La gravedad de los trastornos psiquiátricos

Autor/autores: Mark Zimmerman, Theresa A. Morgan y Kasey Stanton

Estás viendo una versión reducida de este contenido.

Para consultar la información completa debes registrarte gratuitamente.
Tan sólo te llevará unos segundos.
Y si ya estás registrado inicia sesión pulsando aquí.

El problema de la gravedad de los trastornos psiquiátricos tiene una gran importancia clínica. Por ejemplo, la gravedad influye en las decisiones sobre el nivel de atención y afecta las decisiones de buscar asistencia del gobierno debido a una discapacidad psiquiátrica. Existe controversia en cuanto a la eficacia de los antidepresivos en todo el espectro de la gravedad de la depresión, y si los pacientes con depresión severa deben ser tratados preferentemente con medicamentos en lugar de psicoterapia. Las medidas de gravedad se usan para evaluar los resultados en los estudios de tratamiento y se pueden usar como criterios de valoración significativos en la práctica clínica. Pero, ¿qué significa decir que alguien tiene una enfermedad grave? ¿La gravedad se refiere a la cantidad de síntomas que experimenta un paciente? A la intensidad de los síntomas? Para la frecuencia o la persistencia de los síntomas? ¿El impacto de los síntomas en el funcionamiento o en la calidad de vida? ¿La probabilidad de que la enfermedad resulte en discapacidad permanente o muerte? Dejando de lado el tema de cómo debe ponerse en práctica la severidad, otra consideración es si la gravedad debe conceptualizarse de manera similar para todas las enfermedades o debe ser específica del trastorno. En este artículo, examinamos cómo se caracteriza la gravedad en la investigación y los sistemas contemporáneos de diagnóstico psiquiátrico, con un enfoque especial en la depresión y los trastornos de la personalidad. Nuestra revisión muestra que el DSM-5 ha definido la gravedad de varios trastornos de diferentes maneras, y que los investigadores han adoptado una miríada de formas de definir la gravedad tanto para la depresión como para los trastornos de la personalidad, aunque la severidad del primero se definió predominantemente de acuerdo con los puntajes en las escalas de calificación de los síntomas, mientras que la severidad de esta última a menudo se relacionó con deficiencias en el funcionamiento. Porque el impacto funcional de los trastornos definidos por síntomas depende de factores extrínsecos a esos trastornos, como la autoeficacia, la resiliencia, la capacidad de afrontamiento, el apoyo social, las expectativas culturales y sociales, así como las responsabilidades relacionadas con la función de función principal y la disponibilidad de otros para asumir esas responsabilidades, sostenemos que la gravedad de tales trastornos debe definirse independientemente del deterioro funcional.

Para acceder al texto completo consulte las características de suscripción de la fuente original:https://onlinelibrary.wiley.com