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El grupo mediano, espacio (vacío) en lo social.

Fecha Publicación: 28/12/2010
Autor/autores: Estibaliz Barrón , Teresa Brouard, Ernesto González de Mendibil

RESUMEN

Los autores exponen teorías aportadas por algunos autores sobre los grupos medianos. Constatan que éstos representan a lo social. Entienden que los grupos son útiles para trabajar psicoterapéuticamente la vincularidad total del sujeto.


Palabras clave: Grupo; Vincularidad.
Área temática: .

Vol. 2, núm. 4 - Noviembre 2003

Órgano Oficial de expresión de la Fundación OMIE
Revista Internacional On-line / An International On-line Journal

EL GRUPO MEDIANO, ESPACIO (VACIO) EN LO SOCIAL
Estibaliz Barrón, Teresa Brouard y Ernesto González de Mendibil

SUMMARY
The authors set out theories provided by some authors about medium groups. They state that these
represent the social. They understand that the groups are useful in order to work
psychotherapeutically on the total bond of the subject.
KEY WORDS: Group, connection.

RESUMEN
Los autores exponen teorías aportadas por algunos autores sobre los grupos medianos. Constatan
que éstos representan a lo social. Entienden que los grupos son útiles para trabajar
psicoterapéuticamente la vincularidad total del sujeto.

PALABRAS CLAVE: Grupo, vincularidad.

ENCUADRE
El actual trabajo surge de las reflexiones realizadas a lo largo de los años en torno a la experiencia
de co-conducción de un grupo mediano.
Los grupos medianos fueron iniciados por Robin Piper y Patrick de Maré en la práctica grupoanalítica
a partir de 1975 y traídos a nuestro ámbito formativo (Bilbao) por Fernando Arroyave.
El grupo concreto al que hacemos referencia está incluído como uno de los espacios experienciales
del programa del Máster en Psicoterapia Analítica Grupal que se imparte en la Universidad de Deusto
de Bilbao organizado por la Fundación OMIE (Fundación Vasca para la Investigación en Salud Mental)
Dicha formación se realiza en módulos de día y medio de duración (18 horas) una vez al mes (de
septiembre a junio), durante tres años. Este grupo, de hora y media y en el que participan todos los
alumnos matriculados, está situado en el último espacio de ambos días, cerrando por tanto la
actividad formativa. Esto supone 20 sesiones por año de formación, a razón de dos por módulo.
Denominamos este espacio Grupo Mediano porque adoptamos la clasificación que considera como
tales los que tienen entre 20 y 40 miembros. En función de la matriculación anual, el número de
participantes de este grupo oscila entre 25 y 35 miembros; por encima de 40 hablaríamos de Grupos
Grandes.
El grupo mediano sigue preceptos similares a los aplicados por Foulkes a los grupos pequeños, es
decir:

-

Son grupos verbales
Los participantes se hallan sentados en círculo y cara a cara
Se realizan reuniones regulares
Están basados en la discusión libre creativa.

En la primera sesión de cada curso se explica a los componentes del grupo el objetivo de la
experiencia y se les dan las consignas: asistencia completa y regular, puntualidad, confidencialidad y
restitución.

Hemos trabajado en el supuesto de considerar al grupo mediano como un grupo cerrado con inicio y
cierre en cada curso.

REFLEXIONES TEÓRICAS
Realmente no existe una fundamentación teórica explícita sobre los grupos medianos y grandes.
Existen reflexiones de los distintos autores que han utilizado este abordaje acerca de los fenómenos
que se movilizan en la situación de grupo mediano/grande.
El autor y promotor principal de la teoría y práctica de grupo grande es Patrick de Maré que, junto
con Kreeger, analiza dichos grupos desde las similitudes y diferencias que presentan con los
principios de Foulkes aplicables a los grupos pequeños. Tal y como señala Hanne Campos, las raíces
históricas del trabajo con grupos grandes se encuentran en el movimiento de comunidades
terapeúticas de las décadas de los sesenta y setenta liderado por Main y Jones.
Como apunta Patrick de Maré, el Grupo Mediano es un instrumento que adquiere relevancia cuando
el interés sobre las cuestiones de parentesco necesariamente dan paso a temas de amistad y
compañerismo, abriéndose el campo posteriormente a temas socioculturales. El grupo mediano
permite que sus miembros exploren los supuestos culturales sobre los que fundamentan toda su
relación social.
Eduardo Paolini señala que la teoría de grupos hoy existente surge principalmente del pensamiento
antropológico y psicoanalítico y se basa en el conocimiento acumulado de las investigaciones hechas
sobre la influencia de la interacción familiar y social en la construcción de la estructura e identidad
personal.
De igual manera que el paso del psicoanálisis al grupoanálisis supuso la incorporación de una
dimensión social en el análisis del individuo, el grupo mediano y el grande amplía el análisis a los
propios fenómenos sociales. Promueve que los individuos exploren su posición en el campo de lo
social. Por tanto, en la teorización sobre estos grupos habrá que incorporar dimensiones de análisis
propias de la psicología social.
Si observamos el grupo mediano bajo el prisma de la psicología social, podríamos considerarlo como
el espacio que permite que cada individuo intente comprender de qué manera su pensamiento, sus
sentimientos y su conducta están influídos por la presencia actual, imaginada o implícita,d e los
otros.
Hacemos una mención expresa a la teoría de la atribución desarrollada por Fritz Heider por
considerar que nos ayuda a entender muchos de los sucesos que se producen en el grupo, sobre
todo en los estadíos iniciales. Este autor destaca, con una gran sencillez, que nuestras acciones
están más controladas por el modo en que percibimos un acontecimiento que por lo que realmente
sucede. Considera que la atribución es un puente entre nosotros mismos y las cosas que están
distantes y sobre las cuales necesitamos información. Las atribuciones, vendrían a ser los a prioris
con que nos manejamos ante situaciones desconocidas. La teoría de Heider estuvo influída por su
vocación de pintor.

REFLEXIONES DESDE LA PRÁCTICA
Nosotros hemos querido conjugar nuestras reflexiones desde la práctica con asociaciones con el arte.
En concreto con la obra de Eduardo Chillida, conocido universalmente como escultor, pero presente
en esta reflexión como pensador, faceta sobre la que en general se posee menos información.
Nos intreresa el modo en que Chillida explica lo que constituye el proceso de creación de su obra.
Para él este proceso es algo vivo, algo sin acabar pero que a la vez busca un final: la obra.
Paradójicamente ésta, que representa la culminación del proceso de creación es también expresión
de la muerte del proceso creativo.
Encontramos cierto paralelismo con lo que observamos en el proceso del grupo mediano. Para
nosotros, el grupo, la obra en creación, está formada por una sucesión de obras superpuestas que
vendrían representadas por la finalización de cada sesión, de cada módulo, de cada año, de cada
período formativo... , pues en cada espacio observamos la vida y la muerte y a la vez el proceso en
el que estamos inmersos. Luxio Ugarte en una monografía dedicada al citado escultor (1.993)
escribe, "Cada obra realizada por Chillida está inscrita dentro de series y cada una de ellas cabalga
entre la vida y la muerte".

Con relación a esto, la primera cuestión que nos surge es la adecuación de seguir considerando a
este grupo como cerrado. Si tenemos en cuenta la dimensión de proceso podríamos categorizarlo
como un grupo abierto puesto que llevaría funcionando tantos años como los actuales conductores
llevan en la coconducción del mismo (seis años), del que van saliendo miembros y al que van
incorporándose otros nuevos año tras año. Existe una mente grupal que transmite la historia y
cultura del grupo de estos años. Observamos que a lo largo del tiempo la historia transmitida
permite que el grupo supere con mayor rapidez el desconcierto inicial y aborde la tarea para el que
ha sido creado.
Como señala Pat de Maré (1989), en el grupo mediano "la gente ha de aprender a dialogar como
aprende un lenguaje". La tarea de este grupo es la de fomentar un diálogo que permita explorar los
supuestos culturales de cada participante. En cada grupo el objetivo es aprender a expresar los
pensamientos, dado que éstos se circunscriben a una esfera más racional que en los grupos
pequeños, en los que el sentimiento y la emoción son los protagonistas. En el grupo mediano opera
el principio del significado, bien distinto de los principios de realidad y de placer de Freud.
Ante los participantes se abre la difícil tarea de llenar el espacio grupal. Éste inicialmente se vive
como un gigantesco vacío. Espacio vacío en lo social, lleno de silencio .Estableciendo un paralelismo,
el proyecto de Tindaya de Chillida se basa en un juego de perspectiva: vaciar la montaña de piedra
para llenarla de espacio. Por tanto, en el grupo estamos ante un espacio ¿vacío?, ¿lleno?
La respuesta, evidentemente, es "lleno", pero quizás la sensación sea la contraria: es el vacío quien
parece invadirlo todo. Ese llenado inicial, que en el grupo lo constituye el silencio, el control al y por
el otro, las miradas, los carraspeos... es paulatinamente sustituído por la palabra. Las primeras
simbolizaciones que aparecen en los miembros del grupo están relacionadas con situaciones de
riesgo, de temor al vacío (lanzarse por un precipicio, por un tobogán, a la piscina, etc.) .Como forma
de situarse en el grupo, que inicialmente es vivido como una masa informe amenazante, los
participantes buscan las identificaciones que posibilitan las distintas categorías que coexisten en el
mismo: miembros de los grupos pequeños; alumnos de primero, segundo, tercero, hombres y
mujeres...
Un tema que subyace es ¿de quién es la responsabilidad del funcionamiento del grupo?,es decir:
¿cuáles son las normas de esta microcultura? Observamos que, en ocasiones, se elevan a categoría
de norma situaciones acontecidas en alguna de las sesiones (no se puede bajar el brazo de la silla
abatible, ese tema no se puede hablar en el grupo...) atribuyendo esa norma a las consignas
iniciales, a límites impuestos por los conductores. Junto a la necesidad de buscar pautas que den
seguridad en un espacio desconocido, parece existir una rebeldía ante la necesidad del límite. Será
que como dice Chillida, el tema del límite ¿es un tema terrible? Sin embargo, él mismo añade que el
límite es el que pone orden. Es decir, el límite organiza. Nosotros, como conductores y responsables
del espacio y del tiempo, somos los que manejamos los límites dados por el encuadre. Pero ¿son
éstos los únicos límites presentes en el grupo?, ¿es el propio grupo quien va construyendo los
límites?, ¿qué efecto tiene el tamaño del grupo en la sensación de limitación de los miembros?, ¿son
los límites del grupo pequeño extrapolables al grupo mediano?, ¿y al grande?, ¿y a la sociedad?.
Como señalábamos anteriormente, la palabra surge del malestar que el silencio genera. Al comienzo
la palabra busca interacciones de consenso que tranquilicen, se busca el acuerdo; acuerdo que hace
referencia a los sentimientos negativos que todos experimentan en una estructura que no les parece
realista ni gratificante. Es el desacuerdo entre los miembros, el reconocimiento de la diferencia, lo
que provoca los intercambios que darán lugar al diálogo. Los contenidos que habitualmente aparecen
están relacionados con ritos y convencionalismos sociales, prejuicios y estereotipos.
El grupo mediano, como representación de lo social, permite que el sujeto explore sus propios
convencionalismos, su forma de percepción, los roles que adopta, su ejercicio de la responsabilidad
social, su vinculación con la autoridad y el poder, su habilidad negociadora, su grado de tolerancia,
su condescendencia, el modo en que expresa su agresividad, sus actitudes, etc.
En las fases iniciales, cada miembro individual se esfuerza por aclarar su aportación, sin entender
que el material vertido al espacio social deja de ser propiedad individual para convertirse en materia
con la que todo el grupo crea. En este sentido, Chillida considera innecesario explicar lo que quiere
expresar con sus esculturas porque cree que cad una"es una obra abierta en la que cada uno puede
plasmar su propia interpretación".
La interpretación durante la creación de la obra en el proceso grupal, se limita a la esfera de lo
social, que es la clave de lectura para todos los fenómenos que aparecen. Somos los conductores del
grupo los que iniciamos y propiciamos que el grupo se mantenga en la lectura social, que a su vez
depende de la coyuntura social. Por lo tanto el espacio social del grupo está influído por el tiempo.
Para Chillida (op.cit.) "el espacio está lleno de velocidad y la materia es más lenta". Esto mismo
sucede en el grupo: mientras la producción silenciosa de cada individuo puede ser muy rápida, el
pensamiento que se vuelca en palabra, y por lo tanto el material con el que se esculpe el grupo,
quizás sea más lento.

El ritmo del grupo es marcado tanto por las distintas velocidades de cada individuo como por las de
cada curso, las marcadas tanto por la ubicación temporal de cada sesión (viernes inicio y sábado fin)
como por las inercias de repetición de patrones de cultura silenciosa.
El grupo mediano es un grupo que utiliza la técnica de coconducción. La conducción es activa, no
directiva. Ambos conductores participan tanto para dinamizar el grupo como con una función
aclaratoria. A diferencia de Pat de Maré que habla de convocadores y de Pierre Turquet que utiliza el
término de asesores, nosotros nos decantamos por el de conductores, por coherencia con el espacio
formativo del que nuestro grupo forma parte. En realidad nos parece que nuestra figura es más bien
la de cuidar que el encuadre se mantenga y posibilite la experiencia formativa. Quizá sería más
ajustado a la realidad decir que nos consideramos "acompañantes experimentados".
Vemos una clara ventaja en que los conductores sean hombre y mujer porque este hecho incorpora
en la lectura grupal la diferencia de género imprescindible para una comprensión global de lo social.
Algunos de los recursos de conducción que nos han parecido de los más válidos a lo largo del tiempo
son: los diálogos entre los conductores, que tienen también una función de aprendizaje vicario, el
humor como recurso de dinamización, los refranes como elementos ejemplificadores del saber social
popular y las explicaciones aclaratorias.
Y para terminar, señalar únicamente que creemos que el campo de la reflexión práctica sobre los
grupos, y por ende de la teórica, es un proceso siempre inacabado. Por ello queremos finalizar
nuestra comunicación con una frase de Chillida que nos parece muy sugerente:
"Desde el espacio con su hermano el tiempo, bajo la gravedad insistente, sintiendo la materia como
un espacio más lento, me pregunto con asombro sobre lo que no sé".
BIBLIOGRAFÍA.
- Ayerra, J.M. (1997) El grupo grande. Boletín. 7. 28-46. APAG: Bilbao.
- De Maré, Patrick. (1988) La historia del grupo grande y sus fenómenos en relación a la psicoterapia
grupo.analítica. Ed Plexus. Barcelona
- De Maré Patrick. (1991) El grupo mediano. Amistad, parentesco y koinonia. II Congreso Nacional
de la APAG. Getxo
- Martínez Aguinagalde Florencio.(1998) Palabra de Chillida. Universidad del País Vasco. Bilbao.
- Martínez Azumendi Oscar. (1989) Alineación cultural y grupo grande. Boletín SEPTG nº IV/2
- Oneca Concha. (1996) Grupo de Mayor Tamaño , Reflexiones basadas en textos de Sheila
Thompson,Robin Piper, Kewin Powe y P, de Maré. Pamplona.
- Ugarte Luxio (1993) Chillida: dudas y preguntas. Donostia. Erein editores
- Ugarte Lixio.(1996) La reconstrucción de la identidad cultural vasca. Madrid Siglo XXI
- Turquet Pierre. Amenazas a la identidad en el grupo grande
ASMR Revista Internacional On-line - Dep. Leg. BI-2824-01 - ISSN (en trámite)
CORE Academic, Instituto de Psicoterapia, Manuel Allende 19, 48010 Bilbao (España)
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