Artículo |
02/10/2015
PUBLICIDAD
ong>Resumen
Existe una relación bien establecida entre la patología bucal y los trastornos de la alimentación en la presencia de vómitos autoinducidos. Hay menos información que concierne a esta relación en ausencia de vómitos autoinducidos, a pesar de los factores de riesgo, tales como sequedad de boca inducida por psicotrópicos, deficiencia nutricional o dieta ácida.El objetivo de este estudio es determinar la asociación entre el trastorno de la alimentación y la mala salud de la boca, incluyendo cualquier diferencia entre los pacientes con y sin vómito autoinducido.
Se realizó una búsqueda sistemática en Medline, PsycINFO, EMBASE y bibliografías de artículos. Los resultados fueron la erosión dental, la función de las glándulas salivales y el número medio de dientes o superficies cariadas, perdidas y obturadas (DMFT/ S).
Diez estudios tenían datos suficientes para un meta-análisis de efectos aleatorios (pacientes psiquiátricos n = 556, controles n = 556). Los pacientes con un trastorno alimentario tenían cinco veces más probabilidades de erosión dental en comparación con los controles (IC del 95%: 3,31- 7,58); las probabilidades eran más altas en los pacientes con vómitos autoinducidos (odds ratio (OR) = 7,32). Los pacientes también tenían puntuaciones significativamente más altas DMFS (diferencia de medias 3,07; IC del 95%: 0,66 a 5,48) y el flujo salival reducido (OR = 2,24, 95% CI 1,44-3,51).
Estos resultados destacan la importancia de la colaboración entre los profesionales médicos y dentales. Los dentistas pueden ser los primeros médicos en sospechar un trastorno alimentario dado la reticencia de los pacientes para el tratamiento psiquiátrico, mientras que los médicos de salud mental deben ser conscientes de las consecuencias orales de la dieta inadecuada, la medicación psicotrópica y el vómito autoinducido.
Para acceder al texto completo consulte las características de suscripción de la fuente original:
http://bjp.rcpsych.org/
Abstract
Background. There is a well-established link between oral pathology and eating disorders in the presence of self-induced vomiting. There is less information concerning this relationship in the absence of self-induced vomiting, in spite of risk factors such as psychotropic-induced dry mouth, nutritional deficiency or acidic diet.
Aims. To determine the association between eating disorder and poor oral health, including any difference between patients with and without self-induced vomiting.
Method. A systematic search was made of Medline, PsycINFO, EMBASE and article bibliographies. Outcomes were dental erosion, salivary gland function and the mean number of decayed, missing and filled teeth or surfaces (DMFT/S).
Results. Ten studies had sufficient data for a random effects meta-analysis (psychiatric patients n = 556, controls n = 556). Patients with an eating disorder had five times the odds of dental erosion compared with controls (95% CI 3.317.58); odds were highest in those with self-induced vomiting (odds ratio (OR) = 7.32). Patients also had significantly higher DMFS scores (mean difference 3.07, 95% CI 0.665.48) and reduced salivary flow (OR = 2.24, 95% CI 1.443.51).
Conclusions. These findings highlight the importance of collaboration between dental and medical practitioners. Dentists may be the first clinicians to suspect an eating disorder given patients' reluctance to present for psychiatric treatment, whereas mental health clinicians should be aware of the oral consequences of inappropriate diet, psychotropic medication and self-induced vomiting.
ABRIR ENLACE FUENTE
The British Journal of Psychiatry
Url corta de esta página: http://psiqu.com/2-44207
