Autor/autores: Alejandro Vera Casas
Fecha Publicación: 30/11/2020
Área temática:
Trastornos de alimentación .
Tipo de trabajo:
Post/Entrada de Blog
Integra Terapia
Sabemos que las personas con sobrepeso a menudo se sienten ansiosas y que los altos niveles de ansiedad pueden alterar nuestro comportamiento. La ansiedad puede ser una de las causas asociadas con el sobrepeso o puede ser una consecuencia del mal estar con la propia imagen.
A veces comemos demasiado cuando estamos demasiado preocupados por algo. Es lo que comúnmente se conoce cómo atracón o hambre emocional.
La ansiedad puede estar asociada con el comportamiento alimentario de varias maneras:
La persona asocia la ansiedad al acto de comer, porque el comer genera una reducción temporal de la sensación desagradable que le acompañaba
Después de un tiempo, la ansiedad vuelve a a aparecer. Por lo que la respuesta regulatoria a través de la comida tan sólo es un parche.
También hay quienes comen ante el más mínimo indicio de que algo desagradable puede ocurrirles. Así, la persona mantiene un bajo nivel de ansiedad sin darse cuenta de que comer cuando está incómodo es una estrategia que no funcionará bien a largo plazo.
Quiénes están en proceso de reeducación alimentaria necesitan aprender a manejar sus emociones para que sus esfuerzos no se desperdicien por razones emocionales. Cuando se intenta seguir una nueva dieta, por muy equilibrada y apetitosa que sea, es común que el cambio de hábitos despierte la ansiedad que estaba latente en nosotros, lo que puede obstaculizar los esfuerzos por lograr el cambio de hábitos.
Se podría pensar que una persona se vuelve ansiosa debido a los cambios en algunos hábitos alimenticios. Sin embargo, el cambio de hábito es capaz de revelarnos mucho más sobre la persona.
Al esforzarnos por seguir nuevos patrones de alimentación, nos quedamos sin la "herramienta" para evadirnos de aquello que nos preocupa o genera mal estar. Por tanto, es posible que en este momento aparezcan nuevos problemas de los que no éramos del todo concientes.
Así, algunos conflictos emocionales que aún no han sido bien resueltos en nuestra mente pueden surgir a un nivel consciente.
Desde el momento en que la persona comienza a estar más atenta a lo que come, también comienza a observar mejor sus sentimientos y comportamientos, lo que amplifica su autoconocimiento. De esta manera, la persona se da cuenta de que ha utilizado la comida como un mecanismo para hacer frente a los problemas emocionales.
Al desarrollar la capacidad de auto-observación, entramos en un mayor contacto con nosotros mismos. Así, nuestras necesidades más profundas se hacen más evidentes. Esta capacidad de analizar el propio comportamiento ayuda a romper el viejo ciclo emocional y de alimentación en el que uno se encuentra
Los hábitos alimenticios pueden ocultar las necesidades emocionales
Los hábitos alimenticios que ocultan las necesidades emocionales podrían incluir comportamientos alimentarios similares cuando estamos muy cansados sin darnos cuenta de que nuestra principal necesidad en ese momento sería el descanso.
En tales circunstancias, comer podría ser un intento de descansar el cuerpo y la mente. También hay casos en los que una persona come cuando se siente muy triste. ¿No sería tu verdadera necesidad detenerte a pensar un rato y llorar?
Otras personas pueden estar ansiosas e intentar comer para aliviar su sufrimiento. Sin embargo, hay otras formas de tranquilizarnos, porque nuestra verdadera necesidad en ese momento no sería la de nutrir nuestros cuerpos. El mismo proceso puede ocurrir con las personas que están necesitadas, frustradas, tristes o que se sienten solas
Las personas ansiosas engordan porque se atascan en un círculo vicioso: el estrés de la rutina funciona como un disparador que activa el impulso de comer más. Con el aumento de peso, la ansiedad tiende a aumentar, y se termina comiendo de manera compulsiva. El exceso y la falta de control a la hora de comer hacen que sea más fácil para la persona ganar aún más peso.
Con la psicoterapia la persona se conoce mejor a sí misma, aprende a cambiar sus hábitos alimenticios y es capaz de controlar sus emociones. Después de todo, la ansiedad suele estar asociada a la obesidad porque es tanto una causa como una posible consecuencia de esta situación de salud.
Para que puedas lograr tu objetivo, el trabajo emocional es fundamental, ya que a través de él es posible identificar y tratar la ansiedad y otras emociones que desencadenan el acto de comer en exceso.
Además, la psicoterapia es esencial para que puedas aprender a conocerte a tí mismo y a construir condiciones psicológicas para enfrentar situaciones futuras, resolviendo tus problemas adecuadamente sin desregular la dieta.
Intenta, en la medida de lo posible, enfrentar las situaciones que consideras difíciles. Esto evitará que busques alivio en la comida.
Fuente: Portal de nutrición y salud Nutricienta
Palabras clave: comer por ansiedad
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