De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 24 millones de personas en el mundo padecen esquizofrenia. Un problema de salud mental que en España afectaría a 400.000 habitantes, según los datos del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam)
A pesar del gran impacto en la salud, el bienestar y la calidad de vida de las personas que padecen estos trastornos, el retraso en su diagnóstico sigue siendo una de las principales barreras de estos pacientes.
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Como advierten desde la Sociedad Española de Calidad Asistencial (SECA), detrás de la mala atención que está brindando el sistema sanitario a estos pacientes destacan el insuficiente conocimiento de la enfermedad por parte de los profesionales, el déficit de consultas especializadas para realizar un diagnóstico adecuado así como la falta de personalización de las mismas. Por otro lado, la entidad científica subraya la necesidad urgente que existe en nuestro país de mejorar la atención integral por la insuficiente coordinación entre dispositivos asistenciales.
Con el fin de mejorar estos inconvenientes que tanto afectan a las personas que sufren algún trastorno del espectro esquizofrénico, la SECA acaba de publicar en colaboración con la Alianza Otsuka-Lundbeck una guía con recomendaciones que incorporan la experiencia del paciente y analizan el viaje que quienes padecen la enfermedad tienen que realizar dentro del sistema sanitario y en especial en los servicios de salud mental.
El documento, que plantea un conjunto de criterios de calidad diseñados para que el sistema pueda brindar una correcta atención a estos pacientes, se ha elaborado con el apoyo de un comité científico compuesto por ocho representantes de ocho sociedades científicas, como la Asociación Española de Enfermería de Salud Mental (AEESME), la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM) y la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), entre otras.
En él también han participado pacientes, familiares y profesionales representantes de diferentes especialidades, que han ayudado a priorizar y consensuar los criterios de calidad detallados en cada barrera. El fin de estos es que sean aplicables en los diversos dispositivos asistenciales encargados de proporcionar cuidado y soporte a este colectivo, permitiendo asegurar una atención sanitaria que cumpla con los más altos estándares de calidad y efectividad basados en un consenso amplio y representativo.
Para su realización, los autores de la guía llevaron a cabo un estudio cualitativo que se dividió en distintas fases. Por una lado, se realizó una revisión bibliográfica con el fin de identificar aspectos clave en el abordaje de la esquizofrenia. Por otro lado, se crearon grupos focales con el fin de identificar, junto a las personas afectadas por el trastorno y familiares, las potenciales barreras y facilidades que encuentran en el sistema sanitario y definir y consensuar criterios de calidad junto a un panel de expertos como solución para abordar las áreas identificadas.
También se llevó a cabo un estudio Delphi en el cual se priorizaron y consensuaron los criterios de calidad identificados con una representación de 32 personas, entre pacientes y profesionales sanitarios.
Según concluyen los integrantes del comité científico responsable del estudio,“la implementación de los criterios de calidad consensuados muestra el camino hacia una atención más efectiva, multidisciplinar, personalizada y humana para las personas con trastorno del espectro de la esquizofrenia”.
Como agregan, “consideramos que enfocarse en mejorar aspectos como los retrasos en el diagnóstico, la falta de consulta especializada o la mejora en la comunicación y la formación de los profesionales y cuidadores, permitirá un avance significativo en el abordaje terapéutico de las personas con esquizofrenia, asegurando una atención integral que atienda sus necesidades clínicas y psicosociales, facilitando así una recuperación funcional más plena y una integración social efectiva”.
En la guía, también se han detectado aspectos positivos identificados por las personas que sufren algún tipo de trastorno en sus interacciones con el sistema de salud mental, entre los que destaca la incorporación de la enfermera especialista en el ámbito, responsable de brindar un trato más cercano y accesible. La publicación recoge además los avances positivos que se han dado en los últimos años en el ámbito farmacológico, con mejoras en los efectos secundarios de los tratamientos y mejoras implementadas en las instalaciones para hospitalización y atención en hospital de día.
“Con esta guía tenemos como objetivo seguir dando voz y visibilizando a las personas que padecen algún trastorno del espectro de la esquizofrenia. Es importante que exista un mayor conocimiento de la enfermedad y entender las necesidades de cada paciente de manera personalizada. Estamos seguros de que esta guía se convertirá en un punto de encuentro entre profesionales, pacientes y familiares”, concluyen desde Alianza Otsuka-Lundbeck.
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