Me llamo Marta Aguado, soy licenciada en Psicología por la Universidad de Barcelona, con especialización en Psicología clínica y Psicoterapia de adultos, parejas y familias mediante sesiones online.
La situación actual que estamos atravesando debido al confinamiento, es una oportunidad para probar esta metodología de sesiones, que personalmente llevo utilizando desde el año 2014.
Si nunca antes has necesitado acudir a un psicólogo o si tienes dudas sobre la terapia online, puedes solicitar tu primera sesión de forma gratuita.
En esta sesión gratuita, contarás con toda mi atención y podrás explicarme qué es lo que te ocurre, realizar todas las preguntas que tengas y valorar, sin compromiso, si quieres empezar un trabajo personal y terapéutico conmigo.
Licenciada en Psicología por la Universidad de Barcelona. Especializada en Psicología Clínica y Psicoterapia. Psicóloga General Sanitaria. Máster en Psicología Clínica y de la Salud por el Instituto Superior de Estudios Psicológicos. Posgrado en Psicoterapia por el Institut Mensalus. Miembro de la división de Psicología Clínica y de la Salud del Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña.
Tras acabar los 4 años de mi licenciatura en Psicología en el 2011, continué mi formación profesional realizando 2 años de máster en Psicología clínica y de la salud y 1 año realizando un Posgrado en Psicoterapia.
He realizado formación desde diversas orientaciones psicológicas (cognitivo conductual, psicología positiva, Gestalt, humanista...etc) este hecho hace que tenga un amplio abanico de herramientas para poner en práctica en mis sesiones, en función del motivo por el que se acude a terapia y el estilo de personalidad del paciente.
Pero detrás de esta descripción de mi perfil profesional, también soy madre, hija, hermana, pareja, amiga, compañera de proyectos... y una entusiasta nata.
Mi historia personal empieza hace 33 años en Barcelona, en el seno de una familia humilde y trabajadora. Desde muy pequeña sabía que quería dedicarme a una profesión sanitaria, escuchar qué le sucedía a la gente, me intrigaba por todo, por las cosas que a priori parecen más sencillas. Tenía la necesidad de que me explicaran todo lo que pasaba en el mundo de los adultos, de entenderlo todo. Me intrigaba saber porqué algunas personas tenían tantos problemas y otras tenían tanta suerte en la vida, porque había gente que vivía triste y gente que, a pesar de que le sucedían cosas difíciles de sobrellevar, vivían en el optimismo.
Crecí rodeada de amor y sensibilidad desbordante, cosa que ha hecho desarrollar mi sensibilidad a niveles estratosféricos. Convivir con una hipersensibilidad, puede causarte mucha ansiedad, estrés o depresión, si no se sabe gestionar bien. Así pues, durante años y siendo muy pequeña, me tocó realizar un importante trabajo personal de la mano de psicólogos infantiles que, me abrieron la puerta a lo que algunos años más tarde sería mi gran ilusión: mi profesión como psicóloga.
Antes de plantearme seriamente estudiar la carrera de Psicología, mi vida se truncó de la noche a la mañana para siempre. Cuando tenía 16 años recién cumplidos, sufrí un hecho traumático que me dejó para el recuerdo graves quemaduras. Estuve ingresada, aislada, durante muchos meses. Me sometí a más de una veitena de operaciones y tuve que volver a aprender cómo llevar a cabo las tareas más cuotidiana, como andar, escribir o comer.
Tras este suceso, sufrí ansiedad y depresión, englobadas en lo que los psicólogos llamamos Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT); trastorno que desarrollan algunas personas, no todas, tras una experiencia traumática, no necesariamente dolorosa, como puede ser un accidente o la pérdida de un ser querido. Yo tenía todos los síntomas más comunes; pesadillas, evitación de lugares o de pensamientos, vivía en constante hipervigilancia, me sentía tensa, no podía dormir, no podía concentrarme con nada y tenía un gran sentimiento de culpa.
Fui diagnosticada y fui aprendiendo de mi trastorno, hasta el punto de llegar a comprender su función. Tenía dos opciones o vivía aterrada por lo que me había tocado vivir y sus consecuencias o aprendía a valorar las funciones que cumplían en mi todos esos síntomas del TEPT. Así pues, aprendí que; necesitaba dejar de huir, necesitaba encarar el problema de frente, si seguía huyendo del problema siempre me persiguiría. Por lo que me armé de valor y me volví a poner en manos de profesionales. 2 años tardé en recuperarme. 2 años en los que aprendí más de mí misma que en toda mi vida. Fue ahí, en el preciso momento en el que sentí liberarme de mi TEPT, mi ansiedad y mi depresión, cuando supe que quería ser Psicóloga.
Con el tiempo comprendí, que aquellas personas a las que yo veía de niña con una sonrisa a pesar de sus duras vivencias y que consideraba "con suerte", en realidad son personas con un mayor autoconocimiento, una mayor capacidad de gestión y control de sus emociones y que saben vivir en el presente. Comprendí que no se trata de suerte, sino de trabajo personal y del tipo de mensajes que nos lanzamos a nosotros mismo en función de los hecho que nos ocurren.
Ya lo decía John Maxwel "La vida es un 10% lo que nos pasa y un 90% cómo reaccionamos ante ello".
16 años más tarde me encuentro compartiendo contigo la parte de mi historia más personal ¿para qué? Para que puedas ver a la persona que hay detrás de la profesional. Para compartir contigo que mi empatía y mi respeto hacia cualquier tipo de trastorno o afección (ansiedad, depresión, demencias, estrés, celotipias, adicciones, problemas de pareja, sexuales...etc) está fundamentada por mi profesión, por mis valores y mi ética y también por mi experiencia de vida.
La comprensión de las emociones y aprender una buena gestión de ellas, tienen un papel fundamental en mis terapias. Las emociones son indicadores de aquellos aspectos a trabajar y/o a potenciar y sólo comprendiéndolas y sabiéndolas gestionar, podremos encontrar la solución o mejora a lo que nos ocurre.
Psicología
Ansiedad
Depresión
Patología dual
Personalidad y hábitos
Tr. Control de impulsos
Tr. adaptativos
Tr. del sueño
Tratamientos