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¿Qué es el crecimiento personal?

  • Autor/autores: Inma Capo.

    ,Artículo,PNL,


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Artículo | 16/07/2004

Reflexión

Estamos en el siglo XXI más todos los anteriores que no contamos, y el hombre que se autodefine como “sapiens” no sólo destruye el planeta donde vive, contamina el aire que respira, degrada el agua que bebe, y derrocha sus recursos sin conciencia alguna, sino que además los homos sapiens se destruyen los unos a los otros, y por fin, en contra de toda lógica e inteligencia, el homo sapiens se destruye a sí mismo. Hemos involucionado hacia la raza humana actual: el “homo imbecilis”.



Esa autodestrucción es tanto psíquica como física. Y se da en ese mismo orden. Pensamiento->Palabra->Acción. Ese es el proceso neurológico humano. Primero es el pensamiento, después lo que me digo a mi mism@ como resultado de mi programación mental que es el “software” con el que pienso. Y desde esas instrucciones mentales mi cuerpo actúa, hace cosas: si lo anterior es positivo, mis comportamientos también lo serán. Si son negativos, mis actos lo serán igualmente. Y todo por el mismo precio: el cerebro no nos conoce y le da igual hacer una cosa que otra. Sólo sabe obedecernos y lo hace a la perfección...

Enseñando a vivir

Dentro de la inevitable generalización, aceptemos que la “educastración” recibida por una gran mayoría no es de la calidad que sería de desear: el ser humano aprende por copia y modelado de su entorno. Luego, si tiene suerte, va a un determinado colegio o escuela que, en el mejor de los casos, le enseñará teorías y asignaturas, quizás útiles para que pueda encontrar un trabajo, pero de ningún modo se le está enseñando la más importante asignatura: a vivir, a pensar por sí mismo, a ser fuerte, libre e independiente, a decidir y elegir amistades, pareja, comunicarse adecuadamente, tener autoestima, etc. ¿Cómo se le va a enseñar si nadie sabe hacerlo? ¿Cómo lo va a aprender si los ejemplos y referentes en los que se fija muestran todo lo contrario? ¿Cómo va a fiarse de los mayores, donde ve constantemente el reflejo de la incongruencia interior? ¿Cómo va a hacer caso de lo que se le dice, si está viendo la constante contradicción en los que pretenden enseñarle?

En la actual campaña de la Fundación Antidroga “Enséñale a vivir”, mi pregunta es ¿Quién? ¿Quiénes están realmente preparados para enseñar a vivir? Los responsables de ello, los adultos, ya lo estamos haciendo, ya venimos enseñando a vivir generación tras generación. El resultado es la juventud actual y el estado de malestar de la sociedad. Lógico: somos el tercer país en la cola de los que menos invierten en educación. En consecuencia, somos de los primeros en índices de fracaso escolar. ¡En algo teníamos que destacar!

Las Universidades, que deberían ser la Cúspide del Saber, están regidas por arcaicos esquemas, miedo a todo lo que es nuevo y no conocen, y mafias a las que tan sólo inquieta el no perder su lastimosa parcela de poder y control. En vez de haber cada vez mejores colegios, hay cada vez mejores hospitales, centros de desintoxicación, “narcosalas” y laboratorios farmacéuticos. Gracias al “estado de bienestar” viven muy bien los médicos, psiquiatras, psicólogos, terapeutas, asistentes sociales y sobre todo las multinacionales farmacéuticas.

En lugar de incrementar nuestra sabiduría generación tras generación, se ha incrementado la estulticia, la estupidez, la banalidad y la superficialidad. La moda de “a ver quién lo hace peor” predomina por doquier. Las incontables justificaciones y excusas para no cambiar y creer cómodamente que lo que hay es lo normal, podrían llenar varios volúmenes de la enciclopedia “Cómo hacer para involucionar e ir a peor”. Por cada biblioteca hay miles de bares y lugares de distracción de la atención. Por cada libro que se compra, se adquieren miles de videojuegos, en su mayoría violentos. Si antaño los padres hablaban con sus hijos un promedio de 2’30 horas diarias, hoy apenas si llega a 0’15 minutos. Lógico: ¿de qué les van a hablar sino tienen nada que decir? ¿Cuáles serían sus temas de conversación, además del fútbol? Es más cómodo comprarles cosas para que no molesten (sin que hayan hecho nada para ganárselas) y enviarles a ver la telebasura. El resultado:

“En una semana, un niño español presencia novecientas peleas, ochocientos homicidios y más de ocho suicidios. Para ello tan sólo tiene que conectar su aparato de televisión, al que son adictos la mayoría de los menores occidentales. Esta adicción, equiparable al cuadro sintomático de un drogadicto, bloquea la facultad de pensar, suprime la libertad, instiga a la violencia y provoca la adhesión inmediata. La televisión se está convirtiendo pues en una droga dura, a la que la violencia, sexo y contenidos inapropiados agravan sobremanera la situación.”

En realidad, no hay nadie que esté enseñando a los niños. La mayoría están solos ante un mundo que no comprenden. Los padres no están preparados y no tienen tiempo; “para eso están los colegios”. Pero en los colegios, la figura del Maestro o preceptor ha desaparecido, siendo sustituida por técnicos que también fuman y beben como el que más, incluso delante de los alumnos: técnico en matemáticas, en geografía, en ciencias… pero no hay técnicos en enseñar a pensar, a decidir, a ser libre, a ser uno mismo, a elegir las amistades, a conocerse y quererse, a tener buena educación y buenos modales, a respetarse y respetar a los demás. Y cuando el niño, que no entiende nada de lo que ve a su alrededor, se rebela y protesta, se le envía al psicólogo. No sé cómo hemos podido sobrevivir los que nunca hemos tenido psicólogos porque no existían. Sólo se nos educaba en casa y en el colegio, porque padres y maestros estaban de acuerdo (no como ocurre ahora) y enseñaban más o menos en la misma dirección. A pesar de la mediocridad, al menos no había tanta incongruencia.

El vacío interior

Entre miles de casos conocidos dignos de juzgado de guardia, citaré el caso de un padre que suele llevar a su hijo (10 años actualmente) a los bares que él mismo frecuenta. Cuando le pregunté por qué lo hacía, dijo “quiero que mi hijo conozca el mundo”. ¡Alucinante! Por lo visto, el mundo de ese padre lo configuran los bares y ese es el mundo que le va a enseñar a su hijo… y ¡ojalá que acabe ahí la cosa! Ignoro si conocerá el mundo donde no hay bares, ni vicios, sino museos, conciertos, cursos, naturaleza, aprendizaje constante, senderismo, montañas, voluntariado, viajes, arte, educación, música, idiomas, libros, juegos educativos, deportes instructivos, aventuras sanas, buenas amistades, alegría, amor, espiritualidad, búsqueda interior… y un largo etcétera que pocos o casi ningún niño conoce porque sólo se les está transmitiendo y mostrando un mundo vacuo, limitado y estéril, lleno de baratijas prometedoras de falsa felicidad. Lo importante es distraerse y no pensar.



¿Qué han aprendido esos niños, que luego serán adolescentes y después adultos, -si es que sobreviven-, y en cuyas manos vamos a dejar el país?:



- que la superficialidad, la debilidad, la incultura y los vicios son algo normal en la persona

- que no tiene más que pedir lo que quiere para que se lo den y que conseguirlo sin esfuerzo es lo normal

- que la felicidad está fuera de sí mismo

- que tiene que conseguir cosas materiales para ser feliz

- que esa felicidad se acaba pronto, tan pronto como consigue lo que quiere

- que cada vez hay que buscar nuevas cosas que le proporcionen placer

- que ese placer cada vez dura menos, porque se convierte en hábito

- que más tarde tiene que conseguir las cosas por sí mismo, sin que nadie le haya preparado para ello.

Ahí tenemos la angustia, la ansiedad y la frustración.

- que al no haber sido puesto a prueba desconoce sus capacidades y sus recursos, con lo cual genera

una autodestrucción apoyada en una carencia total de conciencia y autoestima.



Resultado: el más grande de los vacíos. El gran vacío interior entre lo que se es y lo que se debería ser. Roguemos porque tenga dentro de sí un espíritu fuerte para que pueda sobrevivir a pesar de la educastración y malos ejemplos que constantemente está recibiendo. Porque sólo los más fuertes y preparados podrán sobrevivir y salir adelante con éxito: la teoría de Darwin así lo viene demostrando…



Y ya hemos creado otro adicto a la superficialidad, a la mala educación y a la banalidad, incluyendo en el proceso cualquiera de todos los venenos a su alcance, tras el que -como hacen los mayores-, ocultar la falta de personalidad y espíritu íntegro (tabaco –la peor de las drogas duras-, alcohol, marihuana, cocaína, éxtasis, etc…). Un producto más de nuestro sistema: una cosecha de inútiles parásitos que, si Dios no lo remedia, acabarán en una comisaría, en urgencias de un hospital o en el cementerio cualquier sábado de madrugada... Y ahí será el llanto y el crujir de dientes… pero ya será demasiado tarde. Las consabidas preguntas de ¿qué es lo que hemos hecho mal? ¿por qué a mí hijo/hija…? ¿por qué a nosotros…? ¿cómo no nos dimos cuenta?... serán entonces inútiles. La siembra se ha estado gestando desde el día de la concepción misma, y durante la gestación, y en el momento del nacimiento, y después a partir del primer estímulo externo, y la primera cosa que vio, y la primera respuesta y ejemplo que se le dio.



Espero que muchos padres y madres comprendan ahora para qué les serviría hacer un curso práctico de crecimiento personal y por qué deberían hacerlo. No sólo tendrían que ser obligatorios, dada la cruda realidad reinante, sino que cualquier padre con un mínimo de responsabilidad debería prepararse primero antes de traer hijos al mundo, cosa muy fácil y que hace cualquiera, incluidos todos los animales, pero que muy pocos están preparados para llevar a buen término: ser los mejores guías y referentes, de los que sus hijos puedan copiar y en quienes se puedan apoyar cuando les necesiten, educarles para que les superen, para que sean fuertes, libres e independientes y aporten a la humanidad lo mejor de sí mismos.



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Algunas falacias sociales

Como seres vivos, todos influimos en los demás a la vez que somos influenciados por nuestro entorno. Por eso es tan importante elegir bien nuestras amistades, nuestra pareja, nuestros colegios y nuestros ambientes en los que nos movemos. Para eso está el libre albedrío, el poder de elección, de decir ‘sí’ y de decir ‘no’. Podemos elegir ver la televisión –dependiendo del programa-, podemos elegir apagarla, leer un buen libro, participar socialmente, quejarnos y no hacer nada, esperar que otros solucionen nuestros problemas, culparles sino lo hacen, y un largo etcétera cuyo resultado es nuestra propia vida. Podemos optar por formarnos o seguir bajo el yugo y la esclavitud de la ignorancia más ruin: la ignorancia sobre uno mismo y el propio proceso de convertirse en persona.



Dentro de la manipulación social, de manos de la política, medios de comunicación (si es que decidimos prestarles atención), y personas de nuestro entorno más o menos bienintencionadas, el resultado es que todo lo que entra por nuestros cinco sentidos se traduce y se archiva en nuestra mente, pasando a formar parte de nuestra programación o ‘disco duro’ para vivir. Veamos alguno de estos programas o ‘virus’ mentales:



1) “necesitas a otras personas para ser feliz”

2) "pon a los demás por delante de ti"

3) "no somos nadie, no eres nadie, no vales, no sirves, no mereces"

4) “sino haces lo que yo digo no te querré”

5) “sino no eres obediente nadie te querrá”

6) “la vida es un infierno, o un martirio, o un asco…”

7) “esto es un valle de lágrimas y hemos venido aquí a sufrir”

8) “el sufrimiento enseña”

9) “hay que aceptar a la gente como es” …

10) “hay que ser tolerante” …



¿Te suena algo de todo esto?



No voy a añadir más para no extenderme demasiado; para muestra baste un botón. Vamos a limpiar estos virus, ya que estamos en ello… y el mejor “antivirus” es hacer justo lo contrario de lo que nos dijeron o de lo que vemos a nuestro alrededor, a no ser que sean ejemplos edificantes, que haberlos, haylos…



1) Conozco a muchas personas que han buscado a otras para ser felices y han acabado enfermas, más infelices que antes, maltratadas o asesinadas en el peor de los casos. También conozco personas que viven solas y están la mar de felices. ¿Y tú?



2) Si Jesús dijo que “todos somos iguales ante Dios” y que somos hermanos suyos, ¿por qué razón hay que anteponer a nadie delante o detrás, si lo justo es ir al lado, codo con codo? ¿Te ha servido para sentirte mejor? ¿Cómo andas de autoestima?



3) Somos, ni más ni menos, que seres humanos perfectos, hechos a imagen y semejanza de Dios, con una mente ilimitada y un cerebro del cual apenas usamos un 3% en el mejor de los casos. Merecemos solo lo mejor y tenemos el potencial para conseguirlo. Si te conformas con menos es que ese virus ha entrado en tu sistema de creencias. Bórralo cuanto antes porque está afectando al resto de tu programación.



4) Chantaje emocional puro y duro. Se usa el pretendido “amor” como precio para obtener obediencia y sometimiento, que no respeto, que es la base del amor. Nadie que ame de verdad es capaz de decir eso. Se ama o no se ama. Y sin pedir nada a cambio. Eso es todo. Dependiendo de quién se trate, tú deberás decidir si te interesa o no el amor de esa persona, no sea que el precio de ese amor sea tu autoestima, tu dignidad, tu poder o tu vida.



5) Más de lo mismo. Chantaje y más chantaje. Si a ti te importa que los demás te quieran, ¿harás siempre lo que ellos te pidan o deseen? ¿Les obedecerás a cambio de su falso “amor”? ¿Es eso realmente lo que tú quieres? ¿Qué tal si empezaras por quererte a ti mism@?



6) La vida es un regalo divino, un privilegio, una oportunidad para crecer y evolucionar, para aprender, para enriquecer nuestra alma y nuestro espíritu, para despertar, conocer, disfrutar de nuestro maravilloso planeta como seres cósmicos que somos, formando parte de un universo infinito como gotas de agua en un océano de luz divina. Si te han hecho ver la vida de otra forma, cambia de gafas. Hay mapas del mundo muy ricos y otros muy pobres. A la vida le da igual cómo la veas, la llames, la mires o la etiquetes. Pero a ti no.



7) Ni esto es un valle de lágrimas ni hemos venido aquí a sufrir. Esto es un paraíso en el que todos debemos pagar un alquiler: el dejar en él una huella positiva de nuestro paso y mejor de lo que lo encontramos. Somos seres espirituales que hemos de aprender mediante experiencias para crecer y desarrollar todo nuestro potencial y capacidades, de lo cual los primeros beneficiados seremos nosotros mismos y luego nuestro entorno. Esto es una escuela maravillosa donde todos podemos enseñar y aprender. Todo ha sido puesto a nuestra disposición para ello. En ti está elegir qué hacer al respecto. El cambio y el dolor forman parte de la vida, pero el sufrimiento es optativo.



8) No conozco a ningún tonto que haya sufrido y que después haya sido más inteligente. Nunca he visto ningún anuncio que diga “Se buscan expertos en sufrimiento” y sin embargo es lo que todo el mundo mejor sabe hacer. El sufrimiento sólo enseña a sufrir, y para ese viaje no hacen falta alforjas... Pidamos a Dios: “Señor, ayúdame a crecer a través de la dicha y no a través del dolor. Gracias”. El sufrimiento es el resultado de una experiencia archivada como negativa. Hay cosas dolorosas, pero una vez han ocurrido y han pasado, puedes elegir capitalizarlas en positivo, olvidarlas o recrearte en esa experiencia para seguir sufriendo o llamar la atención. ¿Qué es la experiencia?: “la experiencia no es lo que te pasa, sino lo que tú haces con lo que te pasa.”

9) Aceptar a la gente como es… pues depende. Si te conformas con cualquier cosa, puede que si. Si eres exigente buscarás a personas que realmente te gusten como son y entonces podrás aceptarlas. A los niños hay que aceptarlos como son, ver quién es ese espíritu y qué temperamento trae consigo. Después hay que educarles lo mejor posible para que se desarrollen, no para que se parezcan a nosotros y que “sean lo que nunca pudimos llegar a ser”. Eso no es aceptarles como son, sino manipularles. En otro terreno, un gran escritor dijo: “Nunca te fíes de una mujer que te acepta como eres, porque significa que se conforma pronto.” Es decir, no te ayudará a cambiar ni a crecer, ni te estimulará ni impulsará para que creas en ti y hagas grandes cosas. Te regalo esta frase: “Reconocerás a quien de verdad te quiere, porque te ayudará a crecer aún a riesgo de perderte.”



10) La tan manida y cacareada tolerancia. Pues he aquí lo que significa literalmente esa palabra -que tan de moda puso Philip Morris y Altadis-, según nuestro Diccionario oficial: “Sufrir, llevar con paciencia; resistir, soportar, permitir algo que no se tiene por lícito sin aprobarlo expresamente”. Otros sinónimos: aguante, condescendencia, comodidad, paciencia, conformismo, resignación, cobardía, indiferencia, inacción... y este es otro mensaje a tener en cuenta: “El silencio de los buenos ante el mal equivale a complicidad.”



Una vez revisados estos simples ejemplos, espero que te hayan servido para pensar cómo puede estar programado todo el resto de tu ‘disco duro’ y qué vas a hacer al respecto. Tus programas y su contenido son tuyos, pero todo eso no ERES tú. Eso es una programación heredada en su mayor parte y que puedes decidir cambiar cuando quieras. Es muy fácil, tan fácil que parece increíble. Igual que aprendiste una cosa, puedes desaprenderla y reaprender otra. Para ayudarte un poco, a continuación encontrarás una serie de preguntas de “self-coaching”. Son sólo para tu uso exclusivo y confidencial. No tienes por qué comentarlo con nadie más, a no ser que tú así lo decidas. Espero que sirvan de orientación para todos.

Tomando conciencia

Este es un test muy simple. Te ayudará a darte cuenta de tu nivel de calidad de vida. Luego podrás decidir seguir igual o hacer algo al respecto para cambiar y mejorar.

Las preguntas siguientes están clasificadas según su nivel de riesgo real. Anota al lado de cada una de ellas: 0 /no, nunca - 1 /algo, algunas veces - 3 /puntualmente, en fines de semana, en diversas ocasiones - 7 / habitualmente.

<B>A) Riesgos de vida, salud, bienestar.</B>

Riesgos generados habitualmente por una falta de autoestima y conciencia de ser, falta de personalidad, copia del entorno, aceptación de las debilidades y vicios sociales como algo normal.

A1.- Drogarse con tabaco, marihuana, cocaína, ‘porros’, beber alcohol, y otros vicios letalmente perjudiciales para su salud psíquica y física. Autodestrucción.

A2.- Sobrealimentarse, comer en exceso, abusar de dulces, carnes, grasas y no preocuparse por su nutrición. Exceso de peso. Bulimia.

A3.- No alimentarse adecuadamente. No comer por un deseo excesivo de mantenerse delgad@. Autodestrucción para culpar a los padres u otras personas. Anorexia.

A4.- Autolesionarse. Quemarse con cigarrillos, clavarse agujas, cristales, “piercing”, tatuajes. Hacerse daño innecesariamente. No quererse ni aceptarse.

A4.- Sufrir de miedos, fobias, alergias, inseguridad, indecisión, complejo de inferioridad, emociones incontroladas. Somatización de todo ello. Afectación del sistema nervioso e inmunológico.

A5.- Mantener relaciones sexuales irresponsables, sin protección o sin seleccionar con quién, con menoscabo de la salud por posibles infecciones de VIH+, hepatitis B, enfermedades de transmisión sexual por contagio directo, sin contar la pérdida espiritual de dignidad y decencia, que da lugar igualmente a problemas psíquicos.

A6.- Mantener un carácter irascible, demostrar agresividad con ciertas personas, manifestándose insultante, arrogante y/o despectivo u ofensivo para otros. Reírse muy poco y estar malhumorado, hosco, aislado, no participativo ni comunicativo. Problemas de comunicación.

A7.- No saber prevenir ni manejar emociones destructivas, (miedo, odio, rabia, temor, ira, frustración, depresión). Energía negativa. Posible úlcera de estómago, cefaleas, etc.

A8.- Manipular a los demás con ‘enfermedades’ o síntomas más o menos imaginarios para llamar la atención. Chantaje emocional.

A9.- Automedicarse innecesariamente con el riesgo para su salud (sistema inmunológico, nervioso y endocrino).

A10.- Vivir de manera sedentaria, perezosa, sin contacto con la naturaleza y sin hacer nada de ejercicio físico. No hacer nada para estimular la mente ni el cuerpo.

A11.- Matarse trabajando, sin darse el merecido descanso, sin permitirse recuperarse ni física ni mentalmente. (“Workalcoholic”). Riesgo de infarto.

Escribe ahora otros riesgos que quieras anotar para tu propio control…


<B>B) Riesgos directos sobre el equilibro mental, emocional y espiritual.</B>

También se suelen dar en personas con un pobre autoconcepto y muy poca confianza en sí mismas, con lo cual mucha gente entrega su autonomía y poder a otras personas para que tomen las riendas de su vida y les digan qué tienen que hacer.

B1.- Asistir a congregaciones pseudo-religiosas, donde la gente es sugestionada, programada, manipulada o hipnotizada para que sigan sus dogmas y reglas, generando sentimiento de culpa, confusión de creencias y valores, temor, vergüenza, aislamiento de su entorno familiar y social, pérdida y rechazo de la auténtica identidad y posiblemente también de dinero.

B2.- Admitir mensajes y estímulos con información “basura” (vicios, drogas, degradación moral, vejaciones, indignidad, etc.) a través de distintos medios de comunicación: televisión, cine, internet, revistas, diarios, etc.

B3.- Consentir y cultivar sentimientos de envidia y crítica destructiva, rencor, animadversión, odio, temores irracionales, stress, apatía, depresión, indiferencia hacia seres importantes en su vida. Postergar lo importante, pereza, acidia.

B4.- Involucrarse en relaciones tormentosas innecesarias; dependencia del otro/a; someterse, intentar poseer al otro/a; perder el poder y la identidad; autoanularse; sado-masoquismo, que altera el equilibrio mental, espiritual, psíquico y físico.

B5.- No saber vivir en soledad, con independencia, libertad y autonomía. Necesitar siempre de los demás. Utilización de otros para llenar el vacío interior. Co-dependencia.

B6.- Llevar una vida improductiva, hedonismo, búsqueda externa del placer. No participar ni interesarse por los demás, incluso sus hijos. Pasotismo.

B7.- Concebir y traer hijos al mundo de forma irresponsable, sin haberlo planificado, meditado y preparado conscientemente, sin saberlos educar correctamente y sin querer prepararse para ello. No conocer su labor real como padre/madre. No ser un buen referente ni guía para los hijos. Irresponsabilidad.

B8.- Estar pendientes del “qué dirán los demás”, vivir “cara a la galería”, buscar reconocimiento continuamente. Marco de referencia externo. Vivir para cumplir expectativas ajenas.

B9.- Quedarse estático en un puesto de trabajo mediocre, que no le guste, por miedo al cambio o por no prepararse ni reciclarse para aprender nuevas cosas y ponerse al día.

B10.- Tener el hábito de usar excusas continuamente para justificarse ante los demás y/o ante sí mismo. Autosabotaje y autoengaño.

B11.- Aceptar chantajes emocionales o hacerlos a otros para conseguir lo que quiere. Manipular.

B12.- Asumir un rol de víctima de los demás, de las circunstancias, de la vida. Ir de “pobre de mí.” Estar siempre quejándose sin hacer nada para cambiar. Sentimiento de culpabilidad.

B13.- Vivir anclado en el pasado, recordando lo que ocurrió. Poner energía mental en cosas que no están ocurriendo en el presente. Rencor, resentimiento, incapacidad de archivar. Uso inadecuado de la memoria.

B14.- Rodearse de personas inferiores para sentirse superior y poderlas manejar (espos@, amistades, empleados, etc.) No sentirse cómodo con sus iguales o superiores de los que pueda aprender. Complejo de inferioridad. Envidia, celos.

B15.- Necesidad compulsiva de darse importancia, tener siempre la razón. Prepotencia, orgullo injustificado. Creerse con derecho a todo, pero sin ningún deber.

B16.- Mentir, jugar con los sentimientos ajenos. No hacer lo que dice. Deshonestidad. Incongruencia.

B17.- No tener una idea clara de su misión en la vida. No tener objetivos ni metas definidas. Ir por la vida sin rumbo. Vegetar.

B18.- Maltratos a sí mismo o a otras personas, psíquicos y/o físicos. Degradación, vejación y violencia.



B19.- Dar más importancia a lo superficial y material, que a lo profundo y espiritual. Falta de escala de valores propios claros y definidos. No priorizar.



B20.- Invertir en cosas materiales y no en sí mismo, en su formación, reciclaje, crecimiento, evolución y preparación para la vida. No tener afán de superación.



Interpretación rápida: Si en alguno de estos apartados has puesto algo que no sea ‘0’, te aconsejo empezar a pensar en la conveniencia de revisar tu programación, antes de que tus virus mentales te jueguen una mala pasada cuando menos te lo esperes. Si has puesto números superiores a ‘1’, no sé si llegarás a ‘pasar la ITV’ próxima en condiciones normales. Empieza a pensar en todo lo que te puedes estar perdiendo… y cuánto te está costando material, mental, física y espiritualmente lo que tienes y haces ahora. Si has puesto algún ‘7’, … y aún puedes contarlo, te esperamos en nuestros cursos lo antes posible, para que no sigas jugándote tu vida, tu salud y tu futuro a no se sabe qué carta…

El Estado de Excelencia

Si has puesto sólo ceros en el test anterior, estás ya en un estado óptimo para dar un salto cuántico en tu desarrollo personal. Nuestro Programa de Excelencia está diseñado para que personas como tú puedan sacar el máximo provecho de nuestras enseñanzas y de sí mismos. No hace falta estar mal para cambiar, aunque ese suele ser el detonante en la mayoría de las personas, pero no en ese 10% de la humanidad que siempre se preocupa por saber más, por ser mejor, por superarse a sí mismos, usando su curiosidad y creatividad, en continuo crecimiento y reciclaje, y que son las personas que van marcando una diferencia en las vidas ajenas con su propio ejemplo. No hace falta ser héroes. Pero sí nos hacen falta urgentemente personas excelentes, líderes y ejemplos a seguir, seres realmente humanos que se salgan de la masa mediocre y banal que configura nuestra sociedad. Hacen falta muchos pastores, porque el rebaño es cada vez más numeroso y anda más descarriado.



Para los que creen que ya saben todo, les recuerdo con Sócrates: “Sólo sé que no sé nada”. Para los que ya se creen personas de éxito, les doy este ejemplo: un empresario se vanagloriaba de que con su pequeña empresa heredada de su familia había conseguido ser una persona de éxito. Cuando le pregunté:



-¿Cómo sabe que es usted una persona de éxito?, respondió

-Porque estoy ganando diez millones de pesetas al año… a lo cual apostillé:

-¿Cómo sabe que no podría estar ganando veinte?



Cada día somos distintos, no dejamos nunca de cambiar porque la vida es cambio. Hoy sabemos un poquito más que ayer, pero menos que mañana, porque ese es el flujo de la vida, de la cual todos formamos parte, queramos o no. Sin cambio no hay vida. Estancarse y quedarse igual es impropio de seres llamados “racionales”, que debería ser sinónimo de “conscientes”. La comodidad y el conformismo son nuestros peores enemigos.



Todos hemos venido a este mundo para crecer y evolucionar. El no hacerlo nos cuesta caro: se llama malestar, infelicidad, enfermedad y pérdida de tiempo y energía, ya que nuestro espíritu, ese “algo” interior que todos tenemos y al que muy pocos escuchamos, nos advierte sin cesar que no lo estamos haciendo bien… hasta que ya no hay remedio.



Nuestra auto-optimización es necesaria e imprescindible para seguir adelante y hacer frente a un mundo en constante cambio y desafío. Todo ello está ocurriendo a una gran velocidad y en esa carrera por la vida, la competencia es cada vez más feroz. Hemos de readaptarnos continuamente y seguir ese mismo ritmo sino queremos quedarnos en la cuneta. No podremos adaptarnos si no nos reciclamos y preparamos. Y en el mundo sólo sobreviven aquellos que mejor están preparados para adaptarse al cambio. Eso se llama inteligencia. Y para desarrollarla hay que prepararse: estudiar, aprender, practicar y trabajarse a uno mismo.



Nadie nace enseñado, por eso se nos enseña, pero se nos ha enseñado muy mal. El resultado es la gran carencia de recursos conscientes en la etapa adulta. El sistema está encantado con ello. El Ser Humano le importa bien poco, más bien nada. Sólo representamos cifras, números, impuestos, estadísticas. Hay que dejar pues de ser víctimas propiciatorias y salirnos del engranaje donde todo está montado para que estés distraído, seas infeliz, estés mal, vayas al médico, psicólogo, psiquiatra, etc., luego a la farmacia, luego al hospital y luego al cementerio.



Si el uso de nuestro cerebro y nuestra mente no se nos ha enseñado en casa, ni en las escuelas ni en las universidades desde la noche de los tiempos, no es sólo porque no sepan, es porque al sistema nunca le ha interesado que la población fuese fuerte y estuviese preparada, porque ello da mucho poder y no se la podría manipular. Tampoco ha interesado nunca a los poderes fácticos porque ellos mismos forman parte de los intereses creados.



“No es mi momento”, “ahora no puedo”, “no tengo dinero”, “he de preguntarlo a…” no son más que excusas y más excusas para no hacerte cargo de ti mism@. Siempre es el momento, porque puede que luego ya no haya otro. En cuanto tomas una decisión, ese es tu momento. Sólo existe el presente y está ocurriendo ahora. Las oportunidades no se pierden: las aprovechan otros. No hay nada ni nadie que te pueda impedir hacer lo que deseas y lo que tienes que hacer en tu favor. Si eres adult@ y no tienes dinero, algo no estás haciendo bien y no te lo puedes permitir por más tiempo. Necesitas cambiar cuanto antes. Si has de consultarlo con alguien de tu entorno ecológico, está bien, siempre que sea para comentarles tu decisión, no para pedirles su opinión. De todos modos, si lo haces, descubrirás quién te quiere de verdad, quién te va a ayudar a crecer y evolucionar, y quién va a preferir que no cambies, que te quedes igual, porque si no se sentirán inferiores e incómodos. De los seis mil millones de seres humanos que hay en el planeta, elige a quién vas a preguntar. Tú decides.



Ahora ya tienes más datos para decidir si un Curso de Poder es una tontería, o no es para ti, o por el contrario, como hizo Anthony Robbins, buscarás el dinero de donde sea e invertirás tu tiempo y tu energía en ti mismo, para no perder ni un minuto más de tu vida sin sacar partido a todo tu potencial innato, que está ahí esperando a que te pongas en contacto con él. Nuestro programa y enfoque es exclusivo. En otros países las técnicas de PNL ya son obligatorias. En los países tercermundistas todavía no.



La sociedad somos todos. Cambiarla depende también de todos. Eso sí: es más cómodo quejarse, dejarse arrastrar por la inercia y quedarse esperando a que los demás hagan algo. Pues ten en cuenta que tú también eres un “demás” para los demás. Hace mucho tiempo que yo y otros muchos empezamos a hacer algo, aportando nuestro granito de arena y lo mejor de nosotros mismos para promover el cambio social tan necesario. ¿Y tú?



Nuestro granito de arena, que ponemos a disposición de toda la sociedad, son nuestros Cursos de Poder, enfocados hacia los resultados y no hacia las técnicas, y que ahora espero entiendas mejor por qué se llaman así; mi libro “Retorno al Paraíso. El Despertar” que por sí sólo lleva ya 3 ediciones en España y una en Colombia rompiendo esquemas y creencias sociales; unos programas muy bien estudiados y secuenciados, cuyas herramientas (PNL práctica, filosofía y otras muchas) te permitirán hacer de tu vida una obra de arte y de ti mism@ la persona que siempre has soñado y debes llegar a ser, esa cuya esencia de nacimiento todavía permanece intacta dentro de ti, porque es intocable ya que es perfecta, y que sólo está esperando una oportunidad: que tu ego (lo que crees que eres “tú”) desaparezca para permitir que tu auténtico Ser se manifieste con toda su grandeza divina. Ese es el enfoque de nuestros cursos y eso es lo que va a encontrar quien se inscriba y se atreva a seguir el proceso hasta el final. El mundo es de los audaces.



Ahora puedes comparar con otros cursos teóricos o con otras enseñanzas. Todo es bueno si luego se aplica a la vida diaria y te ayuda a cambiar para mejor, si sientes que ha habido un ‘antes’ y un ‘después’ en tu mentalidad y en tu forma de estar en el mundo; sino no sirve para nada. Adquirir conocimientos que no desemboquen en sabiduría práctica es sólo un almacenamiento de apuntes, textos e información intelectual que puede llevar a la erudición, pero no a saber vivir, a desarrollarse en plenitud y a saber estar en estado de recursos. El conocimiento te enseñará cómo hacer lo que hay que hacer. Tu sabiduría te dirá qué es lo que hay que hacer en cada momento.

Esa es la diferencia. Muy pocos la saben. Sólo los que se han atrevido a buscarla, descubrirla y usarla. Y eso depende de ti. Yo te puedo enseñar el camino porque ya lo recorrí antes, pero sólo tú puedes decidir dar el primer paso y hacia dónde dirigirte. Esa es tu responsabilidad, no la mía. Todos somos el fruto de nuestras decisiones. El Maestro aparece cuando el alumno está preparado.



Antaño muchos no tuvieron esa libertad de elección, de optar por formarse o no; quizá eran esclavos, quizá no tuvieron acceso a los libros, a los programas de formación… y aún así, siempre ha habido seres que han luchado por sí mismos, por su propio desarrollo y han alcanzado grandes logros en sus vidas. Hoy vivimos una revolución de la libertad, todo está a nuestra disposición y hay sólo dos caminos: crecer o morir…y esto es sólo el comienzo.



Descubrir esa diferencia y vivirla te aseguro que no tiene precio. Piensa cuánto inviertes en cosas materiales y superficiales, que nunca te darán felicidad ni te las llevarás contigo, y piensa cuánto inviertes en ti, en tu propio desarrollo y en la limpieza, actualización y puesta al día de tu máquina para vivir: tu cerebro y tu mente.



Todo lo que puedas invertir en ti a través de nuestros cursos es una inversión meramente simbólica, comparado con los resultados que obtienen nuestros alumnos, lo cual depende también de su apertura y sincera entrega hacia sí mismos. La felicidad, la conciencia, la responsabilidad, la salud, la libertad y el poder personal no son cotizables. Sólo lo pueden disfrutar los que se han atrevido a luchar por ello.


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