Los profesionales sanitarios han sido una de las poblaciones más afectadas a nivel mental por la pandemia del covid. Por ello, psiquiatras y epidemiólogos aseguran que se requieren de planes específicos para afrontar la carga de enfermedad generada y las consecuencias futuras en términos de morbimortalidad.
Así lo han puesto de manifiesto estos profesionales en el encuentro que organiza anualmente la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (FEPSM) y el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) en la Escuela de Salud Pública de Menorca con la finalidad de poner de analizar la vertiente de salud pública mental dentro de la salud pública.
En esta última edición, celebrada a finales de 2021, el tema fundamental fue valorar el impacto de la pandemia por Covid-19 en la salud mental de la población española, identificar los grupos más afectados y las acciones necesarias para dar una respuesta integrada y eficaz.
La primera conclusión extraída del encuentro es que la pandemia por SARS-CoV-2 ha incrementado los ya numerosos factores de riesgo de la Enfermedad Mental (EM) y se ha convertido en un nuevo desencadenante de trastornos en los grupos poblacionales más vulnerables: la infancia, la adolescencia, las personas mayores y los pacientes con enfermedades crónicas.
“La pandemia y las medidas adoptadas para hacerle frente han tenido consecuencias directas en la salud mental de la población. Estas consecuencias se miden en términos de incrementos objetivables de la morbilidad y de la demanda de atención en salud mental”, resalta el comunicado de la reunión.
Falta de profesionales de salud mental
Los profesionales sanitarios coinciden en la necesidad de situar la salud mental como "un elemento clave" a abordar en los planes de alertas y emergencias sanitarias. Sin embargo, alertan que la situación de partida del SNS es de “insuficiencia” de recursos en salud mental y recomiendan abordar previamente esta situación.
“La demanda creciente precisa de una ampliación de los servicios de salud mental, normalizando la atención a los pacientes y abordándolos desde una óptica integral, ya que su menor esperanza de vida no se relaciona directamente con la enfermedad mental, sino con las comorbilidades asociadas”, reivindican.
Además, recuerdan que, durante la pandemia, buena parte de las iniciativas con utilidad práctica para pacientes y personal sanitario partieron de los propios profesionales.
Impacto de la pandemia en la morbi-mortalidad
Según los expertos, los principales factores de riesgo derivados de la pandemia han sido: la alteración completa de la vida diaria, el aislamiento, el miedo, la sobresaturación de los recursos del SNS. Mientras que las poblaciones más afectadas por las consecuencias de la pandemia han sido los niños, los adolescentes, las personas mayores, los que ya padecían algún trastorno mental y, en general, el personal sanitario.
También aseguran que la pandemia ha generado un aumento de problemas de ansiedad y depresión. “El confinamiento ha tenido especial impacto en la salud mental de niños, jóvenes y adolescentes con aumentos de frecuencia de autolesiones, intentos de suicidio y síntomas relacionados con trastornos por déficit de atención. Aumentó el tiempo dedicado a pantallas y contactos virtuales. Esta conducta debe abordarse en especial en niños y adolescentes, teniendo en cuenta los efectos negativos de esta práctica cuando se prolonga en el tiempo y sus imprevisibles consecuencias cerebrales en el futuro”, reza el comunicado conjunto.
Recomendaciones para hacer frente a la pandemia y sus consecuencias
Para abordar todas estas cuestiones, los expertos en salud mental creen necesario acometer unas cuantas medidas. La primera es elaborar guías de buena práctica en salud mental aplicables al ámbito de la Atención Primaria de salud y de emergencias, alerta y respuesta sanitaria ante grandes amenazas derivadas de cualquier agente (biológico, químico, natural o terrorista). En ese sentido, resalta que Primaria y su articulación con los servicios de salud mental “es clave para identificar precozmente los trastornos mentales”.
También se recomienda, en línea con las estrategias, un abordaje integral de la salud mental dentro del SNS, incluyendo en la atención a diferentes especialistas trabajando en línea con la Atención Primaria y la Psiquiatría. "No debe olvidarse que los riesgos comunes están incrementados en la población con algún trastorno mental y más aún con enfermedad mental grave", resaltan.
Los expertos no pudieron valorar datos nacionales comparables, dada la falta de desarrollo de sistemas de información sobre salud mental. “Para captar con sensibilidad la aparición de trastornos y su evolución en el tiempo, así como la efectividad de las estrategias en marcha, sería preciso un sistema de información capaz de integrar y comparar CCAA”, revindican.
Por último, abogan por un enfoque multidisciplinar para atender los problemas de salud mental. “El enfoque multisectorial en salud mental es clave para afrontar las consecuencias de desastres o pandemias. Resultan claves la extensión de servicios sociosanitarios para enfermos mentales discapacitados y graves y el trabajo sistemático con las escuelas para la prevención del trastorno mental en niños y adolescentes”, aseguran.