Las bebidas energéticas (DE) afirman mejorar el rendimiento mental, sin embargo, pocos estudios han examinado los efectos prospectivos de los DE en la salud mental. Este estudio examinó las asociaciones longitudinales entre el uso de DE y los síntomas de salud mental en adultos jóvenes de 20 años durante un período de 2 años.
Los datos se obtuvieron de Gen2 (Generación 2) del Raine Study, un estudio prospectivo basado en la población en Australia Occidental. Los cuestionarios de autoinforme evaluaron el consumo de DE y los síntomas de salud mental (Depression Anxiety Stress Scale [DASS] ‐21) cuando los participantes Gen2 tenían 20 y 22 años. Se analizaron los cambios en el uso de bebidas enrgéticas y las puntuaciones DASS ‐ 21 a lo largo del tiempo y se presentaron los resultados para toda la muestra y por sexo.
Para toda la muestra ( n = 429), los participantes que pasaron de no ser usuarios de bebidas energéticas a usuarios de bebidas energéticas tuvieron un aumento promedio en las puntuaciones de estrés de 2, 30 (intervalo de confianza [IC] del 95% = 0, 04, 4, 55) en los 2‐ año de seguimiento. Los hombres, pero no las mujeres, que pasaron de no ser usuarios de DE a usuarios de DE tuvieron un aumento promedio en las puntuaciones de depresión, ansiedad y estrés de 6, 09 (IC del 95% = 3, 36; 8, 81), 3, 76 (IC del 95% = 1, 82; 5, 70) y 3, 22 (IC del 95% = 0, 47; 5, 97), respectivamente.
El consumo de bebidas energéticas puede ser un posible marcador de síntomas de salud mental en hombres adultos jóvenes. Los médicos en ejercicio podrían considerar la detección del uso de bebidas energéticas en las evaluaciones de rutina de la salud mental, particularmente para los hombres jóvenes que presentan síntomas de depresión, ansiedad y estrés.
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