La exposición al estrés traumático puede aumentar el riesgo de numerosos problemas de salud mental, incluido el trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Una nueva investigación emocionante ha implicado la interrupción del sueño en el desarrollo y mantenimiento de los síntomas del TEPT. Es importante destacar que tales descubrimientos sugieren que la alteración del sueño puede ser un objetivo de tratamiento crítico y modificable para reducir o incluso prevenir otros síntomas de TEPT.
Sin embargo, todavía existen lagunas fundamentales en nuestra comprensión de cuándo, cómo y en quién la alteración del sueño conduce a un funcionamiento alterado a largo plazo de los mecanismos clave que subyacen al TEPT.
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