Esbozando una psicopatología.
FUENTE: PSICOLOGIA.COM. 2003; 7(2)
Carla Josefina Barros.
Psicologa
Universidad del Norte
Barranquilla Colombia
E-mail: cbarros12@hotmail.com
PALABRAS CLAVE: Psicopatologia, VIH-SIDA, presunciòn, Si Mismo,esquizoide, Narcisismo, Melancolia, Mecanismos de defensa, Mania.
[artículo especial] [10/4/2003]
Resumen
ESBOZANDO UNA PSICOPATOLOGIA analiza el concepto de salud psìquica màs allà de la gnoseologìa psiquiatrica,
para situarlo en un cuerpo "continuamente trascendido y raramente percibido" el cual a causa de sus vicisitudes se
convierte en protagonista, tanto del acto de infectarse por el VIH, como en el ajuste del individuo al principio de
realidad luego de instalarse el sìndrome o la asimilaciòn del concepto de virus como propio.
Se plantea que la destrucciòn de la presunciòn de la existencia señala el lìmite en el cual es necesario abandonar el
concepto de duelo por la perdida de la salud, propio de las enfermedades crònicas para adentrarse en la Melancolia
con su regresiòn masiva al narcisismo primario, se ejemplifican algunos comportamientos tipicos de los
convivientes y/o enfermos al igual que los mecanismos de defensa caracterìsticos y se establece la posibilidad de
encontrarse con un conjunto de patologìas propias de las lesiones en el Si Mismo.
Abstract
Sketching a psychopathology that analyzes the concept of psychic health beyond the psychiatric gnoseology to
locate it in a body "continually transcended and rarely perceived", wich, because of its vicissitudes becomes a
protagonist, as much of the act of becoming infected by the human inmunodeficiency virus HIV, as of the
adjustment of the individual to the principle of reality after the syndrome has settled or the assimilation of the
virus concept as its own.
It is stated that the destruction of the existence marks the limit on which it is necessary to abandon the concept of
grief for the loss of health due to chronical disease, to enter into the melancholy whith its massive regression to
the prime narcissism. Some behaviors, typical of the cohabitants or sicks persons are exemplified, as the
characteristic defense mechanisms, and the possibility of finding a set of pathologies due to injuries in the self is
established.
Antes de entrar en materia sobre lo que ocurre a nivel Psicológico con los pacientes VIH-SIDA deseo hacer algunas
puntualizaciones sobre lo que se considera psicopatología, "la totalidad psíquica sana o enferma no esta
representada en la enfermedad que "tiene" el paciente, si no en sus verdaderas posibilidades adaptativas al
principio de realidad o mundo exterior. Salud psíquica correspondería a la capacidad de realizarse
satisfactoriamente en el terreno personal y biológico, definición esta que gravita sobre el yo, sobre lo que tiene el
enfermo para realizar la vida" (1)
"Cuando se habla del yo solemos referirnos a dos realidades aparentemente diversas, el yo corporal y el yo
psíquico. El yo corporal es la vivencia de la propia corporalidad en tanto que tenemos un cuerpo que siente y es
sentido y que está perfectamente delimitado y ubicado en el mundo que nos rodea. Se utiliza el concepto de
imagen corporal para referirse a la representación mental del propio cuerpo y de esquema corporal, para aludir a
las bases somáticas y neurológicas que hacen posible la representación del propio cuerpo. El yo psíquico es el
conjunto de conductas y caracteres psicológicos en tanto que tienen una estructura y son vividos unitariamente
como la forma en que vivimos y utilizamos nuestro cuerpo, puesto que si este desapareciese sería inconcebible
toda actividad psíquica; para la descripción fenomenológica ser en el mundo no es algo diferente que ser en el
cuerpo. (2)
La vivencia del yo según Jasper corresponde a la conciencia de unidad, de identidad, de actividad y oposición a lo
externo(3). En nuestra vida cotidiana el cuerpo es algo continuamente trascendido y raramente percibido. La
continua referencia al mundo que nos rodea suele impedir que nos detengamos en nuestro propio cuerpo.
Vivenciamos nuestro cuerpo cuando estamos cansados, experimentamos dolor o nos sentimos enfermos. Parece
como si en el momento que este particular instrumento que es el cuerpo deja de funcionar adecuadamente pasase
a un primer plano, el cuerpo ocupa el lugar que antes ocupaba el mundo y juega un papel protagonista en la
constitución de mundos imaginarios.(4)
El cuerpo tiene su propio lenguaje esta es la razón por la que la sexualidad no es una función sexual. La actuación
del yo como ser sexuado compromete todas las temáticas de la personalidad. La búsqueda de la propia identidad
como persona que tiene lugar en la relación sexual resulta indiferenciable de la realización corporal misma. Porque
somos en el cuerpo y porque el cuerpo es sexuado, la vida sexual del individuo da la clave de toda su vida.
La separación de la vivencia del yo de la vivencia del cuerpo es la expresión de una escisión interior, en las
personalidades esquizoides, división entre el yo y el cuerpo, la relación con el exterior se establece como un
cuerpo tras el que se oculta el verdadero yo, que está oculto tras su falso yo que es el que se relaciona con los
demás. La vivencia de la propia corporalidad está muy relacionada con los procesos de identificación realizados en
los primeros años de vida. El cuerpo vivido no es otra cosa que el yo actuando en el mundo (5). Muy difícilmente
puede alguien establecer contacto con el mundo que le rodea, cuando el mismo trata de divorciarse de su propio
cuerpo(6).
Teniendo en cuenta la conceptualización anterior es de notar que la aparición de la infección sería más susceptible
de ocurrir en aquellas personalidades esquizoides que por razones de vicisitudes en el espacio virtual de transito
entre la segunda etapa oral denominada canibalística y la etapa anal, del desarrollo psicosexual, hubiesen quedado
fijados. Dando como resultado individuos que no aceptan su propia forma de asumir el placer corporal o que
niegan la posibilidad de dichas formas. Es muy probable que exista una mayor dificultad para relacionarse en
aquellos individuos cuya orientación sexual se encuentra en contraposición a las normas morales que dichos
individuos hayan internalizado, explicando así el porque es más vulnerable a la infección el conjunto de hombres
que tienen sexualidad con hombres.
Siguiendo a Winnicot, tendríamos que agregar que: "Muchos sufrimientos psicológicos del hombre a partir de la
postguerra, son como consecuencia de no poder hallar con facilidad la presencia o la disponibilidad de un
semejante, la comprensión, el encuentro, la cooperación intergeneracional, el respeto a la intimidad, que en plena
sociedad posindustrial rehuyen tanto más que en la época de la modernidad freudiana"(13) enlazando estas
observaciones con un diagnóstico que perpetua este tipo de desencuentros y que por efecto de la negación y
marginalización de los convivientes desestructura aún más su condición vincular con los otros, tenemos un amplio
panorama de trabajo en la reestructuración de redes y vínculos de nuestros pacientes.
Las situaciones que generan los desencuentros según Winnicot poseen un aditivo sociológico y universal que
además propician que se reestablezca el orden vincular a través de la genitalidad siendo esta una de las primeras
restricciones, en aras del bien social, que irremediablemente se imponen al conviviente, tenemos entonces que ha
más de una patología nos encontramos frente a delicadas situaciones en el orden propio del individuo.
J. MacDougall (1980) sintetiza "la búsqueda del otro no tiene tanto que ver con el deseo como con la economía
psíquica de la necesidad sobre la que se asienta la conducta adictiva y las organizaciones de sexualidad perversas
en las que la sexualidad se utiliza como una droga".(13)
Cuando al individuo se le notifica que la prueba de Elisa y la posterior confirmación por medio del Western-Blot ha
sido positiva se observa en el una reacción profundamente dolorosa, una cesación de interés por el mundo
exterior, inhibición de todas sus funciones y una cadena de auto reproches, esta situación perfectamente encaja en
una reacción de duelo, siendo esta una etiqueta valida y ampliamente difundida, valdría la pena entonces
preguntarse que fue lo que realmente perdió el sujeto para desencadenar una reacción de duelo.
La respuesta a este interrogante debe responderse desde dos marcos referenciales diferentes; en una óptica se
halla el conviviente VIH y en la otra el enfermo en fase Sida. Para el caso del conviviente la perdida correspondería
a una abstracción sobre la presunción de lo que hacia el futuro sería su existencia, desde lo real se podría afirmar
que no ha perdido nada, sigue siendo un ser humano con acceso a la motilidad, capacidad laboral, principio de
realidad, autoimagen conservada etc. Sin embargo, el diagnostico ha modificado hacia el futuro su construcción
interna, no ha ocurrido nada aún en la imagen corporal desde lo real tangible y el esquema corporal se encuentra
intacto, pero el conviviente se halla en un estado de dolor que va más allá del duelo normal, puesto que no es
consciente de lo que ha perdido; desde la definición del yo como una estructura unitaria que sirve para manejarse
en el mundo que nos rodea (7) que podría haber ocurrido si el yo sigue intacto?
La respuesta sugiero que se busque en una instancia psíquica desarrollada antes de la aparición del yo y que
corresponde al Sí Mismo puesto que esta es "la vía que permite experiencias sobre la persona y relaciona el mundo
interno con el externo"(8); como lo he mencionado una abstracción en el dialogo interno del individuo se ha
modificado y en este caso es la presunción de la existencia.
PRESUNCIÓN: Proviene del latín preasumere, prae=antes y sumere=tomar, es decir se toma como cierto lo que ha
de venir(9); presunción en nuestro contexto implica que se toma como ciertas las ideas y fantasías del futuro y no
es propio de los infectados es una situación normal de todos los seres humanos independientemente que exista
una coherencia consciente de ese futuro que se ha construido a nivel imaginario.
Esta posibilidad de ser, se ha destruido a nivel momentáneamente y debe ser reestructurada en una nueva
reconstrucción interna (esquema corporal) del componente biológico, instrumento principal de la actuación del
proyecto en mención; surgen en el individuo o se recrean fantasías primarias de destrucción propias de la etapa
oral; de la forma como se halla vivenciado dicha etapa y del nivel de cohesión que se halla logrado del Sí Mismo
dependerá las soluciones que el individuo encuentre en este momento.
En el caso que la detección se realice en una persona en fase Sida estaríamos ante perdidas reales de las
funciones yoicas, deterioro físico, cambios en la autoimagen, capacidad laboral y en algunos casos compromisos
con el acceso a la motilidad que no corresponden en este caso a abstracciones a las cuales a su vez se superponen
las perdidas de la presunción de la existencia.
Si se considera la perdida como la presunción de lo que hacia el futuro sería la vida del individuo, en el caso del
conviviente sumado a las pérdidas ya no solamente abstractas sino reales en el caso del enfermo de Sida tendría
que afirmar que lo que le ocurre al paciente va más allá de una situación de duelo, si no que estaríamos ante una
Melancolía, en la cual ocurre regresión al a etapa del Narcisismo en el cual afloran en el sujeto la ambivalencia
constitucional perteneciente a lo reprimido. En contraposición con el duelo normal, en el cual se sabe que es lo que
se pierde y lo perdido es un objeto externo al yo y la lucha por desligarse de ese objeto perdido es absolutamente
consciente.(10) Estaríamos aquí ante dos situaciones potencialmente patológicas superpuestas un duelo y una
melancolía.
Podría un individuo bajo circunstancias de gran angustia desligarse de una parte de sí mismo? En el caso del VIHSida lo que se pierde no es ajeno al yo, es una parte de este, de lo cual no existe claridad para el sujeto, él solo
experimenta síntomas, insomnio, inapetencia, desinterés por el mundo externo y un dolor profundo por estar
infectado y/o enfermo; ocurre aquí una desestructuración sin extensividad en el tiempo, surge la ambivalencia y
ocurre como si el yo se dividiese y una parte ataca a la otra para desligarse de ella, surgen entonces los
autoreproches, calumnias, las humillaciones vueltas contra si mismo que satisfaciendo tendencias sádicas pueden
llegar a las ideas de suicidio tan ampliamente acariciadas por este tipo de pacientes en sus primeras fases.
Mencione anteriormente que existe una regresión a la fase narcisistica, la cual corresponde al punto de partida de
la vida instintiva, demostrado en un extraordinario amor a sí mismo y comprobable en el miedo a la muerte, de tal
suerte que al existir una amenaza desde lo real hacia la constitución yoica, se impone un desligamiento de los
enlaces afectivos existentes y que dependiendo de la estructura psicopatologica previa, dará como resultado
cuadros depresivos, hipocondríacos o delirantes.
Cuando la regresión se efectúa el punto final de la misma es la etapa oral, lo cual explica la demanda voraz de los
servicios de salud como una compensación a lo perdido, se trata pues de restituir esa parte supuestamente
perdida en el orden simbólico a través de una demanda desmedida e incluso agresiva en algunos pacientes, de la
prestación del servicio. He aquí donde a su vez se observan rasgos hipocondríacos como una forma ilusoria de un
cuerpo que solicita ser oído y establecer vínculos nuevos. O en el delirio cuando solo el yo recibe el efecto de la
perdida surgiendo entonces la fantasía omnipotente de ser salvador y ejemplo de otros con la misma patología,
autoerigirse líder, defender la causa VIH.
Existe otro tipo de angustia en los pacientes, que es la Angustia de infectar, descrita por Freud, refiriéndose a la
sífilis y corresponde a "la necesidad inconsciente de contagiar a los otros de la enfermedad que tantos goces le
prohíbe".(11)
Al efectuarse la regresión predominan como mecanismos de defensa la omnipotencia, la idealización, la negación y
el control de los objetos internos y externos.
Siguiendo con el análisis de la Melancolía existe dentro de esta una organización secundaria, la cual se considera
defensa típica y corresponde a la Manía(14). Tenemos en nuestro caso desde lo inconsciente un vacío, por lo cual
la vía incorporativa permanece abierta por la necesidad continua de suministros los cuales a su vez son
proyectivos, estableciéndose de esta forma un circulo vicioso. El contacto que en esta situación se establece es
efímero y superficial: rápidamente se gastan y deben ser sustituidos por otros.
La necesidad de conexiones realimentadoras (dependencia oral) y el típico humor sintónico mantenido a toda
costa, dan lugar a formas de relación muy características, estos individuos juegan a menudo un rol típico en el
grupo de amigos (el animador), terapéuticos, de enseñanza, reuniones sociales.(15)
"La manía se refiere a quien cree que ya es el Ideal del yo, quien crea que ha perdido la distancia entre su yo ideal
y su yo real, y esa persona como piensa que ya encarna la absoluta perfección no admite críticas ni ningún tipo de
coartamiento a su ego, si no que ya vive absolutamente satisfecho, maniáticamente satisfecho de sí mismo, y
entonces se convierte en verdadero peligro para su entorno, por que no está expuesto a ningún tipo de concesión,
a ningún tipo de sujeción sino que vive convencido de que él ya cumplió en la tierra el ideal del Yo. Es el maniático
que tiene una fuerza de atracción inmensa entre el resto de las personas, por que las más inseguras necesitan
sentir un poco el estremecimiento de satisfacción que esa persona tiene por sí misma".(16)
He propuesto y descrito una situación de Melancolia en el paciente VIH-SIDA, al momento de su diagnóstico, se
han mencionado sus mecanismos de defensa y algunos de los comportamientos que resultan sintomáticos en el
abordaje de los mismos, a continuación expondré algunas de las patologías que podrían estar presentes cuando
previo al diagnóstico del VIH-SIDA existan lesiones a nivel del Sí Mismo que hasta entonces no se hubiesen
manifestado.
Las perturbaciones debidas a alteraciones del sí mismo las divide Kohut(12) en 5 aspectos:
1. Las Psicosis: En las que hay una fragmentación permanente o prolongada, un debilitamiento o una seria
distorsión del sí mismo.
2. Los Estados fronterizos: Con fragmentación permanente o prolongada, pero recubierta con estructuras
defensivas más o menos eficaces.
3. Las personalidades esquizoides: Son organizaciones que emplean el distanciamiento y la colocación lejos de los
demás para defenderse. En los esquizoides se utilizan la frialdad y la superficialidad de las emociones. En las
paranoides, la hostilidad y la suspicacia. Esas actitudes protegen al enfermo de caer en una seria fragmentación
del Sí Mismo.
4. Trastornos narcicísticos de la personalidad: Hay una desintegración temporal, un debilitamiento o distorsión del
Sí Mismo. Predominan fenómenos autoplásticos (Hipersensibilidad a los desaires, hipocondría y depresión).
5. Trastornos narcisistas de la conducta: Con desintegración temporal, o debilitamiento o distorsión del Sí mismo,
manifestada sobre todo por síntomas aloplásticos (perversión, delincuencia o adicción).
Ante este conjunto de patologías nos enfrentamos diariamente los que trabajamos con convivientes y/o enfermos,
es de notar que es posible vislumbrar inmersa en la categorización anterior un continum que evoluciona desde un
extremo que es la psicosis hasta los trastornos narcicísticos en los que predomina la perversión, la delincuencia y
la adicción; me atrevo a afirmar de acuerdo a lo estudiado con un numero considerable de pacientes que estas
patologías corresponden a estrecho margen siendo los trastornos fronterizos, esquizoide y los trastornos
narcicísticos de la conducta, los que se hallan en mayor número de pacientes.
Citas bibliográficas
1. MONEDERO, Carmelo "Introducción a la Psicopatología" Edit. Biblioteca Nueva, Madrid 1977 pág 108
2. Op. cit(1) pág 108
3. Op. cit(1) pág 109
4. Op. cit(1) pág 110
5. Op. cit(1) pág 112
6. Op. cit(1) pág 116
7. Op. cit(1) pág 115
8. DE SUBIRÍA, Roberto "MUERTE Y PSICOANÁLISIS" Editorial Grijalbo, Santafé de Bogotá 1996 pág
9. MONLAU, Pedro Felipe; "Diccionario Etimológico", Joaquín Gil Editor, Buenos Aires 1946 pág 959
10. FREUD, Sigmund, "Obras Completas" IV Edición, Editorial Biblioteca Nueva Madrid 1981 pág 2092
11. Op. cit(10) pág
12. Op. cit(8) pag 171
13. NEMIROSVSKI, Carlos; "Las perspectivas de Winnicot y de Kohut en el psicoanálisis" en rev Topia 2001 # 4
14. PAZ, José Rafael, "PSICOPATOLOGIA, SUS FUNDAMENTOS DINAMICOS", Ediciones Nueva Visión 5ta edición,
Buenos Aires 1979 pág 249
15. Op cit(14) pág 250
16. SAVATER, Fernando, "Etica como Amor propio" conf en "Etica y Educación" Editorial magisterio, Santafé de
Bogotá 1994 pág84
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