Psicosis de guerra, obsesión por la paz o papel de los profesionales de la Salud
Mental ante un impactante problema de Salud, los múltiples efectos de la guerra.
FUENTE: PSIQUIATRIA.COM. 2003; 7(3)
Pedro Moreno Gea.
Director del Instituto Balear de psiquiatría y psicología.
Palma de Mallorca.
E-mail: pmoreno@psiquiatria.com
Comentada por JCA
PALABRAS CLAVE: Guerra, Psiquiatría, Paz, Prevención.
Resumen
Tras los últimos acontecimientos de la guerra de Iraq, la mayoría de nosotros nos hemos sentido pacifistas
( incluso muchos de los que han tenido que defender el conflicto bélico) y ha quedado un sentimiento de
esperanza, de posibilidad de que en un futuro, el movimiento globalizador iniciado en defensa de la paz, pueda
imponerse, sobre las alternativas violentas de resolución de los inevitables conflictos entre los diferentes países o
entre las diferentes personas.
El revisar el problema de la guerra, desde un enorme problema de salud pública, sobre todo en la parte que nos
toca de la salud mental y valorar alternativas para afrontar este problema desde la psiquiatría, en sus aspectos
históricos, etiológicos, de intervención y de prevención es el objetivo del presente trabajo.
Se concluye que es necesario el estudio sistematizado de los motivos que llevan y han llevado a los países al
conflicto bélico y que es necesario el desarrollo y creación de estructuras y de movimientos mundiales
estructurados, dotados del suficiente poder, que hagan imposible las respuestas violentas en la resolución de
estos conflictos, optando siempre por otras alternativas, basadas estas estructuras en unos principios universales
de defensa de la vida, la paz, la libertad y la tolerancia como bienes fundamentales de la especie humana.
Indice del artículo
1.2.3.4.5.-
Introducción.
Efectos de la guerra en la salud mental
Etiología de la violencia y de la guerra.
Prevención.
Bibliografía consultada.
1.- INTRODUCCIÓN
Estas últimas semanas todos hemos sufrido la grave crisis mundial del conflicto americano-iraquí. Han sido
continuas las imágenes y la presencia del mismo en los medios de comunicación, lo que ha provocado que todos
hayamos debido reflexionar sobre el problema y tomar alguna postura ante el mismo.
En mi caso, he aprovechado para hacer una revisión del tema en la bibliografía y conocer algo más sobre como se
aborda el tema de la guerra entre los profesionales de la salud mental. Conocimiento que hoy quiero compartir
con vosotros. Para ello he dividido el tema en los apartados, que iremos desarrollando:
2.- EFECTOS DE LA GUERRA EN LA SALUD MENTAL
El estudio de los efectos de las conductas agresivas y violentas, en el ámbito social, o familiar, sobre los sujetos a
ellas sometidos, en cualquier fase de su vida, abarca un gran número de patologías, dependiendo del tipo de
violencia producida, el grado de continuidad de las agresiones y su duración en el tiempo, la edad y las
particulares condiciones de la víctima, patologías en la mayoría de los casos ya ampliamente analizadas. Sin
embargo la investigación sobre las consecuencias psiquiátricas y psicológicas de la manifestación más común de
la agresividad humana, el conflicto bélico, todavía en nuestros días no ha alcanzado los niveles que cabria desear,
especialmente si nos referimos a la población civil, cada vez mas protagonista en el papel de víctima en las
guerras actuales y que incluso están ausentes en los estudios de psiquiatría y psicología militar, que hasta ahora,
se han centrado mayormente en el desarrollo de métodos de investigación psicológica de los trastornos
provocados por la guerra y de su posible tratamiento en militares (Barcia).
Todos los conflictos actuales y recientes han generado y siguen generando víctimas civiles, cuyas heridas son
mucho mas rotundas de lo que es posible apreciar en partes de guerra y estadísticas, víctimas que en muchos
casos no han alcanzado ni siquiera la adolescencia y que en un futuro cercano podrán desarrollar grandes
patologías. Por todo ello es fundamental desarrollar ampliamente la investigación sobre los efectos psiquiátricos y
psicológicos de la guerra, tal y como ésta se presente en el mundo de hoy.
Sin lugar a duda, fue durante la guerra de 1914 cuando las repercusiones psicopatológicas se hicieron notar,
hasta el punto de que la quinta parte de los soldados británicos fueron afectados por trastornos de la guerra.
Sin embargo, no es hasta la 2ª guerra mundial cuando la presencia psiquiátrica se hace ostensible en el ámbito y
la sanidad militar, sobre todo, la marina norteamericana, que pasó a disponer de 980 psiquiatras durante la
contienda. El día que terminó la guerra pasaron a ser 2400 psiquiatras, 400 psicólogos clínicos, 700 asistentes
psiquiátricos y 800 enfermeros psiquiátricos, trabajaban para el ejército en 931 hospitales, porque además de
todos los problemas psicopatológicos derivados de la violencia se unió el exagerado aumento de la toxicología en
los combatientes.
Sabemos que los factores estresantes puestos en juego durante una contienda son múltiples, desde la constante
amenaza a la vida, la ruptura existencial de su proyecto de vida, la amenaza continua, el dolor ante tanta
catástrofe, la fatiga, los sentimientos de culpa, la amenaza permanente de muerte, la depresión, el insomnio y la
angustia.
Taylor y Frazer, 1981-1987, clasifican a las víctimas (V) de las catástrofes como:
V. de primer grado: sufren el impacto directo, con pérdidas materiales o daño físico.
V. de segundo grado: familiares o amigos de los anteriores.
V. de tercer grado: integrantes de los equipos de primera respuesta ( bomberos, policias, paramédicos, médicos,
defensa civil, psicólogos, etc...). Se produce afectación en la percepción de cambio de vida, cambios en
comportamiento, en lo cognitivo, emocional o físicos.
V. de cuarto grado: la comunidad que se ve afectada en su conjunto.
V. de quinto grado: personas que se enteran de los sucesos por los medios de comunicación.
V. de sexto grado: aquellos que no se encontraban en el lugar de los acontecimientos por diferentes motivos.
Dentro de cada una de estos grupos podemos encontrar alteraciones de la salud mental, vamos a repasar algunos
de ellos.
En los tres primeros grupos, que serían los más afectados directamente por las consecuencias directas de la
guerra según Lopez Ibor tendríamos cuatro grandes grupos;
-Los
-Los
-Los
-Las
cuadros caracterizados por la transformación vivencial-reactiva de la personalidad
síndromes psico-orgánicos, que son consecuencia del hambre.
cuadros mixtos neurótico-orgánicos
psicosis endógenas surgidas en estas circunstancias.
Clínicamente, todo sucede a veces de un modo abigarrado y cambiante, existiendo diversas formas de
presentación, que dominan en uno u otro estadio del síndrome; así puede dominar la expresión ansiosa, la
confusa, la delirante, la depresiva, la histérica o la psicosomática, pero en cualquier caso siempre conectada en
cuanto a sus contenidos ansioso, confuso -delirantes, alucinatorios, etc. con la situación dramática vivida en la
guerra por estas personas.
Especialmente entre los refugiados se da una alta casuística de ansiedad, estrés postraumático y trastornos
disociativos y afectivos.
Por último, las personas que, en el marco de una guerra o de cualquier tipo de persecución política, han sido
apresadas y torturadas tienden a desarrollar diversos tipos de trastornos psiquiátricos, en particular
depresiones graves y psicosis.
Afectación de la salud mental de la población y de la comunidad en general, según algunos comentarios de
expertos sobre este tema, podemos esperar:
- La frustración de miles de ciudadanos por el inicio de la guerra en Irak comportará trastornos psíquicos a la
población por el estrés que provoca.
- En un mundo globalizado, las consecuencias de las peleas, luchas y guerras, nos afectan a todos. (Ury)
- El colegio de psicólogos destaca los efectos que la guerra está produciendo y los que producirá entre la
población, sobre todo en niños pequeños, personas mayores y enfermos.
- Algunos estudios americanos, según el Wall street Journal, dicen que seguir la guerra por televisión perjudica la
salud. Varios estudios muestran que la exposición cotidiana a sucesos traumáticos que se transmiten por tv puede
aumentar el estrés, la depresión y debilitar nuestro sistema inmunológico. Un consumo excesivo antes de dormir
puede hacer que se levante a comer a medianoche por estrés.
- La frecuencia con la que se producen algunas alteraciones mentales, como la tendencia a autolesionarse, se
multiplicará por cuatro en una década. La crisis en torno de Irak, lastra "enormemente" la mente de niños y
jóvenes, según el psiquiatra Franz Resch, de la universidad alemana de Heidelberg.
- Trastorno de estrés postraumático (TEP):
Antaño considerado como psicosis o neurosis de guerra, se impuso como realidad clínica en las últimas décadas,
mostrando a las claras hasta que punto el estres supramaximal a que es expuesta la persona en circunstancias
particulares, puede dejar huellas indelebles en la personalidad, la salud mental y la conducta humana.
En los refugiados de Guerra se ha encontrado una frecuencia de un 25% (AMA). Este afecta sobre todo a
personas más débiles, niños y mayores de 65 años ( hasta 3 veces más).
Las manifestaciones premonitorias del síndrome que deben ser como indicadores de su próxima eclosión
son: el insomnio, las pesadillas, y las experiencias hipnagógicas, la fatiga, el agotamiento intenso, el descenso
diurno del nivel de conciencia, la pérdida de peso, los trastornos de afectividad y de conducta así como los abusos
alcohólicos y tóxicos compensadores. Estudios hechos entre palestinos e israelíes, confirman la tendencia de la
juventud, sobre todo, a la adicción, independientemente de ser musulmanes, cristianos, drusos o judíos incluso en
jóvenes de ambos sexos.
Las recientes investigaciones sobre la biología del TEPT han revelado que las personas que sufren esta
afección presentan una serie de alteraciones neurobiológicas, entre otras las siguientes: disminución del volumen
del hipocampo, sitio relacionado con la regulación de la memoria y que interviene en la extinción de los
condicionamientos. La hipotrofia del hipocampo dejaría al sujeto con menos capacidad para la extinción de las
respuestas condicionadas que hacen que cualquier estímulo que se asocie al trauma desencadene el recuerdo del
mismo.
También se produce un aumento de los receptores glucocorticoides de los linfocitos, disminución de la actividad
de la MAO en las plaquetas y disminución de la captación de serotonina en las plaquetas. Alteraciones en el
SPECT, con aumento de flujo en la zona occipital. Entre los estudios de la neurobiología de la memoria en
situaciones emocionalmente importantes, merece destacarse el e Larry Cahill (univ. de California, 1996),
demuestra mediante estudios experimentales que las experiencias emocionalmente significativas están reguladas
por un sistema neurobiológico endógeno que se activa en función de la importancia de las mismas. lo que parece
ser un mecanismo adaptativo a lo largo de la evolución: si se recuerdan más las situaciones de peligro, el sujeto
está mejor preparado para evitarlas. Este sistema actuaría a través de la adrenalina y la amigdala.
No es hasta el año 1980 que ha sido incluido el TEPT, en el (DSM-IV) como entidad independiente con unos
criterios diagnósticos específicos. La CIE-10-F43 lo clasifica como reacción a estrés agudo y trastornos de
adaptación.
- Reacción a estrés agudo. Cuadros inmediatos.
- TEPT. Cuadros postraumáticos.
- Tr. de adaptación. Reacciones situacionales subagudas.
La descripción del trastorno del estrés postraumático estudiado a partir de la guerra de Vietnam y del conflicto
Israelí-Palestino, en las que se analiza las reacciones tras un estres extraordinario, consistentes en respuestas de
evitación( de estímulos que recuerden el trauma), de reexperimentación( memorias intrusivas, sueños,...),
sobreexcitación( síntomas vegetativos y de ansiedad), y embotamiento de afectos, manifestaciones cognitivas y
conductuales, deterioro funcional y síntomas de hiperactividad simpática,
Los esfuerzos por reconstruir un país deben tener en cuenta la ayuda al gran número de ciudadanos que
padecerán trastornos psíquicos.
3.- ETIOLOGÍA DE LA VIOLENCIA Y DE LA GUERRA
Dice Burrow, que para poder solucionar un problema tienes que saber que lo provoca, o lo que es lo mismo, que
al igual que para poder luchar contra la enfermedad hemos de conocer la etiología de la misma, igual sucede si
debemos de solucionar las guerras.
- Biológica:
De acuerdo con el punto de vista de Lamarck, el animal fuerte sobrevive y el débil perece. Pero esta ley es
solamente cierta mientras tratamos con organismos faltos de inteligencia. Nicolai, en su libro sobre la biología de
la guerra, niega su validez en el hombre. "En aquel remoto día en que el joven y fuerte guerrero cayó de rodillas
ante el mago débil y anciano, el hombre se convirtió en algo más que un simple organismo natural: había
descubierto el reino de los valores". Desde un enfoque realista, la guerra, en las condiciones presentes, significa la
supervivencia de los débiles - que son excluidos del servicio militar -, no de los fuertes.
Si ya en cualquier protozoario se produce una inactivación (cese de actividades) en respuesta al impacto de un
excitante que modifique su ritmo metabólico, con la aparición del sistema nervioso en la escala animal se dan las
condiciones para la creación del reflejo condicionado: ante un estímulo asociativamente ligado a la acción dañina
se observa el mismo cuadro de disminución o detención de sus funciones vitales , y por ello es posible notar en
cualquier vertebrado esa inactivación en previsión de posibles daños: eso es el miedo. Solo en un grado más
avanzado y elevado de complicación biológica se produce una conducta derivada de la anterior pero ya
intencional: la conducta fugitiva o la reacción de huída, el alejamiento natural del ser ante una situación
dañina.
La ira nace del miedo. Si el miedo es el resíduo y anticipo de muerte que lleva consigo la vida, la ira es la
expresión de protesta contra aquel, a la vez que el intento de expulsión del material letal. La célula viva ya tiene
la propiedad de irritabilidad y a medida que se asciende en la escala biológica y aparecen los órganos de secreción
y movimiento, ciertas plantas y casi todos los animales no solo se defienden sino que atacan a sus agentes
vulneradores.
Ascendiendo aún más en la escala animal se llega a encontrar un tipo de irritabilidad que depende no ya de
ataques exteriores sino de impulsos y necesidades del organismo ( el hambre, la sed, la reproducción, etc.) En
este caso no es ya la presencia, sino la ausencia de ciertos elementos, lo que irrita al ser y pone en marcha sus
dispositivos de ataque.
Un paso más en la complicación evolutiva y el animal estará empleando esta conducta para dominar al medio y
ponerlo a su servicio. Se puede decir que se irrita un poco constantemente para evitar irritarse demasiado en las
emergencias. Esta nueva forma de comportamiento, en la que la irritabilidad se desencadena sin causa aparente,
y que podría ser llamada conducta imperialista o invasora del animal en el espacio vital, es lo que en psicología se
denomina agresividad. Y el animal más agresivo, como se ha dicho muchas veces, es el hombre.
La ira humana puede llegar a culminar como la animal en estado de furia, pero es más frecuente que la ira no
descargada en agresividad ( muchas veces por estar mezclada con el miedo) y mantenida en conserva se
convierta en rencor, y cuando es fuerte, en odio. Surgen así los odios religiosos, raciales, políticos, profesionales
y hasta los familiares.
Miedo variante a) inhibición fuga
- variante b) irritación descargada: agresividad
- no descargada: rencor u odio.
El amor y el deber, pueden actuar - y actúan - como elementos neutralizantes de la agresividad.
Una sociedad humana desprovista de cualquier atisbo de violencia sería una sociedad perfectamente inerte. Y éste
es el dato fundamental que cualquier educador debe tener en cuenta al comenzar a trabajar el hecho de la
violencia. No es un fenómeno perverso, inexplicable y venido de no se qué mundo diabólico, sino un componente
de nuestra condición que debe ser compensado y mitigado racionalmente por el uso de nuestros impulsos no
menos naturales de cooperación, concordia y ordenamiento pacífico.
- Factores Sociales
- Contradicciones sociales: vivimos en un orden mundial cuyas principales industrias y fuentes de ingreso son las
armas, la cosmética y las drogas. Creemos tener como valor supremo la paz, la justicia y la fraternidad pero en
abierta contradicción con la cultura cotidiana del triunfo del fuerte sobre el débil.
- Para algunos autores, la guerra es un instrumento de la política, del poder, que priva a las personas de los
beneficios de la evolución de la cultura humana. (Fau, L)
- La violencia, antes de ser buena o mala, saludable o patológica, es una realidad presente inexorablemente en la
convivencia humana. Ya sea que aceptemos que su naturaleza es social, subjetiva (psico-biológica) o ambas a la
vez, su realidad es algo que va más allá de la voluntad de los individuos. Se trata, entonces, de aprender a
convivir con la violencia, tanto con la que dimana de la naturaleza humana como con la generada por las
estructuras sociales, políticas y económicas. Ahora bien, aprender a convivir con la violencia no significa hacerlo
con un tipo determinado de violencia, sino algo mucho más profundo: vivir con la conciencia de que los seres
humanos ejercen fuerza sobre otros muchas veces para realizar fines íntimos que les son desconocidos a ellos, y
muchas otras --las más evidentes-- para obtener algunos bienes simbólicos o materiales. Entre la presión de las
estructuras y la presión de su naturaleza psicobiológica, existe un resquicio en el cual el individuo puede no abolir
la violencia, sino transformar algunas de sus concreciones más nocivas para él y la especie humana en algo
menos dañino o, incluso, más constructivo. La violencia (Savater), como ejercicio de fuerza de parte de
instituciones, grupos o individuos sobre otros grupos o individuos puede ser:
Instrumental Pretende obtener algo de quienes padecen el ejercicio de fuerza-- v. gr.: la del atracador que
utiliza la pistola para atracar un banco, incluye la mayor parte de casos de violencia criminal (tipificados como
tales en la legislación penal), y todos aquellos casos, no penalizados e incluso aceptados socialmente, en los que
se utiliza la fuerza (un profesor que grita a un estudiante, un conductor que se adelanta a otro, un padre tirando
de las orejas de su hijo) para obtener un bien externo como resultado de ello. La instrumental es la más fácil de
controlar, pues para ello basta con ofrecer al violento por las buenas lo que aspira a conseguir por las malas, o
con asegurarle un castigo cuya amenaza sea mayor que la recompensa que espera obtener.
Expresiva Pretende poner de manifiesto el poder y las convicciones del ejecutor de fuerza, siendo
particularmente fuerte la emotividad (sexual, ideológica o religiosa) mostrada por el individuo o grupo ejecutor.,
ej. la del fanático que asesina para demostrar la grandeza y sinceridad de su fe. Quien se expresa por medio de
esta violencia realiza una apuesta incalculable, a fondo perdido, terroríficamente desinteresada y, por tanto,
indomable.
Entre ambas dimensiones de la violencia --expresiva e instrumental-- se puede establecer una cierta primacía de
la violencia expresiva. Esta, en efecto, puede ser considerada como la principal violencia --en el sentido de que
hunde sus raíces en la individualidad humana, biológica y psicológica-- siendo la instrumental una oportunidad
para su manifestación. Si aceptamos esta tesis, hemos de aceptar que en todos los casos de violencia
instrumental, aun en los más nítidamente instrumentales, siempre está presente alimentándolos--la carga de
violencia psicobiológica que lleva consigo todo individuo. Es decir, que aun el ladrón más frío y calculador está
dominado más que por el afán de conseguir la joyas o el dinero, por un ansia (no siempre consciente) de
expresar, en su robo frío y calculado, la carga de violencia que lleva internamente consigo. Por tanto, a esta carga
de violencia, a sus raíces y vías de expresión es a las que tendrían que prestar atención todos aquellos
preocupados por el auge de la violencia destructiva en la sociedades actuales.
Derecho y violencia. Posición de Freud.
Son hoy opuestos para nosotros. Es fácil mostrar que uno se desarrolló desde la otra. Los conflictos de intereses
entre los hombres se zanjan en principio mediante la violencia. Así es en todo el reino animal, del que el hombre
no debiera excluirse; en su caso se suman todavía conflictos de opiniones. Al comienzo, en una pequeña horda de
seres humanos, era la fuerza muscular la que decidía a quién pertenecía algo o de quién debía hacerse la
voluntad. La fuerza muscular se vio pronto aumentada y sustituida por el uso de instrumentos: vence quien tiene
las mejores armas o las emplea con más destreza. Al introducirse las armas, ya la superioridad mental empieza a
ocupar el lugar de la fuerza muscular bruta; el propósito último de la lucha, este propósito de matar se ve
contrariado por la consideración de que puede utilizarse al enemigo en servicios provechosos si, amedrentado, se
lo deja con vida. Entonces la violencia se contentará con someterlo en vez de matarlo. Es el comienzo del respeto
por la vida del enemigo, pero el triunfador tiene que contar en lo sucesivo con el acechante afán de venganza del
vencido y así resignar una parte de su propia seguridad.
La mayor fortaleza de uno podía ser compensada por la unión de varios débiles. «L'union fait la force». La
violencia es quebrantada por la unión, y ahora el poder de estos unidos constituye el derecho en oposición a la
violencia del único. Vemos que el derecho es el poder de una comunidad.
Sigue siendo una violencia pronta a dirigirse contra cualquier individuo que le haga frente; trabaja con los mismos
medios, persigue los mismos fines; la diferencia sólo reside, real y efectivamente, en que ya no es la violencia de
un individuo la que se impone, sino la de la comunidad. Ahora bien, para que se consume ese paso de la violencia
al nuevo derecho es preciso que se cumpla una condición psicológica. La unión de los muchos tiene que ser
permanente, duradera. La comunidad debe ser conservada de manera permanente, debe organizarse, promulgar
ordenanzas, prevenir las sublevaciones temidas, estatuir órganos que velen por la observancia de aquellas -de las
leyes- y tengan a su cargo la ejecución de los actos de violencia acordes al derecho. En la admisión de tal
comunidad de intereses se establecen entre los miembros de un grupo de hombres unidos ciertas ligazones de
sentimiento, ciertos sentimientos comunitarios en que estriba su genuina fortaleza.
Con ello ya está dado todo lo esencial: el doblegamiento de la violencia mediante el recurso de transferir el poder
a una unidad mayor que se mantiene cohesionada por ligazones de sentimiento entre sus miembros. Las leyes de
esa asociación determinan entonces la medida en que el individuo debe renunciar a la libertad personal de aplicar
su fuerza como violencia, a fin de que sea posible una convivencia segura.
Suponemos que las pulsiones del ser humano son sólo de dos clases: aquellas que quieren conservar y reunir -las
llamamos eróticas, y otras que quieren destruir y matar; a estas últimas las reunimos bajo el título de pulsión de
agresión o de destrucción, amor y odio, de las acciones conjugadas y contrarias de ambas surgen los fenómenos
de la vida. No ofrece perspectiva ninguna pretender el desarraigo de las inclinaciones agresivas de los hombres.
No se trata de eliminar por completo la inclinación de los hombres a agredir; puede intentarse desviarla lo
bastante para que no deba encontrar su expresión en la guerra.
4.- PREVENCIÓN DE LA GUERRA.
El papel del psiquiatra, del psicólogo y del resto de profesionales de la salud, como aliviadores del sufrimiento
humano, no debe de acabar en la consulta clínica. Debemos contribuir a señalar el importante problema de salud
pública que generan las guerras con sus importantes efectos sobre la salud mental, señalados en el punto 1, así
como a desarrollar ideas y estrategias que ayuden a los políticos a desarrollar los medios necesarios que hagan
imposible el desarrollo de nuevas guerras, como medio de solución de conflictos.
Entre las iniciativas existentes en este campo tenemos la de grupos como el de William Ury que dirige un proyecto
de investigación en la Universidad de Yale como antropólogo y doctorado en Harvard sobre la capacidad de
manejar los conflictos de forma pacífica.
Motivos para la paz:
1.- Si nos aferramos a la costumbre humana de pelear, ponemos en peligro el futuro de nuestra especie.
2.- Por la libertad y la tolerancia. La libertad política implica la libertad de expresar las propias opiniones políticas
verbalmente y por escrito; la tolerancia implica el respeto por todas y cada una de las creencias individuales
( Eistein)
3.- Cuando preguntaron a Eistein si sabía con que se lucharía en la tercera guerra mundial dijo que no sabía, pero
si sabía con que se lucharía en la cuarta..."con palos y piedras...". Este conocimiento y justificada angustia ante
los efectos de una guerra futura es un buen argumento para la paz.
4.- Porque la guerra aniquila promisorias vidas humanas, pone al individuo en situaciones indignas, lo compele a
matar a otros, cosa que él no quiere, y destruye preciosos valores materiales, productos del trabajo humano.
5.- La guerra contradice de la manera más flagrante las actitudes psíquicas que nos impone el proceso cultural
( fortalecimiento del intelecto en detrimento de lo pulsional) y por eso nos vemos precisados a sublevarnos contra
ella, "no la soportamos más". No es una repulsa intelectual y afectiva: es una intolerancia constitucional.
6.- "Porque sino encontramos un sentido de vida como especie, nos destruimos como individuos", esto sí, dueños
de nuestra individualidad. (Campos, J). Nuestros contemporáneos han llegado a tal extremo en el dominio de las
fuerzas elementales que con su ayuda les sería fácil exterminarse mutuamente hasta el último hombre.
7.- La virtud fundamental de nuestra condición violenta es habernos enseñado a temer la violencia y a valorar las
instituciones que hacen desistir de ella. La violencia siempre es respondida, antes o después, con violencia como
único medio de atajarla y es precisamente esa cadena cruel de estímulo y respuesta la que la hace temible e
impulsa a tratar de evitarla en lo posible".
8.- Para evitar todas las consecuencias sobre la salud pública mundial que genera, tanto psíquicas ( ver punto 1),
como físicas.
Estrategias de prevención:
Lo primero es que cada uno de nosotros puede comenzar a reflexionar acerca de la guerra y como prevenirla...
- Estrategias del tercer lado, un llamado a mediar. Conjunto de personas, que desde una perspectiva común y
conciliadora, utiliza su poder de conjunto para:
o apoyar un proceso de diálogo y no-violencia entre las partes en conflicto.
o Construir puentes entre las partes.
o Equilibrar el poder, impidiendo el uso abusivo del fuerte sobre el débil.
Para Freud, una
violencia central
exigencias: que
valdría una cosa
prevención segura de las guerras sólo es posible si los hombres acuerdan la institución de una
encargada de entender en todos los conflictos de intereses. Evidentemente, se reúnen aquí dos
se cree una instancia superior de esa índole y que se le otorgue el poder requerido. De nada
sin la otra.
- Educación: en los niños para entender los condicionantes que les enseñan a odiar a aquellas personas
diferentes.
o Podemos hablar sobre el valor de la vida humana en todo el mundo.
o Podemos explorar y descubrir todo lo bueno de otras culturas.
o Construir con la enseñanza una cultura de cooperación y resolución constructiva de conflictos, una auténtica
cultura de la tolerancia, donde se aprenda que el compartir es mejor que luchar.
Todo lo que promueva el desarrollo de la cultura trabaja también contra la guerra (Freud).
- Estrategias de resolución de conflictos:
o Mientras existan diferencias entre las personas, los intereses contrapuestos existirán y con ellos, los conflictos.
Estos no son necesariamente malos. Al igual que el sol y la lluvia, el día y la noche, el conflicto forma parte del
ciclo de la vida. Nuestro reto es comprenderlo y aprender a vivir junto a él. Cuando aprendamos a enfrentar los
conflictos, dejarán de ser amenazas y pasarán a ser oportunidades....
- Equlibrio: o Ayudar a tener economías más fuertes a todos los países.
o Reducir nuestra dependencia de recursos no renovables.
o Alentar el flujo de libre información.
o Desarrollo de programas que impidan el beneficio del tráfico de armas, drogas, etc...
o La primera premisa de la que parte LeShan es rebelarse contra la socorrida afirmación de que la guerra forma
parte de la naturaleza humana o que es inevitable en el proceso de socialización. "Hace 150 años, la esclavitud se
veía como algo normal", escribe. Por si fuera poco, nuestros gobiernos dedican mayores recursos económicos y
humanos a la guerra que al mantenimiento de la paz, un estado más deseable.
- La mejor arma para combatir la violencia:
o Solamente el amor puede frenar la hostilidad de los hombres hacia sus semejantes ( Marcuse).
o Desde su doctrina mitológica de las pulsiones hallamos fácilmente una fórmula sobre las vías indirectas para
combatir la guerra. Si la aquiescencia a la guerra es un desborde de la pulsión de destrucción, lo natural será
apelar a su contraría, el Eros. Todo cuanto establezca ligazones de sentimiento entre los hombres no podrá menos
que ejercer un efecto contrario a la guerra.
Esperemos que el influjo de estos factores haya de poner fin a las guerras en una época no lejana. Una vez, un
noble chino le pidió a su jardinero que plantara la semilla de un árbol raro y hermoso. El jardinero protestó: "Pero
señor, este árbol no dará flores antes de 100 años". La respuesta del noble fue: "Entonces plantémoslo esta
misma tarde". Puesto que la tarea de crear una auténtica co-cultura de paz puede llevar una generación o más,
para nosotros nada puede ser más oportuno que empezar ahora mismo...
5.- Bibliografía consultada
The wall street Journal, 8/4/03 ( estudio del centro de estudios urbanos epidemiológicos de Nueva York).
AMA. Journal of the American Medical Association, 4 de Agosto.
Barcia, D. Arab, K. Algunas consecuencias psicológicas y psiquiátricas de la violencia de la guerra. Interpsiquis
2002. http://www.interpsiquis.com/
Burrow, T. Receta para la paz: las bases biológicas de los conflictos ideológicos del ser humano.
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Morales,H. Las Neurociencias y las psicoterapias. Psiquiatria.com
Quiroz, C. (2003) Universidad Católica de Quito. Publicado en prensa
Resch, F. (2003)Congreso Europeo de Psiquiatría. Publicado en prensa.
Sabater, F. (1997). Publicado en prensa
Ury. ¿Es posible alcanzar la paz?. Editorial Paidos, 2000
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