A través de los años trabajando en equipos de cuidados paliativos uno transita por variadas experiencias, donde el trabajo con el paciente que afronta una enfermedad grave y progresiva hace que no solo nos acerquemos como médicos, sino que implica también un acercamiento hacia lo humano. Lo que me une a ese ser sufriente no es su enfermedad potencialmente mortal y mi trabajo como médico, lo que nos une es la misma humanidad, la historia de ambos en un recorrido humano donde nos identificamos con el nacer, crecer y, indefectiblemente el morir.
Cuando la muerte del paciente es inminente luego del acompañamiento en la enfermedad, el equipo especializado puede presentar distintos síntomas de duelo como ansiedad, dolor, insomnio, desgano.
Aun sabiendo de que el trabajo realizado fue lo mejor que pudo hacerse la perdida de la persona como individuo por delante de la enfermedad nos lleva a acercarnos a nuestra propia finitud .
Reconocer el duelo en nosotros y permitirnos vivirlo, hablarlo con nuestros compañeros y acompañarnos en ese dolor hace nuestra tarea más fácil y nos previene del síndrome de burnout, que es tan común en nuestra época.
Se tienen que tener distintas consideraciones para la prevención de éste, siendo la espiritualidad una herramienta útil para prevenirlo. El cultivo de una vida intrapersonal, la armonía en lo interpersonal y la búsqueda de lo transpersonal hace que, nuestra vivencia espiritual no solo nos enriquezca como persona, sino que nos protege en la tarea y a la vez nos acerca de una manera mas compasiva a quien vamos a acompañar.
Martín Brotat-Ester
Psicólogo - España
Fecha: 28/07/2024