Cumplidas dos décadas desde su reconocimiento e identificación como una entidad bien definida en la clasificación DSM-III de la Asociación Psiquiátrica Americana, el Trastorno de Angustia sigue suponiendo un reto para la atención psiquiátrica por su elevada incidencia, el alto grado de incapacidad y gran sufrimiento que provoca la evolución natural de la enfermedad. En esta exposición trataremos de abordar un aspecto a veces olvidado del trastorno, el de la comorbilidad. En primer lugar la relación entre el Trastorno de Angustia y otras enfermedades médicas, cuestión que resulta de enorme trascendencia ante los numerosos síntomas físicos que aparecen en el mismo, necesitando excluir que tengan una causa somática. Posteriormente se analizará la comorbilidad con otros trastornos psiquiátricos, tema de creciente interés que puede ayudar a delimitar el pánico como entidad clínica y, desde un punto de vista práctico, establecer un tratamiento y pronósticos más acertados.