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La violencia en la familia del esquizofrénico.

Autor/autores: Roberto González Pérez , Dalia Carmona Domínguez
Fecha Publicación: 17/05/2010
Área temática: .
Tipo de trabajo: 

RESUMEN

Se realizó un estudio descriptivo transversal cuyo universo estuvo constituido por los pacientes esquizofrénicos diagnosticados según las pautas contempladas en el Tercer Glosario Cubano de Psiquiatría (GC-3), en los Centros de Salud Mental Comunitarios pertenecientes a las 4 áreas de salud del Municipio Pinar del Río en el año 2005. En 100 de estas familias se tenía previamente el conocimiento de la existencia de un esquizofrénico entre sus integrantes. Se aplicó una encuesta anónima y se realizó una entrevista diagnóstica y un examen psiquiátrico directo a la persona reconocida como violenta (obviándose el caso en que fuera el esquizofrénico), teniendo como objetivo evaluar el comportamiento de la violencia en la familia del esquizofrénico, aplicando valores porcentuales, encontrando que más de un tercio de los esquizofrénicos se condujo con frecuencia de manera violenta, a diferencia de los sujetos sin trastorno mental en los que este fenómeno se presentó en el 6.1%. La categoría "frecuente" en los episodios de violencia fue muy superior a todas, con el 60.8%, constatándose en todos los casos un franco predominio de la violencia psicológica. Se le atribuyó a la enfermedad mental la principal causa de la violencia en las familias. Los hijos fueron considerados en la investigación los que con mayor frecuencia se comportaron de manera violenta a diferencia del resto de los integrantes de la familia.

Palabras clave: Violencia doméstica; Esquizofrénicos violentos; Centro de Salud Mental.


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La violencia en la familia del esquizofrénico.
FUENTE: PSIQUIATRIA.COM. 2008;12(2)

Roberto González Pérez*; Dalia Carmona Domínguez**.
* Especialista de Segundo Grado en Psiquiatría. Profesor Auxiliar de la Universidad. Médica de Pinar del Río
** Especialista de Primer Grado en Psiquiatría.
PALABRAS CLAVE: Violencia doméstica, Esquizofrénicos violentos, Centro de Salud Mental.

Resumen
Se realizó un estudio descriptivo transversal cuyo universo estuvo constituido por los pacientes esquizofrénicos
diagnosticados según las pautas contempladas en el Tercer Glosario Cubano de Psiquiatría (GC-3), en los Centros
de Salud Mental Comunitarios pertenecientes a las 4 áreas de salud del Municipio Pinar del Río en el año 2005. En
100 de estas familias se tenía previamente el conocimiento de la existencia de un esquizofrénico entre sus
integrantes. Se aplicó una encuesta anónima y se realizó una entrevista diagnóstica y un examen psiquiátrico
directo a la persona reconocida como violenta (obviándose el caso en que fuera el esquizofrénico), teniendo como
objetivo evaluar el comportamiento de la violencia en la familia del esquizofrénico, aplicando valores porcentuales,
encontrando que más de un tercio de los esquizofrénicos se condujo con frecuencia de manera violenta, a
diferencia de los sujetos sin trastorno mental en los que este fenómeno se presentó en el 6.1%. La categoría
"frecuente" en los episodios de violencia fue muy superior a todas, con el 60.8%, constatándose en todos los
casos un franco predominio de la violencia psicológica. Se le atribuyó a la enfermedad mental la principal causa de
la violencia en las familias. Los hijos fueron considerados en la investigación los que con mayor frecuencia se
comportaron de manera violenta a diferencia del resto de los integrantes de la familia.

Introducción
La violencia es un fenómeno histórico que se relaciona con condiciones sociales particulares, expresándose en el
escenario de la vida privada y pública, en las relaciones entre ciudadanos y entre estos y sus estados,
constituyendo una de las primeras causas de muerte en el mundo y una de las primeras causas de discapacidades
y de años potenciales de vida útil perdida, siendo importante su efecto sobre la salud mental, más aún cuando las
víctimas de la violencia se concentran entre la población joven que viven años con sus discapacidades físicas,
psicológicas o ambas (1).
Refiriéndose al termino violencia como concepto, existen numerosas definiciones de diferentes autores, entre las
que se destaca la que la considera como "el uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de
amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona, grupo o comunidad, que cause o tenga muchas
probabilidades de causar daños psicológicos, trastornos del desarrollo, privaciones, lesiones o muerte", esta
definición comprende tanto la violencia interpersonal como el comportamiento suicida y los conflictos armados,
cubre también la más amplia gama de hechos que van más allá del acto físico para incluir las amenazas o
intimidaciones, además de lesiones y muerte; la definición abarca innumerables consecuencias del
comportamiento violento, como los daños psíquicos, privaciones y deficiencias del desarrollo que comprometen el
bienestar de los individuos, las familias y las comunidades (2). También se ha definido la violencia como cualquier
proceso o condición por la cual un individuo o grupo social viola la integridad física, psicológica o social de otras
personas. Es considerada como el ejercicio de una fuerza indebida de un sujeto sobre otro, siempre que sea
experimentada como negativa (3, 4).
Se ha escrito sobre la relación existente entre la violencia y las discapacidades de todo tipo, pero uno de los
aspectos abordados en este caso ha sido el relacionado con la discapacidad mental, dado que el estigma de este
tipo de enfermos hace que sean percibidos en general más como agresivos, peligrosos y asesinos que víctimas del
maltrato (5).
Históricamente se ha identificado al paciente esquizofrénico con hechos violentos, por los que eran confinados en
instituciones manicomiales sin un trato adecuado.
Por lo anteriormente expuesto, resulta necesario conocer ¿que es lo que esta pasando?, realmente ¿es violento el
paciente esquizofrénico? O ¿es que se ejerce violencia sobre él?, estudios anteriores han relacionado la violencia
familiar como desencadenante en la descompensación del paciente esquizofrénico, sin embargo, otros han
demostrado que la enfermedad mental es el principal factor precipitante de los episodios violentos.
Se ha dicho que las personas con Esquizofrenia no suelen ser violentas, siendo más frecuentemente víctimas que
responsables de violencia y abuso, (6, 7). No se ha comprobado que los enfermos esquizofrénicos sean más

violentos que el resto de la población
La drogodependencia y la Esquizofrenia están vinculadas a la violencia, los hábitos que pueden presentar algunas
de las personas que tienen cierta drogodependencia (por ejemplo el alcohol y otras drogas), parecen estar
directamente vinculadas a la conducta violenta (8).
Diversos estudios han indicado que los pacientes esquizofrénicos son más propensos a tener sentimientos de
desconfianza hacia la sociedad, lo que puede llevar a actos violentos durante episodios de descompensación,
cuando la persona pierde todo contacto con la realidad. La violencia no es un síntoma de la Esquizofrenia y no es
común entre las personas que sufren de este trastorno, por el contrario, las personas con Esquizofrenia tienen
más posibilidad de ser víctimas de violencia ellas mismas; sin embargo, si ocurre un episodio de violencia o
agresión generalmente es debido a que la persona esquizofrénica se siente acorralada, o no alcanza a comprender
las intenciones de la otra persona; las alucinaciones, delirios, las preocupaciones o pensamientos revueltos son los
que por lo general causan los miedos y confusiones que culminan en violencia (9, 10).
Diversas investigaciones indican que las personas enfermas no tienen una predisposición a la violencia, excepto
aquellas que tienen antecedentes de violencia criminal antes de enfermarse y los que tienen problemas con
drogas y alcohol (11).
Convencidos de la necesidad de modificar el estigma que pesa sobre estos pacientes y considerando que la
verdadera rehabilitación del esquizofrénico solo puede lograrse en sus familias y en la comunidad en que convive
y a través de la atención primaria de salud (APS) se decide realizar una investigación para esclarecer la realidad
de los criterios que se tienen sobre el carácter violento de los esquizofrénicos, lo cual permitiría trazar estrategias
para el enfrentamiento del problema.

Objetivos
OBJETIVO GENERAL
. Evaluar el comportamiento de la violencia en una muestra de familias de esquizofrénicos del municipio Pinar del
Río
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
1. Identificar la presencia de violencia en las familias, sus características y posibles causas.
2. Identificar edad y género de los sujetos violentos de cada familia.
3. Evaluar con fines diagnósticos el funcionamiento psicológico de todos los sujetos violentos.

Material y método
TIPO DE ESTUDIO
Se realizó un estudio descriptivo transversal en el Municipio Pinar del Río en el año 2005.
UNIVERSO Y MUESTRA
El universo de estudio estuvo constituido por los pacientes esquizofrénicos diagnosticados según las pautas
contempladas en el Tercer Glosario Cubano de Psiquiatría (G C-3) (23), y dispensarizados en los Centros
Comunitarios de Salud Mental de las cuatro áreas del Municipio Pinar del Río, se tuvo en consideración además
que al menos vivieran con otra persona, para cumplir el criterio operativo de familia, lo cual se realizó en el
periodo comprendido entre el Primero de Enero y el 31 de Diciembre del 2005.
La selección de la muestra se realizó teniendo en cuenta factibilidad y recursos mediante un muestreo aleatorio
estratificado proporcional al tamaño de los estratos, considerando como tales los siguientes:

Quedando como muestra total 100 familias de pacientes esquizofrénicos.
Para la estimación del tamaño de la muestra se empleó el programa EPIDAD 3.0
Como criterios de exclusión:
Todo aquel núcleo familiar compuesto solo por el esquizofrénico.
TÉCNICAS Y PROCEDIMIENTOS
Las familias seleccionadas fueron encuestadas en su casa, aplicándose el instrumento "Diagnóstico de la violencia
en la familia del esquizofrénico", utilizado en otras investigaciones (ver al final del método), en esta investigación
se incluyeron aspectos atinentes a los requerimientos del estudio en particular.
La encuesta fue anónima y se aplicó, previo consentimiento de la persona mayor de 18 años que recibió a los
investigadores a su llegada al domicilio, siempre que no fuera el esquizofrénico.
Se realizó la entrevista diagnóstica y el examen psiquiátrico directo a las personas reconocidas como violentas,
exceptuando el caso de que fuera el esquizofrénico, por razones obvias, se utilizó para ello las pautas diagnósticas
del GC-3. En todos los casos de corroboró el diagnóstico por un especialista en psiquiatría
En los casos en que la información sobre la ocurrencia de la violencia en la familia no era clara y precisa, se
procedió a la búsqueda de información por parte del médico, enfermera de la familia y representantes de las
organizaciones de masas y políticas, que permitiera esclarecer la presencia de violencia familiar.
Los resultados obtenidos fueron evaluados en tablas simples y gráficos, expresándose en valores porcentuales.

Definición de criterios y parámetros
FAMILIA: Todas las personas que viven bajo el mismo techo y comparten en común bienes y servicios.
VIOLENCIA FAMILIAR: Cualquier acto de violencia que tenga lugar en el área perteneciente al domicilio o en
lugares que comparten en común.
VIOLENCIA PSICOLÓGICA: Cualquier manera de ofensa, humillación, insulto, abandono o dejar de reconocer los
derechos de los demás, siempre que no se utilice la fuerza física.
VIOLENCIA FÍSICA: Cuando existe cualquier acto de sometimiento utilizando la fuerza física.
VIOLENCIA ECONÓMICA: Cualquier forma de negación u ocultación de los derechos de los bienes personales o
comunes, a un integrante de la familia por parte de otro conviviente, sin el consentimiento del interesado.
ENFERMO MENTAL: Toda persona que presenta algún trastorno mental incluida en las pautas diagnósticas
contempladas en el GC-3 y que sea identificada por el médico de la familia, la familia o el investigador.
entificadaidentificada por el médico de la familia, la familia o el investigador.

Encuesta

Presentación y discusión de los resultados
La investigación se realizó en 100 familias pertenecientes al área urbana del Municipio Pinar del Río donde vivían
al menos un esquizofrénico, valorándose la incidencia de episodios violentos y su relación con los esquizofrénicos
de la familia.
Por razones de conveniencia, los 330 integrantes de las familias se agruparon en tres categorías que facilitaron la
evaluación del problema planteado. Los esquizofrénicos estuvieron representados por 102 pacientes (30.9% del
total de integrantes de la familia), encontrándose en dos de ellas dos esquizofrénicos, en la categoría de otros
trastornos mentales se identificaron a 18 pacientes (5.4%), debiendo señalarse que en este caso las cifras no
reflejan necesariamente la realidad debido a que no se realizó un pesquisaje activo de cada familia sobre el
particular, tomándose en consideración solamente el criterio diagnóstico realizado por el primer nivel de atención,
mientras que la categoría de los integrantes que no padecen trastorno mental tenia 210 personas (63.7%). De
manera general se comprobó que del total de familias en 51 se identificó alguna forma de violencia en las que 61
personas (18.4%) la ejercían de manera sistemática.
Cuando se aborda la distribución por grupos de edades de las tres categorías en que se distribuyeron los
integrantes de cada familia (Tabla 1), se constató que del total de esquizofrénicos, 38 se comportaron de manera
violenta según el criterio familiar, lo que representa el 11.7% del total de los integrantes de las familias del
estudio y el 37.2% de todos los esquizofrénicos, mientras que los otros 64 no se condujeron de manera violenta
para un 62.7% de todos los esquizofrénicos y un 19.3% del total de integrantes de las familias del estudio, lo cual
en orden de frecuencia coincide con estudios que plantean que muchas veces se sobredimensiona la atribución de
agresor al esquizofrénico (8, 16-18, 20).
En cuanto a los demás trastornos mentales, apenas existe diferencia entre los que son violentos y aquellos que no
lo son, con un discreto predominio de los primeros, con 10 pacientes (3.0%), contra 8 pacientes (2.4%) de los
segundos.
Solamente en 13 (3.9%) de los casos que no tienen trastorno mental, se constató que eran agresores, siendo
más de 15 veces los que no ejercieron violencia (197 personas para un 59.7%).
Cuando se compara la comisión de actos violentos por los sujetos de las 3 categorías, se puede apreciar que en
los casos en que existía algún trastorno mental, la presencia de la violencia fue superior al grupo en que no
existía, aspecto que coincide con otras investigaciones realizadas en Cuba (24, 25), sin embargo relacionando la
violencia con los grupos de edades, se pudo comprobar que para los dos grupos, Esquizofrenia y otros trastornos
mentales, el de 40 a 49 años tuvo la mayor cantidad de pacientes, no así con el grupo de los que no tienen
enfermedad mental, que fue el de 70 años y mas. Vale señalar que las diferencias en este grupo no son
importantes desde el punto de vista cuantitativo.
Se aprecia un comportamiento general por grupos de edades en el que las edades entre 40 y 49 años y 50 y 59
años fueron los que mayor cantidad de sujetos aportaron, (72 casos --21.8%-- y 65 --19.7%--
respectivamente), frecuencia similar a la encontrada en la población general (26), entretanto en el grupo de
menos de 20 años con 32 personas no se constataron sujetos violentos lo cual se considera un hecho fortuito.

TABLA 1 Distribución de los integrantes de la familia según grupo de edades y la ocurrencia de la
violencia. Pinar del Río 2005

Al analizar la distribución de los integrantes de la familia con relación a la ocurrencia del fenómeno de la violencia
según el género (Tabla 2), se encuentra que el masculino estuvo representado por el 54.2% del total de
integrantes de la familia (179 varones) y por el 45.8% (151 hembras), en cuanto a la distribución en las
diferentes categorías también se distribuyeron en todos de manera similar, predominando el género masculino.
En cuanto a la categoría "Esquizofrenia", el número de pacientes que tuvieron episodios de violencia en la familia
fue ligeramente superior en los varones con 20 para el 6.1%, mientras que en las hembras fue de 18 para el
5.4%.
Resultó interesante que del total de varones en esta categoría, poco menos de la tercera parte de ellos (20 de 62
pacientes) se consideraban como violentos; sin embargo, en el caso de las féminas, la frecuencia de violencia fue
mucho mayor, llegando hasta casi la mitad de ellas (18 de 40 pacientes). Lo cual, sin tener reportes en la
literatura revisada referente al particular, en este caso pudiera estar relacionado a la frecuente permanencia de
las mujeres en sus hogares y ser en muchos casos las que atienden tareas domesticas con sus consabidas
contradicciones con el resto de los convivientes.
En cuanto al comportamiento del fenómeno de la violencia en las personas con otros trastornos mentales, no se
encontraron diferencias de importancia entre ambos géneros.
Resulta evidente en las personas sin trastornos mentales que la presencia de violencia fue 10 veces menos en los
hombres (97 no violentos) y 25 menos en las mujeres (100 no violentas), lo cual está avalado por el criterio de
otros autores (3, 21, 24, 27).

TABLA 2 Distribución de los integrantes de la familia según su género y la ocurrencia de la
violencia. Pinar del Río 2005

Valorando los resultados alcanzados en la Tabla 3, que aborda los tipos más frecuentes de violencia según las
características psicopatológicas del agresor, se aprecia un franco predominio de la violencia psicológica en la
mayoría de los sujetos agresores (56 casos ­ 91.8%), apreciándose de igual manera en cada uno de los grupos
diagnósticos; resaltando el caso de los esquizofrénicos que en su totalidad (38 pacientes ­ 100%), se reconoce
que ejercían este tipo de violencia, por otra parte en el caso de los otros trastornos mentales, en el 80% de ellos
(8 pacientes) también la ejercían de manera mayoritaria al resto de las otras forma de violencia, algo similar
ocurrió con las categorías sin trastorno mental, que en 10 de los 13 casos (76.9%), se identificó esta forma de
violencia. La violencia física le sigue en orden de frecuencia con 23 casos (37.7%), ocupando también un lugar en
la categoría de pacientes que padecen algún trastorno mental, así como que la violencia económica solamente se
identificó en 9 casos (14.7%), se reconoció mayoritariamente en las personas sin trastornos mentales (6 casos ­
46.2%), hallazgo para lo cual no se tiene una explicación convincente y por otra parte, en la literatura revisada no
se hace referencia al respecto.
Se considera prudente señalar que la frecuencia general de ocurrencia de la violencia psicológica y física se
corresponde con estudios realizados en Cuba, como el de Mariela Almenares en el municipio Playa, así como el
llevado a cabo en el municipio Cerro, todos con similares resultados, al igual que los estudios de otros autores
foráneos (3, 21, 24, 25, 28, 31-35).
Por otra parte, es necesario apuntar que en esta investigación no se reconoció la presencia de violencia sexual
contra la mujer en ningún caso, cuestión que es apreciada con alta frecuencia por múltiples autores
principalmente en otros países (12, 21, 36-38), señalándose escasamente por investigadores nacionales, (3, 28),
lo que pudiera deberse a la connotación negativa que tiene en esta sociedad en el orden moral y legal, por lo que
es ocultado por sus comisores y por las víctimas por el hecho de verse envueltos en hechos que denigran a su
familia.

TABLA 3 Tipos más frecuentes de violencia según las características psicopáticas del agresor.
Pinar del Río 2005

En el Gráfico 1 al analizar las causas presumibles de violencia en las familias del estudio, se aprecia que
predomina la enfermedad mental, con 22 casos (43.1%), seguida por la violencia como respuesta a acciones de
este tipo (19 casos para un 37.3%), y las dificultades en la comunicación con 10 casos para un 19.6%, finalmente
y con muchos menos casos sé encuentran los problemas económicos con 5 casos para un 9.8%.
Estos resultados evidencian que la existencia de algún sujeto con enfermedad mental en el seno de la familia
constituye un factor que puede influir en el desencadenamiento de este tipo de acciones, lo que coincide con
estudios realizados en Cuba (3, 24).
Igualmente estos resultados coinciden con los que han señalado que el ejercicio de la violencia provoca más
violencia (12, 16, 40).
Por otra parte, existen investigaciones (3, 24, 25, 41) que relacionan la mala comunicación intrafamiliar con la
aparición de violencia en su seno.

GRÁFICO 1 Causas presumibles de violencias en las familias implicadas. Pinar del Río 2005

En el Gráfico 2 se expone el diagnóstico clínico de los sujetos agresores en la que se aprecia como es de suponer,

un franco predominio de los esquizofrénicos si se toma en consideración que fue condición indispensable la
presencia de estos pacientes en las familias del estudio, cuestión que puede influir por las razones ya comentadas
en que se hayan identificado 38 casos 62.3%), no obstante es interesante que la cifra encontrada sea
alta, pues existían en las familias como promedio otras dos personas pero que no se comportan con violencia en
la misma magnitud que lo identificado en los esquizofrénicos, por tal razón lamentablemente los resultados en
este sentido denotan que el esquizofrénico se comporta con mayor frecuencia como agresor que el resto de los
convivientes. Aunque hay autores que expresan criterios diferentes, en unos casos con cifras muy bajas, que
aseguran que solo el 3% de los enfermos mentales es violento (42), y otros que plantean cifras relativamente
altas como el 49.1% (43), en definitiva se considera en este caso que las cifras son realmente altas.
En los sujetos violentos que no padecen de enfermedad mental se identificaron 13 casos, para el 21.4%, casi tres
veces menos que en el grupo anterior, por otra parte la categoría de trastornos neuróticos tuvo 8 pacientes, para
el 13.1%; si se suman todos los casos que padecen algún trastorno mental, entonces la cifra se eleva a 46
pacientes para el 75.4% del total de personas violentas, lo que incuestionablemente es una cifra alta, pero similar
a otros estudios realizados en Cuba 24).
Se considera necesario apuntar que haber identificado un solo caso con un síndrome de dependencia al alcohol
(1.6%), constituye un subregistro pues la cifras en Cuba son mayores (44), lo cual puede estar dado porque no
fue objeto de búsqueda en la presente investigación y por otro lado y no menos importante el hecho de que en las
familias se oculta este problema.

GRÁFICO 2. Diagnóstico clínico de los sujetos violentos. Pinar del Río 2005

Conclusiones
1. En poco más de la mitad de las familias de la muestra se constató la presencia de violencia.
2. Casi la quinta parte de los integrantes de las familias eran sujetos agresores, la mayoría esquizofrénicos, que
utilizaron la violencia psicológica como su forma principal de ejercerla.
3. La enfermedad mental fue la causa que con más frecuencia se identificó por las familias en el
desencadenamiento de los episodios de violencias.
4. Los sujetos violentos tuvieron como características relevantes que en su mayoría pertenecían al grupo de
edades comprendidas entre 40 y 49 años, del género masculino
5. La Esquizofrenia fue en más del 60% el diagnóstico psiquiátrico realizado a los sujetos violentos.

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