El Interferón es una citoquina que forma parte de nuestro sistema inmune y que posee propiedades antivirales y antitumorales. El tratamiento más eficaz en la Hepatitis C crónica es el Interferón alfa pegilado asociado a Rivabarina, que consigue remisiones del 50-80%. Sin embargo, existen numerosos efectos secundarios de este tratamiento, entre ellos los psiquiátricos, que pueden ser diversos, siendo los más frecuentes: depresión, irritabilidad, ansiedad y alteraciones del sueño. En relación a esta breve introducción, presentamos un caso clínico de una varón de unos 40 años de edad que, tras tratamiento con Interferón, comienza con un cuadro depresivo asociado a una preocupación excesiva por defectos físicos derivados del tratamiento (principalmente alopecia), llegando en alguna ocasión a verse el rostro distorsionado. Esta situación física provoca en el paciente un malestar intenso, afectándole en diversas áreas de su vida. Dado este caso, se plantea la hipótesis de la aparición de un Trastorno Dismorfofóbico Corporal tras el tratamiento con Interferón, y los diagnósticos diferenciales, que se podrían poner en discusión, como Trastorno Depresivo con Síntomas Psicóticos.