El mutismo selectivo es un trastorno multidimensional que generalmente afecta a niños en edad escolar. Se caracteriza por la incapacidad persistente para hablar en situaciones sociales específicas. Puede incluir una variedad de comorbilidades incluyendo enuresis, encopresis, TOC, depresión, y retraso madurativo tardío. También entre los trastornos comórbidos, se encontrarían los de ansiedad, fundamentalmente la fobia social. Esto ha llevado a muchos investigadores a conceptualizar este problema como un trastorno de ansiedad en la infancia y no como una entidad diagnóstica independiente.
El mutismo selectivo suele ser más común en niñas que en niños, se encuentra en menos del 1% de los individuos, tiene un curso variable, desde meses a pocos años de duración. En cuanto a antecedentes familiares, se encuentran una alta incidencia de mutismo selectivo en las familias de los niños afectados y una prevalencia aún mayor de fobia social.
Dada su etiología multifactorial, las intervenciones son también diversas, incluyendo terapia de modificación de conducta, familiar e intervenciones farmacológicas.
Partiendo de la literatura existente nos planteamos analizar varios casos de mutismo selectivo atendidos en una unidad de salud mental infantil con el objetivo de estudiar cuestiones clínicas aún no resueltas de forma definitiva.