REVISTA ELECTRÓNICA DE PSICOLOGÍA
Vol. 2, No. 1, Enero 1998
ISSN 1137-8492
Alexitimia y estilo represivo de afrontamiento: ¿dos
constructos emocionales diferentes o similares?
F. Martínez Sánchez
ARTÍCULO
ESPECIAL
[Resumen] [Abstract]
Universidad de Murcia
Correspondencia:
Francisco Martínez Sánchez
Departamento de Psicología Básica y Metodología
Facultad de Psicología. Edificio Luis Vives
Universidad de Murcia
Apartado 4021 - 30080 Murcia (España)
E-mail: franms@fcu.um.es
Introducción
Método
Resultados
Discusión y conclusiones
Introducción
En
las últimas décadas se han acumulado sólidos apoyos, especialmente
epidemiológicos (Barefood, Dahlstrom, y Williams, 1983), a las diversas hipótesis que
atribuyen a los factores emocionales un papel variable en la etiología de múltiples
alteraciones somáticas (O´Leary, 1990). Se constituyen las respuestas emocionales, de
esta manera, en factores de riesgo para la salud, en su calidad de agentes capaces de
influenciar las funciones somáticas de muy diversas maneras que, además, inciden en
diferentes momentos del proceso de enfermar (Fernández Castro y Edo, 1994; Martínez
Sánchez y Fernández Castro, 1994).
Se han postulado diversos constructos teóricos, orientados a explicar la capacidad
predictiva que la expresión y/o la represión de las emociones tienen sobre la morbilidad
y mortalidad de ciertos trastornos (Pennebaker, 1995); entre ellos destacamos la
supresión de la ira (Chesney y Rosenman, 1985), la inhibición (King y Emmons, 1992),
el patrón de conducta tipo A (Rosenanm, 1991; Palmero y Codina, 1996), el síndrome
¡AHI! (Fernández-Abascal y Martín, 1994), el estilo represivo de afrontamiento
(Weinberger, 1990), la ambivalencia de la expresión emocional (King y Emmons, 1990)
y, por último, la alexitimia (Taylor, 1994; Martínez Sánchez, 1995). Todos ellos
comparten la característica común de ser descriptores de los estilos de afrontamiento y
expresión de la respuesta emocional.
El término alexitimia describe un trastorno específico en el procesamiento emocional
que se manifiesta principalmente mediante: 1) dificultad para identificar y describir
sentimientos y emociones verbalmente, 2) dificultad para distinguir entre sentimientos y
los componentes somáticos que acompañan a la activación emocional, y 3) patrón de
pensamiento orientado a lo externo, así como a una marcada constricción en los
procesos simbólicos (Taylor, 1984, 1994; Salminen, Saarijärvi, y Äärela, 1995).
Estas características han sido conceptualizadas, tanto como una alteración afectiva,
como un rasgo continuo de personalidad que correlaciona positivamente con el
neuroticismo (Pandey and Mandal, 1996), la depresión (Hendryx, Haviland, y Shaw,
1991) y la ansiedad (Bagby, Taylor, y Atkinson, 1988; Martínez Sánchez, Sánchez,
Castillo, Gordillo, y Ortiz, 1996); diversos autores (Horton, Gewirtz, y Kreutter, 1992),
argumentan que la alexitimia puede considerarse también como un estado -alexitimia
secundaria- consecuente a la depresión y/o ansiedad (Hendryx, Haviland, Shaw, y
Henry, 1994), así como al efecto de diversos trastornos crónicos tanto psicopatológicos
como somáticos.
Recientemente diversos investigadores han propuesto que la alexitimia no sólo consiste
en una dificultad en la expresión verbal de las emociones, sino en un déficit en el
procesamiento cognitivo (Berenbaum y Prince, 1994; Martínez-Sánchez y Marín, 1997),
a consecuencia del cual, las emociones permanecen indiferenciadas y pobremente
reguladas (Taylor, Bagby, y Parker, 1991). Se ha hipotetizado que, en sujetos con altos
niveles de alexitimia, la limitada conciencia emocional junto al deficiente procesamiento
cognitivo de los afectos, propiciaría la prolongación del malestar emocional y la
activación fisiológica, lo que podría provocar trastornos autonómicos, endocrinos e
inmunes, favoreciendo la lesión estructural en sistemas orgánicos especialmente
vulnerables al trastorno (Martin y Pihl, 1986b). Esta tendencia podría explicar la
propensión hacia los trastornos somáticos "funcionales" descrita en los alexitímicos.
Además, la alexitimia es interpretada como uno más de los posibles factores de riesgo
que puede incrementar la susceptibilidad hacia el trastorno físico (Parker, Bagby, y
Taylor, 1989; Martínez Sánchez, 1997). Por ejemplo, se estima que el 47% de los
pacientes que acuden a clínicas psicosomáticas y del dolor muestran características
alexitímicas (Smith, 1983).
Por su parte, el estilo represivo de afrontamiento, conceptualizado por Weinberger,
Schwartz, y Davidson, (1979), como una forma peculiar de afrontamiento de los
estímulos emocionales mediante su evitación cognitiva y conductual, se define
operativamente por la combinación de bajos niveles de ansiedad autoinformada evaluados con el cuestionario de Ansiedad Manifiesta de Taylor (1953)- y alta
deseabilidad social -medida con la Escala de Deseabilidad Social de Marlowe-Crowne
(1961)-.
El estilo represivo de afrontamiento se asocia a: (1) bajos niveles de comunicación de
las emociones negativas tales como la ansiedad y la ira (Weinberger, et al., 1979); (2)
alta latencia de respuesta ante estímulos cargados emocionalmente; (3) defensividad en
procesos atencionales frente a estímulos ansiógenos (Fox, 1993); (4) déficits de
memoria para recuerdos emocionales negativos (Davis y Schwartz, 1987); (5) intentos
de evitar dar una impresión de perturbación psicológica (Blackburn, 1965; Byrne, 1961),
tratando, por el contrario, de ofrecer autodescripciones positivas de ellos mismos en
situaciones emocionales (Díaz-Ovejero, Cano-Vindel, y Miguel-Tobal, 1993); (6) pobre
descripción de la experiencia emocional (Carroll, 1972), (7) evitación de la atención a
los aspectos emocionales, especialmente si estos son negativos (Cano-Vindel, Sirgo, y
Pérez, 1994); (8) elevados niveles de activación fisiológica en respuesta a estresores
manipulados experimentalmente (Asendorpf y Scherer, 1983; Kneier y Temoshock,
1984), aún informando de bajos niveles de estrés percibido.
Diversos autores se han aproximado al estudio de las relaciones entre estos dos
constructos emocionales; así, mientras que diversos autores apoyan explícitamente la
similitud de ambos constructos (Nemiah y Sifeos, 1970; Nemiah, Freyberger, y Sifneos,
1976; Weinberger y Schawartz, 1990), o consideran la alexitimia como una dimensión
del estilo represivo de afrontamiento (Bonanno y Singer, 1990), por el contrario, otros
autores no encuentran relación alguna (Martin y Phil, 1986a) o la cuestionan (Páez y
Velasco, 1993). Es más, recientemente Newton y Contrada (1994) informan de la
existencia de una relación inversa entre ambos constructos.
En base a lo anteriormente expuesto, el objetivo del presente trabajo fue valorar la
relación entre la alexitimia y el estilo represivo de afrontamiento, estudiando los niveles
de alexitimia presentes en diversos grupos.
Método
Sujetos
Sobre una muestra compuesta por 364 estudiantes de la Universidad de Murcia, 105
hombres (28.85 %) y 259 mujeres (71.15%), de edades comprendidas entre los 18 y 25
años (
19.44; Sx = 1.99), procedimos a seleccionar los grupos de sujetos calificados
como "represores", "sensibilizadores", "de alta ansiedad" y "de baja ansiedad", de
acuerdo al procedimiento descrito por Weinberger, Schwartz, y Davidson, R (1979)
consistente en utilizar los grupos extremos sobre la base de los cuartiles primero y
tercero de la escala de Marlowe y Crowne (1961) y una prueba que evalúa el rasgo de
ansiedad, en este caso utilizamos el ISRA (Miguel-Tobal y Cano-Vindel, 1986), dadas
sus destacadas propiedades psicométricas en la evaluación de la ansiedad.
En base a estos criterios, el grupo quedó reducido a 129 sujetos que cumplían las
condiciones expuestas; las puntuaciones de corte, la denominación y composición de los
grupos se recogen en la Tabla 1.
Tabla 1. Criterios clasificatorios y composición de los grupos
Criterio de
puntuación
Grupo
Criterio de grupo
N (%)
MCS
ISRA
Baja ansiedad
ISRA - MCS
18 (13.95)
11
140
Alta Ansiedad
ISRA - MCS
43 (33.33)
11
249
Represores
ISRA - MCS
50 (38.76)
16
140
Sensibilizadores
ISRA - MCS
18 (13.95)
16
249
129
Siendo: MCS=Escala de Deseabilidad Social; ISRA=Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad
Instrumentos
1. Escala de Deseabilidad Social, MCS, de Marlowe y Crowne (1961). Escala
compuesta por 33 ítems de tipo Verdadero/Falso, que evalúa la búsqueda de la
aprobación social mediante la emisión de respuestas socialmente deseables.
2. Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad, ISRA (Miguel-Tobal y CanoVindel, 1986). Autoinforme que permite obtener un rasgo general de ansiedad,
tres componentes de las respuestas de ansiedad (cognitivo, fisiológico y motor),
así como cuatro áreas situacionales o rasgos específicos de ansiedad (de
evaluación, interpersonal, fóbica y de la vida cotidiana).
3. Escala de Alexitimia de Toronto, TAS-20 (Bagby, Taylor, y Parker, 1994), en la
adaptación de Martínez-Sánchez (1996). Autoinforme compuesto por 20 ítems,
que permite obtener una puntuación total en alexitimia, así como tres factores
congruentes con el constructo:
F. I: dificultad para identificar sentimientos y diferenciarlos de los síntomas
asociados a la activación emocional; F. II: dificultad para describir sentimientos a
otros, y F. III: patrón de pensamiento orientado a lo externo.
Procedimiento
Tras la confección de los cuatro grupos ya descritos, todos los sujetos completaron la
Escala de Alexitimia de Toronto, TAS-20 (Bagby, Taylor, y Parker, 1994).
Resultados
Tras realizar un análisis de varianza, así como las comparaciones post hoc entre grupos,
los resultados mostraron la existencia de diferencias significativas en el nivel total de
alexitimia, así como en los factores I y II del TAS-20; por el contrario, no se obtuvieron
diferencias significativas en el factor III.
En la Tabla 2 se recogen las medias y desviaciones típicas obtenidas por cada uno de los
grupos en el nivel total de alexitimia, así como en los tres factores que componen el
TAS-20. Como puede observarse, además del significativo efecto de la variable "grupo",
es de destacar cómo los sujetos calificados como "represores" son los que obtienen
globalmente niveles inferiores de alexitimia, mientras que los calificados como de "alta
ansiedad" muestran niveles superiores en todos los factores que componen el TAS-20.
Tabla 2. Puntuaciones en el TAS-20 de cada uno de los grupos
Represores Sensibilizadores
(sx)
(sx)
Alta
Ansiedad
(sx)
Baja
Ansiedad
(sx)
F (p)
TAS-20
44,52
(9,45)
45,44 (13,00)
58,81
(8,09)
49,50
(11,04)
18.00***
Factor I
15,14
(5,55)
17,88 (6,47)
22,27
(5,76)
16,72
(6,93)
11.49***
Factor
II
12,88
(4,69)
11,16 (4,32)
16,90
(3,81)
14,72
(3,98)
10.45***
Factor
III
17,44
(3,86)
15,88 (5,14)
17,93
(4,19)
18,44
(3,31)
1.40
N.S.
Siendo: *** p< .000
Factor I: dificultad para identificar sentimientos y diferenciarlos de los síntomas asociados a la
activación emocional
Factor II: dificultad para describir sentimientos a otros
Factor III: patrón de pensamiento orientado a lo externo
Las comparaciones post hoc confirman (p<.05) en términos generales la existencia de
diferencias significativas de los represores con el resto de los grupos en los factores I y
II, no así en el III. En la Figura 1 pueden apreciarse gráficamente los resultados
descritos.
Figura 1. Niveles de alexitimia de los diferentes grupos.
Discusión y conclusiones
Los resultados obtenidos son plenamente coincidentes con los informados por Newton y
Contrada (1994), así como por Myers (1995), en el sentido de observar los menores
niveles de alexitimia en los represores, así como niveles superiores en los sujetos del
grupo de alta ansiedad.
Los bajos niveles de alexitimia del grupo de "represores" pueden estar condicionados
por el mismo procedimiento de evaluación, tal y como señala Myers (1995), ya que se
sabe que el estilo represivo de afrontamiento está asociado a alteraciones en la memoria
de hechos afectivos (Davis y Schwartz, 1987), lo que condicionaría las respuestas a los
inventarios que evalúan emociones.
A nuestro juicio, estos resultados pueden interpretarse plausiblemente desde la
consideración de la alexitimia, al contrario que el estilo represivo de afrontamiento,
como una alteración esencialmente el carácter afectivo del trastorno y no equiparable a
la represión emocional, por cuanto en el trastorno no subyace un intento más o menos
deliberado de control voluntario -o represión- emocional, sino que el problema se ubica,
a nuestro juicio, más en el ámbito de la disfunción cognitiva que de lo volitivo.
Los niveles de alexitimia son mayores en el grupo de "alta ansiedad", por cuanto la
alexitimia puede interpretarse como consecuente al efecto de emociones negativas. Los
"represores" muestran los menores de niveles de alexitimia (Total y en F I), mostrándose
capaces de identificar y describir afectos. Este fenómeno puede explicarse desde la
consideración de la alexitimia como un estado/rasgo caracterizado no por una actitud
deliberada de rechazo hacia el afecto o la emoción, o su control, sino más bien de falta
de habilidad en la comprensión/descripción (del carácter simbólico) de ésta.
En suma, no parece, a la luz de estos resultados, que puedan considerarse como
similares la alexitimia y el estilo represivo. Posiblemente sea el nivel de "control
emocional percibido" el elemento capaz de explicar las diferencias entre alexitímicos y
represores.
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Referencia a este artículo según el estilo de la APA:
Martínez, F. (1998). Alexitimia y estilo represivo de afrontamiento: ¿dos constructos emocionales diferentes o
similares? Psicologia.COM [Online], 2 (1), 23 párrafos. Disponible en:
http://www.psiquiatria.com/psicologia/vol2num1/art_7.htm [1 Febrero 1998]
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