Se sabe que el nivel socioeconómico más bajo está asociado con una alta carga de salud mental, ha habido pocos estudios epidemiológicos que muestren cómo el nivel socioeconómico ha modificado el efecto de COVID-19 en la ansiedad y la depresión.
Métodos
Analizamos datos de la Encuesta Nacional de Entrevistas de Salud en los Estados Unidos entre 2019 y 2021 y usamos encuestados con una relación de ingresos a pobreza documentada como medida del nivel de ingresos (n = 79, 468). Usamos la frecuencia de uso de medicamentos y la frecuencia autoinformada de episodios de ansiedad y depresión como las principales medidas de resultado. Realizamos una regresión logística multivariable con un término de interacción bidireccional entre el ingreso y el año de la encuesta.
Resultados
Encontramos un empeoramiento estadísticamente significativo de las métricas de depresión y ansiedad en los encuestados con niveles de ingresos más altos de 2019 a 2021. No observamos un cambio significativo en las métricas de ansiedad y depresión para los encuestados de bajos ingresos durante el mismo período.
Limitaciones
Los datos de la encuesta NHIS están limitados principalmente por el sesgo de muestreo (tasa de respuesta del 50, 7 % en 2021), así como por la naturaleza autoinformada de una de las medidas de resultado. ConclusiónEstos hallazgos sugieren que, dentro de los límites de la Encuesta Nacional de Entrevistas de Salud, los resultados de salud mental fueron peores pero estables en un grupo demográfico socioeconómicamente desfavorecido entre 2019 y 2021. En un grupo socioeconómico más alto, los resultados de salud mental fueron menos graves que los del grupo demográfico desfavorecido, pero fueron empeorando a un ritmo mayor.
Para acceder al texto completo consulte las características de suscripción de la fuente original:https://www.sciencedirect.com/