MADRID, 5 Jun. (EUROPA PRESS) -
Todo el mundo sabe que hablar por un teléfono móvil impide nuestra capacidad de conducción, pero una investigación de la Universidad de Iowa (UI), en Estados Unidos, nos está ayudando a entender cómo incluso una simple conversación puede afectar a la capacidad del cerebro de concentrarse en la carretera.
Los investigadores de la UI utilizaron experimentos informatizados que rastreaban los movimientos oculares mientras pedían a los sujetos que respondieran a preguntas verdaderas o falsas. Los encuestados que respondieron a las preguntas necesitaron alrededor del doble de tiempo para dirigir sus ojos a un nuevo objeto en la pantalla que aquellos que no estaban obligados a responder o a los que no se les hicieron preguntas.
Los experimentos simularon un escenario en el que un conductor está usando un teléfono móvil o teniendo una conversación con un pasajero, explica uno de los autores de este trabajo, Shaun Vecera, profesor del Departamento de Psicología y Ciencias del Cerebro de UI. El estudio -- publicado en la edición digital de este lunes de 'Psychonomic Bulletin and Review'-- examinó la desconexión de la atención como la posible causa de la mala conducción mientras se utiliza un teléfono celular.
LA ATENCIÓN SE RALENTIZA 40 MILISEGUNDOS
"Lo que este estudio sugiere es que la razón por la que hay que ser cauteloso (cuando se habla por teléfono mientras se conduce) es que se ralentiza la atención y simplemente no somos conscientes de ello porque sucede muy rápido", dice Vecera. La demora es de unos 40 milisegundos, o cuatro centésimas de segundo, lo que puede no parecer mucho tiempo; pero cada vez que el cerebro se distrae, el tiempo para desconectar de una acción e iniciar otra acción se hace más largo.
"Es un efecto de bola de nieve --describe Vecera-- y eso es lo que contribuye al problema, porque al final eres inconsciente de muchas cosas que están a tu alrededor". Hay poca controversia sobre que el uso de teléfonos móviles --ya sea mensajes de texto o hablar-- es peligroso para los conductores. La Administración Nacional de Seguridad en las Carreteras de Estados Unidos informa que, en el año 2015, 3.477 personas murieron y 391.000 resultaron heridas en accidentes con vehículos motorizados involucrados en conversaciones telefónicas, mensajes de texto y otras distracciones.
La investigación ha demostrado que el uso de teléfonos celulares reduce el campo de visión de un conductor, creando un campo de visión parecido al cono similar a la visión en túnel. Otros estudios han sugerido que usar un teléfono celular al conducir coloca una carga mental, o "carga cognitiva", en los conductores, lo que hace que sean menos propensos a detectar y reaccionar ante la aparición de un nuevo objeto.
Vecera y su equipo querían explorar por qué el cerebro estaba agobiado por algo tan simple como tener una conversación. Después de todo, ¿por qué hablar por el teléfono afectaría a la capacidad de prestar atención a la carretera? Participar en una conversación, ya sea por teléfono o con alguien en el vehículo, "parece fácil", dice Vecera, pero es mucho más complejo de lo que uno puede pensar.
El cerebro está absorbiendo información, superponiendo lo que sabes (y lo que no sabes) y luego preparándote para construir una respuesta reflexiva. "Eso es mucho esfuerzo --dice Vecera--. Lo hacemos muy rápido, tan rápidamente que no comprendemos lo difícil que es realmente".
En un estudio publicado en 2011 en 'Journals of Gerontolgy', Vecera y sus colegas documentaron que los adultos mayores con habilidades mentales y visuales más pobres tardaban más en cambiar su atención de un objeto a otro que los adultos mayores con visión disminuida solamente. En su estudio actual, planteó la hipótesis de que los individuos más jóvenes y sanos a los que se les pidió que respondieran a las preguntas mientras que ponían sus ojos en los objetos imitaría a los adultos mayores con deterioro cognitivo.
El experimento fue bastante simple. Los participantes contestaron una serie de preguntas verdaderas o falsas, llamadas "escucha activa", mientras que los investigadores usaban cámaras de alta velocidad para rastrear la rapidez con que sus ojos se ubicaban y se fijaban en un nuevo objeto que aparecía en la pantalla de un ordenador. A otros grupos se les hizo una pregunta, pero no se les pidió que respondieran ("escuchar pasivamente") o no se les hizo ninguna pregunta.
Entre las preguntas sencillas estaba: "C-3P0 es el nombre de un robot alto dorado y estaba en la popular película 'Star Wars" y entre las preguntas más difíciles estaba: "La Carta Magna fue escrita como una proclamación legal, sometiendo al rey a la ley". Costó casi 100 milisegundos, en promedio, que los participantes que respondían a preguntas desconectar su visión de un objeto y localizar y fijar su visión en un nuevo objeto que apareció en la pantalla.
"La escucha activa retrasa la desvinculación de la atención, que debe ocurrir antes de que pueda moverse la atención a un nuevo objeto o evento", dice Vecera. Además, los movimientos oculares de los participantes que respondieron a preguntas sencillas y difíciles también se quedaron rezagados, lo que los investigadores creen que sucede porque el cerebro tiene que estar comprometido cuando escucha activamente, no importa lo elemental que sea el tema de la conversación.
Por lo tanto, Vecera afirma que la solución es no hablar por teléfono mientras se conduce. "No hay evidencia que yo sepa de que puedes eliminar la distracción mental del uso del teléfono móvil con la práctica o el acondicionamiento -señala--. Pero es una pregunta abierta que debe estudiarse".
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