Resumen
La neuroestimulación está emergiendo rápidamente como una modalidad de tratamiento importante para trastornos psiquiátricos. Uno de los enfoques de crecimiento más rápido y menos regulados de la estimulación terapéutica no invasiva implica la aplicación de corrientes eléctricas débiles. El entusiasmo generalizado por la estimulación de la corriente eléctrica transcraneal de baja intensidad (tCS) se refleja en el reciente aumento de la comercialización de dispositivos directos al consumidor, el entusiasmo del hágalo usted mismo y un número cada vez mayor de ensayos clínicos. A raíz de este rápido crecimiento, los médicos pueden carecer de información suficiente sobre tCS para informar sus prácticas clínicas. La interpretación de los datos de los ensayos clínicos del tCS se ve favorecida por la familiaridad con los principios neurofisiológicos básicos, los posibles mecanismos de acción del tCS y la complicada historia reguladora que rige los dispositivos tCS. Una literatura creciente incluye ensayos controlados aleatorios de tCS para la depresión mayor, esquizofrenia, trastornos cognitivos y trastornos por uso de sustancias. La relativa facilidad de uso y el acceso abundante al tCS pueden representar un avance amplio e importante para la futura atención de salud mental. La evidencia apoya la aplicación de un tipo de tCS, estimulación transcraneal de corriente continua (tDCS), para la depresión mayor. Sin embargo, los dispositivos tDCS no tienen aprobación reglamentaria para tratar trastornos médicos, la evidencia es en gran medida inconclusa para otras áreas terapéuticas, y su uso está asociado con algunos riesgos físicos y psiquiátricos. Un hallazgo inesperado que surge de esta revisión es que el uso de dispositivos de estimulación con electroterapia craneal -la única categoría de dispositivos tCS eliminados para uso en trastornos psiquiátricos- está apoyado por pruebas de baja calidad.
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