Apenas se habla de la masturbación femenina. Eso impide conocerla en sus justos términos y frena su investigación. El lugar de esos conocimientos lo ocupan a nivel popular una serie de estereotipos que señalan que la masturbación no es cosa de mujeres, o acaso lo sea de mujeres psicológicamente desquiciadas. El autor confronta tales tópicos con los resultados de la moderna investigación sexología y determina que todos ellos son falsos. Por otra parte, la investigación demuestra que la masturbación forma parte de la sexualidad cotidiana de la gran mayoría de las mujeres y que los mitos existentes sobre la masturbación femenina no son más que una cortina de humo destinada a impedir que se conozca la verdadera naturaleza sexual femenina. Lo que ocasiona un sufrimiento innecesario en muchas niñas que crecen creyendo ser las únicas mujeres que se masturban. Para evitar ese sufrimiento, hay que hacer visible a la masturbación femenina.