Trastornos como la esquizofrenia o trastorno bipolar son algunas de las patologías más severas dentro del campo de la psiquiatría, y las investigaciones buscan día a día encontrar el mejor tratamiento para superarlas. En este sentido, la terapia multifamiliar se ha destapado como un instrumento de una importante consideración, pues ayuda a reinsertarse en la sociedad a la mitad de los pacientes.
A partir de grupos considerablemente grandes, de 30 a 100 personas, y conducidos por un número variable de profesionales que funcionan en co-terapia, se constituye el Grupo Multifamiliar Psicoanalítico, una mini-sociedad de familias de distintos orígenes y con diferentes problemas que participan en una experiencia común.
Según Norberto Mascaró, psiquiatra de Avances Médicos, S. A. (AMSA) y experto en terapia multifamiliar, la psicoterapia multifamiliar es la consecuencia lógica de la evolución de la psiquiatría, partiendo del individuo como centro de la enfermedad para llegar a una visión más amplia. Participan en una experiencia común, en donde pueden compartir su sufrimiento psíquico, contralar sus dificultades y ser apoyados en el tiempo, añade.
Así, enfermos y familiares comparten sus problemas y plantean sus dudas en un ejercicio que se repite una vez por semana en sesiones de 90 minutos. El grupo multifamiliar se ha mostrado como un recurso fundamental en el abordaje de la patología mental grave; los pacientes y sus familiares necesitan un contexto adecuado para expresar sus dificultades personales, es decir, su locura particular, señala Mascaró. En este sentido, el contexto que otorga esta terapia propicia que la locura particular se convierta en la locura de todos.
Este experto tuvo sus primeros contactos con la terapia multifamiliar cuando entró a trabajar con el médico argentino Jorge Garcia Badaracco, pionero en este campo, quien en 1958 comenzó a realizar estos grupos en el contexto de una Comunidad Terapéutica psicoanalítica en el servicio de psiquiatría del Hospital Neuropsiquiátrico José T. Borda de Buenos Aires. Siguiendo el ejemplo de Badaracco, el propio Mascaró impulsó la constitución del primer grupo multifamiliar de Europa en el Hospital de Día de una institución pública en Guecho (Vizcaya), en el año 1984, y que todavía hoy arroja unos resultados satisfactorios tanto para pacientes como para familiares.
Mascaró ha indicado que esta perspectiva innovadora permite abordar simultáneamente la dimensión individual, familiar y social de la mente; además, permite a los familiares realizar su propio proceso terapéutico pues, a través de esta terapia, con el tiempo, los familiares asumen también funciones coterapéuticas: Qué mejor que una madre o un padre que pasó por situaciones de intenso sufrimiento psicológico para comprender y transmitir una esperanza a otros padres en un momento de crisis, añade el psiquiatra.