El trastorno depresivo mayor (MDD) es una enfermedad mental grave que afecta a millones de personas en todo el mundo. Aunque se ha investigado mucho sobre los factores genéticos y ambientales que contribuyen al desarrollo de la depresión, cada vez más estudios están explorando la relación entre la depresión y el metabolismo de la energía y los lípidos, así como la posible influencia del microbioma intestinal en esta relación.
Una nueva investigación ha encontrado que el MDD tiene "firmas" metabólicas específicas que pueden estar relacionadas con alteraciones en el metabolismo de la energía y los lípidos. Los investigadores identificaron 124 metabolitos que abarcan las vías de energía y lípidos, incluido el ciclo del ácido tricarboxílico, que mostraron cambios consistentes con las diferencias en la composición del microbioma intestinal.En particular, se observaron cambios en los ácidos grasos y las lipoproteínas intermedias y muy grandes en asociación con el proceso de la enfermedad depresiva. Sin embargo, no se encontraron cambios significativos en las lipoproteínas de alta densidad y los metabolitos del ciclo del ácido tricarboxílico.
Estas pruebas respaldan la idea de que la depresión no solo es un trastorno puramente cerebral, sino que también puede estar influenciada por alteraciones metabólicas y la interacción entre el microbioma intestinal y el metaboloma de la sangre. Aunque aún se necesita más investigación para establecer una relación causal precisa, estos resultados muestran que hay un vínculo entre el estado de ánimo y el metabolismo, y que la modificación de la dieta puede tener un impacto en la salud mental.
En base a estas conclusiones preliminares, las investigaciones sugieren que los médicos deben aconsejar a los pacientes con trastornos del estado de ánimo que modifiquen su dieta para incluir un mayor consumo de frutas frescas, verduras y cereales integrales. Estos alimentos garantizan los nutrientes y la fibra necesaria para enriquecer la microbiota intestinal y promover la producción de ácidos grasos de cadena corta, que son importantes para el funcionamiento óptimo del cuerpo.
Por otro lado, se recomienda a los pacientes que minimicen la ingesta de azúcares y alimentos procesados, ya que se ha demostrado que tienen un impacto negativo en el microbioma intestinal y se asocian con una mayor inflamación.
Al adoptar estas medidas dietéticas, se busca favorecer un microbioma intestinal saludable y reducir los factores de riesgo metabólico que podrían contribuir al desarrollo o empeoramiento de la depresión.Es importante tener en cuenta que estos consejos dietéticos son complementarios al tratamiento médico y psicoterapéutico estándar para la depresión.
La depresión es una enfermedad compleja y multifacética que requiere un enfoque integral para su manejo. La modificación de la dieta puede ser una estrategia adicional que puede tener un impacto positivo en la salud mental.