Estrategias de afrontamiento del estrés en el trastorno límite de la personalidad.
FUENTE: PSICOLOGIA.COM. 2008; 12(2)
Eva Lago Blanco*; Maria Acuñas Gelabert**; Carmen Bermúdez de la Puente Andión***; Andrea
Vilavedra Vaamonde****; Noelia Marín Sánchez*****; Olga Ibarra Uría******.
* Residente de Psicología Clínica. Hospital Universitario Son Dureta
** Residente de Psicología Clínica. Hospital Universitario Son Dureta
*** Residente de Psicología Clínica. Hospital Universitario Son Dureta
**** Residente de Psicología Clínica. Hospital Universitario Son Dureta
***** Psicóloga Clínica. Hospital Universitario Son Dureta
****** Psiquiatra. Hospital Universitario Son Dureta
Recibido el 23/02/2009
PALABRAS CLAVE: Estrategias de afrontamiento, Trastorno límite de la personalidad, Terapia dialéctico-conductual.
KEYWORDS: Coping strategies, Borderline personality disorder, Dialectical-behavioral therapy.
Resumen
El presente trabajo analiza la relación entre el trastorno de la personalidad tipo límite y el estilo de afrontamiento
del estrés, en una muestra de pacientes (N=24) con diagnóstico de Trastorno Límite de Personalidad, en
tratamiento terapéutico dialéctico-conductual grupal, en el Hospital Universitario Son Dureta. Se utilizó como
instrumento evaluativo de las estrategias de afrontamiento al estrés, el cuestionario C.O.P.E de Carver, Scheier y
Weintraub (1989). Los resultados principales muestran que el estilo de afrontamiento predominante fue el
afrontamiento emocional, seguido por el escape conductual.
Abstract
This study analyzes the relationship between borderline personality disorder and the way patients deal with stress,
in a sample of patients (N=24) diagnosed with borderline personality disorder, taken from a dialectical behavioural
therapy group in the Hospital Universitario Son Dureta. The COPE questionnaire by Carver, Scheier and Weintraub
(1989) was used to evaluate the strategies used for coping with stress. The results show that the predominant way
of coping with stress is Emotional Coping, followed by Behavioural Escape.
Introducción
En las últimas décadas se ha producido un incremento del interés por el estudio de la influencia de las emociones y
el comportamiento en el bienestar. Las dimensiones de afrontamiento se consideran disposiciones generales que
llevan al individuo a pensar y actuar de forma más o menos estable ante las diferentes situaciones estresantes
(Sandín et al.1995). Existen múltiples categorizaciones de las estrategias de afrontamiento. Feuerstein y cols
(1986) ordenan las formas de afrontamiento en base al método utilizado y a la focalización de la respuesta. Según
el método empleado, las respuestas pueden ser activas o evitativas. En función de la focalización, pueden
orientarse hacia la resolución del problema o hacia el control emocional. A su vez, cada una de estas respuestas
pueden ser de carácter conductual o cognitivo.
El empleo de estas estrategias, se explica por diferencias individuales en la personalidad y por los aprendizajes
previos (Llor el al. 1995)
Existen autores que consideran la distinción entre afrontamiento centrado en el problema y el centrado en la
emoción demasiado simple, planteando el que ambas funciones del afrontamiento pueden ser subdivididas en una
amplia variedad de estrategias para resolver los problemas y para regular las emociones (Carver et al. 1989)
A grandes rasgos, el afrontamiento activo, tanto conductual como cognitivo, se asocia con mayores niveles de
bienestar y salud. Por el contrario, las estrategias centradas en las emociones o el escape, se vinculan con altos
niveles de malestar (Feldman, 1998; Carver y Scheier, 1993)
Los investigadores del afrontamiento (tanto en el enfoque intraindividual como en el interindividual), han utilizado
medidas de autoinforme para evaluar las reacciones y respuestas de afrontamiento. Al menos tres grandes
aspectos deben considerarse en la conceptualización del afrontamiento:
1) El afrontamiento no tiene que ser una acción que conlleve éxito, sino más bien un esfuerzo que se ha realizado
2) Este esfuerzo no necesariamente tiene que ser manifestado de manera expresa en la conducta observable, sino
que puede encontrarse dirigido también hacia las cogniciones
3) Una evaluación cognitiva de la contribución de la situación es un prerrequisito del inicio de los intentos de
afrontamiento
Las escalas de afrontamiento presentan al menos dos desafíos (Amirkhan, 1990): 1) mantener un contenido
sustancial, detallado pero parsimonioso, que revele el tipo de estrategia de afrontamiento que la persona utiliza, y
2) la escala ha de poseer buenas características psicométricas, tales como la consistencia interna, la confiabilidad
test-retest y la ortogonalidad entre subescalas.
Las personas con trastorno límite de la personalidad, se caracterizan por presentar un patrón general de
inestabilidad en las relaciones interpersonales, la autoimagen y la afectividad, junto a una notable impulsividad.
Los sujetos con este trastorno son muy sensibles a las circunstancias ambientales, presentando estados de ánimo
básicos de tipo disfórico, interrumpidos por períodos de ira, angustia o desesperación. Poseen asimismo un bajo
nivel de tolerancia a la frustración y dificultades para su adecuada canalización.
El objetivo de este estudio es la descripción del estilo de afrontamiento predominante en pacientes con TLP.
Material y método
Sujetos
La muestra está formada por un total de 24 pacientes (23 mujeres y 1 hombre), cuyas edades están comprendidas
entre los 18 y los 51años, derivados desde diversos dispositivos de salud mental del área del Hospital Universitario
Son Dureta, para su incorporación al grupo de terapia Dialéctico-Conductual para el tratamiento del trastorno
límite de la personalidad.
Instrumentos de medida
Escala multidimensional de evaluación de los estilos generales de afrontamiento COPE (Carver, Scheier y
Weintraub, 1989). Este cuestionario surge del planteamiento teórico que considera que el afrontamiento individual
es una preferencia estable, más que una adaptación específica, de manera que tanto los ítems como las escalas
están basados teóricamente en el modelo de estrés de Lazarus y en el modelo de auto-regulación conductual de
Carver y Scheier. Para el desarrollo de la escala, se preguntó a 978 estudiantes acerca de qué es lo que hacían
ante situaciones de estrés y se utilizó el análisis factorial. De las 13 escalas propuestas, 11 se confirmaron
factorialmente. En el formato final con 13 escalas, cada una de ellas consta de 4 ítems. Las escalas se han
derivado desde una doble perspectiva teórica (T) y empírica (E). Consta de 60 ítems con un rango de puntuaciones
que oscila entre 1 y 4. Los factores de primer orden son:
Afrontamiento activo (T)
Se refiere al proceso de toma de pasos sucesivos, o de manera ordenada, para eliminar o disminuir los efectos del
estresor. Incluye acciones directas, incremento en los esfuerzos personales e intentos por la puesta en práctica de
estrategias sucesivas para hacer frente al problema directamente.
Planificación (T)
Referido al pensamiento sobre cómo hacer frente a un estresor. Conlleva la elaboración de estrategias, la reflexión
sobre qué pasos dar y cuál puede ser la mejor forma de resolver el problema (la planificación se produce en la fase
de evaluación secundaria, mientras que el afrontamiento activo se produce en la fase de afrontamiento).
Eliminación de actividades interferentes (T)
Se entiende como la puesta en segundo plano de otros proyectos o actividades, pretendiendo evitar la distracción
del problema por la interferencia de otros problemas.
Afrontamiento restringido (refrenado) (T)
Consiste en esperar hasta la aparición de la oportunidad apropiada para actuar, para evitar las actuaciones
precipitadas. Es una estrategia activa en el sentido de que la persona se centra en el manejo del estresor, pero
también es una estrategia pasiva en el sentido de que el detenerse significa no actuar.
Búsqueda de apoyo social por razones instrumentales (T)
Es la búsqueda de consejo, asistencia o información. Esto es afrontamiento centrado en el problema.
Búsqueda de apoyo emocional por razones emocionales (T)
Es la búsqueda de apoyo moral, simpatía o comprensión.
Desahogo de emociones (T)
La concentración excesiva en las emociones puede limitar la capacidad de afrontamiento adaptativo de un
individuo (luto, que impide la adaptación). Aquí aparece referido a la catarsis.
Retirada comportamental (T)
Reducción del esfuerzo a hacer frente a un estresor, así como la renuncia a metas cuando el estresor interfiere.
Puede resultar disfuncional en muchas circunstancias.
Retirada mental (T)
La retirada mental se refiere a aquellas acciones que sirven para distraer a la persona de la meta que pretende
alcanzar cuando el estresor la está interfiriendo. Se relaciona negativamente con la estrategia de Eliminación de
actividades interferentes.
Reinterpretación positiva y crecimiento (E)
Escala tomada de Lazarus y cols (1984) (reevaluación positiva), una forma de afrontamiento centrado en la
emoción. La construcción de una transacción estresante en términos positivos lleva, implícitamente, a la persona a
continuar las acciones activas y centradas en el problema.
Negación (E)
Aspecto que emerge, en algunas ocasiones, en la evaluación primaria. Implica aspectos polémicos. Por una parte,
la negación puede minimizar el distrés y facilitar el afrontamiento. Por otra parte, se considera que la negación,
únicamente genera problemas adicionales, salvo que el estresor pueda realmente ignorarse. Un tercer aspecto
indica que la negación puede resultar útil en las primeras etapas de una transacción, pero impide el afrontamiento
a largo plazo. Se considera que la escala implica un rechazo a la creencia de que el estresor existe o un intento
hacia la consideración de que el estresor no es real.
Aceptación (E)
El aspecto opuesto a la negación es la aceptación. Supone que la persona se implica en el manejo de la situación.
Puede suponer tanto la consideración de que una persona puede acomodarse al estresor, como que el estresor se
acepta porque puede alterarse o cambiarse con cierta facilidad.
Religión (E)
La religión puede servir como una fuente de apoyo emocional, como una forma de reinterpretación positiva y
crecimiento y, también, como una táctica de afrontamiento activo. Aquí se considera la estrategia como una
tendencia religiosa en momentos de estrés o preocupación.
Retirada con alcohol y/o drogas (E)
Beber alcohol o tomar drogas para pensar en menor medida en el problema
Las dimensiones Retirada comportamental, Retirada mental, Negación y Retirada con alcohol y/o drogas, son
consideradas como afrontamiento ineficaz o afrontamiento neurótico.
Los factores de segundo orden se corresponden a cinco modos básicos de afrontamiento (afrontamiento
conductual del problema, afrontamiento cognitivo del problema, escape cognitivo, afrontamiento emocional y
escape conductual) más un sexto factor claramente diferenciado que es el consumo de alcohol o drogas.
Procedimiento
Se han evaluado las estrategias de afrontamiento utilizadas por los sujetos.
En función de las puntuaciones obtenidas en la escala COPE, se ha trazado un perfil, agrupando las mismas en
factores de segundo orden y generando 6 tipos de afrontamiento: afrontamiento conductual, afrontamiento
cognitivo, escape cognitivo, afrontamiento emocional, escape conductual y consumo de drogas.
Resultados
PARAMETROS DESCRIPTIVOS
Discusión
Se ha realizado una búsqueda exhaustiva en las siguientes bases de datos durante los meses de Agosto y
Septiembre de 2008:
Biblioteca Cochrane Plus
EBSCOhost
Embase.com
Google
Google académico
Ibecs
Ovid.sp
Psicodoc
Psychology and behavioral sciences collection
Pubmed
Science Direct
Los resultados del presente trabajo indican que el estilo de afrontamiento predominante en la muestra de
pacientes ha sido el afrontamiento emocional, concordando con la línea de las características del Trastorno Límite
de la Personalidad en cuanto a dificultades de desregulación emocional, inestabilidad afectiva e impulsividad. Los
sujetos con dicho trastorno muestran respuestas impredecibles, consistentes en cambios bruscos de humor o
repentinas explosiones emocionales, pudiendo experimentar una activación emocional extra elevada, siendo muy
sensibles a los estímulos emocionales negativos. Los datos también concuerdan con otra de las particularidades del
Trastorno Límite, como es el hecho de que a estos sujetos les cuesta mucho más tiempo descender al nivel basal
de activación, con la consiguiente dificultad de autocontrol. La concentración excesiva en las emociones limitaría
seriamente la capacidad de afrontamiento adaptativo.
El segundo tipo de afrontamiento más empleado, el escape conductual, pone de manifiesto la reducción del
esfuerzo a hacer frente al estresor, perpetuando el nivel de malestar y no permitiendo afrontar de manera óptima
la situación, resultando una estrategia disfuncional en múltiples ocasiones.
Los escasos estudios disponibles hasta la fecha indican que la pauta general de afrontamiento en relación con los
trastornos de la personalidad consiste en la presencia de un déficit en el afrontamiento activo, en el afrontamiento
centrado en el problema y en el apoyo social, junto con un exceso del comportamiento de pasividad, la separación
mental y el afrontamiento emocional ( Kruedelbach, N., McCormick, RA, Schulz, SC y Grueneich, R., 1993).
El trabajo de Bijttebier, P., & Vertommen, H. (1999) estudia la relación entre los trastornos de la personalidad y
las estrategias de afrontamiento mediante el empleo del instrumento CSI (Indicador de estrategias de
afrontamiento) (Amirkhan,1990). Este instrumento cuenta con 33 ítems, 11 para cada una de las tres subescalas
siguientes: resolución de problemas, búsqueda de apoyo social y evitación, midiendo el grado en que cada uno de
los tres modos de afrontamiento ha sido empleado en respuesta a un evento estresante reciente. Dicho trabajo ha
encontrado una correlación positiva entre el Trastorno Límite de la Personalidad y estrategias evitativas, y una
correlación negativa con la búsqueda de apoyo social.Los resultados del estudio indican una considerable
asociación con la falta de apoyo social y el empleo de estrategias evitativas.
Estos resultados son coincidentes con los datos aportados por otros estudios con población normal, en los que se
observa que las estrategias de afrontamiento paliativas, como centrarse en las emociones o el escape conductual,
se asocian con mayores índices de malestar (Scheier y Carver, 1993, Unger et al. 1998)
Referencias bibliográficas
Amirkhan, J.H (1990) A factor analitically derived measure of coping: The Coping Strategy Indicator. Journal of
Personality and Social Psychology, 59(5), 1066-1074
Bijttebier, P., & Vertommen, H. (1999). Coping strategies in relation to personality disorders. Personality and
Individual Differences, 26, 847-856
Carver, C.S y Scheier, M.F (1993) On the power of positive thinking: the benefits of being optimistic.
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Sandín,B., Chorot, P., Santed, M.A y Jiménez, M.P (1995) Trastornos psicosomáticos. En: Belloch, A, Sandín,B, y
Ramos, F, (editores). Manual de Psicopatología. Madrid: Mcgraw-Hill. P. 401-469
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