PUBLICIDAD-

Los síntomas esenciales para diagnosticar depresión

Autor/autores: A Cordero-Villafáfila , JA Ramos-Brieva
Fecha Publicación: 16/10/2014
Área temática: .
Tipo de trabajo: 

RESUMEN

Los Criterios Diagnósticos Operativos (CDO) fueron creados para resolver el problema de la fiabilidad diagnóstica entre los psiquiatras. Su uso favoreció que numerosos casos que antes quedaban sin clasificar recibieran un diagnóstico, a la vez que la fiabilidad diagnóstica entre los psiquiatras aumentaba. Pese a todo, los CDO para la depresión siempre fueron los que menos acuerdo alcanzaban entre los psiquiatras; cosa que ocurría más en los casos que tenían una intensidad sintomatológica baja; los casos más numerosos. Tales dificultades ocurrían, en parte, porque los psiquiatras interpretan de una forma diferente la presencia de los diversos ítems, y, también, a la muy discutida validez constructiva de los CDO. La Organización Mundial de la Salud (OMS) descubrió hace años que los psiquiatras utilizan realmente muy pocos síntomas para hacer sus diagnósticos de depresión. Los autores revisan cuáles son esos síntomas y presentan un procedimiento útil para diagnosticar de forma sencilla y fiable a esta enfermedad.

Palabras clave: depresión; diagnostico; síntomas nucleares


VOLVER AL INDICE

Url corta de esta página: http://psiqu.com/1-7087

Contenido completo: Texto generado a partir de PDf original o archivos en html procedentes de compilaciones, puede contener errores de maquetación/interlineado, y omitir imágenes/tablas.

Cordero-Villafáfila A. Psiquiatria.com. 2014; 18:13.
http://hdl.handle.net/10401/6614

Revisión teórica
Los síntomas esenciales para diagnosticar depresión
The essential symptoms to diagnose depression

A Cordero-Villafáfila1*, JA Ramos-Brieva2
Resumen
Los Criterios Diagnósticos Operativos (CDO) fueron creados para resolver el problema de la
fiabilidad diagnóstica entre los psiquiatras. Su uso favoreció que numerosos casos que antes
quedaban sin clasificar recibieran un diagnóstico, a la vez que la fiabilidad diagnóstica entre los
psiquiatras aumentaba. Pese a todo, los CDO para la depresión siempre fueron los que menos
acuerdo alcanzaban entre los psiquiatras; cosa que ocurría más en los casos que tenían una
intensidad sintomatológica baja; los casos más numerosos.
Tales dificultades ocurrían, en parte, porque los psiquiatras interpretan de una forma diferente
la presencia de los diversos ítems, y, también, a la muy discutida validez constructiva de los
CDO.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) descubrió hace años que los psiquiatras utilizan
realmente muy pocos síntomas para hacer sus diagnósticos de depresión. Los autores revisan
cuáles son esos síntomas y presentan un procedimiento útil para diagnosticar de forma sencilla
y fiable a esta enfermedad.
Palabras claves: depresión, diagnostico, síntomas nucleares.
Abstract
The Operative Diagnostic Criteria (ODC) were created to solve the problem of the reliability of
diagnoses between the psychiatrists. Its use favored simultaneously that numerous cases that
before were without classifying received a diagnosis, and that the reliability diagnoses between
the psychiatrists were increased. The CDO for the depression always were those that less
agreement reached between the psychiatrists; thing that happened more in the cases than had a
loss intensity of symptoms; the most numerous cases.
Such difficulties happened, partly, because the psychiatrists interpret of a form different the
presence of diverse items, and, also, by the very discussed constructive validity of the ODC.
The World-wide Organization of the Health (WHO) discovered years ago that the psychiatrists
use really very few symptoms to make their diagnoses of depression. The authors review which
are those symptoms and present a useful procedure to diagnose of simple and trustworthy form
to this disease.
Keywords: depression, diagnosis, core symptoms.

Psiquiatria.com ­ ISSN: 1137-3148
© 2014 Cordero-Villafáfila A, Ramos-Brieva JA.

Cordero-Villafáfila A. Psiquiatria.com. 2014; 18:13 - http://hdl.handle.net/10401/6614

Recibido: 2/1209/2013 ­ Aceptado: 29/08/2014 ­ Publicado: 16/10/2014

* Correspondencia: jramosb@salud.madrid.org
1 Centro de Salud Mental "Miraflores". Alcobendas (Madrid).
2 Médico Adjunto - Servicio de Psiquiatría - Hospital Universitario "Ramón y Cajal". Madrid. Profesor
Asociado de Psiquiatría. Universidad de Alcalá (Madrid).

2

Cordero-Villafáfila A. Psiquiatria.com. 2014; 18:13 - http://hdl.handle.net/10401/6614

Hace treinta años se crearon los Criterios Diagnósticos Operativos (CDO) con la finalidad de
resolver el importante problema de fiabilidad diagnóstica que existía entre los psiquiatras 1,2. Se
dio un gran paso adelante pues, en lo que se refiere a la depresión, su uso favoreció que
numerosos casos que antes quedaban mal clasificados recibieran un diagnóstico, y que la
fiabilidad diagnóstica entre los psiquiatras aumentara 3. Pese a todo, los CDO para la depresión
siempre fueron los que menos acuerdo alcanzaban entre los psiquiatras; cosa que ocurría más
en los casos que tenían una intensidad sintomatológica media o baja 4. Que es lo mismo que
decir la inmensa mayoría de los casos (81%) detectados en la población general 5.
No se tardó mucho en comprobar que tal cosa sucedía, en parte, porque los psiquiatras
interpretan de una forma diferente la presencia de los diversos ítems 6, pero, también, a la desde
el principio muy discutida validez intrínseca de los CDO 7. Porque lo cierto es que siempre se
dudó si verdaderamente diagnostican lo que dicen diagnosticar 8. Y dada la escasa atención que
ha recibido esta clase de investigación, hoy día, aún se mantienen sin resolver los recelos acerca
de la validez de constructo de los CDO para la depresión 8,9.
Las dudas son más que razonables. Los CDO de la depresión se limitan a un listado de síntomas
seleccionados más o menos arbitrariamente que, siendo frecuentes en la enfermedad, no son
nada específicos. Como sucede con la pérdida de peso, el insomnio, la ideación suicida, la
sintomatología vegetativa, etc; síntomas que también aparecen en otros trastornos diferentes a
la depresión y configuran los CDO de otras alteraciones, lo que les resta validez. Es probable
que tal circunstancia sea también la causa del incremento exponencial de las comorbilidades
que indujo la introducción de esos CDO 10.
Algunos autores españoles comunicaron hace algún tiempo que tales síntomas, repetidos en los
CDO de diferentes trastornos y, por tanto, nada específicos, sobran en los CDO para la
depresión 11. Bastante tiempo después, otros parecen estar llegando a la misma conclusión en el
otro lado del Atlántico 12.
Las razones que permiten dudar de la validez constructiva de los CDO para la depresión,
actualmente en uso, son variadas:
a) utilizan una extensa gama de ítems y no todos son igual de relevantes (son poco
sensibles).
b) muchos de esos ítems son comunes a varios criterios dando lugar a la amplia
comorbilidad que se encuentra entre los enfermos desde que se utilizan (son poco
específicos).
c) se da el mismo peso a la mayoría de los ítems del algoritmo diagnóstico sin tener en
cuenta la singularidad diagnóstica de cada uno de ellos (son poco precisos) 13.
Pese a lo dicho, no obstante, existen investigaciones que se han ocupado de analizar la validez
interna de los CDO para la depresión; sólo que han centrando su interés en descubrir los
síntomas críticos o nucleares del diagnóstico de la llamada depresión "endógena" o
"melancólica". Y encontraron que los síntomas más frecuentes no son precisamente los más
discriminantes, ni tampoco los mejores predictivos 14,15,16 (Tabla I).
La única publicación que conocemos que analiza la validez de constructo de un CDO, siguiendo
las exigencias de la actual psicometría, también centra su estudio en el concepto de depresión
"endógena" clásico 17. Sus resultados señalan que, pese a que el concepto de depresión
"endógena" o "melancólica" resulta fiable y tiene una buena validez predictiva respecto al
criterio clínico, posee una validez constructiva inferior al 50%; valor que cualquier analista de

3

Cordero-Villafáfila A. Psiquiatria.com. 2014; 18:13 - http://hdl.handle.net/10401/6614

factor considera insuficiente 18. Y es que, el de endogeneidad, es un concepto debe ser
desprovisto de varios de los ítems que actualmente lo definen y la reciente investigación ha
demostrado que son irrelevantes (no ser precipitados, empeoramiento matutino, insomnio
tardío...), etc., para que aumente su validez constructiva 19,20,21. Se volverá sobre esto más
adelante.

Tabla I. Identificación de los clásicos síntomas depresivos endógenos críticos.
Síntomas:
más frecuentes 14
Agitación/inhibición
+
Distinta cualidad
+
Ánimo depresivo grave*
+
Pérdida de interés
+
Indiferencia
+
No reactividad
+
Incapacidad para llorar
+
Pérdida de apetito/peso
+
Rumiaciones depresivas
+
Tendencias suicidas
+
Empeoramiento matutino
Pérdida de placer
Delirios depresivos

más discriminantes 14
+
+
+

más predictivos 15
+
+

+
+
+
+

+
+
+

*frecuentemente percibido como aburrimiento, irritabilidad, insipidez, ensombrecimiento, deslustrado, embotamiento

El problema se centra en el modo que fueron construidos tales CDO. Sus autores los
desarrollaron con la intención de que fueran doctrinalmente asépticos. Por eso, se limitaron a la
elaboración de un listado de síntomas, más o menos consensuado, para facilitar su uso. Los
resultados de investigaciones posteriores han demostrado el fracaso de esta estrategia 12.
Nosotros entendemos que hay que actuar en sentido contrario; partir de un concepto de
depresión concreto antes de elaborar el CDO; pues sin concepto no hay objeto.
Y así, basándonos en las investigaciones antes citadas, es posible rechazar la idea de que exista
una depresión "endógena" o "melancólica" y otra "neurótica". Los conceptos "endogeniforme" y
"neurotiforme", aplicados a la depresión, tienen tan sólo un significado sindrómico. Ambos
síndromes siempre están presentes en proporciones diferentes en todos los enfermos depresivos
11.
Lo "endógeno" ha sido relacionado en la bibliografía con la inhibición y la anhedonia, y lo
"neurótico", frecuentemente, con la ansiedad 22. En ningún caso, la simple presencia de
"tristeza" resulta relevante para el diagnóstico.
Las descripciones de los autores clásicos sobre la depresión (sin etiquetarlas de "endógenas" o
"neuróticas") están próximas a esa idea. Los citados en la Tabla II concluyeron que la
enfermedad depresiva hace referencia a un estado de vaciamiento interior y hundimiento
energético que va acompañado por un descenso del impulso para hacer las cosas y de la
capacidad para disfrutar. Una idea que concuerda mucho con el descenso del biotono que fue
descrito por Ewald 23, y al que la CIE-10 hace referencia mediante la perífrasis: "nivel general de
actividad" 24.

4

Cordero-Villafáfila A. Psiquiatria.com. 2014; 18:13 - http://hdl.handle.net/10401/6614

A eso hay que añadir que de la revisión de numerosos análisis multivariantes, Mendels y
Cochrane infirieron que el síndrome más común e identificativo de la enfermedad depresiva
propiamente dicha es aquel reconocido tradicionalmente por los psiquiatras clínicos como
"endógeno" o "endogeniforme" 25. Esos autores señalaron que la esencia misma de la depresión
la constituye el llamado síndrome "endogenomorfo" y que el componente "neurótico" serían
contaminaciones procedentes de otras patologías.
Tanto para Mendels y Cochrane como para Ramos Brieva y Cordero Villafáfila 11, ese llamado
componente "endógeno" sería el eje básico sobre el que se monta toda la sintomatología
depresiva, sea cual sea la intensidad de su presencia.
Esta línea de pensamiento entiende por "endógeno" o "melancólico" a la enfermedad depresiva
misma. Un síndrome morboso que carece de las atribuciones que le conferían las definiciones
clásicas, según han desvelado investigaciones posteriores. Así, no es cierto que sean
inmotivadas pues al menos el 41% de las depresiones "endógenas" están precipitadas 20;
tampoco resulta seguro afirmar que empeoran por las mañanas, pues al menos un 50% de las
depresiones "endógenas" carecen de esa característica circadiana 21; y tampoco puede seguir
afirmándose que padecen insomnio tardío (las observaciones objetivas del personal auxiliar y de
las enfermeras no siempre perciben esa tipología del insomnio que aquejan los pacientes 19).
El descenso del "biotono" que define realmente a la depresión fue denominado
inapropiadamente "tristeza vital" por Kurt Schneider 26. La inclusión de la voz "tristeza" (una
emoción común que nada tiene que ver con la alteración del estado de ánimo) ha causado más
confusión que esclarecimiento. Quizás por eso Ramos Brieva y Cordero Villafáfila prefieren
llamarlo anelasticoendostenia, que hace referencia a una carencia de la fuerza interna que
empuja 11. Las descripciones de todos los autores clásicos señalan en esa dirección cuando hacen
una descripción de lo que les parece esencial en la depresión (Tabla II). A lo que hay que añadir
que se trata de algo que tiene una cualidad diferente a cualquier experiencia común 11,26. Eso es
lo que singulariza el núcleo fundamental de la depresión, y lo diferencia del constructo
representado por un simple listado de síntomas inespecíficos.

Tabla II. Lo esencial en la depresión descrito por autores clásicos 11.
Autores
Descripción
Griesinger (1845)
Janet (1919)
Kraepelin (1921)
Henderson y Gillespie (1944)
Delay (1946)
Burton (1947)
Janzarik (1959)
Kiloh y Garside (1963)
Lerch (1966)
Gebsattel (1966)
López Ibor Sr (1966, 1979)
Schulte (1969)
Tellenbach (1976)
Widlöcher et al. (1983)
Todos

Estado de depresión (hundimiento) mental
Vacío interior
Inhibición psicomotora, lentitud del pensamiento
Inhibición psicomotora, lentitud del pensamiento
Dolor moral, desinterés, lentitud
Miedo absurdo
Detención del impulso vital, de la dinámica de la vida
Lentitud (del pensamiento, de la acción, psicomotora)
Apagamiento interior, abatimiento, vacío, pobreza del mundo
Congelación y ausencia de sentido del correr de la vida
Descenso del tono, del impulso vital; fluencia vital interna sin energía
para seguir adelante; falta de ganas
Vacío, anestesia de sentimientos, indiferencia
Transformación de la cinesis del acontecer vital
Aminoración del sistema de acción que configura el comportamiento
general
Apagamiento interno; pérdida del impulso, del potencial interno, de la
capacidad para el placer

5

Cordero-Villafáfila A. Psiquiatria.com. 2014; 18:13 - http://hdl.handle.net/10401/6614

Para realizar un buen diagnóstico de depresión, basta atender a los pocos síntomas relevantes
para hacerlo. Estos síntomas son, como ya se ha dicho, los que forman parte del síndrome
endogeniforme, sin aquellos que se han mostrado superfluos por carecer de soporte
experimental para mantenerlos.
Es posible realizar diagnósticos en base a unos pocos, pero suficientes, síntomas. De hecho, es lo
que se hace en la práctica cotidiana. La O.M.S. ha descubierto que los psiquiatras de diferentes
culturas tienden a utilizar pocas variables para realizar sus diagnósticos de depresión 4.
¿Cuáles serían esos síntomas básicos o nucleares?
La Tabla I resume dos investigaciones que han analizado la relevancia de los síntomas
relacionados con el concepto depresivo al que hacemos referencia aquí. Puede comprobarse que
no siempre coinciden los síntomas más frecuentes con los más discriminantes, ni con los más
predictivos 14,15. Así, un signo tan determinante como el empeoramiento matutino, si bien es
muy discriminante (se diría que "típico" de la depresión "endógena"), resulta que ni es
frecuente, ni predictivo (tiene poco valor diagnóstico).
Así, teniendo en cuenta las consideraciones precedentes, los síntomas más útiles para el
diagnóstico, basándonos en los reflejados en la Tabla I y excluyendo los menos relevantes,
serían los que quedan expresados en la Tabla III: "estado de ánimo depresivo", "motivación e
interés por las cosas", "impulso para la actividad", "gusto o placer por las cosas", "energía en
el cuerpo", "trabajo cotidiano" y "distinta cualidad". Obviamente, existen otros síntomas que
facilitan la realización de un diagnóstico de depresión como las rumiaciones depresivas o los
pensamientos suicidas. Pero lo que hay que tener en cuenta para diagnosticar es el carácter
nuclear o crítico de cada uno de ellos (el mencionado descenso del biotono o
anelasticoendostenia representados por la inhibición, la anhedonia y la distinta cualidad),
siempre presentes, en intensidades variables. Los demás síntomas no incluidos son una
consecuencia de este eje sintomatológico nuclear 11. Y lo que hay que captar es la diferencia
existente entre la situación actual del sujeto y la suya habitual.
En este contexto, la presencia o ausencia de la emoción tristeza es irrelevante para diagnosticar
depresión.

Tabla III.- Síntomas incluidos en el sistema diagnóstico CDAD/IDASD
Ánimo:
"estado de ánimo depresivo"
"distinta cualidad"
Inhibición:
"impulso para la actividad"
"energía en el cuerpo"
"trabajo cotidiano"
Anhedonia:
"motivación e interés por las cosas"
"gusto o placer por las cosas"
El criterio diagnóstico reflejado en la Tabla IV, construido en base a las ideas expuestas en
párrafos precedentes, tiene una buena validez predictiva respecto al criterio clínico y el de la
CIE-10 (episodio depresivo); con una sensibilidad del 0,93, una especificidad del 0,92; una alta

6

Cordero-Villafáfila A. Psiquiatria.com. 2014; 18:13 - http://hdl.handle.net/10401/6614

concordancia diagnostica entre criterios (: 0,84) y una probabilidad de acierto del 96%. Su
fiabilidad alfa de 0,92 27.
El Análisis Factorial de todos los ítems del CDAD arroja la presencia de un único factor en el que
saturan muy alto (>0,70) todos los ítems del modelo. Eso indica que el CDAD es sólidamente
unidimensional respecto al modelo sintomatológico depresivo que configura. Todos los analistas
de factores concuerdan en afirmar que un Análisis Factorial comienza a ser interpretable cuando
explica más del 50% de la varianza total obtenida 28. El Análisis Factorial del CDAD explica un
69%, lo que revela una excelente validez de constructo 27, tal y como señala el primer teorema de
la teoría del Análisis Factorial 29.
Puede verse cómo se seleccionaron el número de ítems exigibles para el diagnóstico, y los ítems
obligados, en Ramos-Brieva et al (2009) 27.
El uso de síntomas irrelevantes para el diagnóstico se ha extendido también a las escalas que
miden la intensidad sintomatológica utilizadas más habitualmente. Algo que influye
notablemente a la hora de evaluar los cambios habidos en dicha intensidad con el paso del
tiempo; lo que resulta fundamental en todo ensayo clínico de cualquier fármaco antidepresivo y,
también, en la práctica clínica cotidiana.
Durante décadas, la Escala de Hamilton para la Depresión (EHD) 30 fue el patrón estándar con
el que se evaluaba el 80% de los fármacos antidepresivos que salían al mercado 31. Su éxito, no
obstante, no impedía que se le criticara por la excesiva representación que tenían los síntomas
vegetativos y ansioso-dependientes 32. Hasta un 53-60% de la puntuación total de las diferentes
versiones de la EHD podía atribuirse a dichos síntomas.
Eso hizo que se desarrollasen otros instrumentos de similares características con un diseño
específico para evaluar los cambios en la intensidad sintomatológica y menor presencia de
sintomatología ansiosa o ansiosodependiente. La Escala para la Depresión de MontgomeryÅsberg (EDMA) fue uno de esos intentos 33.

Tabla IV.- Definición del Criterio Diagnóstico Axial para la Depresión (CDAD).
Durante las dos semanas previas, al menos, el sujeto mantiene un estado (casi permanente en intensidad
y tiempo que es poco modificable por circunstancias ambientales y representa un cambio de su
situación habitual) caracterizado por la presencia de al menos cuatro de los siguientes ítems, de los
cuales, dos, deben pertenecer al grupo A.

Grupo A:
1.- Estado de ánimo deprimido. En ocasiones expresados como un estado mortecino o
abatido, a veces, como irritable.
2.- Pérdida de energía. Expresado en ocasiones como sentirse flojos, sin fuerzas, que
"arrastran el cuerpo".
3.- Distinta cualidad del ánimo. El paciente señala su condición actual como rara, no
parecida a ninguna experiencia común conocida (como la muerte de un ser querido).
Grupo B:
4.- El sujeto ha perdido motivación o interés por las cosas.
5.- El sujeto ha perdido el gusto o el placer por las cosas.
6.- El trabajo cotidiano se le hace más pesado de lo habitual.
7.- El sujeto ha perdido impulso para la actividad.
Los síntomas presentes no pueden atribuirse a ningún abuso de sustancias (incluido alcohol y
fármacos), ni a trastornos médicos (endocrinológicos, metabólicos...) o cualquier otro trastorno mental
orgánico, ni a esquizofrenia.

7

Cordero-Villafáfila A. Psiquiatria.com. 2014; 18:13 - http://hdl.handle.net/10401/6614

Tras el fallecimiento de Max Hamilton a los 76 años de edad, el día 6 de Agosto del año 1988, la
EDMA ha sustituido progresivamente a la EHD como patrón de oro en la evaluación de los
cambios de intensidad de los síntomas depresivos en los ensayos clínicos.
Pese a los esfuerzos de sus autores, la EDMA, no obstante, tampoco está exenta de síntomas
ansioso-dependientes ("tensión interna", "insomnio", "disminución de apetito"), aunque los
tiene en menor medida que la EHD. Su influencia sobre la puntuación total no es despreciable
(30%). Eso permite sostener que el problema atribuido inicialmente a la EHD aún no ha sido
resuelto completamente con la EDMA.
La presencia de síntomas ansioso-dependientes es importante en este tipo de instrumentos a la
hora de analizar la eficacia farmacológica de los antidepresivos. Principalmente porque son
precisamente los síntomas ansiosos los que más precozmente mejoran 34; incluso tan sólo bajo el
efecto "placebo" que tiene el propio acto médico o el internamiento 35. Eso permite atribuir una
eficacia antidepresiva a fármacos que, quizás, no la tengan tanto o no sea tan precoz como
preconizan. Al disminuir la puntuación de los síntomas ansiosos, dichas escalas proporcionan
mejorías tempranas que no son reales, pues aún se mantienen activos los síntomas netamente
depresivos que son los que verdaderamente importan 36.
Los problemas señalados al principio para los CDO para la depresión se extienden, así, a las
escalas que pretenden medir la intensidad de su sintomatología. Deberían utilizarse escalas que
evalúen, exclusivamente, los síntomas esenciales de la depresión, relacionados con la inhibición,
la anhedonia y la diferente cualidad del ánimo depresivo. Lo que se pretende mejorar (y
evaluar) es el descenso de la intensidad de los síntomas nucleares de la depresión que es lo que
arrastrará la mejoría de los demás. Un paciente puede haber mejorado de sus síntomas ansiosos
y, sin duda, se sentirá aliviado; pero si la parte esencial de la enfermedad permanece inalterada,
el sujeto no ha remitido 37.
Esa escala existe: se trata del Índice Diagnóstico Axial y de Seguimiento para la Depresión
(IDASD) que forma parte del sistema diagnóstico CDAD/IDASD.
La IDASD recoge los síntomas que componen el CDAD y cuantifica la intensidad de su presencia
mediante el uso de Escalas Analógico-Visuales (EAV) para facilitar las respuestas de los
pacientes, puesto que cada uno de esos ítems están presentes en diferentes grados de intensidad
en cada sujeto.
Ya anteriormente, otros autores preconizaron también el uso de EAVs para evaluar a las
depresiones, por su facilidad de uso, y han comunicado aceptables valores predictivos
utilizando, tan sólo, dos ítems 38,39,40. Tales resultados animaron a los autores a desarrollar el
sistema CDAD/IDASD con las características de ser breve y recoger la información directamente
de los pacientes, sin la interposición interpretativa del médico, mediante el uso de EAVs.
Los siete ítems seleccionados para construir el IDASD ha reducido al máximo la varianza de
criterio, responsable de la inestable fiabilidad diagnóstica entre observadores que originó la
construcción de los CDOs 41, al dejar a los médicos pocas opciones para la interpretación. El
sistema CDAD/IDASD es respondido por el paciente, aunque le asista un psiquiatra o un médico
generalista de Atención Primaria. Tras ello, cualquier observador puede leer el contenido de la
hoja de respuesta cumplimentada y realizar el diagnóstico (ver Anexo). El sistema ofrece pocas
opciones para la imaginación. De hecho, dos psiquiatras alcanzan un acuerdo perfecto al
diagnosticar utilizando las hojas de respuestas del IDASD; tanto en la valoración de la presencia
de cada ítem como en el diagnóstico final (= 1,00). Es algo esperable ya que, después de todo,
se trata simplemente de sumar ítems presentes en un cuestionario respondido 27,42.

8

Cordero-Villafáfila A. Psiquiatria.com. 2014; 18:13 - http://hdl.handle.net/10401/6614

El IDASD puede utilizarse tanto para hacer diagnósticos como para hacer seguimientos de
pacientes bajo tratamiento.
Una puntuación total del IDASD de 40, tiene una buena capacidad diagnóstica (sensibilidad:
1,00; especificidad: 0,96; probabilidad de acierto total: 0,98; con una fiabilidad kappa alta (:
0,96) 42. La capacidad predictiva del IDASD es superior, incluso, a la estudiada para la EHD o la
EDMA 43,44. Razón por la que también puede postularse como un procedimiento para realizar
diagnósticos de depresión válidos y seguros atendiendo, tan sólo, a los síntomas nucleares de la
depresión.
El IDASD capta diferencias estadísticamente significativas en la intensidad sintomatológica de
los deprimidos entre los días cero y treinta. Lo hacen cada ítem en particular (p= 0,00), como su
puntuación total (p=0,000). Y, además, existen fuertes correlaciones entre sus puntuaciones
totales en cada momento evaluativo con la de la EHD (r= 0,77; p= 0,00) y la Impresión Clínica
Global [ICG] (r= 0,73; p= 0,00).
Pero, quizás, analizar las puntuaciones totales en bruto es un procedimiento algo tosco para
estimar la sensibilidad al cambio y establecer similitudes en la valoración que realizan los
diferentes instrumentos. Después de todo, cualquier puntuación del día treinta, aislada, carece
de significado por sí misma si no se tiene en cuenta la situación de partida. Por eso, para evaluar
la sensibilidad al cambio es mejor analizar un valor más depurado que refleje realmente el
cambio producido en el enfermo. Tal indicador es la "proporción de mejoría" experimentada
por los pacientes entre ambas evaluaciones. Es un indicador que tiene en cuenta tanto la
situación de partida como la final en todos los pacientes, por eso proporciona una información
más útil (proporción de mejoría = [1-(Día 30 Día 0)]). El IDASD detecta esos cambios
proporcionales de una forma que correlaciona significativamente con el que captan la EHD y la
ICG (p= 0.000) 42.
Puesto que el IDASD contiene la sintomatología nuclear de la depresión, parece posible sostener
que los cambios que detecta en la intensidad sintomatológica depresiva se refieren a dicho
núcleo, y no a otros síntomas más o menos inespecíficos o secundarios. Algo que a juicio de los
autores, permite recomendarlo para ensayos clínicos donde realmente se desee detectar los
cambios básicos en la intensidad de la depresión y para hacer seguimientos en contextos
meramente clínicos.
En líneas generales, todo el sistema CDAD/IDASD parece constituir un procedimiento eficaz y
seguro para diagnosticar depresión y evaluar la intensidad de la sintomatología nuclear de la
misma. Prácticamente el único del que se dispone de información contrastada sobre sus
capacidades psicométricas.

9

Cordero-Villafáfila A. Psiquiatria.com. 2014; 18:13 - http://hdl.handle.net/10401/6614

Referencias
1Feighner

JP, Robins E, Guze SB, Woodruff RA Jr, Winokur G, Munoz R. Diagnostic criteria for use in psychiatric
research. Arch Gen Psychiatry. 1972; 26:57-63.

2Spitzer

RL, Endicott J, Robins E. Research Diagnostic Criteria: rationale and reliability. Arch Gen Psychiatry. 1978;
35:773-782.

3Goodman

AB, Rahav M, Popper M, Ginath Y, Pearl E. The reliability of psychiatric diagnosis in Israel's Psychiatric Case
Register. Acta Psychiatr Scand.1984; 69: 391-397

4Sartorius

N, Kaelber CT, Cooper JE, Roper MT, Rae DS, Gulbinat W, Ustün TB, Regier DA. Progress toward achieving a
common language in psychiatry. Results from the field trial of the clinical guidelines accompanying the WHO
classification of mental and behavioral disorders in ICD-10. Arch Gen Psychiatry. 1993; 50:115-124

5Wacker

HR, Müllejano R, Klein KH, Battegay R: Identification of cases of anxiety disorders and affective disorders in
the community according to ICD-10 and DSM-III-R by using the Composite International Diagnostic Interview
(CIDI). Int J Methods Psychiat Res. 1992; 2: 91-100

6Zimmerman

M, Coryell W, Black DW. A method to detect intercenter differences in the application of contemporary
diagnostic criteria. J Nerv Ment Dis. 1993; 181:130-134.

7Carroll

BJ. Problems with diagnostic criteria for depression. J Clin Psychiatry. 1984; 45: 14-18

8Klerman
9Zisook

GL, Vaillant GE, Spitzer RL, Michels R. A debate on DSM-III. Am J Psychiatry. 1984; 141:539-553

S Shear K, Kendler KS. Validity of the bereavement exclusion criterion for the diagnosis of major depressive
episode. World Psychiatry. 2007; 6: 102­107

10Vallejo

Ruiloba, J, Ferrer CG, Cardoner Alvarez N. Comorbilidad de los trastornos afectivos. Barcelona: Ars Medica.
2003

11Ramos

Brieva JA, Cordero Villafáfila A. La distinta cualidad del ánimo deprimido (y VIII). Revisión del concepto y una
propuesta. Actas Luso-Esp Neurol Psiquiat. 1991; 79: 37-46

12Zimmerman

M, McGlinchey JB, Young D, Chelminski I. Diagnosing major depressive disorder IV: relationship
between number of symptoms and the diagnosis of disorder. J Nerv Ment Dis. 2006; 194: 450-453

13Ramos
14Bron

Brieva JA, Cordero Villafáfila A. La melancolía. Grupo Aula Médica. Madrid. 2005

B, Lehman IC. The issue of the core syndrome of endogenous depression. Psychopathol. 1990; 23: 1-8

15Maier

W, Philipp M, Buller R, Benkert O. Sources of disagreement between clinical (ICD-9) and operational (RDC,
DSM-III) diagnosis of endogenous depression (melancholia). J Affet Disord. 1986; 77: 235-243

16Katsching

H, Nutzinger D, Schanch H. Validiting depressive subtypes. En: Hippius H, Klerman GL y Matussek N.
(eds.). New results in depression research. Springer-Verlag. Berlin, 1986, pp. 36-44

17Ramos

Brieva JA, Cordero Villafáfila A, Baca García E. Validez de constructo y seguridad del Índice de Endogeneidad
Newcastle I. Actas Luso-Esp Neurol Psiquiatr. 1997; 25: 85-92

18Santisteban

C. Psicometría. Madrid: Ed. Norma; 1990.

19Lemke

MR, Puhl P, Broderick A. Motor activity and perception of sleep in depressed patients. J Psychiatr Res. 1999;
33: 215-224

20Ayuso

Gutierrez JL, Fuentenebro R, Méndez JR, Mateo I. Analyse des facteur declencheurs sur un échantillon de
patients hospitalisés pour dépression endogéne. Ann Med Psycbol. 1981; 139: 756-769

21Ramos

Brieva JA, Montejo Iglesias ML. El ritmo circadiano en las depresiones endógenas: estudio longitudinal y su
valor diagnóstico. Actas Luso-Esp Neurol Psiquiat. 1980; 37: 177-182

22Lecrubier

Y. Physical components of depression and psychomotor retardation. J Clin Psychiatry. 2006; 67 Suppl 6:
23-26

10

Cordero-Villafáfila A. Psiquiatria.com. 2014; 18:13 - http://hdl.handle.net/10401/6614

23Ewald

G. Temperament und Charakter. Springer. Berlin, 1924

24Organización

Mundial de la Salud. CIE-10 Trastornos mentales y del comportamiento. Criterios diagnósticos de
investigación. Madrid: Meditor. 1993

25Mendels

J, Cochrane C. The nosology of depression: The endogenous reactive concept. Am J Psychiatry. 1968; 124
(suppl. May): 1-11

26Schneider

K. Patopsicología clínica. Madrid: Paz Montalvo. 1963

27Ramos

Brieva JA., Cordero Villafáfila A, Gutiérrez R: El Criterio Diagnostico Axial para la Depresión: Desarrollo,
validez constructiva, validez predictiva y fiabilidad. Actas Esp Psiquiatr 2009; 37: 306-319

28Comrey

AL. Manual de Análisis Factorial. Madrid: Cátedra. 1985

29Guilford

JP, Fruchter B. Fundamental Statistics in Psychology and Education. New York: McGraw-Hill. 1978

30Hamilton
31Bech

M. A rating scale for depression. J Neurol Neurosurg Psychiatry.1960; 23: 56-62.

P, Allerup P, Gram LF, Reisby N, Rosenberg R, Jacobsen O, Nagy A. The Hamilton depression scale. Evaluation
of objectivity using logistic models. Acta Psychiatr Scand. 1981; 63:290-299

32Snaith

RP. Hamilton rating scale for depression. Br J Psychiatry. 1977; 131: 431-432

33Montgomery

SA, Asberg M. A new depression scale designed to be sensitive to change. Br J Psychiatry. 1979; 134:
382-389

34Olatunji

BO, Feldman G, Smits JA, Christian KM, Zalta AK, Pollack MH, et al: Examination of the decline in symptoms
of anxiety and depression in generalized anxiety disorder: impact of anxiety sensitivity on response to
pharmacotherapy. Depression and Anxiety. 2007; 0: 1-5

35Praag

v HM, Plutchik R. An empirical study on the "cathartic effect" of attempted suicide. Psychiatry Res. 1985; 16:
123-130

36Cordero

Villafáfila A, Ramos Brieva JA, Gutiérrez R, Zamarro ML: Síntomas que contribuyen a la percepción de la
intensidad sintomatológica depresiva. Un estudio preliminar. Actas Esp Psiquiatr 2009; 37: 191-195

37Ramos

Brieva JA., Cordero Villafáfila A, Ramos Cordero MJ, Ramos Cordero A: El som brío pronóstico de las
depresiones ligeras. Psiquiatria.com [Internet]. 2012 [citado 27 Jul 2012];16:20. Disponible en:
http://hdl.handle.net/10401/5507

38Eastwodd

MR, Whitton JL, Kramer PM. A brief instrument for longitudinal monitoring of mood states. Psychiatry
Res. 1984; 11: 119-125

39Luria

RE. The use of the Visual Analogue Mood and Alert Scales in diagnosing hospitalized affective psychoses.
Psychol Med. 1979; 9:155-164.

40Cully

JA, Graham DP, Kramer JR. A 2-item screen for depression in rehabilitation inpatients. Arch Phys Med Rehabil.
2005; 86: 469-472.

41Cooper

JE, Kendell RE, Gurland BJ, Sharpe L, Copeland JRM, Simon R. Psychiatric diagnosis in New York and
London: A comparative study of mental hospital admissions. Maudsley Monographs nº 22. Oxford: Oxford
University Press. 1972

42Cordero

Villafáfila A, Ramos Brieva JA, Gutiérrez R: El Índice Diagnóstico Axial y de Seguimiento para la Depresión.
Su utilidad diagnostica y en estudios de evaluación terapéutica. Actas Esp Psiquiatr 2010; 38: 42-49

43Ramos

Brieva JA. Instrumentos de medida de la depresión. En: Ayuso JL, Saiz J (eds). Depresión visión actual.
Madrid: Grupo Aula Médica. pp: 97-138

44Müller

MJ, Himmerich H, Kienzle B, Szegedi A. Differentiating moderate and severe depression using the
Montgomery-Asberg depression rating scale (MADRS). J Affect Disord. 2003; 77: 255-260

11

Cordero-Villafáfila A. Psiquiatria.com. 2014; 18:13 - http://hdl.handle.net/10401/6614

Anexo
Instrucciones para los médicos
Esta escala es autoaplicada, pueden cumplimentarla los pacientes por sí solos. Pero si tienen
alguna duda puede usted ayudarles. Se trata de que los pacientes expresen su estado durante las
últimas dos semanas.
Puede usted utilizar la escala de dos formas: para diagnosticar y para realizar un seguimiento de
la intensidad de los síntomas y, por tanto, de posible efecto terapéutico del tratamiento que
haya utilizado con sus pacientes.

Para diagnosticar:
Puede utilizar dos procedimientos diferentes, según sus preferencias.
A) Uno de ellos es más cualitativo:
Así, con respuestas entre seis y diez (ambos inclusive), cada ítem vale un punto (entre cinco y
uno es igual a cero). Anótelo en la columna de la derecha. Sume los puntos obtenidos. Si el
sujeto alcanza en total cuatro o más puntos y dos de ellos proceden obligadamente de los tres
últimos ítems (ánimo, energía y cualidad), haga el diagnóstico de depresión.
No se reúne el criterio de depresión con tres puntos o menos, o con cuatro puntos o más pero
sin que dos de ellos procedan de los tres ítems mencionados (ánimo, energía y cualidad).
B) El otro es más cuantitativo:
Anote en cada casilla el valor dado por el paciente a su estado en cada ítem, sume las
puntuaciones y anote el total en la casilla de abajo.
Una puntuación igual o superior a 40 le proporciona un diagnóstico de depresión en el
sistema CDAD/IDASD. Si prefiere hacer un diagnostico similar al de la CIE-10, utilice entonces
como punto de corte, un 39.

Uso como una escala de seguimiento:
No tiene que hacer nada extraordinario. Bastará anotar en cada casilla el valor dado por el
paciente a su estado en cada ítem, sume las puntuaciones y anote el total en la casilla de abajo.
Si hace esto en las sucesivas evaluaciones, podrá saber la intensidad de la puntuación total en
cada una de ellas. Debe disminuir de forma significativa si el fármaco es eficaz.

12

Cordero-Villafáfila A. Psiquiatria.com. 2014; 18:13 - http://hdl.handle.net/10401/6614

Nombre y apellidos:_____________________________________________
Necesitamos que nos ayude a comprender cómo se siente. Para ello le mostramos varias líneas con
una serie de números en medio de dos pares de adjetivos. Indíquenos cómo se ha sentido durante
las dos últimas semanas en cada apartado, marcando con un círculo el número que mejor lo
represente, que será el más próximo al adjetivo que se asocie más a su estado (solicite ayuda a su
médico para cumplimentar este cuestionario, si lo necesita).
Por ejemplo: Bien | | | | | | | | | | Mal (significa bastante mal tirando a mucho)
1 2 3 4 5 6 7 9 10

Desinteresado

Interesado

MOTIVACIÓN,
INTERÉS
por las cosas:
Activo

Pasivo

IMPULSO
para la actividad:

Aburrido, serio

Divertido, sonriente

GUSTO o
PLACER
por las cosas:

Pesado

Ligero

El TRABAJO
COTIDIANO
se le hace...:

Fresco, animado

Mortecino, abatido

Estado de
ÁNIMO:
Fuerte

Flojo

ENERGÍA
en el cuerpo:

Normal

Raro

(CUALIDAD)
Lo que le pasa es:

TOTAL

A RELLENAR POR EL EVALUADOR

13

Cordero-Villafáfila A. Psiquiatria.com. 2014; 18:13 - http://hdl.handle.net/10401/6614

Cite este artículo de la siguiente forma (estilo de Vancouver):
Cordero-Villafáfila A, Ramos-Brieva JA. Los síntomas esenciales para diagnosticar depresión.
Psiquiatria.com [Internet]. 2014 [citado 16 Oct 2014];18:13. Disponible en:
http://hdl.handle.net/10401/6614

14

Comentarios/ Valoraciones de los usuarios



¡Se el primero en comentar!

La información proporcionada en el sitio web no remplaza si no que complementa la relación entre el profesional de salud y su paciente o visitante y en caso de duda debe consultar con su profesional de salud de referencia.