Dirección:
Madrid
28080
Madrid, Madrid
Como psicóloga amo mi profesión y también amo disfrutar viajando, leyendo libros y tomando algo con quienes más quiero.
En mi tiempo libre me encanta hacer pilates y dar paseos por el parque, organizar y decorar los espacios de mi casa y perderme en Pinterest buscando inspiración.
Cuando terminé la carrera y me especialicé, comencé a trabajar en una organización con víctimas de trata de personas. Recuerdo la ilusión y las ganas que sentía de poder poner en práctica todo el conocimiento que había aprendido en la universidad, ¿te suena?
Pasó el tiempo y empecé a sentir que esa ilusión se iba apagando. Tenía pesadillas relacionadas con las historias que escuchaba, me dolía mucho la cabeza y empecé a tener problemas musculares. Mi corazón se aceleraba antes de cada sesión grupal y vivía en alerta de un nuevo conflicto.
Evitaba hablar del trabajo fuera de él y dejé de sentir ganas de quedar con otras personas. Hasta cosas sencillas se me hacían difíciles. Lloraba sólo con preguntarme cómo estás.
Pensé que el problema lo tenía yo y que no estaba regulando bien mis emociones, pensaba que quizás era depresión pero no entendía por qué. Empecé a ir a terapia y recuerdo el momento en que la psicóloga me miró a los ojos, me dijo que yo estaba regulando bien y que lo que estaba sufriendo se llama “desgaste profesional”.
Así que nada estaba mal conmigo, simplemente estaba sufriendo las consecuencias normales de trabajar con personas con trauma.