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Práctica en salud mental en servicios penitenciarios argentinos

Fecha Publicación: 04/09/2014
Autor/autores: Guillermo Jemar , Stella Lopez, Mariela Pinget

RESUMEN

Se busca lograr el objetivo de desarrollar un marco teórico desde donde se base el razonamiento clinico psiquiátrico y terapéutico, entender la conducta de los residentes privados de su libertad en un servicio penitenciario, y proponer distintas herramientas de abordaje para limitar las consecuencias negativas sobre la estructura de la personalidad, y a partir de ella de conductas distorsivas que impidan su adaptación social de los mismos.La necesidad de entender la conducta penitenciaria deviene de un complejo proceso de búsqueda de un abordaje eficaz desde el área de salud mental, que mejore la calidad de vida de quienes se encuentran en este tipo de régimen y que sufren diversas patologías que provienen de su historia personal y familiar, el medio ambiente en donde se desarrollaron, de las circunstancias que los llevaron a tener que pasar una parte importante de su vida en un régimen carcelario, y de todas las características de este que influyen negativamente sobre el desarrollo de la estructura de la personalidad. Las características culturales de la sociedad en donde se desarrolla este análisis, la formación del personal encargado de la seguridad y salud de los residentes privados de su libertad, las condiciones edilicias, de higiene y alimentación, son variables intervinientes y concurrentes que contribuyen tanto positiva como negativamente al transcurrir de la conducta, y que delimitará el tipo y calidad de vida de esta población mientras transcurra su estancia en este régimen, así como el modo de interacción social futura.


Palabras clave: régimen penitenciario; análisis; pautas de abordaje
Área temática: .

Jemar GN. Psicologia.com. 2014; 18:8.
http://hdl.handle.net/10401/6602

Artículo original
Practica en salud mental en servicios penitenciarios
argentinos
Mental health practice of penitentiary services in argentine

J Guillermo Nicolas Jemar1, Stella Maris Lopez2, Mariela Pinget3
Resumen
Se busca lograr el objetivo de desarrollar un marco teórico desde donde se base el razonamiento
clínico psiquiátrico y terapéutico, entender la conducta de los residentes privados de su libertad
en un servicio penitenciario, y proponer distintas herramientas de abordaje para limitar las
consecuencias negativas sobre la estructura de la personalidad, y a partir de ella de conductas
distorsivas que impidan su adaptación social de los mismos.
La necesidad de entender la conducta penitenciaria deviene de un complejo proceso de
búsqueda de un abordaje eficaz desde el área de salud mental, que mejore la calidad de vida de
quienes se encuentran en este tipo de régimen y que sufren diversas patologías que provienen de
su historia personal y familiar, el medio ambiente en donde se desarrollaron, de las
circunstancias que los llevaron a tener que pasar una parte importante de su vida en un régimen
carcelario, y de todas las características de este que influyen negativamente sobre el desarrollo
de la estructura de la personalidad. Las características culturales de la sociedad en donde se
desarrolla este análisis, la formación del personal encargado de la seguridad y salud de los
residentes privados de su libertad, las condiciones edilicias, de higiene y alimentación, son
variables intervinientes y concurrentes que contribuyen tanto positiva como negativamente al
transcurrir de la conducta, y que delimitará el tipo y calidad de vida de esta población mientras
transcurra su estancia en este régimen, así como el modo de interacción social futura..
Palabras clave: Régimen Penitenciario, Análisis, Pautas de Abordaje.
Abstract
Seeks to achieve the goal of developing a theoretical framework from which the psychiatric and
therapeutic clinical reasoning base, understand the behavior of private residents of their liberty
in a prison service, and propose various tools approach to limit the negative consequences on
the structure personality, and from it of distorting behaviors that impede their social adaptation
thereof.
The need to understand the prison behavior becomes a complex process of finding an effective
approach from the area of mental health, to improve the quality of life of those who are in this
type of diet and suffering from various diseases that come from its history personal and family,
the environment where they evolved, the circumstances that led them to have to spend a
significant portion of his life in a prison system, and all the features of this negatively influence
the development of the structure of personality. The cultural characteristics of the society in
which this analysis is developed, training of personnel responsible for the safety and health of
private residents of their liberty, building conditions, hygiene and nutrition are involved and
concurrent variables that contribute both positively and negatively elapse of behavior, and
delimit the type and quality of life of this population while you are staying in this regime and the
future mode of social interaction.
Psicologia.com ­ ISSN: 1137-8492
© 2014 Jemar GN, Lopez SM, Pinget M.

Jemar GN. 2014; 18:8. http://hdl.handle.net/10401/6602

Keywords: Prisons, Analysis, Approach Guidelines.
Recibido: 30/07/2012 ­ Aceptado: 26/05/2013 ­ Publicado: 04/09/2014

* Correspondencia: guillermojemar@hotmail.com
1 Médico Especialista en Psiquiatría y Neuropsiquiatría y Neurología Cognitiva Universidad de Buenos
Aires. Hospital Jose T. Borda. Servicio Penitenciario Federal Argentino. Asociación Neuropsiquiátrica
Argentina.
2 Licenciada en psicología. Hospital Neuropsiquiátrico para mujeres Braulio Moyano. Ciudad Autónoma
de Buenos Aires.
3 Licenciada en Psicología. Unidad de centro de atención primaria Dr. Ramón Carrillo. Provincia de
Buenos Aires.

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"Quizás hoy dan vergüenza nuestras prisiones. El siglo XIX se sentía orgulloso de las
fortalezas que construía en los limites y a veces en el corazón de las ciudades. Le encantaba
esta nueva benignidad que reemplazaba a los patíbulos. Se maravillaba de no castigar ya a los
cuerpos y de saber corregir en adelante las almas. Aquellos muros, aquellos cerrojos, aquellas
celdas figuraban una verdadera empresa de ortopedia social. A los que roban se los encarcela,
a los que violan se les encarcela, a los que matan, también; ¿de donde viene esa extraña
practica de encerrar para corregir? Vigilancia, ejercicios, maniobras, puntajes, rangos y
lugares, clasificaciones, exámenes, registros: una manera de someter a los cuerpos, de
dominar las multiplicidades humanas y de manipular las fuerzas se ha desarrollado en el
curso de los siglos clásicos en los hospitales, el ejército, las escuelas y colegios y los talleres: la
disciplina. El siglo XIX inventó, sin duda, las libertades, pero les dio un subsuelo profundo y
sólido: la sociedad disciplinaria de la que aún dependemos" Michel Foucault, "VIGILAR Y
CASTIGAR, EL NACIMIENTO DE LA PRISION, Año 1976"

Introducción
La necesidad de entender la conducta penitenciaria deviene de un complejo proceso de la
búsqueda de un abordaje eficaz desde la medicina y especialmente desde el área de la
Psiquiatría que mejore la calidad de vida de aquellos integrantes de nuestra sociedad que se
encuentran bajo este tipo de sistema, y que sufren patologías que provienen de su historia
personal y familiar, del medio ambiente en donde se desarrollaron, de las circunstancias que los
llevaron a tener que pasar una parte importante de su vida bajo el régimen carcelario, y de todas
las características de este, que influyen sobre el desarrollo de la estructura de la personalidad.
Las características culturales del entorno en cuestión, la formación del personal encargado de la
seguridad y la salud de los residentes privados de su libertad, las condiciones edilicias, la higiene
y la alimentación, son variables intervinientes que influyen en el proceso de adaptación de la
conducta, y que forjarán el tipo y la calidad de vida de esta población mientras transcurra su
estancia en un sistema carcelario, y que condicionará el modo de interacción social futura.
Se espera lograr un marco teórico desde donde se logre una aproximación hacia un
razonamiento clínico psiquiátrico que permita entender la conducta de los residentes de un
servicio penitenciario, y desarrollar alternativas terapéuticas que permitan proponer distintas
herramientas de abordaje para limitar las consecuencias negativas sobre la estructura de la
personalidad, y la detección e interpretación de conductas distorsivas que impidan la adaptación
social actual y futura de los residentes privados de su libertad.
"Ley 24.660 del Código Penal: La Ejecución de la pena privativa de la libertad tiene por
finalidad lograr que el condenado adquiera la capacidad de comprender y respetar la ley,
procurando su adecuada reinserción social"
El Servicio Penitenciario es una fuerza de seguridad que contribuye al mantenimiento del orden
público. Actúa como auxiliar en la administración de justicia y es el encargado de la asistencia
de los procesados y del tratamiento y/o asistencia de los condenados a penas privativas o
restrictivas de la libertad y/u otras medidas de seguridad, dispuestas por la autoridad judicial
competente.
En nuestro país existen instituciones penitenciarias a nivel federal (Servicio Penitenciario
Federal con unidades que se encuentran en todo el país; absorbe a los detenidos que están a
cargo de la Justicia Federal en todo el interior del país y de la Justicia Ordinaria de la Ciudad

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Autónoma de Buenos Aires) y a nivel provincial (cada provincia posee instituciones
penitenciarias propias). El Sistema Nacional de Estadísticas sobre la Ejecución de la Pena
(S.N.E.E.P) publicó que en el censo 2008 figuran 54.537 personas privadas de su libertad a nivel
nacional, distribuidas en 230 dependencias.
Se debe tener en cuenta también que existen personas privadas de su libertad que están alojadas
en lugares no aptos para tal fin, a saber comisarías u otros departamentos policiales.
El Servicio Penitenciario Federal (S.P.F.) está compuesto por 28 cárceles y 10 Alcaldías con una
capacidad total para 10.093 personas. Al año 2009 alojaba un total de 9.249 detenidos, por lo
que al contrario del general a nivel nacional no presenta sobrepoblación.
Con respecto a esta población cabe aclarar que aproximadamente el 54% de la misma se
encuentra en situación de procesamiento y el porcentaje restante tiene condena firme. En la ley
24.390 del Código Penal se deja explícito que la prisión preventiva no podrá ser superior a 2
años sin que se haya dictado sentencia; el alto porcentaje de procesados se debe principalmente
a las demoras en el procedimiento judiciales. Procesados y condenados comparten espacios
físicos en unidades carcelarias y por lo tanto reciben el mismo trato.
El organismo público encargado de controlar las condiciones de las cárceles es la Procuración
Penitenciaria, creada en el año 1993.
Con respecto a la situación edilicia, y según surge de distintos informes realizados por
relevamiento de organismos internacionales, las instalaciones que componen el S.P.F. se
encuentran en mejor estado edilicio al que presentan la mayoría de las cárceles de las
provincias; sin embargo y a pesar de las remodelaciones realizadas en varias unidades, el
paradigma de los penales del país no se adapta a los modelos modernos de prisiones
continuando con un modelo de pabellones que data del siglo 19. En lo que respecta a los
recursos humanos el S.P.F. tiene aproximadamente 9.829 agentes lo que establece una relación
penitenciario detenido de 1,08. Si contamos el número de agentes que presta servicio en las
unidades carcelarias, la relación baja a 0,786. Ello pone en evidencia que gran parte de la planta
se dedica a tareas administrativas fuera de las cárceles. El Personal no solo esta compuesto por
guardias, sino que también incorpora asistentes sociales, técnicos en criminología, abogados,
docentes, médicos, etc. Está basado en un rígido principio jerárquico que establece superiores
por cargo, grado, función y seguridad.
En comparación con otros países de la región, la Argentina presenta menor número de presos
por cada 100.000 habitantes que Chile, Perú, Uruguay, Brasil, Méjico y Colombia. El país de
América que presenta este mayor porcentaje es Estados Unidos con 770 presidiarios cada
100.000 habitantes.
Situación de los residentes privados de la libertad: El hacinamiento y la sobrepoblación son
más graves inconvenientes que enfrentan casi todas las administraciones penitenciarias. Ello
impide adecuadas diferenciaciones y asignaciones de actividades, y genera además la
exacerbación de la violencia en la población penal, fomentando prácticas que impiden acciones
tendientes a cumplir los derechos básicos de las personas. La cárcel es muchas veces sinónimo
de marginalidad y los aspectos de convivencia antes mencionados reafirman este concepto.
Reincidencia: Según los datos del S.P.F. la taza de reincidencia en el año 2007 fue del 29,34 de
los condenados; la tasa de reincidencia es un indicador clave para analizar el éxito del
tratamiento y la recuperación de los reclusos del sistema penitenciario.

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Rol del Psiquiatra
Después de conceptualizar y analizar el ámbito desde donde el profesional debe desarrollar su
práctica, se visualizan fácilmente las múltiples limitaciones para la creación de un marco
terapéutico acorde al requerimiento del tipo de población que se aborda.
En primer lugar, las condiciones edilicias, de higiene y alimentación, del cuidado y la seguridad
de la individualidad e intimidad de la persona, y la contención del impacto afectivo que significa
estar "privado de la libertad" no son desde ningún punto de análisis, favorables. El individuo se
encuentra, entonces, atrapado entre su "situación interna", que incluye sensaciones,
percepciones, contradicciones, culpa, razonamientos distorsivos, angustia, ansiedad, enojo,
desesperanza, etc., y su "realidad externa", inundada de un régimen verticalista, autoritario,
discriminador (su condición de "preso" implica la concepción subjetiva del valor judicativo
externo, que se materializa en disminución de derechos y valores personales), que no es más, en
la mayoría de los casos, de la acentuación o agudización de la forma de vida propuesta por la
sociedad a los sectores marginales.
Bajo este contexto el residente privado de su libertad es evaluado en un consultorio que colinda
con el resto de las dependencias de la unidad carcelaria, en la mayoría de los casos no en
sesiones ni horarios programados, y por cuestiones de seguridad, con un agente cuidando la
seguridad.
Los temas a tocar durante la entrevista son casi azarosos, y casi nunca se puede realizar un
análisis de fondo a cerca del estado de salud mental del, ahora, Paciente (desde nuestro rol de
Médicos, toda persona que demanda de nuestras destrezas en salud, es un paciente sea cual
fuere su situación social). En general, los temas son los que se desprenden de una realidad tan
grave como superficial: por un lado, todo aquello que el DSM IV le infiera los criterios
diagnósticos de un "TRASTORNO ANTISOCIAL DE LA PERSONALIDAD", con todas las
limitaciones que este diagnóstico conlleva (se dificulta el análisis de los orígenes y las
características sociales del paciente, su entorno familiar, el medio ambiente donde se desarrolló,
sus posibilidades académicas y laborales que le impiden el acceso a una correcta información a
cerca de las consecuencias de su conducta). Por otro lado, el "TRASTORNO POR ABUSO DE
SUSTANCIAS", en el cual el paciente tiene un extenso historial personal patológico, que se
entremezcla con las conductas antisociales que los llevaron a tener que cumplir una pena, y no
muy pocas veces presentan síntomas psicóticos y neurológicos graves, que ponen en riesgo la
vida, de si mismos y de terceros.
Sin duda, este tipo de sintomatología es preponderante, y la mayoría de las veces no se pueden
realizar valoraciones "más allá" de este tipo de contextos, lo que limita francamente las
posibilidades de abordaje y reducción de este tipo de conductas (partimos del concepto de que
detrás de este tipo de conductas se encuentra una patología de base, una situación que impacte
en la esfera cognitiva y emocional que cree distorsiones cognitivas, impacto emocional negativo
conductas disruptivas).
Bajo este contexto, se deben implementar estrategias terapéuticas adaptadas a esta realidad,
distintas a los abordajes convencionales.
Se propone, entonces, trazar una estrategia desde el discurso, "la demanda, lo que se deja ver",
la circunstancia que hace que ese residente demande una consulta de salud mental, o que un
agente visualice para proponer y traerlo hacia la misma; a partir de esta "puerta de entrada", se
delimitan pautas de trabajo con el paciente (periodicidad de las entrevistas, duración y temas de
abordaje). Se recomienda que esto se amplíe al resto del equipo de salud, y también al equipo de

Jemar GN. 2014; 18:8. http://hdl.handle.net/10401/6602

seguridad. Este último acápite se torna preponderante, por lo cual se le debe proporcionar al
equipo de seguridad todo tipo de información necesaria, con un lenguaje claro y preciso, e
integrarlos a la planificación de las estrategias terapéuticas.
Se debe realizar una discriminación precisa a cerca de lo urgente, y de lo que emerge de las
entrevistas. Se debe tener en cuenta en cada planificación que pueden ocurrir variables
intervinientes que limiten o interrumpan el curso del proceso, por lo cual deben ser
consideradas para incluirlas como parte del mismo.
Se propone además la creación de dispositivos específicos, en distintos tipos de grupos, y con la
participación de distintos profesionales y encargados de la seguridad. Si bien se constata la
existencia de los mismos, el alcance y la adherencia terapéutica mayoritariamente son pobres,
probablemente porque no haya una planificación conjunta y un "convencimiento" de los
distintos equipos a cerca de la necesidad y un resultado positivo de los mismos.

Conclusiones
El sistema Penitenciario, que tiene como modalidad la "privación de la libertad" y como
argumento "lograr que el condenado adquiera la capacidad de comprender y respetar la ley,
procurando su adecuada reinserción social" utiliza el mecanismo del examen a través de la
orientación terapéutica y correctora del castigo, buscando la dominación corporal y física del
cuerpo y la modificación del espíritu del delincuente. Si bien se ha creído que este régimen de
castigo permitió el abandono del suplicio y del dolor como técnicas de poder y de control sobre
el cuerpo y el alma de los individuos, puede afirmarse que este espacio-campo de la prisión
continua siendo el lugar privilegiado de la tortura y del sufrimiento, de aplicación de penas
corporales y "del alma".
Bajo este contexto, el Medico Psiquiatra se encuentra en la compleja encrucijada de equilibrar la
terapéutica con el "deber hacer" de las leyes. Frecuentemente, solo se encuentra en posición de
resolver "lo urgente", a sabiendas de que esto no tiene fines terapéuticos "más allá" del hecho, ni
mucho menos un objetivo de tratamiento que permita al individuo salir fortalecido de esa
circunstancia.
Se propone entonces, un análisis continuo del acto médico, basado en conceptos estrictamente
clínicos y planteamientos éticos desde la medicina, sin ejercer ningún tipo de valor judicativo a
la circunstancia, y delimitando acciones concretas, que acompañen el padecimiento de "La
Psique" sometida a ese modo de vida.
"La prisión no puede dejar de fabricar delincuentes. Los fabrica por el tipo de existencia que
hace llevar a los detenidos: ya se los aísle en celdas, o se les imponga un trabajo inútil, para el
cual no encontrarán empleo, es de todos modos no pensar en el hombre en sociedad; es crear
una existencia contra natura inútil y peligrosa.; se quiere que la prisión eduque a los
detenidos, pero un sistema de educación que se dirige al hombre, ¿puede razonablemente tener
por objeto obrar contra lo que pide la naturaleza? La prisión fabrica también delincuentes al
imponer a los detenidos coacciones violentas; está destinada a aplicar las leyes y a enseñar a
respetarlas; ahora bien, todo su funcionamiento se desarrolla sobre el modo de abuso de
poder."

Jemar GN. 2014; 18:8. http://hdl.handle.net/10401/6602

Referencias








Informe Análisis comparativo S.P.F. - S.P.B. de la Asociación Civil Unidos por la Justicia
CELS, Derechos Humanos en Argentina. Informe 2008. Siglo XXI Editores. Mayo de 2008. Buenos Aires.
S.N.E.E.P. 2007. Dirección de Política Criminal, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
Dirección de Judicial Servicio Penitenciario Federal: Síntesis semanal de la población penal general alojada al
03-07-2009.
Informe de la Misión de la O.N.U.D.D. 21 al 25 de Julio de 2008.
Informe anual de gestión 2008, Servicio Penitenciario Federal, Ministerio de Seguridad Justicia y Derechos
Humanos.

Cite este artículo de la siguiente forma (estilo de Vancouver):
Jemar GN, Lopez SM, Pinget M. Gaba Practica en salud mental en servicios penitenciarios
argentinos. Psicologia.com [Internet]. 2014 [citado 04 Sep 2014];18:8. Disponible en:
http://hdl.handle.net/10401/6602


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