DIFERENCIAS EN IMPUSIVIDAD ENTRE DOLESCENTES DE UNA MUESTRA DE
POBLACIÓN GENERAL Y UNA MUESTRA CLINICA
Servicio de Psicología Aplicada (SEPA)
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Mercedes Matás Castillo, David Pina López, Yolanda Martínez Cano, María Pagán Escribano, Esteban Puente López ,Jose Antonio Ruiz-Hernández
Miembros del Servicio de Psicología Aplicada. Universidad de Murcia.
Introducción
Los trastornos generalizados del desarrollo y los trastornos de conducta externalizante (TCE) están considerados como los diagnósticos más habituales entre la población infantil y
adolescente (Gadow, Sprafkin y Nolan, 2001) . En este sentido y aunque la evidencia indica que no existe un único factor causal de estos TCE, se ha comprobado que diversas
variables estarían influyendo en su desarrollo (Fraser y Wray, 2008) y manifestación, habiendo sido la impulsividad identificada como un predictor fundamental de la conducta
externalizada (Barrat, 1985; Olson, Schilling y Bates, 1999).
La impulsividad se define como la tendencia a actuar de forma irreflexiva y sin considerar las consecuencias; ha sido relacionada con la existencia de déficits inhibitorios (Eysenck,
1993).
Un estudio reciente con alumnos de Educación Secundaria comprobó que la impulsividad era la principal variable explicativa para la conducta externalizada en adolescentes de
ambos sexos (Jiménez-Barbero, Ruiz-Hernández, Llor- Esteban y Waschgler, 2016).
No obstante, la mayoría de estudios transversales, se han centrado exclusivamente en muestras de población general.
Objetivo
Comprobar si existen diferencias en impulsividad entre una muestra de población general y una muestra clínica.
Método
Muestra
Tabla 1.
Descripción de variables sociodemográficas
(N=327)
Grupo clínico (GC)
(n=59, 18%)
Grupo General (GG)
(n=268,82%)
32 (54.23%)
27 (45.77%)
121 (45.1%)
136 (50.8%)
41 (69.5%)
18 (30.5%)
138 (51.5%)
128 (47.8%)
Edad (M= 13,5, DT= .93)
12-13
14-15
Género
Niños (n= 180, 55%)
Niñas (n= 147, 45%)
Instrumentos:
Escala de impulsividad de Barrat (BIS-10) (Barrat, 1985). Se utilizó la subescala de
impulsividad motora con 10 ítems. Consistencia interna entre .89 y .92.
Procedimiento:
Se siguió una doble estrategia descriptiva y asociativa.
La administración del protocolo con el GG se llevó a cabo en una única sesión
aprovechando el horario de clase del instituto.
En el caso del GC se aprovecharon las correspondientes citas médicas, previa
autorización de los padres y los responsables de los centros.
Análisis de datos:
Discusión
Análisis t de Student para muestras independientes, mediante comparación de medias.
Paquete estadístico SPSS (V. 20,0)
· Los resultados obtenidos en impulsividad con valores superiores en
adolescentes con trastornos de conducta externalizante (TCE), parecen señalar
la importancia de los condicionantes psicofisiológicos (Porges, 1995) y en
especial, la impulsividad (Eysenck H.J. y Eysenck M.W., 1985; Olson et al.,
Resultados
1999), como una de las causas del desarrollo de estos trastornos.
· En general, estos resultados confirman los obtenidos por trabajos similares en
03
los que todo parece indicar que la conducta externalizada se relaciona
2.339 (.517)
03
2.142 (.507)
fundamentalmente con la impulsividad, aunque modulada por otros factores
02
(Jiménez-Barbero, Ruiz-Hernández, Llor- Esteban y Waschgler, 2016; Peach y
Gaultney, 2013).
02
01
· Debido a la ausencia de muestro probabilístico en la obtención de la muestra en
01
el GG y el bajo tamaño del GC, no es posible generalizar los resultados.
· Existe ausencia de información proporcionada desde la perspectiva de los
00
GG
Impulsividad
GC
padres y profesores. Sería recomendable realizar investigaciones futuras que
permitan el análisis de elementos personales y contextuales para una mejor
t(288)=2.31,p<.05, =-.384
comprensión del inicio y mantenimiento de los TCE.
Referencias
Barrat, E. (1985). Impulsiveness subtraits: Arousal and information processing. In Spence J. & Izard (Eds.), Motivation, emotion and personality (pp. 137-146). Amsterdam: Elsevier.
Eysenck, H. J. & Eysenck, M. W. (1985). Personality and individual differences: a natural science approach. New York: Plenum Press.
Fraser, A. & Wray, J. (2008). Oppositional Defiant Disorder. Australian Family Psysician, 37, 402-405.
Gadow, K. D., Sprafkin, J. & Nolan, E. E. (2001). DSM-IV symptoms in community and clinic preschool children. Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry, 40, 1383-1392.
Jiménez-Barbero, J. A., Ruiz-Hernández, J. A., Llor-Esteban, B. & Waschgler, K. (2016). Influence of attitudes, impulsivity, and parental styles in adolescent´s externalizing behavior. Journal of Health Psychology, 21(1), 122-131.
Olson, S. L., Schilling, E. M. & Bates, J. E. (1999). Measurement of Impulsivity: Construct Coherence, Longitudinal Stability, and Relationship with Externalizing Problems in Middle Chilhood and Adolescence. Journal of Abnormal Child Psychology, 27, 151-165.
Peach, H. D. & Gaultney, J. F. (2013). Sleep, Impulse Control, and Sensation-Seeking Predict Delinquent Behavior in Adolescents, Emerging Adults, and Adults. Journal of Adolescent Health, 53, 293-299.
Porges, S. W. (1995).. Orienting in a defensive world: mammalian modifications of our evolutionary heritage. A Polyvagal Theory. Psychophysiology, 32, 301-318.
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