Una alternativa a la prevención de recaída tradicional.
FUENTE: PSICOLOGIA.COM. 2009; 13(2)
Marcos López Hernández-Ardieta; Sara Salas Díaz; Blanca García-Carrillo Cacho; Miriam P. Félix
Alcántara.
C.A.I.D. ESTE (Agencia Antidroga, Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid)
Recibido el 10/09/2009
Introducción
Se presenta el caso de un varón atendido en el Centro de Atención Integral a Drogodependientes (C.A.I.D.) Este.
Los C.A.I.D. son centros pertenecientes a la Agencia Antidroga de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de
Madrid. Atienden a personas con problemas de abuso o dependencia a cualquier sustancia psicoactiva, excepto
tabaco. Como su nombre indica, Integral hace referencia a la rehabilitación del drogodependiente por medio de
una atención multidisciplinar, en el que el componente psicológico es parte fundamental.
El interés del caso que se presenta tiene que ver con:
1. La alta probabilidad de recaída que presentan los pacientes que han recibido un tratamiento psicológico
protocolizado (Beck, 1999).
2. La detección por medio del análisis funcional del elemento nuclear que estaba provocando la recaída sistemática
del usuario, pese a las numerosas intervenciones que había recibido en variados recursos para drogodependientes.
3. Cómo las estrategias de intervención basadas en el análisis funcional pueden diferir en ocasiones de las
estrategias al uso, tal cual vienen en los manuales.
Presentación del caso
Quisiéramos comentar brevemente que por razones obvias de espacio nos vemos obligados a realizar una mínima
reseña sobre el caso y la intervención, a riesgo de aparentar una simplicidad que no se corresponde con el
abordaje terapéutico realizado.
Se trata de un varón de 47 años (en adelante J.) que acude por dependencia a cocaína y heroína. Empezó a
consumir cocaína a los 26 años, tras el divorcio con su mujer. Consumía "para evitar la soledad". Refería que al
consumir "me meto en una burbuja, y no veo lo negativo de mi vida". Al consumo de cocaína le añadió la heroína,
al tener la mezcla una "mayor capacidad para anestesiarme".
Desde el año 92 hasta la actualidad ha recibido numerosos tratamientos en C.A.D. y Comunidades Terapéuticas
varias. El tiempo de tratamiento en cada uno de estos dispositivos oscilaba entre los 8 meses y el año y medio,
recibiendo el alta terapéutica en algunos recursos. Volvía a ingresar en otro dispositivo cuando se producía la
recaída (a los 6 meses aproximadamente por término medio tras ser dado de alta).
Acude al C.A.I.D. al percibir que no puede abandonar el consumo de cocaína y heroína fumada, pese a que le
provoca bronco-espasmos y la necesidad de acudir a urgencias. El análisis funcional evidenció que todos los
consumos que propiciaban las recaídas estaban relacionados con la evitación del malestar. El malestar psicológico
(celos, irritabilidad, soledad,...) actuaba de estímulo discriminativo para operantes de evitación (en nuestro caso el
consumo de droga). Mantenía periodos de abstinencia siempre y cuando las circunstancias fueran favorables y él
estuviera en un estado general de "bienestar".
Los tratamientos psicológicos que recibió a lo largo de su periplo terapéutico se corresponden con lo establecido en
los manuales y protocolos para el tratamiento psicológico del drogodependiente, y basados en el paradigma del
conductismo metodológico. El elemento fundamental consistió principalmente en el control de estimulo. Es decir,
fomentar la evitación de todas aquellas condiciones estimulares discriminativas de consumo. Esto incluía desde
lugares, personas o trabajos condicionados y asociados al consumo, hasta el propio malestar emocional, de
manera que las estrategias utilizadas por los distintos terapeutas abarcaban un amplio abanico: instigación para
que J. no se expusiera a determinados lugares, técnicas de relajación para disminuir la ansiedad o reestructuración
cognitiva para no tener pensamientos relacionados con la tristeza o la soledad. Un amplio abanico técnico desde el
punto de vista topográfico o formal, pero teniendo todas ellas una misma dirección desde un punto de vista
funcional: puesto que J. consumía cuando se encontraba mal, las intervenciones psicológicas iban destinadas a
incrementar las competencias o habilidades de J. para no pasarlo tan mal, y así no consumir. El problema se
resitúa, cuando después del alta y debido a las contingencias de la vida, J. se encuentra de nuevo mal y vuelve a
consumir.
Tras este análisis funcional se decide no repetir las intervenciones que se habían mostrado ineficaces y que
estaban reforzando su problema, que se podría enmarcar en la categoría funcional del "trastorno de evitación
experiencial" (Luciano, Hayes, 2001). En lugar de reforzar su estilo evitador, que tan contraproducente se había
mostrado, se decidió poner en marcha estrategias propias del conductismo radical y enmarcadas en la denominada
Terapia de Aceptación y Compromiso (Wilson, Luciano, 2002), con la finalidad de bloquear las operantes de
evitación (consumo) pese a la presencia de malestar (que inevitablemente iba a surgir en algún momento de su
vida). El objetivo fundamental, y las estrategias puestas en marcha para llevarlo a cabo, estaba centrado en
romper la relación funcional entre la condición estimular (malestar) y el consumo, de modo que J. fuera capaz de
experimentar sufrimiento o dolor psicológico, sin necesidad de recurrir a la droga. En este proceso terapéutico fue
necesario que J. se expusiera al malestar fuera y dentro de la sesión, como vía para relacionarse con él de forma
diferente. Esto implica estrategias diferentes a las concebidas en los manuales al uso de "prevención de recaída",
basadas en fomentar la evitación del malestar y otras "situaciones de riesgo" ( Plan Regional sobre Drogas, 1995).
Tras 10 meses de intervención recibe el alta terapéutica, manteniendo la abstinencia tras año y medio de
seguimiento. Durante dicho seguimiento, J. refiere haber pasado por circunstancias problemáticas (dificultad para
encontrar trabajo, la ruptura con su pareja) y, por tanto, haber experimentado momentos dolorosos, y sin
embargo no haber recurrido a la droga para intentar paliarlo.
Conclusiones
1. Importancia del análisis funcional como elemento ineludible de la evaluación en intervención con
drogodependientes.
2. Necesidad de implantar estrategias propias de la Terapia de Aceptación y Compromiso en aquellos casos en los
que el problema funcional se sitúa en el marco del "Trastorno de evitación experiencial". A día de hoy estas
estrategias son prácticamente desconocidas o ignoradas en el tratamiento de esta población.
Referencias
- Beck, A., Wright, F.D., Newman, C.F. (1999). Terapia cognitiva de las drogodependencias. Paidós
- Luciano, C., Hayes, S.C. (2001). Trastorno de evitación experiencial. Internacional Journal of Clinical and Health
Psycology, 1 (1). 109-157.
- Wilson, K.G., Luciano, C. (2002). Terapia de aceptación y compromiso. Un tratamiento conductual orientado a los
valores. Madrid: Pirámide.
- Plan Regional sobre drogas, Consejería de Integración Social, Comunidad de Madrid (1995). Programas de
intervención: prevención de recaídas.
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