PUBLICIDAD

Me Gusta   0 0 Comentar  0 0
  DESCARGAR

Prevalencia de trastornos del comportamiento alimentario en la población universitaria.

Fecha Publicación: 26/05/2010
Autor/autores: A.R. Sepúlveda , A. Gandarillas, J.A. Carrobles

RESUMEN

Antecedentes y objetivos: En la actualidad existen en nuestro país, rigurosos estudios de prevalencia de Trastornos del Comportamiento Alimentario (TCA) en adolescentes de 12 a los 18 años (Pérez-Gaspar et al.,1997; Morandé, Celada y Casas, 1998; Ruiz et al., 1998). Los TCA continúan siendo una preocupación prioritaria en Salud Pública, tanto en nuestro país como en nuestra Comunidad. Pero existe un escaso conocimiento sobre la prevalencia de estos trastornos en la población universitaria. El objetivo principal de nuestra investigación ha sido estimar la prevalencia de población de riesgo de TCA entre los estudiantes universitarios de la Universidad Autónoma de Madrid. Metodología: Se ha realizado un estudio trasversal basado en la aplicación de una encuesta anónima autoadministrada en las aulas de varias facultades (13 en total) de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), que incluyó un cuestionario específico de TCA, el Inventario de Trastornos Alimentarios (EDI-2; Garner, 1998), un cuestionario específico para evaluar la imagen corporal, el Cuestionario de la Figura Corporal (BSQ; Cooper et al., 1987), un cuestionario que evalúa la psicopatología mental, Symptom Check List 90 (SCL-90; Derogatis, 1973) y un cuestionario que evalúa la autoestima, la Escala de Autoestima (RSE; Rosenberg, 1965). La muestra representa la población universitaria de la UAM, con una edad entre 18 y 30 años, adscritos durante el año académico 2000 y 2001. El diseño muestral fue de error fijo, estratificado según curso y facultad no proporcionado, con ponderación en los análisis estadísticos. La población muestral de primer curso de carrera corresponde al 62,7% de los universitarios y el 37,3% son de cuarto curso de carrera . Un total de 2.551 alumnos participaron de 10.153 alumnos matriculados en 1º y 4º curso que supone una tasa de respuesta del 54,5%, de los cuáles 67,3% fueron mujeres y 31,3% varones y 1,4% no informó de su sexo. La población de riesgo para un TCA quedó definida según el siguiente criterio, obtener una puntuación igual o superior a 40 en el cuestionario EDI-2 (sumando las 8 subescalas). Se presentan los resultados estadísticos basados en medias, porcentajes y análisis ANOVA univariante y Chi-Cuadrado. Resultados: La media de edad para los chicos 20.2 y para las chicas de 20 no hallando diferencias significativas entre ellos. La prevalencia de la población universitaria con Alto Riesgo de desarrollar un TCA es de 14,9% (11,6-18) en varones y un 20,8% (18,7-22,8) en mujeres. La realización de vómitos supone un 9,6% en varones y un 16% en mujeres (un 1,5% en el grupo de bajo riesgo). Y el uso de laxantes para controlar el peso es un 10,6% en chicos y un 14,5% en chicas (1.8% y 2.7% en el grupo de Bajo riesgo), siendo estas diferencias significativas estadísticamente entre género y entre grupos(p


Área temática: .

Prevalencia de trastornos del comportamiento alimentario en la población
universitaria.
FUENTE: PSIQUIATRIA.COM. 2004;8(2)

A. R. Sepúlveda*; A. Gandarillas; J. A. Carrobles.
*Dpto. Psicología Biológica y de la Salud. Facultad de Psicología. UAM
** Servicio de Epidemiología. Instituto de Salud Pública de la Comunidad de Madrid
E-mail: anarosa.sepulveda@madrid.org

Resumen
Antecedentes y objetivos: En la actualidad existen en nuestro país, rigurosos estudios de prevalencia de
Trastornos del Comportamiento Alimentario (TCA) en adolescentes de 12 a los 18 años (Pérez-Gaspar et al.,1997;
Morandé, Celada y Casas, 1998;Ruíz et al., 1998). Los TCA continúan siendo una preocupación prioritaria en
Salud Pública, tanto en nuestro país como en nuestra Comunidad. Pero existe un escaso conocimiento sobre la
prevalencia de estos trastornos en la población universitaria. El objetivo principal de nuestra investigación ha sido
estimar la prevalencia de población de riesgo de TCA entre los estudiantes universitarios de la Universidad
Autónoma de Madrid.
Metodología: Se ha realizado un estudio trasversal basado en la aplicación de una encuesta anónima
autoadministrada en las aulas de varias facultades (13 en total) de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM),
qué incluyó un cuestionario específico de TCA, el Inventario de Trastornos Alimentarios (EDI-2; Garner, 1998), un
cuestionario específico para evaluar la imagen corporal, el Cuestionario de la Figura Corporal (BSQ; Cooper et al.,
1987), un cuestionario que evalúa la psicopatología mental, Symptom Check List 90 (SCL-90; Derogatis, 1973) y
un cuestionario que evalúa la autoestima, la Escala de Autoestima (RSE; Rosenberg, 1965). La muestra
representa la población universitaria de la UAM, con una edad entre 18 y 30 años, adscritos durante el año
académico 2000 y 2001. El diseño muestral fue de error fijo, estratificado según curso y facultad no
proporcionado, con ponderación en los análisis estadísticos. La población muestral de primer curso de carrera
corresponde al 62,7% de los universitarios y el 37,3% son de cuarto curso de carrera . Un total de 2.551 alumnos
participaron de 10.153 alumnos matriculados en 1º y 4º curso que supone una tasa de respuesta del 54,5%, de
los cuáles 67,3% fueron mujeres y 31,3% varones y 1,4% no informó de su sexo. La población de riesgo para un
TCA quedó definida según el siguiente criterio, obtener una puntuación igual o superior a 40 en el cuestionario
EDI-2 (sumando las 8 subescalas). Se presentan los resultados estadísticos basados en medias, porcentajes y
análisis ANOVA univariante y Chi-Cuadrado.
Resultados: La media de edad para los chicos 20.2 y para las chicas de 20 no hallando diferencias significativas
entre ellos. La prevalencia de la población universitaria con Alto Riesgo de desarrollar un TCA es de 14,9% (11,618) en varones y un 20,8% (18,7-22,8) en mujeres. La realización de vómitos supone un 9,6% en varones y un
16% en mujeres (un 1,5% en el grupo de bajo riesgo). Y el uso de laxantes para controlar el peso es un 10,6%
en chicos y un 14,5% en chicas (1.8% y 2.7% en el grupo de Bajo riesgo), siendo estas diferencias significativas
estadísticamente entre género y entre grupos(p <.0001).
Conclusión: Los resultados muestran que la tasa de prevalencia de población de riesgo de TCA en el ámbito
universitario es elevada, encontrándose un predominio en el género femenino, al igual que en las conductas
propias de TCA. Los datos sobre las conductas y actitudes no saludables que afectan a los universitarios nos
alertan de la necesidad de considerar medidas preventivas para este tipo de población.

Introducción
Los trastornos del comportamiento alimentario, comúnmente llamados anorexia nerviosa, bulimia nerviosa y
trastornos alimentarios no especificados, son trastornos multidimensionales que afectan a variables fisológicas,
psicosociales y familiares.
La epidemiología de los trastornos del comportamiento alimentario en la población universitaria no se han
estudiado con rigurosidad. Los estudios más fiables se han realizado en la población escolarizada adolescente de
educación primaria o secundaria (Ruíz et al., 1998; Pérez-Gaspar et al., 1998) y ello a pesar de que la población
de jóvenes universitarios es considerada un grupo importante de riesgo. El ambiente universitario propicia
situaciones estresantes que alteran el funcionamiento psicológico y somático de los estudiantes. Los estudios
epidemiológicos realizados con estudiantes universitarios son escasos y mayoritariamente utilizan instrumentos de

cribaje para estudiar la prevalencia de riesgo de la enfermedad (Palmquist et al., 1995).
Por otro lado, aunque el desarrollo del trastorno es menor entre los varones, como es habitual existen datos que
apuntan a la presencia de conductas de riesgo asociadas a los TCA y que necesitan de un estudio más
pormenorizado para su detección.
Los resultados indican que aunque la prevalencia de casos completos es relativamente escasa, no podemos decir
lo mismo al considerar todos los casos incompletos, o la alta proporción de adolescentes con conductas
alimentarias anormales.
Su etiología especifica hasta el momento no está clara, lo cual conlleva consecuencias respecto a la efectividad en
el tratamiento y en la aproximación preventiva. Una de las claves sin resolver se encuentra en cómo se evoluciona
los síntomas hasta desencadenar un cuadro incompleto o hasta llegar a un cuadro clínico definido y grave. La
presentación de estos trastornos en la comunidad parece que se produce en forma de continuum, desde
conductas y actitudes de riesgo, como la preocupación excesiva por el peso, la dieta restrictiva, el atracón o el
uso de conductas purgativas, hasta un trastorno clínico, que cumple con los criterios diagnósticos propuestos por
el DSM-IV (1994). Al igual que múltiples estudios muestran la cormobilidad con otros trastornos psiquiátricos en
la población clínica con lo que es razonable suponer que los sujetos con un perfil subclínico también tendrán una
alta prevalencia de trastornos mentales o conductuales.
El objetivo principal del estudio se dirige a conocer la prevalencia de comportamientos y actitudes propias de un
trastorno alimentario en una muestra representativa de estudiantes de la Universidad Autónoma de Madrid, y a
través del mismo delimitar la posible existencia de una población de riesgo con posibilidades mayores de
desarrollar estos trastornos.

Sujetos y métodos
Encuesta y procedimiento
El estudio estaba dirigido a los alumnos matriculados en el año académico 2000-01 y entre estos a los cursos 1º y
4º de la Universidad Autónoma de Madrid. De las 21 licenciaturas existentes en este campus se seleccionaron 13
de ellas, que eran las que tenían un mayor número de alumnos matriculados. El tamaño muestral diseñado como
representativo, según curso y facultad en la UAM, era finalmente de 4.682 estudiantes.
Instrumentos
La encuesta autoadministrada en el aula incluía el Inventario de Trastornos de la Conducta Alimentaria (EDI-2;
Garner, 1998) como cuestionario específico de conductas alimentarias problemáticas; el Cuestionario de Imagen
Corporal (Body Shape Questionnaire, BSQ; Cooper et al., 1987), que evalúa específicamente la satisfacción con el
peso y la figura; el Inventario de Síntomas Clínicos-90-R (Symptom Check List 90 Revised, SCL-90-R; Derogatis,
1977, 1983), que evalúa la existencia de la psicopatología y sintomatología psíquica y la Escala de Autoestima de
Rosenberg (Self-Esteem Scale; Rosenberg, 1965). Estos cuestionarios se completaron con preguntas que
evaluaban síntomas propios de un TCA, según los criterios diagnósticos del DSM-IV(1994) y otras cuestiones
sociodemográficas.
Definición de la población de estudio
Se define como POBLACIÓN CASO al número de personas que responden que están o han estado en tratamiento
por un TCA, y sus patrones psicopatológicos recogidos a través de los cuestionarios, confirman su patología.
Definimos como POBLACIÓN DE ALTO RIESGO de padecer un TCA a aquellas personas que obtienen una
puntuación igual o superior al punto de corte de 40 en el EDI total (suma de las 8 escalas originales).
Definimos como POBLACIÓN DE BAJO RIESGO de padecer un TCA a aquellas personas que obtienen una
puntuación inferior al punto de corte de 40 en el EDI total.
Análisis estadísticos
Para el análisis de los resultados se ha utilizado los paquetes estadísticos del SPSS V.10. Una vez calculada la
prevalencia de la población de riesgo de TCA por sexo, y sus respectivos intervalos de confianza al 95% corregido
el efecto de diseño. Se han llevado a cabo pruebas de contraste de hipótesis del grupo de riesgo de TCA según
género. Para las variables cuantitativas se ha utilizado la T de Student.

Resultados
En el estudio participaron, finalmente, 2.551 alumnos, lo que supone una tasa de respuesta del 54,5 %. De los
cuestionarios contestados se seleccionaron, a su vez, sólo los alumnos de 18 a 30 años, ambos inclusive, por lo
que fue preciso retirar 25 de los cuestionarios procedentes de sujetos con una edad mayor. Igualmente, fue
preciso excluir otros 140 cuestionarios por tener más de dos preguntas del EDI sin contestar o más de dos
cuestionarios anulados (un cuestionario era invalidado con sólo tener una pregunta sin responder).
De esta manera, los análisis estadísticos se han efectuado sobre en una muestra final de 2.386 alumnos, de los
cuáles, el 31,4% eran varones, el 67, 9% mujeres y un 1% no ofrecía este dato. La edad media para los chicos y
para las chicas era de 20 años (DT=2,1). La edad media de los alumnos del primer curso era de 19 años (DT=
1,6) y la edad media de los de cuarto curso era de 21,8 (DT= 1,6).
Un grupo de 27 personas (26 chicas y un chico), afirman que padecen o han padecido un trastorno de la conducta
alimentaria y suponen un porcentaje de 1,6% de la población femenina. La población caso autoreferida se
confirma a través de los cuestionarios, ya que las puntuaciones obtenidas son muy elevadas respecto a la
población general universitaria.
A través del punto de corte >=40 en el EDI, se ha seleccionado un 19% de la población que suponen 454
universitarios, 99 de ellos varones y 350 mujeres, cinco de ellos no informan sobre el sexo. Con esta población de
Alto Riesgo de padecer un TCA se obtienen las tasas de prevalencia a través de ponderaciones estadísticas y por
otro lado se observan sus hábitos y actitudes alimentarias.
La prevalencia de la población universitaria con Alto Riesgo de desarrollar un TCA es de 14,9% (11,6-18) en
varones y un 20,8% (18,7-22,8) en mujeres. La realización de vómitos supone un 9,6% en varones y un 16% en
mujeres (un 1,5% en el grupo de bajo riesgo). Y el uso de laxantes para controlar el peso es un 10,6% en chicos
y un 14,5% en chicas (1.8% y 2.7% en el grupo de Bajo riesgo), siendo estas diferencias significativas
estadísticamente entre género y entre grupos (p <.0001).
Nos podemos acercar a la población de caso probable de TCA a través de los cuestionarios. Si unimos el punto de
corte del EDI con los puntos de corte del SCL-90-R, y el BSQ, y autoestima obtenemos una población con una
gravedad clínica de un 1,1% en varones y un 3,5% en mujeres.

Discusión
La tasa de no respuesta para este tipo de estudio en población adolescente escolarizada (12-16 años) es más
baja, entre un 10-20%, pero la población universitaria poseen mayores dificultades para la recogida de muestra;
a pesar de que los estudiantes no conocían el día en que se iba a realizar la encuesta, no está asegurado que los
estudiantes que no colaboraron se produzca una prevalencia de riesgo de TCA mayor que entre los que han
participado. Beglin y Fairburn (1992) examinan a los sujetos que forman parte de la tasa de no respuesta e
indican que existe un alta prevalencia de sujetos con problemas alimentarios, es decir, que hay una alta
frecuencia de TCA entre aquellas personas que eligen no participar en los estudios (28% tenían un TCA y 15%
tenían obesidad). Por lo tanto, se produce una subestimación en la tasa de prevalencia de TCA en la población
estudiada.
Los resultados muestran que la tasa de prevalencia de población de riesgo de TCA en el ámbito universitario es
elevada, encontrándose un predominio en el género femenino, al igual que en la presencia de conductas propias
de los TCA (uso de laxantes, provocación del vómito, recurrir a atracones). La prevalencia de la población
universitaria con riesgo de desarrollar un TCA es de 14,9% en varones y un 20,8% en mujeres. Si a su vez,
delimitamos esta población con otros indicadores de la salud mental y otras variables psicológicas, un 1,1% en
varones y un 3,5% en mujeres presentan un perfil clínico más completo. Estos resultados son más similares a los
estudios de doble fase en adolescentes (Pérez-Gaspar et al., 2000; Morandé et al., 1998; Gandarillas et al.,
2003).
Aunque hay que estudiar con mayor profundidad las actitudes y conductas de riesgo de TCA en la población
masculina universitaria. Observamos que existen conductas de riesgo asociadas a la muestra masculina y que
indica que los factores socioculturales están afectando puntualmente a la población masculina en determinadas
áreas pero que en la mayoría de los casos sigue sin generar un cuadro completo de la enfermedad. Puede que
hasta el momento no haya sido valorado de forma fiable, ya que los cuestionarios no están validados en muestra
masculina y no existen ítems específicos para valorar otras conductas de riesgo que podrían ser propias para esta
muestra (Carlat y Camargo, 1991). El perfil de riesgo masculino para un TCA es distinto que el femenino, aunque
se origine en parte, por la presión de un ideal de belleza, este ideal de belleza masculina es muscular no es de
delgadez, aunque se termine asociando a conductas de riesgo propias de un TCA (utilización de esteroides,

complementos dietéticos y dieta).
Aunque la patogénesis de los TCA está poco comprendida, en numerosos estudios se ha descrito su asociación con
otros síntomas psiquiátricos, en particular obsesión, depresión, ansiedad, lo que concuerda con los resultados en
este estudio (Sepúlveda et al., 2002). Esta asociación se ha observado en los casos, y también para la población
de riesgo de TCA a través del cuestionario.
Los datos sobre las conductas y actitudes no saludables que afectan a los universitarios nos alertan de la
gravedad de estos comportamientos y de la necesidad, por tanto, de considerar medidas preventivas para este
tipo de población.
Por lo tanto, concluimos que los resultados obtenidos refuerzan la necesidad de incrementar los estudios dirigidos
a delimitar los problemas alimentarios en el ámbito universitario así como implantar programas de prevención y
programas de tratamiento en este ámbito. Estas intervenciones puntuales deberían ir dirigidas tanto a la
población masculina como a la femenina aunque la frecuencia de mujeres afectadas sea mayor (NeumarkSztainer, 1996; Striegel-Moore, y Steiner-Adair, 2000; Ruíz-Lázaro y Comet, 2003).

Bibliografía
American Psychiatric Association (1994). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (4ªedición).
Washington: Author.
Beglin, S. y Fairburn, C. (1992). Women who chose not to participate in surveys on eating disorders. Int. J. of
Eating Disorders, 12, 113-116.
Carlat, D.J. y Camargo, C.A. (1991). Review of Bulimina Nervosa in Males. Am. J. Psychiatry, 148 (7):831-843.
Gandarillas, A. Zorrilla, B., Sepúlveda, A.R., y Muñoz, P. (2003). Prevalencia de casos clínicos de trastornos del
comportamiento alimentario en mujeres adolescentes de la Comunidad de Madrid. Documentos Técnico de Salud
Pública, nº 85. Instituto de Salud Pública.. Madrid.
Morandé, G., Celada, J. y Casas, J. (1998). Prevalence of Eating Disorders in a Spanish School-age population. J.
Adolescent Health, 24, 212-219.
Palmquist, J., Berglund, P., Dieken, H. A. (1995). Incidence of eating disorders among selected female university
students. J. of the Am. Diet. Assoc., 64-66.
Pérez-Gaspar, M., Gual, P., Irala-Estévez, J. Martínez-González, M.A., Lahortiga, F. y Cervera, S. (2000).
Prevalencia de trastornos de la conducta alimentaria en las adolescentes navarras. Med. Clin, 481-486.
Ruíz-Lázaro, P.M., Alonso, J., Velilla, J., Lobo, A., Martín, A., Paumard, C. y Calvo, A. (1998). Estudio de
prevalencia de trastornos de la conducta alimentaria en adolescentes de Zaragoza. Rev. De Psiquiatría InfantoJuvenil, 148-162.
Ruiz-Lázaro, P. M. y Comet, P. (2002). La prevención de trastornos alimentarios es posible: experiencia del
programa escolar controlado del grupo Zarima Prevención. 3er Congreso Virtual de Psiquiatría. Interpsiquis.
Sepúlveda, A. R., Carrobles, J. A. y Gandarillas, A. (2002). Mental health in a university population by age and
gender. En I. Leal y J. Ribeiro (Eds.).Health Thought the Life Cycle: A Life Span Perspective.
Striegel-Moore, R. y Steiner-Adair, C. (2000). Prevención primaria de los trastornos alimentarios: nuevas
consideraciones con una perspectiva feminista. En W.
Vandereycken y G. Noordenbos. (Eds.). La prevención de los trastornos alimentarios. (pp. 13-37), Barcelona:
Ediciones Granica.


IMPORTANTE: Algunos textos de esta ficha pueden haber sido generados partir de PDf original, puede sufrir variaciones de maquetación/interlineado, y omitir imágenes/tablas.

Comentarios de los usuarios



No hay ningun comentario, se el primero en comentar