A la espera de que aparezca una vacuna contra el tabaquismo, las terapias más efectivas siguen siendo las sustitutivas con nicotina (como los parches) y la denominada terapia multicomponente, «en la que se alterna terapias de grupo, ayuda psicológica, orientación para cambiar hábitos...», señala el responsable de Neumología del Hospital de Sant Joan, Eusebi Chiner.
En cuanto a la vacuna, investigadores del Weill Cornell Medical College, en Nueva York, desarrollaron hace unos años satisfactoriamente en ratones de laboratorio una vacuna innovadora que, con una sola dosis, trata la adicción a la nicotina al bloquear su llegada al cerebro, lo que consigue remitir la sensación de satisfacción que provoca en las personas fumadoras.Mientras, la ciencia sigue tratando de entender por qué algunas personas se enganchan al tabaco con una mayor facilidad que otras. «Aún se sabe muy poco, pero parece ser que las causa guarda relación con el sistema nervioso central y con cuestiones hormonales que predisponen más a la adicción».
Además de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica o el cáncer de pulmón, el tabaco está relacionado con otras enfermedades tan graves como el cáncer de vejiga o el de laringe.
Según estimaciones basadas en la prevalencia del consumo de tabaco y en la mortalidad relacionada con esta causa, en la Comunidad el tabaquismo produce en torno a 6.500 muertes anuales. El cáncer de tráquea, bronquios y pulmón en los hombres y el grupo de enfermedades cardiovasculares en mujeres fueron las causas que más contribuyeron a dicha mortalidad.
