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Reflexiones en torno a la estigmatización social de la locura comprendida como esquizofrenia.

Autor/autores: Pamela Parada Fernández , Alexandra Garriz Luis
Fecha Publicación: 07/03/2011
Área temática: .
Tipo de trabajo: 

RESUMEN

Actualmente existe un rol castigador y estigmatizador en torno a las patologías mentales y principalmente en la esquizofrenia. El término locura se ha utilizado a lo largo de la historia, como una persona que rechaza las normas sociales previamente establecidas; por tanto una desviación del consenso medio. Entonces, el que designa la locura adquiere un poder frente al ?loco?, dejándolo marginado de la estructura social. Es por ello, que nos encontramos con una estigmatización desmedida asociado a las enfermedades mentales. Exponiéndolos a situaciones que traicionan la condición humana. A continuación analizaré algunos aspectos históricos y actuales que relacionan a la estigmatización en  torno a la esquizofrenia y sus grandes implicancias en el tratamiento.

Palabras clave: Estigmatización; discriminación; locura; esquizofrenia


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Parada Fernández P. Psiquiatria.com. 2010; 14:7.
http://hdl.handle.net/10401/2735

Artículo original
Reflexiones en torno a la estigmatización social de la
locura comprendida como esquizofrenia
Reflections on the social to the stigmatization of the madness understood as schizophrenia

Pamela Parada Fernández1*, Alexandra Garriz Luis2
Resumen
Actualmente existe un rol castigador y estigmatizador en torno a las patologías mentales y
principalmente en la esquizofrenia. El término locura se ha utilizado a lo largo de la historia,
como una persona que rechaza las normas sociales previamente establecidas; por tanto una
desviación del consenso medio. Entonces, el que designa la locura adquiere un poder frente al
"loco", dejándolo marginado de la estructura social. Es por ello, que nos encontramos con una
estigmatización desmedida asociado a las enfermedades mentales. Exponiéndolos a situaciones
que traicionan la condición humana. A continuación analizaré algunos aspectos históricos y
actuales que relacionan a la estigmatización en torno a la esquizofrenia y sus grandes
implicancias en el tratamiento.
Palabras claves: Estigmatización, discriminación, locura, esquizofrenia.
Abstract
Currently there is a punitive and stigmatizing role related to mental disorders and particularly in
the case of schizophrenia. The term insane has been used throughout history to describe a
person who refuses previously established social norms and therefore deviates from those
norms. Then, he who defines the insanity acquires power over the "crazy person", leaving him
divorced from the social structure. This is why we find a disproportionate stigma and this being
associated with mental illness and the term being as old as the notion of mental suffering.
Exposing them to situations that betray the human condition. Then discuss some historical
aspects that relate to the stigma surrounding schizophrenia.
Keywords: Stigmatization, discrimination, madness, schizophrenia.

Recibido: 23/05/2010 ­ Aceptado: 06/10/2010 ­ Publicado: 23/12/2010

* Correspondencia: pame.parada.f@gmail.com
1Universidad Católica Silva Henríquez.
2Universidad Autónoma de Madrid.
1,2Hospital de Urgencia de Asistencia Pública Dr. Alejandro del Río Santiago de Chile.

Psiquiatria.com ­ ISSN: 1137-3148
© 2010 Parada Fernández P, Garriz Luis A.

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Parada Fernández P. Psiquiatria.com. 2010; 14:7.
http://hdl.handle.net/10401/2735

Los trastornos mentales pertenecen a una parte de nuestra idiosincrasia que no quisiéramos ver,
por temor, ignorancia, por no se parte de lo "establecido". Un ejemplo de ello es que desde los
orígenes de las instituciones psiquiátricas en Chile nos encontramos con hospitales psiquiátricos
en partes alejadas de la sociedad. En un cerro como es el caso del Hospital el Peral o donde
antes terminaba la ciudad, lo que era conocido como Casa de Orates de Nuestra Señora de los
Ángeles, hoy renombrado como el Instituto Psiquiátrico Dr. José Horwitz Barak, partiendo
desde aquí la exclusión social.
Es pertinente comenzar señalando algunos aspectos de La Casa de Orates, ya que permitirá
comprender la manera en que se trataba al "loco" durante los inicios de la salud mental en
Santiago de Chile. La Casa de Orates fue fundada el 8 de agosto de 1852, siendo este el primer
establecimiento que trataba a los denominados en aquella época como los "enajenados
mentales". Con la precariedad de aquel entonces, de la Casa de Orates. Posteriormente en el año
1858 se decide construir un nuevo edificio con el fin de mejorar las condiciones de vida de las
personas que se encontraban ahí. Lo interesante de entonces, es que la administración estaba en
manos de los vecinos, quienes consideraban que el hacerse cargo de los "enajenados" era
cumplir con el deber cívico. Durante ese periodo se trató de desplazar ésta labor filantrópica de
la comunidad, dando paso a la administración médica, por lo tanto se incorporó el trabajo y
deber el médico como los encargados de tratar estas enfermedades. El destino de los
"enajenados mentales" era diverso dependiendo de las dificultades que presentaban. Si eran
violentos, se les destinaba a cárceles para poder controlar el peligro que representaban en la vía
pública. Para poder controlarlos, se les golpeaba, usaban sangrías, duchas frías, se les
inmovilizaba y si con todas estas medidas continuaban violentos, se les encadenaba. Para ello se
destinaba a los enfermos a los calabozos del Hospital San Juan de Dios. En el caso de las
mujeres, se les destinaba a conventos o se les recluía en una quinta familiar, aisladas de la
sociedad. Y los "enajenados" que presentaban mayores recursos económicos eran llevados a
hospitales para locos en Lima. Finalmente, los "enajenados" que tenían un comportamiento
adecuado pero en condición de indigencia, pasaban a ser sirvientes, empleados de conventos y
asilos, donde pasaban toda su vida inmersos en la más miserable "coartación de la libertad"
(Casa de Orates de Nuestra Señora de los Ángeles, 1852).
Con la llegada a Santiago de Chile del médico inglés William Benham y su vehemencia respecto
a que la locura debía ser tratada por médicos, señaló que los "enajenados mentales" vivían en
condiciones de hacinamiento extremo, vulnerabilidad y la más mismísima miseria. Es por ello,
que propuso el tratamiento moral de la locura, que consistía básicamente en enseñar
habilidades sociales, normas que permitieran una convivencia mucho más humana. No
obstante, la locura fue incorporada por el quehacer médico, con ello se desprenden una serie de
situaciones que terminaron por catalogar como una cárcel hospitalaria de locos, que ciertamente
pretendía alejarse de los inicios, transformando la visión de un centro de tratamiento
(Marcoleta, 1876).
Los enfermos mentales conforman una diversidad de dolencias que traspasan lo físico, psíquico
y social a lo largo de la historia. Parafraseando a Foucault (1986) observamos que la locura es un
espacio social de exclusión. El "loco" tenía restricciones al ingresar a la iglesia, fue vulnerado en
todos sus derechos, maltratado públicamente, terminó siendo expulsados a las partes más
oscuras y alejadas de la sociedad.
La suerte del "loco" siempre se ha encontrado condicionada por la época en que vivimos, aún
cuando el trato miserable ha disminuido con la frialdad de entonces. Sin embargo, en la
actualidad aún él ser pobre y "loco" significa una condición mucho más miserable que ser un
solo pobre o un solo "loco".

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En este sentido cuando observamos pacientes esquizofrénicos en situación de calle,
deambulando por la ciudad a la más mismísima suerte, paseándose de un lado a otro,
seguramente los que transitan no logran ver a estas personas, mitad mundo real mitad mundo
imaginario. Podemos vincular esta imagen con lo que señalaba Foucault (1986) cuando
menciona que al "loco" se le arrojaba al "navío", al navegar sin escapatoria, expulsado a su
suerte, a la incertidumbre misma, encontrándose prisionero en las más libres aguas. Condenado
a la encrucijada infinita. Así como las personas que presentan esquizofrenia y deambulan por las
calles de Santiago de Chile.

¿Qué entendemos por esquizofrenia?
La esquizofrenia se presenta en la población mundial alrededor del 1%, la enfermedad
principalmente afecta a jóvenes y suele generar graves incapacidades psicológicas, sociales y
laborales (Silva, 1993). En la actualidad chilena, la esquizofrenia presenta una prevalencia de un
0,5% en la población mayor de 15 años. Además, se estima 12 casos nuevos por cien mil
habitantes al año. La tasa de muertes prematuras de pacientes con esquizofrenia es alrededor
del 1,87% (Ministerio de Salud [MINSAL], 2005).
La esquizofrenia es un trastorno mental, que implica variadas disfunciones cognoscitivas y
emocionales, involucrando la percepción, el pensamiento, el lenguaje, la organización
comportamental, la afectividad, la fluidez, productividad del pensamiento y habla, la capacidad
hedónica y la atención. Mezcla signos y síntomas, tanto positivos como negativos (OMS, 2000;
APA, 2002).

¿Qué entendemos por normalidad y anormalidad?
La normalidad y anormalidad no existe como tal, cabe señalar que es únicamente una
construcción social al respecto, lo que implica que la cultura dispone de ambos conceptos. No es
que la normalidad y la anormalidad se encuentren arraigadas en el ser.
Se puede mencionar el concepto de normalidad de dos maneras. La primera alude a una
normalidad vinculada al término medio, puramente cuantitativa, por tanto, lo que se aleja del
término medio, de las desviaciones de un campo medio imaginado por nosotros, de lo ordinario
y frecuente. Por lo tanto lo que se aleja del punto medio pasaría entonces a una anormalidad. La
segunda manera de referirse a la normalidad, es mediante el sentido de la norma de valor,
pasando a ser correspondiente al ideal subjetivo personal. En el sentido de norma de valor.
Entonces, es anormal lo que se oponga a la imagen ideal, establecido por una estructura
ideológica personal de los valores (Schneider, 1946).
En el caso de las personas que presentan esquizofrenia para lograr construir un ideal de
anormalidad nos deberíamos ceñir a la norma de término medio, o sea alguien que se aleja de lo
frecuente o lo esperado: "El hombre que dirige un grupo revolucionario es, para unos, un
perturbador y para otros, un liberador de la sociedad" (Schneider, 1946. p. 33). Para algunos,
las personas que son "diferentes" específicamente con dificultades mentales generan temor y
asocian a estas personas a representaciones de películas cinematográficas, caricaturizándolas
como sujetos violentos, a los que se les debe temer. Así también, los medios de comunicación
que aportan significativamente al desarrollo de la estigmatización, basta leer los titulares de
prensa o como banalizan tecnicismos clínicos de manera peyorativa hacia estas personas,
generando tierra fértil para los prejuicios. El "estigma" se encuentra asociado a las personas que

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sufren una enfermedad que se vincula a características o comportamiento que despiertan
prejuicios en los demás. En el último tiempo se han publicado noticias de pacientes con
esquizofrenia que se han visto vinculados a hechos que llaman la atención pública. Sin embargo,
un pregunta que podríamos hacer al respecto es ¿Por qué nunca vemos un titular que se refiera
a un hecho violento, pero que esa persona únicamente padecía de un resfrío? Sin embargo, es
mucho más atractivo plantear al esquizofrénico como prioridad y en segundo lugar la persona,
se podría manifestar el hecho violento sin la necesidad de atribuir solamente a la enfermedad y
sin la necesidad de utilizar estos eventos para referirse "como son estos esquizofrénicos en la
calle" prefieren utilizar una etiqueta como recurso sin dimensionar lo que puede causar al
catalogar la enfermedad como el mal instaurado en la sociedad.

¿Qué es la estigmatización y cómo se vincula con los prejuicios respecto a la
esquizofrenia?
Sabemos que las personas que padecen de trastornos mentales graves enfrentan un desafío
constante, principalmente tienen que luchar con los síntomas propios de la enfermedad, los que
muchas veces abarcan la totalidad del sujeto y en algunos casos llegan a ser incapacitantes y con
tendencia a la cronicidad. Sumado a ello, tienen que lidiar con los prejuicios que provocan los
conceptos errados y la nula educación respecto a las enfermedades mentales en el resto de la
población. Como consecuencia de ambas, los sujetos con trastornos mentales son limitados y
coartados de las múltiples oportunidades, tales como: un trabajo adecuado, un hogar seguro,
atención sanitaria satisfactoria. Los estudios respecto a la esquizofrenia hace más de cien años
que están destinadas a descubrir la verdadera etiología y nosología. Sin embargo, estudios
recientes y muy incipientes se han vinculado al comprender el impacto de la enfermedad. Es por
ello, que recientemente se le ha dado importancia al comprender la amplitud y alcance de los
prejuicios respecto a las personas que tienen enfermedades mentales graves, como la
esquizofrenia (Corrigan & Watson, 2002).
Los prejuicios generan reacciones emocionales negativas, se asocian un comportamiento hostil,
donde no sería nuevo que nos encontráramos con personas prejuiciosas que puedan dañar
finalmente a grupos minoritarios como son el caso de los pacientes con esquizofrenia. Y no solo
en este ejemplo más banal al respecto de lo que puede generar los prejuicios. También los
podemos ver en sistemas judiciales, servicios de salud, donde la voz del "loco" no tiene
importancia. La generalización del miedo en la población, al desconocer respecto a las
enfermedades mentales puede conducir a empleadores que no quieran contratar a personas con
enfermedades mentales graves. Así también, se genera una auto- discriminación por parte de la
persona con esquizofrenia, como diría Seligman una indefensión aprendida respecto a su
condición de enfermedad. Posteriormente, desarrollando una auto- estigmatización, temor
absoluto al rechazo social (Corrigan & Watson, 2002). Entonces, sería bueno preguntarse
¿Cómo afecta la totalidad del sujeto la estigmatización? Ciertamente, nos percatamos que toda
la integridad del ser está relacionada y se deteriora a causa de un desconocimiento social.

El loco, el estigma, la esquizofrenia y el sujeto
El hecho de presentar una patología tan compleja como es la esquizofrenia tiene implicancias
que ponen al sujeto de alguna manera en peligro de alienación social, ya que en muchas
ocasiones no se logra comprender la enfermedad. Por tanto, no se incorpora al esquema social.
Esta dificultad se puede manifestar en variadas situaciones, como los trabajadores de servicio

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sanitario, lo cual hace imperativo un análisis mucho más completo, específicamente las partes
no explícitas (Rodríguez y Lolas, 2006).
El estigma asociado a la esquizofrenia, lo que hace es agravar las dificultades de integración
social, causan intervenciones retrasadas, sufrimiento innecesario, deterioro de la salud,
aislamiento social, desmoralización, desesperanza, abuso de alcohol y drogas. Es por ello que la
estigmatización toma un importante rol, ya que al estar presente el estigma dificulta la detección
precoz del diagnóstico adecuado, además se asocia el estigma a las implicancias que dificultan el
seguimiento del tratamiento, generando una baja adhesión, dificultades en la rehabilitación y la
reinserción social (Rodríguez y Lolas, 2006).
Es tan importante comprender que afecta a múltiples áreas del sujeto al ser estigmatizado, en
algunos casos los seguros médicos no cubren un tratamiento que puede llegar a ser de un
elevado costo, con ello, nos encontramos con la terrible realidad que las empresas no están
dispuesta a emplear a personas que tienen esquizofrenia. Por tanto, impiden a estos sujetos
poder ser parte de la estructura social, sin lograr participar activamente de ella (Caballo, 2002).
En América Latina es muy común suministrar medicamentos antipsicóticos que producen
numerosos efectos secundarios, en presencia y existencia de fármacos mucho más efectivos y
seguros para la integridad de la persona que tiene esquizofrenia, en muchas ocasiones no se les
dan, únicamente porque eleva el costo que implica suministrar un medicamento con estas
características, visualizando la precariedad del sistema público y de un sistema que a la base no
tiene igualdad (Caballo, 2002).
Retomando la idea inicial respecto a la ignorancia frente a la esquizofrenia en la población
general, esto conlleva creencias erróneas que únicamente favorecen el terreno de la
estigmatización. En algunos casos los lleva a pensar que esta patología es contagiosa, como un
resfrío; que los esquizofrénicos están inhabilitados para saber que quieren, o simplemente no
pueden dar una opinión porque hay una "enajenación mental", los catalogan como violentos,
peligrosos, imposibilitados de tener familia, de recibir un trato digno (Minkoswski, 1960).
Cuando hablamos de la estigmatización en esquizofrenia, se podría señalar que para algunas
personas, el hablar de patologías en general, las llamadas etiquetas psiquiátricas genera una
condición que avergüenza al sujeto que la padece y a su familia. No es nada nuevo que se piense
en cambiar de nombre, ya que se considera, que el nombre de esquizofrenia es altamente
estigmatizante. Es por esto, que en el año 2006 investigadores japoneses sustituyeron el término
instaurado hace más de cien años por Bleuler, renombrando como "trastorno de integración".
Este estudio se realizó a petición de familiares de pacientes con esquizofrenia, mostrando las
principales razones por las que deseaban cambiar el nombre de la patología. Los investigadores
consideraron que el término implicaba una ambigüedad, mostrando de alguna manera al
paciente con esquizofrenia como un sujeto con una personalidad desorganizada, incluso en
instancias donde el paciente lograba adquirir la remisión total de la patología, considerando
erróneo pensar que el sujeto pasaría enfermo toda su vida, es por ello que se decidió cambiar el
término. Finalmente lo que ofrece el nuevo término incorporado por los investigadores
Japoneses, es que el trastorno de integración estaría relacionado con el modelo de
vulnerabilidad al estrés, por lo tanto, un trastorno que puede ser tratado y recuperado, siempre
y cuando exista un buen tratamiento farmacológico y trabajo psicosocial (Sato, 2006).
Existen factores que aumentan los niveles de estigmatización en esquizofrenia; tales como, ser
adulto mayor, tener bajo nivel socioeconómico, estar en tratamiento psiquiátrico o psicológico,
ya sea ambulatorio como institucionalizado, ser parte de una etnia. Estos factores imposibilitan
el acceso al sistema de salud y la recepción de ayuda de un profesional clínico. Es importante

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señalar que muchas veces la condición de género, como es el caso de las mujeres que padecen de
una enfermedad psiquiátrica como la esquizofrenia, las catalogan como imposibilitadas de ser
madres y con poca capacidad para poder lograra educar a sus futuros hijos (Rodríguez y Lolas,
2006).

Discusión y Conclusión
Si queremos lograr la integración completa de las personas que presentan dificultades mentales
y desplazar la estigmatización de las personas que tienen esquizofrenia, deberíamos tener
programas que resguarden la integridad de estas personas, como ejemplo; campañas
publicitarias que reduzcan la estigmatización, muchas veces las personas no conocen de que se
trata este tipo de enfermedad y es de suma importancia lograr que en el colectivo de las
personas puedan convivir e integrar a estas personas a la sociedad.
Es una labor importante del Estado y así como del Ministerio de Salud incorporar medidas
inclusivas que permitan desarrollarse las personas con esquizofrenia. Promover la
incorporación de pacientes psiquiátricos a empresas donde puedan autovalerse. Es tan
importante que se eduque tanto a la población general como los pacientes y quitar la visión de
que estas personas son peligrosas o que simplemente no deberían estar en la calle por ser un
peligro inminente. Ciertamente, falta mucho por hacer en Chile, respecto a esta temática, pero
es importante visualizar el problema y más que preguntarnos ¿Qué hacemos con los pacientes
psiquiátricos? O ¿Cómo sacamos a los locos a la calle? Deberíamos preguntarnos cómo podemos
agilizar el proceso de integración social de los pacientes psiquiátricos, cómo fomentar que
privados quieran incorporar en sus empresas a este tipo de personas.
Sin lugar a dudas la educación tiene un papel fundamental en combatir la estigmatización.
Quizás cómo es el caso de un programa de Inglaterra que trabaja para bajar los niveles de
estigmatización, hacen comerciales o spot publicitarios invitando mostrar la verdadera realidad
de estas personas y no promover titulares de prensa que lo único que hacen es fomentar el
prejuicio social.

Referencias
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sociales. En, Manual de evaluación y entrenamiento de habilidades sociales (pp.1-16, 329-330). España: Siglo
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anteriores a la primera Acta: 1852-1854. En, Memoria Chilena. Santiago.
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9. Organización Mundial de la Salud. (2000). Clasificación de trastornos mentales y del comportamiento. Madrid:
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10. Ono, Y. Satsumi, Y. Kim, Y. et al. (1999). ¿Esquizofrenia: es el momento de sustituir el término? Psychiatry Clin
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14. Schneider, K. (1946). Psicopatología Clínica. Madrid: Fundación Archivos de Neurobiología.
15. Rodríguez, E. Lolas, F. (2006). Esquizofrenia y estigma social. En Silva, H. (Ed.), Esquizofrenia: Nuevas
Perspectivas (pp. 147- 161). Santiago de Chile: C&C

Correspondencia:
Ps. Pamela Parada Fernández
Hospital de Urgencia de Asistencia Pública
Dr. Alejandro del Río
Unidad de Salud del Trabajador, Universidad Católica Silva Henríquez y Universidad Autónoma de
Madrid.
Santiago de Chile: Código postal 8030030, julio Covarrubias
9560 P, Santiago.
Tel. 5586095
pame.parada.f@gmail.com

Cite este artículo de la siguiente forma (estilo de Vancouver):
Parada Fernández P, Garriz Luis A. Reflexiones en torno a la Estigmatización Social de la locura
comprendida como Esquizofrenia. Psiquiatria.com [Internet]. 2010 [citado 24 Enero
2010];14:7. Disponible en: http://hdl.handle.net/10401/2735

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