Noticia |
12/03/2015
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>Un grupo de estudiantes de la Facultad de Farmacia, coordinados por profesores de las Facultades de Farmacia y Medicina, ha implantado un servicio de deshabituación tabáquica, dirigido a adolescentes, con el que ha conseguido que el 44% de los pacientes intervenidos haya dejado de fumar después de tres meses de seguimiento activo.
Iniciarse en el hábito de consumo de tabaco se sitúa en torno a los 13 años de edad, especialmente en España. Entre otros motivos, porque a esta edad los jóvenes aún no tienen percepción del riesgo que entraña el consumo de este y aceptan como verdaderos determinados mitos a su favor.
Coordinado por la profesora de Medicina Preventiva y Salud Pública Isabel Martín Antoniano, con la colaboración de la profesora de Toxicología Carmen González y del catedrático de Farmacología, Luis Fernando Alguacil, el programa consta de dos fases: una formativa y otra de seguimiento. De todos los pacientes se recogieron datos sobre el peso, la tensión arterial, el historial tabáquico, enfermedades y medicación de base, tipo de tabaco y dosis consumida. Los principales problemas de los usuarios de la muestra son afrontar el fin de semana sin cigarrillos y superar el estrés y la frustración sin recaer en el consumo de tabaco.
En la mayoría de los jóvenes, el consumo se asocia a un hábito psicológico y social y no tanto a una adicción física. Por este motivo, la estrategia utilizada es el apoyo psicológico, estableciendo con el paciente una relación de proximidad, empatía y confianza, que adapte los mensajes motivacionales a su personalidad.
Se trabajan aspectos de conocimientos y creencias arraigadas en el paciente acerca de su hábito de fumar y el tabaco. Se focalizan los esfuerzos en la búsqueda de las razones por las que quiere abandonar el hábito y se refuerzan con estrategias encaminadas a solucionar las razones que lo llevaron a plantearse el abandono del tabaco. Por otro lado, se buscan los impedimentos y miedos, reales o no, que han evitado hasta el momento al paciente llevarlo a cabo con éxito y se trabaja sobre ellos, buscando soluciones conjuntas y haciéndole partícipe y protagonista del cambio en todo momento.
A continuación se trabaja con el paciente técnicas de relajación a base de audios EMDR e imágenes relajantes que le ayudarán a superar sus miedos más arraigados y situaciones estresantes.
Los alumnos de Farmacia utilizan material educativo en salud para trabajar con los adolescentes. Este material incorpora nuevos conocimientos y fortalece los que ya pudiera tener ayudándole a proceder al cambio.
El apoyo personal, a través de un contacto directo o indirecto durante las dos primeras semanas, se contempla como parte de la estrategia a seguir con ellos funcionando a modo de diarios, donde expresan abiertamente sus emociones y conflictos internos.
A continuación, se crean grupos de trabajo con otros pacientes que están dejando el hábito, o incluso con exfumadores. Después, se mantiene una entrevista personal con el paciente para valorar el trabajo de la separación del hábito de fumar con otros hábitos ya establecidos o lugares y situaciones. En caso de existir, se plantea una estrategia de sustitución compensatoria. Por un lado, una compensación personal inmediata donde se le pide al paciente que ahorre el dinero que deja de gastarse por el tabaco y al cabo de unos meses se haga un regalo, mientras que por otro lado, se trabaja el hábito sustitutorio, donde se le pide al paciente que detecte el tipo de enganche por el que sustituirá el anterior. Se le hace consciente, y se le orienta para que haga una sustitución sana (deporte, alimentación).
En última instancia, se le hace consciente al paciente de los beneficios obtenidos en cada una de las fases del proceso de deshabituación tabáquica, a la vez que se trabajan los problemas de síndrome de abstinencia que pudiesen ir apareciendo, compensando así los pros y contras de la cesación tabáquica.
El proyecto nació hace ya casi 12 años, donde tenía un enfoque de aplicación directa sobre el alumno como paciente que quisiera dejar de fumar, con la idea de crear una Universidad sin humo. Debido al éxito de este programa y a su limitada capacidad para atender a un número elevado de pacientes, se decidió incluirlo en la asignatura de `Salud Pública´.