Vallejos M. Psicologia.com. 2012; 16:12.
http://hdl.handle.net/10401/5502
Revisión teórica
Estudio epidemiológico sobre abusadores sexuales en una
institución psiquiátrica penitenciaria
Miguel Vallejos1*, Alejandro Covetta2, Matías Salvador Bertone3
Resumen
Se realizó una investigación, durante los meses de Julio, Agosto y Septiembre del año 2010, con
el objetivo de explorar y medir distintas características (sociodemográficas, psiquiátricas y
legales) de los personas que habían cometido delitos contra la integridad sexual y que se
hallaban detenidos en una Unidad Psiquiátrica Penitenciaria.
Los objetivos principales del estudio eran evaluar los antecedentes de eventos traumáticos en la
historia de los individuos, examinando principalmente los eventos de abuso sexual a lo largo de
su vida y evaluar a través del análisis de las distintas variables examinadas las características de
los sujetos, con el objeto de delimitar la existencia de distintos perfiles de abusadores sexuales,
que permitan implementar tratamientos psiquiátricos individuales y adecuados a cada uno de
los pacientes.
Metodología: se confecciono un estudio descriptivo, no experimental, de serie de casos, en el
cual participaron todos los detenidos por causas sexuales (n= 12). La colección de datos fue
obtenida de diversas fuentes: entrevistas semiestructuradas, escalas y evaluación de historias
clínicas.
Resultados: la información obtenida de la investigación permitió delimitar dos perfiles de
delincuentes sexuales en base al tipo de delito que se le imputaba y a las distintas variables
analizadas. A su vez se observó, confirmando los aportes de otros autores (Marshall, 2001,
Redondo, 2002), que los delincuentes que cometieron delitos sexuales de mayor gravedad y de
mayor grado de violencia hacia la víctima, habían padecido en su mayoría abusos sexuales
crónicos durante su infancia, así como abusos físicos.
Palabras Claves: Delincuentes sexuales, tratamiento, abuso sexual.
Abstract
Research was conducted during the months of July, August and September of 2010, aiming to
explore and measure different characteristics (sociodemographic, psychiatric and legal) of the
people who had committed crimes against sexual integrity and that were detained in a prison
psychiatric unit.
The main objectives of the study were to assess the history of traumatic events in the history of
individuals, especially considering the events of sexual abuse throughout his life and assessed
through analysis of the different variables examined the characteristics of the subjects with in
Psicologia.com ISSN: 1137-8492
© 2012 Vallejos M, Covetta A, Bertone MS.
1
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order to define the existence of different profiles of sexual offenders, allowing individual and
implement appropriate psychiatric treatment to each patient.
Methodology: A descriptive study was prepared and not experimental, case series, with the
participation of all those arrested for sexual reasons (n = 12). Data collection was gathered from
various sources: structured interviews, assessment scales and clinical records.
Results: Information obtained from the research helped to determine two profiles of sex
offenders based on the type of offense as charged and the different variables. At the same time
was observed, confirming the contributions of other authors (Marshall, 2001, Redondo, 2002),
that the offenders who commit more serious sexual offenses and greater violence against the
victim had suffered sexual abuse in mostly chronic childhood and physical abuse.
Keywords: Sex offenders, treatment, sexual abuse.
Recibido: 14/05/2011 Aceptado: 26/06/2012 Publicado: 12/07/2012
* Correspondencia: dr_mvallejos@yahoo.com.ar
1 Médico especialista en Psiquiatria y Medicina Legal.
2 Médico especialista en Psiquiatria y Medicina Legal. Profesor Universitario
3 Licenciado en Psicología. Doctor en Psicología con Orientación en Neurociencia Cognitiva Aplicada.
2
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Introducción
La sexualidad es inherente a la existencia humana y constituye, sin duda, una dimensión
importante y positiva de nuestra propia naturaleza. Los humanos somos seres sexuados, al igual
que el resto de los seres vivos. La división sexual condiciona nuestra identidad personal y buena
parte de nuestras relaciones interpersonales. La sexualidad es en nosotros fuente permanente de
emociones y afectos, de deseo y placer, de amor y de felicidad, y también de comportamientos y
hábitos (1).
De igual manera que para el estudio de la personalidad, se requieren dos cortes, uno
longitudinal o historia vital y otro transversal que es el aquí y ahora de su conducta actual que
nos da la estructura y el desarrollo de la misma, la sexualidad debe estudiarse en su constitución
estructural, ya que el hombre nace sexuado pero no sexualizado, hecho que se consigue con el
desarrollo de la personalidad a través del tiempo, y que además precisa de un aprendizaje de
igual manera que el hablar, caminar, comer, etc.(2).
La mayoría de los individuos muestran especial interés por el sexo en determinados momentos
de su desarrollo. Este impulso sexual tiene una clara base genética, y se ve influenciado por
distintas variables que se adquieren durante el desarrollo ulterior de las personas.
En las personas que cometen delitos de indole sexual, se observa según varios autores, que el
problema está en la dirección en que se manifiesta este interés. Es importante señalar al
respecto que la adquisición de impulsos sexuales desviados no conlleva que una persona sólo sea
capaz de este tipo de actos (3).
Contrariamente a las creencias del imaginario social, y pese a la gravedad de alguno de ellos, los
delitos sexuales tienen un nivel de prevalencia baja en los distintos países del mundo, aunque
probablemente las cifras absolutas sean superiores al 1% propuesto por varios autores (1)
En nuestro país, según datos aportados del Instituto de Criminología del Servicio Penitenciario
Federal (SPF), en el momento de la realización del estudio (año 2010), se encontraban alojados
en las distintas Unidades Penitenciarias ubicadas en el territorio nacional 9599 internos, de los
cuales 6196 internos se hallaban detenidos en Unidades Penitenciarias de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires y de la provincia de Buenos Aires y el resto, 3403 internos, se encontraban en
Unidades Penitenciarias de las provincias del interior del país. Del total de la población
penitenciaria, 356 (4 %) estaban detenidos por causas de delitos contra la integridad sexual, los
cuales se hallaban, el 87,6 % condenados, 10, 4 % en calidad de procesados, (1,7 %) habìan sido
declarados inimputables y 0,3 % le habian otorgado locura sobreviviente (art. 77 del C.P. P. (4)
4%
detenidos por delitos
sexuales
detenidos por delitos
nos exuales
96%
Grafico 1. Porcentaje de internos alojados en Unidades penitenciares por delitos
sexuales (datos aportados por SPF, año 2010)
3
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En España el porcentaje de detenidos por delitos sexuales, que es similar al de nuestro país, y
suponen en torno al 5 % de la población penitenciaria (1).
Una derivación evidente de los bajos porcentajes de denuncia que tienen los delitos sexuales es
que en este ámbito existe un elevado porcentaje global de delincuencia oculta, que sería
inversamente proporcional a la gravedad de los delitos padecidos, siendo más probable que se
denuncie una violación muy violenta que un tocamiento obsceno (1).
En relación a la reincidencia de los delincuentes sexuales esta es, como grupo, baja.
La investigación internacional ha revelado que los delincuentes sexuales reinciden menos que
otros tipos de delincuentes (1).
La tasa de reincidencia de los sujetos que cometen delitos sexuales, se sitúa en torno al 20 % (1),
mientras que el índice de reincidencia general (para el conjunto de las tipologías delictivas) es
de aproximadamente un 50 % (5).
Aunque la mayoría de los delincuentes sexuales no volverán a cometer nuevos delitos sexuales
una vez cumplidas sus condenas, sabemos que existe un pequeño grupo de sujetos que
corresponde a delincuentes repetitivos o sistemáticos que volverán a repetir su accionar (5).
Etiología del abusador sexual
Desde el punto de vista legal, los delincuentes sexuales son aquellos que cometen delitos contra
la integridad sexual. Los delitos contra la integridad sexual se definen como un atentado contra
la posibilidad de elección, o la no elección, que posee cada persona. En otras palabras se puede
definir que la persona no quiere hacer lo que se le impone. Los bienes jurídicos que se protegen
son la integridad y la dignidad de las personas (6).
Los delitos contra la integridad sexual están tipificados en el Código Penal (CP) de nuestro país,
en abuso sexual y sus variantes (artículos 119 y 120), Corrupción y prostitución (artículos 125,
126 y 127). Pornografía (art. 128), Exhibiciones obscenas (art. 119) y Rapto (art. 130) (7)
Dentro de la categoría de "delincuentes sexuales" se engloba una población muy heterogénea, no
sólo en lo que se refiere al tipo de actividad delictiva sino también a características personales,
proceso de socialización, psicopatología, estilo de vida, tasa de reincidencia y respuesta al
tratamiento.
De acuerdo a las investigaciones que se han realizado, han aparecido algunas conductas
repetitivas en esas poblaciones. No obstante no es fácil la explicación de estos comportamientos
ya que en su etiología suelen concurrir factores variados de distinta cualidad (3).
Marshall y Barbaree crearon en 1990 un modelo comprensivo de la etiología de la agresión
sexual, donde establecían diversos factores que intervenían en la génesis de la misma, tales
como las influencias biológicas, el contexto socio-cultural y el desarrollo psicológico del
individuo.
Con respecto a la teoría de delincuentes sexuales, Marshall expresa que el comportamiento
humano estaría determinado por la interacción entre lo innato y lo adquirido. También
manifiesta que los hombres deben aprender a controlar su tendencia innata a satisfacer sus
propios deseos, principalmente los relacionados con el sexo y la agresión, concluyendo que los
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factores biológicos y sociales que intervienen en el desarrollo de inhibidores conductuales son
aquellos que en determinados momentos facilitaran la unión entre sexo y agresión en
determinados individuos (3).
Según Marshall (2001) la relación paterno-filial pobre puede derivar en un comportamiento
sexual delictivo.
Los delincuentes sexuales tienen una alta probabilidad de haber crecido en hogares en los que el
apego con sus padres ha sido una experiencia destructiva, teniendo estilos de apego
disfuncionales con sus padres, del tipo evitativo y ambivalentes. Por otra parte al carecer de
relaciones estrechas en su vida adulta, se ven incrementados sus sentimientos de soledad (3).
La autora norteamericana (Marshall) hace hincapié en las características de las familias de los
delincuentes sexuales, las que estarían dominadas por el abuso del alcohol, el abuso físico y
sexual, la negligencia y el rechazo emocional hacia sus hijos, las actividades delictivas y el
aislamiento social. A su vez, añade que la mayoría de los delincuentes sexuales suelen haber
sufrido ellos mismos abusos en la infancia, lo que probablemente les orientó para que
consideraran esas experiencias como algo positivo, dado que cuando eran abusados recibían
atención de sus agresores. Se suma a lo anterior que en su edad adulta estas personas tienden a
olvidar los aspectos emocionales negativos de tales experiencias.
Los niños que se convierten en abusadores sexuales con acceso carnal viven en un contexto
familiar de abuso, donde son frecuente y severamente castigados de forma aleatoria por motivos
que rara vez están relacionados con su mal comportamiento" (3).
Bolwby fue el primero en señalar la crucial importancia de los lazos entre padres e hijos en el
desarrollo normal del niño e indicó que la calidad de estos vínculos proporciona al niño el
modelo para futuras relaciones. Si las relaciones con los padres es buena, el niño pensará que las
relaciones con otras personas también puede serlo; si por el contrario esos vínculos son pobres,
el niño asumirá que las relaciones interpersonales pueden ser problemáticas (8).
Algunos autores descubrieron que los problemas de apego entre madre e hijo predicen un
comportamiento antisocial en la edad adulta, mientras que los que se producen entre padre e
hijo predicen la agresión sexual en la edad adulta. Estas relaciones problemáticas entre padres e
hijos se consideran vínculos paterno-filiales destructivos (1, 3)
Marshall, concluye que un vínculo emocional inseguro entre padre e hijo vuelve vulnerable a
este último, convirtiéndolo en un sujeto falto de autoestima y de habilidades de afrontamiento y
resolución de problemas, egocéntrico y con escasas y pobres relaciones sociales debido a la falta
de empatía. Todo ello hace que sea incapaz de satisfacer sus necesidades sexuales y afectivas en
forma adecuada (3).
Con respecto al tratamiento de los delincuentes sexuales, al igual que sucede en otros sectores
de la criminalidad, la investigación ampara una postura intermedia entre el optimismo poco
realista y la desesperanzada doctrina de que el tratamiento no tiene eficacia (1).
En el año 1995, Hall realizó un meta-análisis, que incluyeron 12 estudios bien controlados sobre
programas de tratamientos sobre delincuentes sexuales.
El análisis arrojó como resultado que el promedio de reincidencia del grupo tratado era menor
(18,8 %) en comparación con el grupo no tratado (26,8 %), mostrando una diferencia
significativa entre estos dos grupos (9).
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En Alemania, existen escasos estudios controlados sobre el tratamiento de delincuentes
sexuales, dando como resultado que los delincuentes tratados en prisiones socioterapéuticas
presentan una tasa de reincidencia del 10 % (+/- 5) ligeramente menor que la de sujetos
semejantes que cumplen condenas en prisiones normales sin tratamiento, que es del 20 %
aproximadamente (1).
Autores españoles, como Redondo y colaboradores, 2002, realizaron un meta-análisis para
evaluar la eficacia de 26 programas de tratamientos en los delincuentes que se encuentran
detenidos en prisiones Europeas. Los grupos de tratamientos obtuvieron una tasa de
reincidencia del 39, 5 %, 21 puntos por debajo de la tasa de reincidencia del 60, 5 %, obtenida en
los grupos de control no tratados (5).
Redondo y Garrido Genovés, (2008) realizaron un estudio de casos y controles en una
institución penitenciaria para delincuentes sexuales. El estudio arrojo como resultado que en los
que recibieron tratamiento el porcentaje de reincidencia se reducía a más de la mitad. (10)
Los estudios que mostraron eficacia estadísticamente significativa, fueron los que utilizaron
terapia
cognitivo-conductual
y
sus
combinaciones
con
terapias
hormonales.
En la mayoría de los estudios se utilizaron programas de tratamiento psicoterapéutico del
abusador sexual, que planteaban objetivos que inicialmente apuntaban a crear un contrato
terapéutico de confianza, para luego ayudarlo a asumir la responsabilidad por el abuso
cometido, a desarrollar empatía con la víctima, a desarrollar el control de impulsos y, en casos
de que sea un conocido de la víctima, a participar en crear un plan de seguridad para que el
abuso no se repita y a realizar una sesión de disculpa. Además algunos programas agregan
elementos de reestructuración cognitiva, educación sexual, asertividad y habilidades sociales (1,
5, 9, 10).
Uno de los objetivos, a través del análisis de las distintas variables examinadas, era determinar
las características que presentan los internos-pacientes detenidos, con el objeto de delimitar la
existencia de distintos perfiles de abusadores sexuales, que permitan implementar tratamientos
individuales adecuados que hayan demostrado eficacia a través de distintos estudios
metodológicos.
Otro de los objetivos era evaluar una de las variables estáticas, que es la presencia de eventos
traumáticos a lo largo de la vida de los examinados, haciendo hincapié en los eventos
traumáticos sexuales, teniendo en cuenta el planteo que aboga Marshall, acerca de la teoría de la
vulnerabilidad que presentan los individuos que cometen delitos sexuales.
Materiales y métodos
Se realizó un estudio epidemiológico descriptivo, no experimental, de series de casos, que tiene
las características de ser un estudio analítico donde se evalúan distintas variables, tanto
estáticas (no modificables) como dinámicas, de los individuos que tenían delitos de índole
sexual como motivo de su última detención.
La recolección de datos se realizó durante los meses de Julio, Agosto y Septiembre del año 2010,
sobre 12 internos-pacientes que tenían causas de "delitos contra la integridad sexual" de un total
de 103 internos que se encontraban alojados en ese momento en el Servicio Psiquiátrico Central
de Varones (Unidad 20 del Servicio Penitenciario Federal), que se encuentra ubicado, en el
predio del Hospital J. T. Borda de la Ciudad Autónoma de la Ciudad de Buenos Aires, en la
provincia de Buenos Aires, Argentina.
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El total de participantes constituía el 11, 6 % de los pacientes alojados dentro de la Institución
psiquiatrica penitenciaria.
Todas las personas que participaron del estudio dieron su consentimiento para participar en el
trabajo. Asimismo la investigación se ajustó a la Declaración de Helsinki del año 2003.
Se tomó como criterio de inclusión a todos los internos-pacientes que estaban alojados en la
unidad penitenciaria por delitos contra la integridad sexual, tipificados en el Código Penal, a
saber, delitos de abuso sexual y sus cuatro figuras, corrupción y prostitución (artículos 125, 126
y 127), pornografía ( articulo 128), exhibiciones obscenas (art. 119) y rapto (art. 130) (7)
La colección de datos fue realizada a través de entrevistas semiestructuradas individuales
realizadas por un profesional psiquiatra, la escala SCID I y II para evaluar la presencia de
trastornos psiquiátricos y el Cuestionario de Sucesos Vitales para evaluar y discriminar la
presencia de eventos traumáticos a lo largo de la vida de los participantes.
Posteriormente se realizaron también entrevistas con los distintos equipos profesionales
tratantes (psiquiatras, psicólogos y trabajadores sociales) de los internos-pacientes y se
revisaron las historias clínicas de cada uno de los individuos con delitos sexuales.
De la información obtenida se analizaron los siguientes tipos de variables: legales (situación
legal), sociodemográficas (edad, estado civil y escolaridad), antecedentes psiquiátricos
(antecedentes de hábitos tóxicos, antecedentes de tratamientos psiquiátricos previos,
antecedentes de eventos traumáticos, especificando el tipo de evento padecido), antecedentes
penales y diagnóstico psiquiátrico actual, según el DSM IV (11).
Resultados
Al momento de realizar el estudio se encontraban 12 (12%) internos-pacientes con causas de
delitos contra la integridad sexual, alojados en la Unidad, de un total de 103 internos.
Se analizaron las siguientes variables:
1. Variables legales
De los 12 detenidos por delitos sexuales, se pudo discriminar el tipo de delito penal que se le
imputaba, según el Código Penal de nuestro país, de los cuales 7 (58, 3%) se encontraban
imputados por delito de abuso sexual con acceso carnal, 4 (33,3 %) se hallaban imputados por el
delito de abuso sexual simple y 1 (8,3 %) estaba imputado con delito de acceso carnal
gravemente ultrajante.
A través de la revisión de los legajos judiciales de los internos-pacientes se consiguió evaluar la
situación legal de cada uno de ellos, pudiendo observarse que 2 (16,6 %) se encontraban
condenados, ambos por causas de abuso sexual con acceso carnal, 3 se hallaban procesados (25
%), de los cuales los tres tenían causas de abuso con acceso carnal, 6 (50 %) habían sido
declarados inimputables, entre los que se encontraban internos con abuso sexual simple y
gravemente ultrajante y abuso sexual con acceso carnal y 1 (8,3 %) sujeto al que se le imputaba
haber cometido el ilícito de abuso sexual simple. A este interno se le aplicó el artículo 77 del
Código Penal de nuestro país, que habla de "incapacidad sobreviviente".
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12%
Detenidos por causas
sexuales
Detenidos sin causas
sexuales
88%
Grafico2. Porcentaje de detenidos por causas de abuso sexual en la Unidad 20.
2. Variables sociodemográficas
La población estudiada tenía una distribución heterogénea con respecto a la edad, con una edad
media de 41,5 años de edad (rango 21-62 años), observándose que la mayoría se encontraba
dentro del rango de 22 a 30 años de edad (42 %).
Con respecto a la escolaridad de los internos evaluados, se observó que un alto porcentaje de los
mismos poseían un nivel de escolaridad bajo, hallándose que la mayoría tenía la primaria
incompleta (58,30 %).
Otra de las variables sociodemográficas evaluada fue la del estado civil.
Se observó que 9 de los evaluados eran solteros (75 %), 2 eran divorciados (16,6 %) y 1 estaba
casado legalmente (8,3 %)
3. Antecedentes psiquiátricos
Se constató que el 66, 6 % de los internos habían consumido sustancias psicoactivas a lo largo de
su vida, observándose un mayor consumo de sustancias en los internos-pacientes que
cometieron delitos sexuales con acceso carnal.
También se encontró que estos últimos presentaban más trastornos psiquiátricos relacionados
con el consumo de sustancias, hallándose antecedentes de diagnóstico tanto de abuso como de
dependencia a sustancias.
Dentro de las sustancias consumidas, la mayoría confirmó el consumo principalmente de
marihuana, seguido en orden decreciente por cocaína, medicamentos psicotrópicos no
prescriptos por profesionales y pasta base de cocaína.
A su vez una gran parte de los pacientes que adujeron haber consumido sustancias psicoactivas,
confirmó el consumo de alcohol de forma concomitante.
El 58 % de los internos-pacientes que participaron del estudio corroboraron haber recibido
tratamiento psiquiátrico, tanto en instituciones privadas como estatales.
A través de la implementación de la Escala de Sucesos Vitales se detectó que un gran número de
internos-pacientes (66, 6 %) habían padecido a lo largo de su vida algún tipo de evento
traumático. Asimismo, se observó que la mayoría de los individuos que respondieron
afirmativamente, habían sufrido dos o más eventos traumáticos durante su historia vital.
8
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Se pudo discriminar el tipo de evento traumático padecido, lo cual nos arrojó como resultado
que el mayor porcentaje de eventos traumáticos eran de índole física y sexual
muerte inesperada de familiar
17%
Accidentes por medio de transporte
17%
ataque con arma de fuego
17%
ataque fisico
67%
ataque sexual
67%
0%
20%
40%
60%
80%
Grafico 3. Porcentaje de eventos traumáticos padecidos
Uno de los objetivos del presente trabajo era confirmar la hipótesis de que la mayoría de los
delincuentes sexuales habían padecido eventos traumáticos sexuales crónicos durante su
infancia, por lo cual se evaluó mas exhaustivamente, de manera cualitativa, a los que habían
padecido eventos traumáticos sexuales durante su vida.
Inicialmente se observó que los internos con imputaciones de abuso sexual con acceso carnal y
abuso sexual gravemente ultrajante eran los que principalmente habían padecido eventos
traumáticos sexuales. Se constató que el 87,5 % de los mismos habían sufrido abusos sexuales
durante su infancia a diferencia del 20 % de los individuos que cometieron abuso sexual simple.
De los datos obtenidos de los 8 internos que adujeron haber padecido eventos traumáticos
sexuales, se destaca que la mayoría (75 %) confirmo que el tipo de abuso padecido fue abuso
sexual con acceso carnal de manera continua durante varios meses; 1 sujeto (12,5%) manifestó
haber padecido abuso sexual sin penetración durante varios meses, y el individuo restante (12,5
%) adujo que fue abusado sexualmente con penetración carnal a lo largo de un período de
tiempo menor a dos semanas.
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
ataque fisico
ataque sexual
abuso sexual simple y
grav. ultrajante
abuso sexual c/acceso
carnal
Grafico 3. Porcentaje de eventos traumáticos según tipo de delito imputado
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Los abusos ocurrieron principalmente (87,5 %) durante la infancia de los sujetos, y fueron
perpretados en su mayoría por personas pertenecientes a su grupo primario de apoyo o cercanos
a ellos (padres, tíos, amigos de la familia); uno solo manifestó haber sido abusado por personas
que no pertenecían a su grupo primario de apoyo.
La mayoría de los que padecieron abusos sexuales en su infancia sufrieron concomitantemente
abusos físicos por parte de su grupo familiar.
Además, se constató que todos los individuos padecieron distintos eventos disruptivos
disfuncionales durante su infancia, tales como violencia familiar, abandono del hogar de uno de
sus progenitores, alcoholismo, abuso de sustancias y trastornos psiquiátricos de alguno de sus
familiares.
4. Antecedentes Penales
La mitad (50 %) de los internos-pacientes evaluados, presentaba antecedentes de haber
cometido hechos delictivos, y habían sido juzgados por esos delitos, o sea eran reincidentes,
desde el punto de vista penal.
De los 6 individuos que cometieron delitos previamente, todos habían cometidos delitos no
sexuales, principalmente robos contra la propiedad y en menor medida robo contra personas y
lesiones, y solo 3 habían cometido delitos contra la integridad sexual con anterioridad. De este
grupo, dos internos habían cometido delitos de abuso sexual con acceso carnal y el otro
individuo
había
cometido
el
ilícito
de
abuso
sexual
simple.
Se resalta que del grupo estudiado, 3 de ellos eran reincidentes de delitos de índole sexual (25
%).
5. Diagnóstico psiquiátrico
Todos los individuos presentaban algún diagnostico en el eje I y II según el DSM IV
La mayoría de los pacientes (75 %) presentaba un sólo diagnóstico según criterios del DSM IV.
Los diagnósticos que más se observaron fueron en orden de frecuencia decreciente: Trastorno
de la personalidad (4), trastorno delirante (3), esquizofrenia (3), seguido de simulación (2),
parafílias (2), Trastorno bipolar (1), Demencias (1) y Retraso mental moderado (1)
Se realizó una discriminación de los distintos diagnósticos según los delitos cometidos,
resultando que en los casos de abuso sexual simple y gravemente ultrajante, se observó que la
mayoría presentaban trastornos psicóticos (60 %), a diferencia de los individuos que tienen
delitos de abuso sexual con acceso carnal, los cuales presentaban diagnósticos de trastorno de la
personalidad (56%) y trastorno delirante (44%), concomitantemente se diagnosticaron casos de
simulación (28 %) y parafilias (28 %).
Con respecto a los individuos parafílicos se observo que uno presentaba criterios diagnósticos
para pedofilia y el otro fue diagnosticado como exhibicionista y voyeurista.
Se diagnosticaron 4 pacientes (32%) con trastorno de la personalidad, de los cuales dos (16,6 %)
tenían diagnostico de trastorno de la personalidad no especificado, uno (8,3 %) presentaba
trastorno de la personalidad antisocial y el otro (8,3 %) trastorno de la personalidad limite.
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Conclusiones
Este trabajo permitió tomar dimensión y suministrar información sistematizada, sobre el perfil
de individuos alojados en una institución psiquiátrica penal, que estaban imputados por
cometer delitos contra la integridad sexual.
A través del análisis de las distintas variables se observan similitudes y diferencias, tanto en las
mediciones dinámicas como en las estáticas, en relación a los individuos que cometieron delitos
contra la integridad sexual en sus distintas figuras.
La similitudes encontradas en los distintas figuras tipificadas por el Código Penal, nos permite
agruparlos y intentar esbozar dos perfiles según el tipo de delito sexual cometido, uno
conformado por internos detenidos por delitos de abuso sexual simple, al que denominaremos
grupo A y el otro constituido por individuos que cometieron delitos mas injuriantes, violentos y
graves (abuso sexual gravemente ultrajante y abuso sexual con acceso carnal), al que
llamaremos grupo B.
Con respecto a los sujetos que cometieron abuso sexual simple, se destaca que conforman un
grupo con un número menor de individuos (33 %).
La mayoría eran solteros (75 %), con un nivel bajo de escolaridad y con una distribución
heterogénea con respecto a la edad, sin mostrar diferencias significativas en las variables
sociodemográficas con el otro grupo. Este perfil sociodemográfico, suele ser similar al hallado en
internos que cometieron delitos sexuales en otros países (12).
Entre las variables psiquiátricas, en este conjunto se observaba un menor consumo de
sustancias. La mitad de los sujetos confirmó que consumió, por periodos cortos de tiempo y en
bajas cantidades. Se destaca el consumo principalmente de marihuana, cocaína y alcohol.
Examinando los legajos, se observaba que una sola persona presentaba antecedentes de haber
cometidos delitos y eran de índole no sexual (robo simple), por lo cual se concluye que no había
reincidentes de delitos sexuales en este grupo.
Uno de los objetivos iniciales del trabajo era evaluar el padecimiento de eventos traumáticos a lo
largo de la vida de los internos. Es en esta variable donde se hallaron mayores diferencias, en
comparación con el otro grupo B.
Del total de los internos de este conjunto, solo uno padeció eventos traumáticos, de tipo físico y
sexual. La diferencia radicaba en que este individuo sufrió eventos traumáticos reiterados de
índole sexual, los cuales fueron perpetrados por varios desconocidos por un periodo de tiempo
breve.
De los 4 individuos que conforman el grupo A, 3 (75 %) tenían diagnostico de esquizofrenia, una
enfermedad psiquiátrica crónica y deficitaria que produce un déficit significativo y marcado en
la varias esferas de la vida de la persona, y el interno restante fue diagnosticado con Trastorno
Bipolar y presentaba criterios diagnósticos concomitantes de Demencia. Con estos datos, se
puede inferir que los individuos que conforman el conjunto, son personas vulnerables desde el
punto de vista psiquiátrico, ya que presentan patologías psiquiátricas deteriorantes, crónicas y
graves, que provocan un deterioro profundo en la personalidad de los sujetos en cuestión.
Se observan diferencias con respecto a la situación legal, ya que 3 habían sido declarados
inimputables, por la aplicación del artículo 34 del Código Penal y al otro se le ha otorgado el
artículo 77 del mismo código, por incapacidad sobreviniente.
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El grupo B, esta conformado por individuos que cometieron actos mas injuriosos y degradantes,
de los cuales siete son internos que están imputados por delitos de abuso sexual con acceso
carnal y uno al que se le imputa el delito de abuso sexual gravemente ultrajante, conformando el
66,6 % de la población estudiada.
A continuación pasaremos a describir las distintas variables más relevantes de los individuos
que conformaban este grupo.
En relación a los antecedentes de hábitos tóxicos, la mayoría de los sujetos (82,5 %) confirmó
haber consumido sustancias en algún momento de su vida, predominantemente marihuana,
seguida en orden de frecuencia por cocaína, psicofármacos y pasta base de cocaína. El consumo
había sido mas intenso, y había provocado mayor disfuncionalidad a nivel social, laboral y
afectivo en la vida de estos internos. A su vez una gran proporción de estos consumía
concomitantemente alcohol.
Más de la mitad (62,5 %) de los sujetos presentaba antecedente de haber cometido delitos
previamente, observándose un alto porcentaje de reincidencia, datos que coinciden con otro
estudio, en el cual muestran que los delincuentes sexuales cometen también otro tipo delitos
(Garrido y colaboradores, 1994)
Entre los individuos que cometieron delitos, la totalidad había realizado ilícitos no sexuales
(principalmente robos contra la propiedad), y tres eran reincidentes de delitos sexuales.
Con respecto a la situación legal, 3 eran inimputables (37,5 %), 3 estaban en situación de
procesados (37, 5 %)y dos ya habían sido condenados (25 %).
En relación a los diagnósticos psiquiátricos, se observa que la mitad presentaba diagnostico,
según el DSM IV, de trastorno de la personalidad (50 %) y en menor medida se observaba
trastorno delirante (37,5%) y retraso mental moderado (12,5 %).
A su vez se observa que dos de los que presentaron diagnostico de trastornos de la personalidad
intentaban simular una enfermedad mental, en busca de conseguir beneficios legales vinculados
con la posible condena que recibirían si eran considerados culpables de los delitos imputados, ya
que ambos estaban en calidad de procesados. También se observó que dos individuos, que
habían cometido violaciones, fueron diagnosticados como parafílicos: uno cumplía diagnósticos
de pedofilia y el otro de voyeurismo y exhibicionismo.
En este grupo se destaca que la mayoría (66 %) de los evaluados habían padecido más de un
evento traumático durante su vida, principalmente eventos traumáticos de índole físico y sexual.
En este ítem se puede observar con mayor claridad, las diferencias con el otro conjunto. La
mayoría (85 %) de los que están imputados por delitos de acceso carnal y el único imputado por
delito de abuso sexual gravemente ultrajante, tenían antecedentes de abuso sexual crónico
(durante más de 6 meses) durante su infancia, a diferencia de lo que ocurre con los que
cometieron abuso sexual simple, ya que de este grupo uno solo sufrió abuso sexual y fue durante
un periodo de tiempo mas breve.
A su vez en el conjunto B, se puede ubicar que la mayoría de los pacientes habían sufrido abusos
sexuales con acceso carnal y los mismos fueron cometidos por personas de su grupo familiar o
cercano a su grupo primario de apoyo (amigos de sus padres).
También se observó que en este grupo de individuos sufrió concomitantemente abusos físicos
crónicos (durante más de 6 meses), en ambientes familiares de muchas disfuncionalidad
(violencia domestica, abandono parenteral, trastorno psiquiátrico y alcoholismo de algún
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familiar). Estos datos obtenidos, coinciden con varios autores, como Marshall y Redondo, que
realizaron numerosos estudios con agresores sexuales. (1, 3).
Abuso sexual simple
Ab sex con acceso
carnal
Ámbito familiar
disfuncional
Si
Si
Antecedentes eventos
traumáticos crónicos
Poco frecuente
Si
Antecedentes de
conductas delictivas
Poco frecuente
Si
Diagnósticos
Trastorno psicótico
Demencia
Delito
Vinculado con patología
de base
Inimputable
Mayoría
T. de la personalidad
T delirante
Simulación
Parafilias
2 (28,5 %)
Grafico 5. Diferencias entre los grupos de los pacientes según tipo de delito
cometido
Discusión
En los resultados se puede observar que en el grupo de internos que tenían imputaciones de
delitos sexuales más violentos, la mayoría habían tenido una historia de vida fragmentada, con
una infancia de muchos padecimientos y sufrimientos, en un contexto familiar disfuncional, que
los llevo a tener una visión distorsionada sobre la forma de vincularse con los otros, llevándolos
a tener, siendo adultos, dificultades para establecer relaciones interpersonales adecuadas y
múltiples problemáticas para vincularse con su contexto en distintos niveles (sociales, afectivos,
entre otros).
En los autores de delitos más injuriantes y violentos, se observa lo que describe Marshall, como
la teoría de la vulnerabilidad en los delincuentes sexuales, a los cuales describe como sujetos con
historias de abusos sexuales crónicos, que conviven en ambientes de mucha disfuncionalidad,
donde los roles de los padres se desdibujan, y no permiten la conformación de un vinculo apego
seguro, lo cual hace que estos individuos se vuelvan vulnerables, que sean personas con escasas
habilidades sociales, ya que no tuvieron referentes para identificarse. A su vez, varios autores,
han observado que estos sujetos poseen insuficientes habilidades de afrontamiento y para la
resolución de problemas, con escasas y pobres relaciones sociales, debido a la falta de empatía.
Todo ello hace que sean incapaces de satisfacer sus necesidades sexuales y afectivas en forma
adecuada. (3, 13)
Hermann, manifiesta que a los individuos que han padecido múltiples eventos traumáticos, de
forma crónica, es necesario abordarlos con estrategias que permitan construir un espacio de
confianza con el terapeuta, ayudando a que el sujeto pueda darle un significado a su tragedia
personal, a que pueda integrarla en su narrativa y que pueda darle un sentido a sus
sufrimientos (14).
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Considero que para el abordaje de los distintos participantes de este estudio se requiere un
encuadre diferente en ambos grupos, siempre de manera interdisciplinaria e intentando abordar
las múltiples problemáticas vinculadas a su historia vital.
Con respecto al primer grupo (grupo A),al analizar las distintas variables de este grupo de
individuos, se observa a personas vulnerables, tanto psiquiátrica como socialmente, lo cual
conlleva a que el abordaje más adecuado sería un tratamiento polidimensional e
interdisciplinario, conformado por varios profesionales (psiquiatras, psicólogos y trabajadores
sociales) con el objetivo de tratar su patología de base y buscar una adecuada reinserción social
en una institución civil y no en una institución penitenciaria.
Asimismo, en relación a la mayoría de los individuos que cometieron delitos sexuales de mayor
gravedad alojados en la Unidad podrían ser plausibles de recibir tratamientos psiquiátricos y
psicológicos específicos para agresores sexuales que han demostrado eficacia en varios estudios
en instituciones adecuadas. (1, 3, 8, 9)
Una de las críticas a este trabajo podría ser a nivel metodológico, ya que el número de la
muestra estudiada (n= 12) puede considerarse pequeño. A su vez, al ser un estudio
epidemiológico descriptivo, del tipo de serie de casos, las conclusiones son inferencias a partir
de la medición de variables de una población determinada, al no haber un grupo control para
comparar los resultados, las variables pierden consistencia para evaluar una asociación
estadística con los resultados obtenidos.
En este sentido consideramos necesario para avanzar en este ámbito de investigación, analizar
las variables utilizadas en esta exploración, en estudios de corte analíticos y explicativos, para
darle una mayor consistencia estadística a los resultados encontrados.
En conclusión, al analizar las distintas variables, se puede inferir que todos los individuos que
participaron del estudio, presentaban algún tipo de vulnerabilidad, sea debido a su patología
psiquiátrica, a su historia vital traumática o a su situación actual de desamparo social y legal.
A su vez la posibilidad de subdividirlos en dos grupos tiene implicancias, desde el punto de vista
pronóstico y terapéutico, ya que nos permite discriminar qué pacientes se podrían beneficiar de
un abordaje terapéutico interdisciplinario para su patología de base y cuales se beneficiarían de
un abordaje específico para agresores sexuales.
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http://hdl.handle.net/10401/5502
Cite este artículo de la siguiente forma (estilo de Vancouver):
Vallejos M, Covetta A, Bertone MS. Estudio epidemiológico sobre abusadores sexuales en una
institución psiquiátrica penitenciaria. Psicologia.com [Internet]. 2012 [citado 12 Jul 2011];16:12.
Disponible en: http://hdl.handle.net/10401/5502
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