El bioeticista Diego Gracia, miembro de la RANM y de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, ha impartido una conferencia en la Universidad de Alicante.
La pandemia de la covid-19 ha impactado, y sigue impactando, a múltiples niveles. Los profesionales sanitarios se han visto inmersos en situaciones complejas y comprometidas a nivel profesional, pero también ético. Y en ocasiones, la actuación de los poderes políticos y los gestores sanitarios les han colocado en una posición incómoda por un incorrecto manejo de mecanismos que suelen estar perfectamente previstos y estipulados.
Un buen ejemplo son los sistemas de triaje, según ha explicado a DM el bioeticista Diego Gracia, miembro de la Real Academia de Medicina de España y de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Para Gracia, que ha impartido una conferencia en la Universidad de Alicante (UA) en el marco de la Cátedra Emilio Balaguer de Bioética, Historia de la Medicina y Medicina Social, de la propia UA y el Grupo Ribera Salud, “los sistemas de triaje están muy bien establecidos y pautados, debiendo usarse con esos criterios en situaciones de catástrofe, como por ejemplo cuando los atentados de Madrid del 11-M”. Sin embargo, ha matizado, durante la primera ola de la pandemia, cuando las cosas se pusieron complicadas, se decidió que había que usar ya ese sistema de triaje y, en general, “en algunos lugares se utilizaron mal porque, en mi opinión, los técnicos no sabían cuáles eran los criterios correctos”.
Gracia ha apuntado que “empezó a decirse que las personas que estaban en residencias de ancianos no ingresaran en hospitales. Eso dicho así es incorrecto, ya que había que evaluar la gravedad y otras cuestiones”. Pero la realidad es que de esa forma “se aplicó en algunas autonomías”, aunque afortunadamente “luego se ha rectificado” y no se ha vuelto a hacer así. Según Gracia, ese manejo tuvo “un impacto tremendo en los profesionales”, ya que en general lo vieron como “una imposición incorrecta”, pero poco podían discutir porque “no tenían la capacidad de tomar la decisión contraria”. No obstante, ha insistido, se han ido “rectificando errores” como este, puesto que “de todo se aprende”.
Para el bioético, los profesionales de la salud, sobre todo en la primera ola, “nos han dado una lección y ejemplo a todos”, ya que estuvieron “arriesgando su vida, y en bastantes casos la perdieron, con medios insuficientes”. Sin embargo, no puede cumplimentar de la misma manera a los políticos y gestores sanitarios. “Los técnicos habían avisado ya hace algunos años que esto podría suceder y, en vez de tomar medidas, dijeron que era cosa de China o Asia, pero que en Europa eso de las epidemias ya había pasado a la historia y que no podía repetirse”, ha comentado.
"Si el ser humano tiene dignidad, el medio debe tenerla también porque sin él, el ser humano no es nada"
Además, cuando comenzó la pandemia en China, “tampoco se tomaron medidas, y eso que ya había avisos muy directos tanto de la OMS como de la UE”. Con eso de evitar gastos, no se actuó preventivamente y “luego sucedió lo que sucedió”, lo cual hace pensar que, en palabras de Gracia, “los poderes públicos no han estado a la altura de las circunstancias”.
Trato de la naturaleza
Gracia también ha hecho hincapié en una enseñanza de la pandemia “de la que se habla poco”: cómo tiene que cambiar el modo en que estamos tratando la naturaleza. “El gran maestro de ética en el mundo moderno, el alemán Kant, a finales del siglo XVIII nos enseñó que todos los seres humanos tenemos dignidad en nosotros mismos. Y que las cosas de la naturaleza no tienen dignidad, sino precio, y por tanto las podemos tratar como queramos”, ha apuntado. Sin embargo, a mediados del siglo XIX, el médico alemán Ernst Haeckel acuñó por primera vez el término “ecología”, un neologismo nacido del griego y que se refiere a la ciencia del medio donde se encuentra el ser humano.
“La tesis es que si el ser humano tiene dignidad, el medio debe tenerla también porque sin él, el ser humano no es nada”, ha comentado. Esa ética ecológica en estas ultimas décadas está adquiriendo relevancia y, en buena medida, “como consecuencia de la pandemia”. Según Gracia, “lo que nos está demostrando es que tenemos que cambiar nuestra relación con el medio ambiente y tratarlo con más respeto. La deforestación de los bosques, la contaminación de los mares, el efecto invernadero, el aumento de gases a la atmósfera, se está volviendo ya y se volverá aún más contra el ser humano. Y por ello se requiere un cambio desde todos los puntos de vista”, ha enfatizado.
Referentes
Diego Gracia ha sido el especialista en bioética más influyente en el ámbito español y latinoamericano, tanto en el campo académico como en el campo de los profesionales de la salud. Ha sido catedrático de Historia de la Medicina y es autor de una obra amplísima y bien conocida, entre la que destacan títulos como: Ética de la calidad de la vida, Fundamentos de Bioética, Primun non nocere: El principio de no maleficencia como fundamento de la ética médica, Procedimientos de decisión en ética clínica, Ética y vida: Estudios de bioética y Como arqueros al blanco: Estudios de bioética.
La cátedra institucional “Emilio Balaguer” de Bioética, Historia de la Medicina y Medicina Social tiene como objetivo principal el contribuir a un mejor conocimiento y comprensión de este complejo y cambiante contexto de la práctica médica actual y parte de un convenio con el grupo “Ribera Salud” que gestiona actualmente los Hospitales Universitarios de Torrevieja y Vinalopó Elx-Crevillent.
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