Los síntomas afectivos son factores de riesgo de demencia. El deterioro conductual leve (MBI, por sus siglas en inglés) es un síndrome neuroconductual que refina la incorporación de la sintomatología psiquiátrica en el pronóstico de la demencia al estipular que los síntomas deben surgir de novo en la vejez y persistir durante ≥6 meses.
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Los síntomas afectivos son factores de riesgo de demencia. El deterioro conductual leve (MBI, por sus siglas en inglés) es un síndrome neuroconductual que refina la incorporación de la sintomatología psiquiátrica en el pronóstico de la demencia al estipular que los síntomas deben surgir de novo en la vejez y persistir durante ≥6 meses.
Aquí, investigamos la asociación longitudinal de la desregulación afectiva de MBI con la demencia incidente.
Métodos
Se incluyeron participantes del Centro Coordinador Nacional de Alzheimer con cognición normal (NC) o deterioro cognitivo leve (DCL). La desregulación afectiva de MBI se puso en práctica como depresión, ansiedad y euforia medidas por el cuestionario de inventario Neuropsiquiátrico en dos visitas consecutivas.
Los comparadores no tenían síntomas neuropsiquiátricos (sin NPS) antes de la demencia. Se implementaron modelos de riesgos proporcionales de Cox para evaluar el riesgo de demencia, ajustado por edad, sexo, años de educación, raza, diagnóstico cognitivo y estado APOE-ε4, con términos de interacción según corresponda.
Resultados
La muestra final incluyó 3698 participantes sin NPS (edad: 72, 8; 62, 7 % mujeres) y 1286 participantes con desregulación afectiva MBI (edad: 75; 54, 5 % mujeres).
La desregulación afectiva de MBI tuvo una supervivencia libre de demencia más baja ( p < 0, 0001) y una mayor incidencia de demencia (HR = 1, 76, IC: 1, 48–2, 08, p < 0, 001) versus ningún NPS.
Los análisis de interacción revelaron que la desregulación afectiva de MBI se asoció con una mayor incidencia de demencia en participantes negros que en blancos (HR = 1, 70, IC: 1, 00–2, 87, p = 0, 046), NC que DCL (HR = 1, 73, IC: 1, 21–2, 48, p = 0, 0028), y APOE-ε4 no portadores que portadores (HR = 1, 47, IC: 1, 06–2, 02, p = 0, 0195).
De los convertidores de desregulación afectiva MBI a demencia, el 85, 5 % desarrolló la enfermedad de Alzheimer, que aumentó al 91, 4 % en aquellos con DCL amnésico.
Limitaciones
La desregulación afectiva de MBI no se estratificó por síntoma para examinar más a fondo el riesgo de demencia.
Conclusiones
La desregulación afectiva emergente y persistente en adultos mayores sin demencia se asocia con un riesgo sustancial de demencia y debe considerarse en las evaluaciones clínicas. Artículo anterior en ediciónPróximo artículo en edición
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