RESUMEN
[ABSTRACT] The increase of divorces, separations and new marriages in the western world doesn?t seem to have an end. These new family models, a product of the social change, are real challenges for family therapy.
Mental health clinicians know the traumatic impact (emotional, financial and social) of a divorce, although the social stigma has disappeared.
We must accept that it is likely (between 30-50% depending on the cultures, societies, etc) that couples which constitute themselves as families dissolve after a few years and that second marriages, especially if they are re-constituted families (with children from previous marriages and from both sides), will also dissolve. Therefore, we must find a way to face this more than possible family organisation, not only from the preventive point of view but also from the therapeutic one.
Family mediation, with its instruments to help couples in the process of getting divorce or already divorced, not to get into endless legal disputes, has been a valuable help to avoid the problem becoming chronic as well as the subsequent deleterious effect to a divorce process. Nevertheless, the new families, product of previous divorces, very often follow ways of malfunction.
The problems that post-divorce families have are various and from different origins. Thus, the gender and the social changes (see the working woman, detached grandparents, etc) in the new organisations, have difficulties that are not easy to overcome.
This paper proposes to keep discussions open about ways to face the various and changing stages of these new family structures, as well as to think about the roles of parents in these new organisations.El incremento de divorcios, separaciones y nuevos matrimonios en el mundo occidental no tiene visos de detenerse. Estos nuevos modelos familiares producto del cambio social, proponen verdaderos desafíos a la terapia familiar.
Es conocido desde hace tiempo por los profesionales de la salud mental, el impacto traumático -emocional, económico y social- del divorcio, a pesar que el estigma social del mismo ha disminuido.
Debemos aceptar que lo probable (entre un 30-50% según culturas, sociedades, etc.), que las parejas que se constituyen como familias se disuelvan a lo largo de los años y que los segundos matrimonios, más sí son familias reconstituidas, con hijos aportados por ambos de matrimonios anteriores, también se disuelvan. Por lo que deberemos encontrar un modelo de abordaje tanto preventivo como terapéutico para esta más que posible organización familiar.
La mediación familiar, con su conjunto de instrumentos, para ayudar a las parejas en proceso de divorcio o divorciadas, a no entrar en litigios legales interminables, ha sido una apreciable ayuda para evitar la cronificación y sus efectos deletereos subsiguientes a interminables procesos de divorcio. Pero y a pesar de ello, las nuevas configuraciones familiares producto de los divorcios prosiguen a menudo caminos disfuncionales.
Los problemas que se le presentan a las familias post-divorcio son múltiples y de diferente origen, así, desde el genero hasta los cambios sociales (véase: trabajo de la mujer, abuelos distanciados, etc.) en las nuevas organizaciones proponen situaciones de difícil resolución.
La propuesta de la comunicación es mantener abierto el debate acerca de modos de abordaje de las distintas y cambiantes etapas de estas neo-estructuras familiares, así como reflexionar sobre las funciones parentales de la nueva organización.
Palabras clave: Divorcio, Funciones parentales, Mediación, Monoparentalidad, Reconstitución, Separación
