Experiencias Infantiles Adversas en mujeres encarceladas

Psiquiatria.com. 2017 VOL 21

Artículo de investigación

Experiencias Infantiles Adversas en mujeres encarceladas
Covetta, Alejandro N.

Resumen
El presente estudio intenta relacionar las experiencias adversas en la infancia con conductas
nocivas como ser, consumo de sustancias psicoactivas y/o reincidencia en conductas
delictivas entre otras en la población femenina que se encuentra en situación de detención.
Se utiliza para tal fin una escala (ACE) de 10 ítems donde se abordan diversas experiencias
adversas, como ser abuso sexual, psicológico, físico, negligencias, etc...acompañada de una
entrevista estructurada a fin de recabar datos sociodemográficos y conductas de consumo y
afrontamiento al estrés. La población en estudio son mujeres que se encuentran en situación
de detención en el complejo Penitenciario Federal Argentino. El Estudio realizado arroja datos
los cuales resulta evidente la presencia de las experiencias adversas vividas antes de los 18
años, siendo posible detectar situaciones de abuso, negligencia y disfunción familiar, siendo
el consumo de sustancias la situación que juega un rol relevante. Respecto a la reincidencia
delictiva la edad de primera detención y de inicio de consumo de sustancias psicoactivas
adquirió especial relevancia. Teniendo en cuenta que esto último se encuentra relacionado
con situaciones convivenciales de consumo, es menester tener en cuenta a fin de elaborar
futuras estrategias preventivas de abordaje a temprana edad.

Abstract
The present study tries to relate adverse experiences in childhood with harmful behaviors
such as use of psychoactive substances and / or recidivism in criminal behavior, among others,
in the female population that is in a situation of detention. For this purpose, a 10-point scale
(ACE) is used to address various adverse experiences, such as sexual abuse, psychological
abuse, physical abuse, negligence, etc., accompanied by a structured interview in order to
collect sociodemographic data, consumption and coping with stress behaviors. The
population under study is women who are in detention in the Argentine Federal Penitentiary
complex. The study carried out reveals the presence of adverse experiences experienced
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before the age of 18, being possible to detect situations of abuse, neglect and family
dysfunction, with substance use being playing a relevant role. With respect to criminal
recidivism, the age of first detention and the beginning of consumption of psychoactive
substances became of special importance.Taking into account that the latter is related to
convivial situations of consumption, it is necessary to take into account in order to elaborate
future preventive strategies of approach at an early age.

Introducción
El ser humano nace y se desarrolla en un medio ambiente, por lo que su cerebro puede ser
privado o expuesto a diversos factores que pueden influir en su desarrollo y afectar en
consecuencia su conducta. Estudios por neuroimagen demuestran que el desarrollo de las
neuronas, de sus dendritas o arborizaciones, de sus sinapsis, de los neurotransmisores
necesarios para las conexiones y de la mielinización depende, desde el principio de la vida, de
la calidad y cantidad de estímulos que el niño reciba en su interacción en su entorno. (Eulalia
Torras de Bea 2010).
Teniendo en cuenta lo antes dicho, son de suma importancia los estímulos externos,
especialmente en los primeros años de vida donde el cerebro se encuentra en pleno
desarrollo. Por lo tanto es factible suponer que los acontecimientos en la historia del individuo
influyen en el desarrollo de la personalidad, más aún, que experiencias adversas en la infancia
influyen en forma negativa en el desarrollo de la misma, pudiendo generar diversos trastornos
y repercutiendo no solo en la conducta o en la cognición, sino también en la esfera afectiva.
El Estudio de Experiencias Adversas en la Niñez (ACE) es una de las investigaciones más
grandes que vincula el maltrato infantil y la salud a lo largo de la vida. De dicho estudio surge
que las experiencias adversas durante la niñez son factores de riesgo para el desarrollo de
enfermedad y muerte, así como causa de una pobre calidad de la vida.
El estudio ACE original, se llevó a cabo en Kaiser Permanente 1995-1997 con dos series de
recogida de datos. Más de 17.000 miembros de la Organización de Mantenimiento de la Salud
de California del Sur que reciben exámenes físicos completaron encuestas confidenciales con
respecto a sus experiencias de la infancia y el estado de salud actual y comportamientos.
El CDC (Center for Disease Control and Prevention) continúa la vigilancia continua de la ACE
mediante la evaluación del estado de salud de los participantes en el estudio a través de
actualizaciones periódicas de los datos de morbilidad y mortalidad.
Este Centro realizó un estudio en 2010 sobre 26.229 personas de ambos sexos en cinco
estados de los Estados Unidos, arrojando que el 59,4% había presentado alguna experiencia
adversa en la infancia, agregando que el 8,7% tenía cinco o más de las mismas.
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Las ´´experiencias infantiles adversas´´ contemplan la exposición a: abuso infantil, negligencia,
violencia doméstica, miembros del hogar con abuso de alcohol o drogas y otros factores
estresantes.
Para la OMS (Organización Mundial de la Salud), el maltrato infantil se define como "los
abusos y la desatención de que son objeto los menores de 18 años, e incluye todos los tipos
de maltrato físico o psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación
comercial o de otro tipo que causen o puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad
del niño, o poner en peligro su supervivencia, en el contexto de una relación de
responsabilidad, confianza o poder. La exposición a la violencia de pareja también se incluye
a veces entre las formas de maltrato infantil."
Según este organismo internacional, aproximadamente un 20% de las mujeres y un 5 a 10%
de los hombres manifiestan haber sufrido abusos sexuales en la infancia, mientras que un
23% de las personas de ambos sexos refieren maltratos físicos cuando eran niños.
Entre las consecuencias del maltrato infantil se encuentran problemas de salud física y mental
para toda la vida, y efectos sociales y laborales negativos que pueden retrasar el desarrollo
económico y social de los países.
Muchos autores manifiestan que pacientes con trastornos de personalidad presentan más
probabilidad que las personas sin trastorno de personalidad de reportar historias de maltrato
infantil. (Johnson 1999)
Otros relacionan específicamente diversas vivencias traumáticas con la prevalencia de
algunos trastornos de la personalidad, como por ejemplo, las personas que han padecido
abuso y abandono durante la infancia tienen 4 veces más probabilidades de desordenes de
personalidad durante la edad adulta. El abuso psicológico infantil, abuso sexual y abandono
juegan un rol importante, el abuso psicológico ha sido asociado con desordenes de
personalidad antisocial y el abuso sexual a desordenes de personalidad borderline. (Johnson,
Cohen, Brown, Smailes, Bernstein, 1999)
Así mismo, algunos autores expresan que la co-ocurrencia común de experiencias adversas
en la infancia son importantes clínicamente porque la influencia negativa a corto y largo plazo
de dichas experiencias en los comportamientos, emociones, el bienestar social y la salud física
ha demostrado en repetidas ocasiones, que es acumulativa. (Dong 2003) Los mecanismos que
vinculan parecen centrarse en comportamientos tales como fumar, alcohol o abuso de
drogas. Comer en exceso o conductas sexuales que pueden ser utilizados, consciente o
inconscientemente, porque tienen beneficio inmediato farmacológico o psicológico como
dispositivo de afrontamiento ante el estrés de abuso, violencia doméstica u otras formas de
disfunción familiar. (Felitti 1998).

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Por lo tanto es posible presumir que las experiencias adversas infantiles, y/o la acumulación
éstas, conducen a elaborar conductas de afrontamiento nocivas que pueden influir en la
repetición de conductas delictivas y por lo tanto de reincidencia en las mismas.
Es esperable, por lo tanto, que individuos con acumulación en experiencias adversas infantiles
presenten predisposición a desarrollar trastornos en la personalidad con déficit en las
habilidades sociales y consecuentes conductas compensatorias, tales como consumo de
sustancias y/o reincidencia en conductas delictivas. Diversos estudios evidencian que el inicio
temprano del abuso de sustancia podría estar relacionado con la reincidencia ya que engloba
otras variables que pueden ser entendidas como causa o consecuencia de esa problemática
como ser disfunción familiar, deserción escolar, etc.(Bertone, Dominguez, Vallejos, Muniello,
Lopez 2013). Otros autores hacen hincapié en el abuso de sustancias y resaltan su importancia
en la conducta delictiva a través de incrementar conductas antisociales, así como
incrementando el riesgo de actividad delictiva para asegurar la necesidad de sustancia. Este
mecanismo haría perpetuar las experiencias traumáticas y la posibilidad de encarcelación.
(Driessen, Schroeder, Widmann, Schönfeld, Schneider, 2006).
Los resultados que proveen los datos disponibles de la Subsecretaría de Atención a las
Adicciones señalaron la presencia del uso de sustancias psicoactivas en los comportamientos
de riesgo asociados a la violencia y delincuencia. (Vertex 2009)

Método
Se utilizó un método de investigación no experimental, transeccional, dado que se realizó un
muestreo transversal y correlacional debido a que se realizaron mediciones entre las diversas
variables presentes.
Todas las personas dieron su consentimiento de manera voluntaria para participar del trabajo
científico. El mismo fue revisado y aprobado por un comité de ética independiente del centro
de estudios en Neurociencia cognitiva aplicada SERES.

Población
El Estudio fue realizado en 2013. La población en estudio fue seleccionada en forma aleatoria
en el cual participaron 64 personas del sexo femenino que se encontraban encarceladas en el
complejo penitenciario número 3 del Servicio Penitenciario Federal.

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Instrumentos
La recolección de datos fue realizada mediante entrevistas estructuradas a fin de recabar
datos específicos en cuanto a edad, educación, estado civil, consumo de sustancias, en
complemento con información obtenida de historias clínicas y criminológicas. Además se
implementó la encuesta ACE (adverse childhood experiences), la cual consta de 10 preguntas
respecto a eventos adversos vivenciados antes de los 18 años.

Resultados
La población en estudio presentaba una distribución heterogénea en cuanto a la edad cuya
media era de 30 años (rango de 19 a 62 años). En cuanto a la escolaridad, un alto porcentaje
presentó más de 7 años de estudio. Mas del 60% presentaron reincidencia en hechos
delictivos (Tabla 1), siendo la última causa de detención más frecuente los relacionados con
el robo (Tabla 2). En cuanto a los antecedentes de consumo de sustancias, mas del 80%
consumía antes de ser detenida (Tabla 3), la mayor parte con un consumo frecuente y/o
diario, y mas del 50% nunca realizó tratamiento psiquiátrico alguno.

Tabla 1. Reincidencia en hechos delictivos.

Tabla 2. Causas de detención.

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Tabla 3. Consumo de sustancias antes de su detención.

Respecto a las experiencias adversas en la infancia, por arriba del 70% presentaron más de 3
(Tabla 4) y solo el 7,8% no presentó ninguna (Grafico 1). Siendo la disfunción familiar lo más
frecuente, y dentro de ésta, la convivencia con alguna persona con consumo de sustancias
psicoactivas (Tabla 5).

Tabla 4. Cantidad de experiencias adversas en la infancia.

Grafico 1. Cantidad de experiencias adversas en la infancia.

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Tabla 5. Tipos de experiencias adversas de la infancia vivenciadas.

Conclusión
El Estudio realizado arroja datos los cuales resulta evidente la presencia de las experiencias
adversas vividas antes de los 18 años, donde es posible detectar situaciones de abuso,
negligencia y donde la disfunción familiar predomina, siendo el consumo de sustancias la
situación que juega un rol relevante.
Respecto a la reincidencia en hechos delictivos, se denota cierta relación con respecto a la
acumulación de las experiencias adversas infantiles (Tabla 6 y Gráfico 2), y toma especial
relevancia la edad de la primera detención (Grafico 3) y la edad de inicio en el consumo de
sustancias.

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Tabla 6. Reincidencia en hechos delictivos en relación con las experiencias adversas infantiles

Grafico 2. Reincidencia en hechos delictivos en relación con las
experiencias adversas infantiles.

Grafico 3. Relación de reincidencia en hechos delictivos y la edad de
primera detención.

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A continuación podemos observar que cerca del 69% de las personas reincidentes padeció su
primera detención antes de los 20 años, y el 33,3% antes de los 15 años (Tabla 7).
El 59,5 de las reincidentes inició el consumo de sustancias antes de los 14 años, y el 33,3 antes
de los 12 años (Tabla 8).
Tabla 7. Relación entre Reincidencia y edad de primera detención.

Tabla 8. Relación entre Reincidencia en hechos delictivos y edad de inicio
de consumo de sustancias.

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En un estudio realizado en 2015 (Covetta, 2015), se evidenció la relación entre las
experiencias adversas en la infancia y las conductas de afrontamiento, especialmente el inicio
del consumo de sustancias y la convivencia con alguna persona drogadependiente en la
infancia donde se objetivaba una estrecha relación.
Teniendo en cuenta lo antes mencionado resultaría importante que futuras investigaciones
se dirijan hacia la detección de experiencias infantiles adversas y la predisposición de
conductas de afrontamiento patológicas, haciendo hincapié en las alteraciones en la esfera
emocional, la percepción de las mismas y la interacción con el entorno.

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