Autor/autores:
Sara N. Edmond, Alicia A. Heapy y Robert D. Kerns
El dolor es un problema que es propiedad de todos y por lo tanto nadie. De acuerdo con esta observación, el informe seminal de 2011 del Instituto de Medicina “Aliviar el dolor en Estados Unidos: un plan para transformar la prevención, la atención, la educación y la investigación” calificó al dolor como un problema importante de salud pú...
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El dolor es un problema que es propiedad de todos y por lo tanto nadie.
De acuerdo con esta observación, el informe seminal de 2011 del Instituto de Medicina “Aliviar el dolor en Estados Unidos: un plan para transformar la prevención, la atención, la educación y la investigación” calificó al dolor como un problema importante de salud pública, que exige una transformación cultural en la forma en que se conceptualiza y se maneja el dolor .
El informe documentó la alta prevalencia de dolor crónico y una carga económica anual asociada en los Estados Unidos de más de $ 500 mil millones en costos de atención y pérdida de productividad.
En 2018, los Centros para el Control y la prevención de Enfermedades informaron que el 20% de los estadounidenses reportan dolor crónico, y el 8% informa de "dolor crónico de alto impacto", que se define como el dolor que afecta la vida diaria y las actividades laborales. También se han citado importantes disparidades en el tratamiento del dolor y el dolor, las brechas en la educación de los profesionales de la salud y el público sobre el tratamiento del dolor y el dolor, y un sistema de pago y servicio problemático que no respalda la atención del dolor basada en la evidencia.
En 2016, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE. UU. publicó una estrategia nacional integral contra el dolor que hizo un llamado a todos los profesionales de la salud, incluidos los profesionales de la salud mental, los científicos y sus respectivas organizaciones, para que compartan estas deficiencias.
Teniendo en cuenta la frecuencia con la que los pacientes en la atención de salud mental informan que experimentan dolor, abordar el dolor crónico en entornos especializados de tratamiento de trastornos de la salud mental y el uso de sustancias puede proporcionar una vía de atención a la atención ignorada pero potencialmente fructífera.
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