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Fibromialgia: Sintomatología asociada y tratamiento psicológico cognitivo conductual en grupo.

Fecha Publicación: 02/08/2010
Autor/autores: María José Martín , Nohemi Marcos, Josep Gascón, Pere Anton Soler, Francesca Moya

RESUMEN

Fundamento y objetivo. La alta prevalencia de fibromialgia y el escaso beneficio del tratamiento hace que sea necesario continuar estudiando acerca de esta patología. En el presente trabajo se aporta información amplia sobre el perfil de las pacientes que sufren fibromialgia. Se estudia la personalidad previa, los mecanismos o estrategias que utilizan para adaptarse al medio, la valoración psicopatológica y su calidad de vida. Por otra parte, se evalúa la eficacia del tratamiento psicológico cognitivo conductual. Por último, se incluye información sobre la valoración que las pacientes hacen de la terapia recibida. Material y método. La muestra está formada por 178 pacientes con fibromialgia. Material administrado: para valorar ansiedad STAI-E/R, estado de ánimo BDI, personalidad EPQ-A y MCMI-III y calidad de vida con Nottingham Health Profile (NHP).Resultados. Los resultados muestran elevado neuroticismo, un estilo de funcionamiento dependiente, sintomatología depresiva y ansiedad. Después de la intervención los resultados no cambian a pesar de que la valoración del tratamiento por parte de las pacientes es muy positiva.Conclusiones. Aunque los resultados no muestran mejoría clínica en las pacientes, si se observa en las valoraciones que realizan de la terapia un cierto interés por buscar estar mejoría.


Área temática: .

Fibromialgia: Sintomatología asociada y tratamiento psicológico cognitivo
conductual en grupo.
(Fibromyalgia: Associated symptomatology and group cognitive-behavioral therapy.)
FUENTE: PSICOLOGIA.COM. 2008; 12(2)

María José Martín*; Nohemi Marcos*; Josep Gascón*; Pere Anton Soler*; Francesca Moya**.
Servicio de Psiquiatría y Psicología Médica*
Servicio de Reumatologia**
Hospital Mútua de Terrassa

Recibido el 04/02/2009

Resumen
Fundamento y objetivo. La alta prevalencia de fibromialgia y el escaso beneficio del tratamiento hace que sea
necesario continuar estudiando acerca de esta patología. En el presente trabajo se aporta información amplia
sobre el perfil de las pacientes que sufren fibromialgia. Se estudia la personalidad previa, los mecanismos o
estrategias que utilizan para adaptarse al medio, la valoración psicopatológica y su calidad de vida. Por otra parte,
se evalúa la eficacia del tratamiento psicológico cognitivo conductual. Por último, se incluye información sobre la
valoración que las pacientes hacen de la terapia recibida.
Material y método. La muestra está formada por 178 pacientes con fibromialgia. Material administrado: para
valorar ansiedad STAI-E/R, estado de ánimo BDI, personalidad EPQ-A y MCMI-III y calidad de vida con Nottingham
Health Profile (NHP).
Resultados. Los resultados muestran elevado neuroticismo, un estilo de funcionamiento dependiente,
sintomatología depresiva y ansiedad. Después de la intervención los resultados no cambian a pesar de que la
valoración del tratamiento por parte de las pacientes es muy positiva.
Conclusiones. Aunque los resultados no muestran mejoría clínica en las pacientes, si se observa en las
valoraciones que realizan de la terapia un cierto interés por buscar estar mejoría.
Abstract
Objective. The high prevalence of fibromyalgia and the short treatment improvement make necessary to continue
studying this pathology. This present work reported information about the clinical profile in patients with
fibromyalgia. Factors that haven been studied are previous personality, coping strategies, profiles
psychopathological and quality of life. We assessed the group cognitive behavioural treatment (CBT) effectiveness
and reported information about the degree of treatment satisfaction.
Method. Sample. 178 women with fibromyalgia. Material: STAI-E/R, BDI, EPQ-A, MCMI-III and Nottingham Health
Profile (NHP).
Results. Results showed higher scores in anxiety, depression, neuroticism, and dependence. There weren't
significant differences between pre and post although the degree of treatment satisfaction was positive.
Conclusion. Although the results didn't show clinical improvement, we noticed at the patients' degree of treatment
satisfaction an interest to keep finding the way to get better.

Introducción
El estudio del dolor ha sido siempre controvertido; un reto que ha involucrado tanto aspectos prácticos como
teóricos (Melzack y Wall, 1965). El dolor se relacionó desde el principio con insuficiencia de los recursos médicos,
dificultades en su definición etiológica y en la capacidad para integrar y dar cuenta de los factores moduladores y
mantenedores del cuadro (Penzo, 1989).
Como explica Valdés (2000) cabría suponer que la fibromialgia podría expresar la desorganización de la
información sensorial, del estado emocional, de la vida instintiva y de los ritmos biológicos, tal como ya
demostraron las investigaciones paulovianas de laboratorio de los años cincuenta.

Existen varias hipótesis en torno a la fibriomalgia: algunas apuntan hacia alteraciones en el eje hipotalamopituitario-adrenal; otras respaldan una afectación de sensibilización central demostrando que es un fenómeno de
sumación temporal en las neuronas de segundo orden, que incrementan los impulsos dolorosos en amplitud y
frecuencia; y otra posible explicación sería que los mecanismos inhibitorios descendentes estuvieran modulados
por factores psicológicos (Julien, Goffaux, Arsenault y Marchand, 2005) . Estudios con neuroimagen demuestran
una mayor activación en la corteza somatosensorial y una menor activación en la corteza fronto-cingulo-medial
(Guedj, Taieb, Cammilleri, Lussato, de Laforte, Niboyet et al., 2007). Por otra parte, y sin resultados concluyentes,
nuevos datos apuntan en la dirección de una alteración simpática y parasimpática que podrían explicar algunos de
los síntomas (Ullas, Unlu, Hamamcoglu, Odabasi, Cakci y Vural, 2006).
Es sabido que la fibromialgia es una enfermedad crónica y compleja, de etiología poco clara, que provoca dolor,
que puede llegar a ser invalidante y que afecta a las esferas biológica, psicológica y social de las pacientes
(Collado, Alijotas, Benito, Alegre, Romera, Sanudo, et al., 2002). Frecuentemente se asocia a mal descanso
nocturno, rigidez y fatigabilidad. Es la segunda enfermedad más prevalente en la consulta reumatológica (Nicassio,
Moxham, Schuman y Gevirtz, 2002). En población general la prevalencia estimada se sitúa entre el 2 y el 3%
(Wolfe, 1990), pero según el sexo se observan grandes diferencias: 4,2% en las mujeres y 0,2% en los hombres.
(Valverde, 2000). Es la causa más frecuente de dolor músculo-esquelético crónico difuso.
Actualmente, para diagnosticar esta enfermedad, se utilizan los criterios oficiales establecidos por la American
College of Rheumatology (ACR) de 1990. (Wolfe, 1990) que consisten en:
1. Dolor generalizado presente durante al menos 3 meses en los cuatro cuadrantes del cuerpo (lados derecho e
izquierdo del cuerpo y por arriba y por abajo de la cintura), además de dolor en el esqueleto axial (columna
cervical o tórax anterior o columna dorsal o lumbar).
2. Dolor a la presión digital de al menos 11 de los 18 puntos sensibles que corresponden a las áreas más sensibles
del organismo para estímulos mecánicos o de umbral más bajo. La exploración debe realizarse con una fuerza de
aproximadamente 4 Kg. y para que la palpación se considere positiva el/la paciente tiene que manifestar dolor
inequívoco a la presión.
Existe una bibliografía extensa sobre la personalidad de estas pacientes. Los estudios actuales sobre el tema
apuntan que las pacientes con fibromialgia son exigentes, curiosas, ordenadas, honestas, responsables, morales y
meticulosas (Martínez, González, y Crespo, 2002).
Los trabajos basados en las teorías de Eysenck, en los que se utiliza el Eysenck Personality Questionnaire (EPQ)
(Eysenck, 1992), encuentran altos niveles de neuroticismo en estas pacientes (Barrera, Cortés, Guerrero y
Aguirre, 2005), acompañado de una autoimagen débil y un índice de psicoticismo elevado (Hernández, 1997).
Valoraciones realizadas con otros instrumentos como es el Karolinska Scales of Personality (KSP) hallan
puntuaciones más altas en las pacientes con fibromialgia que en el grupo control en rasgos de ansiedad somática,
tensión muscular y psicastenia, así como puntuaciones más bajas en indiferencia. (Kendal, Elert, Ekselius y Gerdle,
2002).
Para Hasset et al (2000), las pacientes con fibromialgia presentan una personalidad con más vulnerabilidad
psicológica, ya que han sufrido más acontecimientos traumáticos infantiles. Puntúan elevado en pesimismo,
desesperanza, dependencia, pasividad, negación de problemas, catastrofismo y atribución de la disfunción
psicosocial a los problemas físicos. El autor concluye que estas creencias jugarían un papel importante en el dolor
y la depresión, siendo este papel de mayor relevancia en la fibromialgia que en la artritis reumatoide.
Respecto al estado de ánimo, se sabe que la prevalencia de estados depresivos es elevada, pero similar a la que se
da en las enfermedades crónicas (Penzo, 1989). Estas pacientes presentan con frecuencia estados emocionales
displacenteros, que pueden consistir tanto en sintomatología depresiva como en trastornos de ansiedad (Martín,
Luque, Soler, Mengual y Granados 2000). Las pacientes con fibromialgia presentan sentimientos de inutilidad,
fracaso, aversión e ideación de muerte (Hasset et al 2000). Estudios recientes demuestran que la sintomatología
depresiva está relacionada con la respuesta cerebral de las áreas implicadas en el procesamiento de la dimensión
afectiva del dolor (Giesecke , Gracely, Williams, Geisser, Petzkef y Clauw, 2005).
El dolor y la sintomatología depresiva repercuten en la calidad de vida de las pacientes. En este sentido, diversos
autores definen la fibromialgia como un síndrome complejo con perjuicio significativo en la calidad de vida
(Nampiarapampil y Shmerling, 2004). El impacto de la escasa calidad de vida es global e importante (Martinez,
2004) y afecta a las actividades de la vida diaria (Henriksson y Burckhardt, 1996) y a la salud mental (Bernard,
Prince y Edsall, 2000).

Material y método
Sujetos
La muestra está compuesta por 178 mujeres diagnosticadas de fibromialgia por el Servicio de Reumatología del
Hospital Mutua de Terrassa, que son derivadas al Servicio de Psiquiatría y Psicología Médica para realizar
tratamiento psicológico desde el año 2001 hasta el 2007. La media de edad se sitúa en 47,7 años y el tiempo
medio transcurrido desde el diagnóstico es de 2 años.
Las pacientes han participado en tratamiento psicológico en grupo organizado por el Servicio de Psiquiatría y
Psicología Médica. El tratamiento consta de 10 sesiones de una hora y media de duración y periodicidad semanal,
en las que se enseña a las pacientes una serie de técnicas cognitivo-conductuales para afrontar la enfermedad.
Todas las pacientes de la muestra realizaban tratamiento farmacológico controlado por el especialista en
reumatología y en ocasiones también por el especialista en psiquiatría. El tratamiento farmacológico consistía en
analgésicos y antidepresivos, especialmente Inhibidores duales de la Recaptación de Serotonima y Noradrenalina
(IRSN), asociados con benzodiacepinas.
Material
Se realizó una entrevista inicial a las pacientes para obtener información sobre los datos sociodemográficos (sexo,
edad, estado civil, número de hijos, nivel de estudios, profesión, situación laboral, años de evolución de la
fibromialgia y presencia de otras patologías médicas). Asimismo, se administraron los siguientes cuestionarios:
- Eysenk Personality Questionnaire for Adults (EPQ-A) (Eysenck, 1992), en la versión española de TEA (1982).
Cuestionario autoadministrado que consta de 94 ítems de respuesta dicotómica. Evalúa cuatro dimensiones de la
personalidad: neuroticismo, extraversión, psicoticismo y sinceridad.
- Spielberger State-Trait Anxiety Inventory (STAI) (Spielberger et al, 1970), en la versión de TEA (1982).
Cuestionario autoadministrado que contiene dos escalas separadas con 20 ítems cada una, y con 4 opciones de
respuesta por ítem (escala tipo Likert). Mide dos conceptos independientes de ansiedad: ansiedad estado (tensión,
nerviosismo, preocupación) y ansiedad rasgo (tendencia a percibir las situaciones como amenazantes).
- Beck Depression Inventory (BDI) (Beck, 1979). Cuestionario autoadministrado, formado por 21 ítems con 4
opciones de respuesta cada uno. Evalúa el grado de depresión. Da una puntuación global que es la medida de
severidad de la sintomatología depresiva.
- Millon Clinical Multiaxial Inventory-III (MCMI-III) (Millon, 2004). Evalúa estilo de funcionamiento y psicopatología
en el momento de la pasación. Está basado en la derivación de tres dimensiones polares que son: conducta
instrumental (activo-pasivo), fuente del refuerzo (independiente-dependiente) y naturaleza del refuerzo (placerdolor). Incluye un elemento discordante en la naturaleza y la fuente del dolor (ambivalencia). Se derivan 10 estilos
de personalidad, a pesar de que en total son 11 debido a la inclusión de un funcionamiento depresivo de la
personalidad en la última versión del instrumento.
- Nottingham Health Profile (NHP) en la versión española de Alonso y cols. (1994). Evalúa calidad de vida. Es un
cuestionario autoadministrado de 38 ítems de respuesta dicotómica que contempla seis dimensiones de salud:
falta de energía, dolor, reactividad emocional, afectación del sueño, aislamiento social y falta de movilidad física.
La puntuación final se da en porcentajes y oscila de 0 a 100, siendo 100 el valor que indicaría una mayor
afectación en la dimensión de salud correspondiente.
- Cuestionario sobre satisfacción de la terapia. Es un instrumento elaborado por el equipo de trabajo para valorar
diferentes aspectos de satisfacción con la terapia. Consta de siete preguntas que se deben responder marcando en
una escala analógica visual formada por una línea continua de 10cm, y una pregunta abierta sobre aspectos a
mejorar de la terapia. En la primera, segunda y séptima pregunta, la puntuación oscila entre 0 y 10
(correspondiéndose el 10 con el mayor grado de utilidad, de cambios, o de satisfacción percibida). En la tercera,
cuarta, quinta y sexta pregunta se puede obtener una puntuación que oscila de -5 a 5. Las puntuaciones negativas
indicarían qué sienten que su estado de ánimo, su nivel de ansiedad, su dolor, o su calidad de vida,
respectivamente, ha empeorado después de la realización del tratamiento, mientras que las puntuaciones positivas
indicarían que perciben una mejoría. La puntuación de 0 se correspondería a la ausencia de percepción de cambios
en estas cuatro áreas. Las preguntas son:
1. ¿Hasta qué punto considera que el grupo le ha sido útil?
Nada útil Máximo útil

2. ¿Hasta qué punto considera que ha hecho cambios después de su participación en el grupo?
Ningún cambio Muchos cambios
3. En general, y comparando su estado de ánimo con el de antes de empezar el grupo, ¿cómo se siente ahora?
Mucho peor Igual Mucho mejor
4. En general, y comparando su nivel de ansiedad con el de antes de empezar el grupo, ¿cómo se siente ahora?
Mucho peor Igual Mucho mejor
5. En general, y comparando su nivel de dolor con el de antes de empezar el grupo, ¿cómo se siente ahora?
Mucho peor Igual Mucho mejor
6. En general, y comparando su calidad de vida con el de antes de empezar el grupo, ¿cómo se siente ahora?
Mucho peor Igual Mucho mejor

7. Señale su grado de satisfacción con el grupo.
Nada satisfecha Muy satisfecha
8. ¿Qué incluiría o mejoraría del grupo de fibromialgia?

Procedimiento
En la primera visita individual con la paciente se obtuvo toda la información relacionada con la fibromialgia y otras
posibles patologías médicas, aspectos sociodemográficos, y también se realizó una valoración psicopatológica. Se
administraron todos los cuestionarios. El MCMI-III, el EPQ-A y el STAI-Rasgo se administraron solo en la primera
visita, mientras que el BDI, el STAI-Estado y el NHP se volvieron a administrar al finalizar el tratamiento. El
cuestionario de satisfacción con la terapia se administró únicamente al finalizar la misma.
El tratamiento psicológico en grupo de la fibromialgia consistió en diez sesiones de periodicidad semanal, de una
hora y media de duración. Se trabajó sobre: detección y disminución de las conductas de dolor, entrenamiento en
relajación, búsqueda de actividades placenteras, entrenamiento en asertividad (concretamente en decir no,
petición de cambio y pedir favores), y reestructuración cognitiva. Las sesiones mantenían la estructura clásica de
los grupos de tratamiento cognitivo conductuales. Al inicio de la sesión se comentan las actividades que se habían
establecido para la semana en la sesión anterior, se introducía un tema nuevo y se marcaban actividades para la
semana. Siempre se finalizaba la sesión con relajación.

Análisis de datos
Para el análisis estadístico se utilizó el Statistical Package for Social Sciences (SPSS) software, versión 12.0. Se
utilizaron estadísticos descriptivos para determinar las medias y las frecuencias o porcentajes de las variables
cuantitativas y cualitativas. En el caso de aquellas variables que no seguían una distribución normal, se utilizó la
mediana como estadístico descriptivo, ya que se trata de un índice más robusto. Para la comparación de los
valores entre el pre y el post del tratamiento se utilizaron la prueba T de Student Fisher para muestras
relacionadas, y la prueba no paramétrica T de Wilcoxon en el caso de aquellas variables que no seguían una
distribución normal.

Resultados
Se inicia la información de resultados aportando los datos descriptivos. Respecto a los aspectos sociodemográficos,
tal como se observa en el gráfico I, el 86% de las mujeres están casadas el 7% están separadas, el 4% son
solteras y el 3% viudas. Se puede apreciar que un 54% de la muestra ha realizado estudios básicos, un 29% tiene
estudios medios, un 12% sólo sabe leer y escribir y un 5% ha realizado estudios superiores. Respecto a la
situación laboral, el 51% de la muestra se encuentra actualmente de baja, el 21% están activas, el 12% están en

el paro, el 12% no ha trabajado nunca y el 4% están jubiladas. Sobre el número de hijos, el 53,4% tienen dos
hijos, el 15,2% tienen un hijo, el 12,9% tienen tres hijos, el 7,3% no tienen hijos, el 4,5% tienen cuatro y por
último el 1,1 tienen cinco.

Gráfico 1

En la tabla 1, se observan las medidas de personalidad previa obtenidas por el cuestionario de Eysenk Personality
Questionnaire for Adults (EPQ-A). Los valores medios en centiles son: neuroticismo 74,56, con una desviación de
24; extroversión 34,51, con una desviación de 27; psicoticismo 63,06 con una desviación de 26 y sinceridad 20,82
con una desviación de 20.

Tabla 1 Personalidad. E.P.Q. (Eysenck)

Las medidas de ansiedad valoradas por el STAI se muestran en la tabla 2, la media de ansiedad estado es 76,21,
con una desviación de 21 y la media de ansiedad rasgo 79, con una desviación de 23.

Tabla 2 Ansiedad. STAI (Spielberger)

Los resultados del Millon Clinical Multiaxial Inventory-III (MCMI-III), gráfico II-A y gráfico II-B, se han obtenido a
partir de una submuestra de 96 mujeres debido a dos hechos: por un lado, este cuestionario no estaba en el
protocolo inicial por lo que se empezó a administrar a las pacientes más tarde que el resto de instrumentos y, por
otro lado, se han excluido los casos en que el resultado de la escala de validez era "no válido" (3 cuestionarios) o
"validez dudosa" (7 cuestionarios). Los resultados del gráfico II-A, aportan el tanto por ciento de pacientes de la
muestra que puntúan por encima de 85 en los diversos estilos de funcionamiento. Se consideró este punto de
corte ya que es el que indica una alta probabilidad de un estilo de funcionamiento desadaptativo. Cabe destacar
que el 27,1% de las pacientes tienen un funcionamiento dependiente, el 21,9% un funcionamiento depresivo, el
17,7% un funcionamiento de aislamiento (esquizoide), y el 10,4% se autodesvalorizan. En el gráfico II-B, se
registra el porcentaje de mujeres de la muestra con trastorno de la personalidad, pudiendose observar unos
porcentajes inferiores al 4% tanto en el trastorno esquizotípico, como el bordeline o el paranoide.

Gráfico 2-A

A continuación se aporta información sobre la comparación de los resultados de ansiedad, de estado de ánimo y de
calidad de vida antes y después de realizar el tratamiento psicológico (tabla 3). Para calcular la diferencia pre-post
en el BDI se utilizó la prueba T de Student Fisher para muestras relacionadas, mientras que en las otras variables
se efectuó la prueba no paramétrica T de Wilcoxon debido a la falta de normalidad de los datos. Los valores de
ansiedad (STAI) son casi idénticos antes y después del tratamiento; 76,21 y 76,75. Lo mismo ocurre con la
medida de depresión (BDI) 24,56 antes y 25,29 después. En las diversas subescalas del cuestionario de calidad de
vida Nottingham se obtienen resultados también similares: en falta de energía 88,66 y 89,89, en dolor 90,87 y

90,74, en reactividad emocional 65,76 y 68,34, en afectación del sueño 73,55 y 80,10, en aislamiento social 34,91
y 39,38 y por último en movilidad física 54,42 y 56,87. En todos los casos las diferencias obtenidas no son
estadísticamente significativas.

Tabla 3 Comparación valores antes y después tratamiento psicológico STAI-BDI- NOTTINGHAM
(CV)

En el gráfico III se observan los resultados del cuestionario de satisfacción de la terapia. Solo se dispone de la
información sobre 21 pacientes, ya que se ha comenzado a administrar recientemente. Las pacientes consideran
que el grupo es de utilidad (mediana de 8,3), y les lleva a la realización de algún cambio (mediana de 5,5). Las
pacientes perciben que tanto su estado de ánimo como su nivel de ansiedad y de calidad de vida han mejorado
ligeramente al finalizar el grupo (medianas de 2,2, de 1,1 y de 1,1 respectivamente), aunque no perciben cambios
en su nivel de dolor (mediana de 0,25). Es de destacar el alto grado de satisfacción mostrado por las pacientes
(mediana de 9,5).

Gráfico 3

Discusión
La muestra que hemos estudiado está formada exclusivamente por mujeres diagnosticadas de fibromialgia. Estas
pacientes en su mayoría están casadas, tienen de media dos hijos, presentan diversidad respecto al nivel de
estudios aunque la mitad de ellas han realizado estudios básicos, sus profesiones son variadas pero casi siempre
comportan desgaste físico, y es importante resaltar que durante la terapia la mayor parte de ellas no estaban en
activo laboralmente. El trabajo de Murray y Murray (2006) destaca que datos sociodemográficos como la edad, la
situación laboral, el nivel de ingresos económicos y el nivel educativo explican las diferencias de gravedad entre
pacientes con fibromialgia.
La valoración de personalidad realizada con el cuestionario E.P.Q. concuerdan en líneas generales con los de
Barrera et al., (2005) nos informa que son mujeres preocupadizas, que dan muchas vueltas a las cosas, que se lo
cuestionan todo y probablemente en exceso. Pueden ser ligeramente frías a pesar de preocuparse demasiado por
los demás. Se caracterizan por ser algo introvertidas y sinceras.
En cuanto a los patrones básicos de funcionamiento, valorados por el cuestionario MCMI-III, se pone de relieve en
algunas de las pacientes unos rasgos marcados de funcionamiento que estarían justificados por el dolor como son
dependencia, aislamiento, funcionamiento depresivo y autodesvalorizado. Siendo un porcentaje muy pequeño el
que corresponde a trastornos de la personalidad. Estos datos concuerdan con los resultados hallados en estudios
de pacientes con dolor crónico, como los de Wade et al., (1992), en los cuales se encontró una personalidad
normal en buena parte de estas pacientes. Las pacientes con fibromialgia son dependientes, necesitan el apoyo y
la aprobación de los demás y lo buscan de forma pasiva. Esta característica pasiva de afrontamiento puede
incrementar el dolor (Nicassio y Schuman, 2005). Esta búsqueda de aprobación de los demás podría justificar los
resultados encontrado por Barrera et al (2005) del que llaman constructo de la histeria, pero el análisis de
nuestros resultados no van en esta línea, sino más bien, apuntan que la necesidad de aprobación de las pacientes

es por dependencia, así pretenden encontrar atención y apoyo sometiéndose a los deseos de los demás. El estilo
esquizoide indica que las mujeres con fibromialgia tienden a ser pasivas, solitarias, apáticas, distantes en el
contacto interpersonal y poco sociables. Los resultados del estudio de Kendall et al. (2002) coinciden con los
nuestros ya que encuentran puntuaciones elevadas en la escala de aislamiento social, concepto que valora
elementos similares a los de la escala esquizoide del MCMI-III.
Respecto a las medidas psicopatológicas, se observa que los valores de ansiedad, tanto rasgo como estado, son
elevados. Lo mismo ocurre con la sintomatología depresiva en donde obtienen puntuaciones de gravedad, aunque,
como apuntan Arnold et al. (2006), esta psicopatología podría ser secundaria a la enfermedad crónica.
Los resultados obtenidos en calidad de vida nos ofrecen datos semejantes a los obtenidos en otros estudios en los
que se hace referencia a la baja calidad de vida de estas pacientes (Ruiz, Muñoz, Férula y Aguayo, 1997). Siendo
en las escalas de energía y dolor en las que peor puntuación obtienen, lo que iría en consonancia con los
resultados obtenidos en el estudio de Bosch et al., (2002). El ejercicio físico cardiovascular programado de manera
individualizada es aconsejable para mejorar la capacidad física y la disminución del dolor (Panton, Kingsley, Toole,
Cress, Abboud, Sirithienthad, et al 2006) y sería la combinación de éste con el tratamiento psicológico de tipo
cognitivo conductual lo que facilita no solo la reducción del dolor sino también un incremento de flexibilidad
adaptativa (Bonifazi , Suman, Cambiaggi, Felici, Grasso, Lod, et al, 2006).
La comparación entre los valores obtenidos en ansiedad, depresión y calidad de vida, antes y después del
tratamiento psicológico, no muestran diferencias a pesar de que en diversos estudios queda demostrado el
beneficio del tratamiento cognitivo conductual, especialmente en las variables cognitivas, afectivas y de capacidad
física (Thieme, Flor y Turk, 2006). Cabe señalar que, en general, cuando los pacientes realizan tratamiento en
grupo son más sensibles a sus señales de estado de ánimo y ansiedad que antes del inicio del mismo, tal y como
queda reflejado en el resultado de los cuestionarios.
Para finalizar nos parece interesante estudiar los resultados del cuestionario de valoración subjetiva del grupo. En
ellos se obtiene una puntuación elevada en utilidad del grupo con una puntuación que indica que han realizado
cambios y, a pesar de ello, aunque valoran que el estado de ánimo y el nivel de ansiedad ha mejorado así como la
calidad de vida, los resultados numéricos están muy por debajo de los resultados que otorgan a utilidad de grupo y
a satisfacción de la terapia. Por otra parte la valoración subjetiva que hacen del nivel de dolor vida es de una
pequeña mejoría respecto al inicio del tratamiento psicológico.

Conclusiones
Se demuestra una vez más el sufrimiento de las pacientes con fibromialgia. Estas pacientes están inmersas en un
bajo estado de ánimo, una elevada ansiedad y escasa calidad de vida, por lo tanto se deben utilizar las
herramientas que disponemos para intentar mejorar esta sintomatología.
El tratamiento psicológico cognitivo conductual en grupo ha demostrado ser útil en otras ocasiones pero nos
sorprende que no se haya confirmado en este trabajo, haciéndonos plantear varios cambios, como son: establecer
unos criterios de exclusión que no se habían utilizado hasta el momento, tomar medidas de dolor y estudiar en que
situaciones se manifiesta y aumentar actividad física
La valoración subjetiva que realizan las pacientes nos anima a continuar realizando grupos de tratamiento, ya que
nos hace pensar que han conseguido hacer cambios que seguro les repercutan en una mejora global que, a pesar
de no quedar reflejados en los instrumentos estándar, sí se deja entrever en medidas subjetivas.

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