyectos de vida en el clima de las consejerías terapéuticas.


Referencias bibliográficas

· Bravo N. " Valores Humanos". Red Internacional del Libro. Santiago. Chile 1995

· Echeverría, R. Ontología del lenguaje. Dolmen Eds. , Stgo. Chile 1994

· Gómez S. Rueda L. “Bases para el desarrollo de la Ciencia de la Ocupación”. Universidad de Chile. Facultad de Medicina. escuela de terapia Ocupacional. 2002 pág. 83

· Habermas J. teoría de la acción comunicativa. Madrid: Taurus; 1998.

· Laín Estralgo P. teoría y realidad del otro, Madrid: Alianza, 1988 

· Rueda, L. Rueda, J. El enfoque Comunicacional en la formación de Terapeutas Ocupacionales: Aspectos teóricos y Propuesta de Aplicación. RCHTO 2005 (53 – 60)

· Sastre J. P. , Heidegger M. El existencialismo es un humanismo & carta sobre el humanismo, Buenos Aires, editorial argentina del 80, 1995.

· Varela, F. Ética y acción. Ed. Dolmen. Stgo. Chile 1996


Notas

1 Cfr Lersch, Philipp. “El hombre como ser social”. Scientia, Barcelona 1967

2 Rueda, L. Rueda, J. El enfoque Comunicacional en la formación de Terapautas Ocupacionales: Aspectos teóricos y Propuesta de Aplicación. RCHTO 2005 (53 – 60)

3 Cf. Bravo N. " Valores Humanos". Red Internacional del Libro. Santiago. Chile 1995

4 Cf. Gómez S. Rueda L. “Bases para el desarrollo de la Ciencia de la Ocupación”. Universidad de Chile. Facultad de Medicina. escuela de terapia Ocupacional. 2002 pág. 83

 


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