En el presente artículo se describe a una paciente de 49 años que ingresó en el hospital por alteraciones de conducta e ideación delirante consistente en pensar que su marido eran dos dobles, uno bueno y amable y el otro malo, sin saber claramente cómo diferenciarlos más que por su relación con ella sin completar un síndrome definido, pero de forma estructurada e irreductible a la argumentación. Además presentaba inquietud psicomotriz, con cierta taquipsiquia y un relato con características por momentos deliroides megalomaníacas.
Consideramos que la clínica podría ser compatible con un síndrome de Capgras en el contexto de una situación de estrés, acompañado de ligera hipertimia, que con el paso del tiempo y el diagnóstico diferencial sugiere formar parte de los rasgos caracteriales de la paciente.
El síndrome de Capgras se define por la creencia de que las personas del entorno han sido reemplazadas por dobles o impostores que imitan a otros. Aunque este trastorno se ha descrito frecuentemente en relación con síndromes psicóticos, incluyendo la esquizofrenia paranoide, hasta un tercio de los casos de síndrome de Capgras pueden aparecer en pacientes con lesiones orgánicas cerebrales o enfermedades neurodegenerativas. En clasificaciones antiguas o de corte más fenomenológico se asociaba a psicosis de tipo histeroide.