Se ha demostrado ampliamente que mantener una posición social baja entre pares está asociado con el desarrollo de síntomas depresivos y agresivos en los niños. Sin embargo, poco se sabe sobre los posibles factores protectores en esta asociación. El presente estudio examinó si los aumentos en el comportamiento prosocial de los niños pueden amortiguar la asociación entre su baja preferencia social entre compañeros y el desarrollo de síntomas depresivos y agresivos en los primeros años escolares. Dimos seguimiento a 324 niños mayores de 1.5 años con tres evaluaciones en kindergarten y primer grado en la escuela primaria. Los niños calificaron la (des) simpatía de cada uno de sus compañeros de clase y los maestros calificaron la conducta prosocial de cada niño, los síntomas depresivos y agresivos. Los resultados mostraron que la baja preferencia social al inicio del jardín de infantes predijo una baja preferencia social persistente al inicio del primer grado en la escuela primaria, que a su vez predijo aumentos tanto en los síntomas depresivos como en los agresivos al final del primer grado. Sin embargo, las vías indirectas fueron moderadas por el cambio en el comportamiento prosocial. Específicamente, para los niños cuyo comportamiento prosocial aumentó durante el kindergarten, la baja preferencia social en la escuela primaria de primer grado ya no predijo aumentos en los síntomas depresivos y agresivos. En contraste, para los niños cuyo comportamiento prosocial no aumentó, su baja preferencia social en la escuela primaria de primer grado continuó prediciendo aumentos tanto en los síntomas depresivos como en los agresivos. Estos resultados sugieren que mejorar el comportamiento prosocial en niños con baja preferencia social tan pronto como en el jardín de infancia puede reducir el riesgo posterior de desarrollar síntomas depresivos y agresivos.
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